Estudiantes✨

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

𝑶𝒅𝒊𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒍𝒂𝒔𝒆 𝒅𝒆 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂, 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂 𝒀𝒐𝒐𝒏𝒈𝒊.

Movía su pierna izquierda con desesperación. Pensaba en que, si no se levantaba de ese incómodo asiento, su pobre trasero sería igual de plano que una tabla para planchar. Definitivamente no invertía horas en el gimnasio como para que una aburrida clase de historia le desinflara sus atributos.

Se remangó ligeramente la manga del brazo izquierdo, notando que la clase debió haber terminado hace más de cinco minutos, pero al parecer al maestro Choi no le importaba en lo más mínimo que sus estudiantes tuvieran ganas de arrancarse las orejas por escuchar su clase más de lo debido.

― ¡Hace diez minutos que la clase terminó! ―gritó uno de los chicos que se sentaban al final del salón, alterando un poco su voz.

El maestro con grandes canas volvió a ver a los chicos de esa fila con el ceño fruncido, apretando entre sus arrugadas manos el plumón de la pizarra.

―La clase aún no ha terminado para mí y si alguno se ha cansado, puede salirse sin problemas.

Jimin apretó los labios cuando las ganas de levantarse y salirse del aula se apoderaron de su cuerpo, pero no debía hacerlo. De por sí ese maestro tenía la manía de reprobar a los estudiantes con los que tenía riñas, además de que su materia era malditamente aburrida y complicada.

El rubio sintió su celular vibrar en su bolsillo, sabiendo quién era el dueño del mensaje sin necesidad de ver el nombre en la pantalla.

―Ay, ya cállese viejo sin vida―se quejó Jimin en voz baja, comenzando a manchar su cuaderno con garabatos sin sentido, deseando que el tiempo pasara más rápido y el hombre decidiera terminar con todo el sufrimiento.

A Jimin no le gustaba menospreciar el trabajo de los maestros, porque al fin del cabo ellos están ahí para ayudar. Pero ese maestro era la excepción a todo, ya que parecía que le obligaban a estar ahí y lo único que aprendían durante su clase, es que era una persona muy odiosa.

―Les recuerdo que el lunes será el examen final y todos deben preparase para él. Sus últimas notas rebosaron lo mediocre, por lo que háganme el favor de estudiar por una vez en sus vidas―el anciano arrugó su nariz cuando escucho quejas en voz baja, dejando el plumón en el escritorio. ―También deben dejar sus trabajos ese día, examen entregado implica trabajo entregado. Si alguien no deja el trabajo su examen irá a la basura sin ser siquiera revisado.

Jimin rodó los ojos, sus notas no habían sido tan malas, al menos no las suyas y las de su amigo Taehyung. Habían aprobado, lo que era importante para ellos.

―Ya pueden irse―todos se levantaron como si el asiento estuviera hecho de lava, escapando rápidamente andes de que al hombre se le ocurriera decir algo más.

Jimin se acercó a Taehyung, quien se había tenido que sentar lejos de él por llegar tarde, tomándole de la mano para poder ir a la salida rápido.

―Lo odio tanto, siempre hace las clases más largas solo para molestarnos. Se nota que no tiene nada mejor que hacer después de clases―ambos chicos corrían a la entrada, ya que dos personas les estaban esperando ahí.

―Sí, espero que Yoongi hyung no se enoje, la última vez olvidé que íbamos a salir después de clases y lo dejé plantado―Taehyung se detuvo por uno segundos, negando con la cabeza para seguir corriendo.

―Con razón tenía tantas llamadas perdidas de su parte, pero estábamos cenando con la familia de Jungkookie, así que no tenía el teléfono a la mano―ambos chicos sonrieron cuando vieron a sus parejas esperarles en la entrada, ambos mayores sentados en una de las mesas que había al aire libre.

Yoongi y Jungkook estaban en sus últimos meses de instituto, siendo el año siguiente su turno de entrar a la universidad. En cambio, Jimin y Taehyung, eran un año menores, por los que aún les esperaban cosas en esa institución que tanto amor le tenían.

Amor con sarcasmo.

― ¡Hyung! ―Jimin pasó ambos brazos por los hombros de Yoongi, abrazándole por la espalda mientras dejaba un pequeño beso en su mejilla.

―Se tardaron mucho hoy, imagino que el señor de Historia se quedó veinte minutos contemplando el pizarrón para que cuando fuera la hora de salir, comenzara a escribir―Jimin suspiró y asintió ante las palabras de Jungkook, quien se mantenía al lado de Taehyung.

― ¿Qué les dejaron para el final, otro trabajo más el examen? ―Yoongi preguntó mientras acariciaba una de las mejillas de Jimin, sonriendo cuando este puchereó mientras asentía.

― ¿De qué es el trabajo? ―Jungkook dejó en el centro de la mesa dos botellas con soda que habían comprado con Yoongi para los menores, ya que sabían que tener tres horas seguidas con ese señor era una mierda.

―Tenemos que hacer un análisis profundo de 50 páginas mínimo sobre el hecho histórico que consideremos marcó más a la historia de Corea―Yoongi y Jungkook comenzaron a reír, confundiendo a los menores, quienes daban sorbos de sus gaseosas. ― ¿Qué?

―Ese anciano deja las mismas tareas en todos los cursos, el año pasado nos puso exactamente lo mismo―Yoongi asintió ante las palabras de Jungkook. ―Incluso aún tengo el trabajo calificado, puedo ayudarte, amor.

Taehyung dio un pequeño brinco sobre su asiento, enredando sus brazos en el cuello de su mayor.

Jimin vio con ojos de cachorrito a Yoongi, quien le veía con una sonrisa burlona.

― ¿Tú también tienes el trabajo? ―Jimin abrazó el delgado brazo de su pareja, comenzando a acercar su rostro al de Yoongi, mientras hacía pucheros.

El pelinegro entrecerró sus ojos cuando supo que Jimin usaba esa técnica para conseguir lo que quería sin oportunidades de molestarle, ya que cuando Jimin apachurraba sus labios y abría sus brillantes ojitos, Yoongi se agitaba como una gelatina.

―Puede ser que lo tenga―Jimin supo que dentro de la institución no podía hacer mucho para convencerle, por lo que se esperaría a llegar a casa de su pareja para molestarle hasta que le diga que compartirá su trabajo con él. ―Claro que sí, amor. Te lo mostraré cuando lleguemos a mi casa.

Jimin chilló y mantuvo su agarre sobre el abrazo de Yoongi, tomando nuevamente su bebida.

― ¿No creen que el señor Choi se dará cuenta que son los mismos trabajos que el año pasado? ―tanto Yoongi como Jungkook negaron rápidamente.

―Jin tenía historia también el año antepasado y pidió el mismo trabajo. Namjoon le pasó el suyo y lo aprobó―ambos chicos asintieron más tranquilos, sabiendo que había pocas probabilidades de que algo saliera mal.

Cuando los menores terminaron de beber sus gaseosas, ambas parejas se despidieron para partir a direcciones diferentes, Jungkook y Taehyung a la casa del mayor. Lo mismo entre Jimin y Yoongi.

― ¿Qué se siente estar en tu último mes de clases, hyung? ―Jimin mantenía juntas sus manos, balanceándolas ligeramente mientras caminaban.

―No siento nada en especial, solo estrés al saber todos los trabajos que tenemos que entregar―Jimin asintió, viendo de reojo a un cachorrito que pasaba junto a su dueña. ―Lo único que me emociona es ver a mi pareja con traje para la fiesta de graduación.

Jimin se sonrojó un poco y sonrió en dirección al mayor, sabiendo que Yoongi siempre le había querido ver vestido elegante, con algo que no fuera su uniforme del instituto o ropa casual.

― ¿Llevaremos corbatas del mismo color para combinar? ―no lo decía completamente en serio, pero cuando vio a Yoongi encogerse de hombros, supo sí lo había considerado.

―Sería lindo, pero prefiero los corbatines.

La casa de Yoongi no estaba realmente lejos, por lo que no demoraron tanto en llegar al hogar del pelinegro.

Jimin acostumbraba a ir a la casa de su pareja cuando tenía examen de alguna materia que se le dificultara. Si él no podía ayudarle, la madre y el padre de Yoongi eran excelentes maestros, los cuales estaban dispuestos a ayudarle. Por lo que su presencia en esa casa no era algo nuevo.

Yoongi se adelantó para abrir la puerta con su llave, permitiendo que el rubio pasara primero.

― ¡Ya llegué! ―habló en alto Yoongi, quitándose los zapatos mientras rodaba los ojos ante el excesivo silencio en la casa. ― ¡Y Jiminie vino también!

― ¡Oh, Jiminie! ―ambos padres de Yoongi se asomaron rápidamente desde la cocina, ambos caminando hacia el rubio para saludarle con un abrazo―Que bueno verte por aquí, hace días que no vienes.

Yoongi sentía que Jimin era como el hijo favorito, aunque no fuera su hijo realmente. Pero siempre que llevaba a Jimin a casa, sus padres actuaban como si fueran dos trozos de algodón de azúcar con piernas, brazos y cabeza.

A pesar de eso, apreciaba que ambos hayan aceptado tan bien a Jimin y la relación que mantenía con él.

―Esta vez tendrán que pedir algo para almorzar, porque no he podido ir a hacer las compras y no hay mucho en la nevera―dijo la madre de Yoongi, mientras tomaba sus pertenencias para volver al trabajo, al igual que el señor Min. ―Tu padre y yo comeremos más durante la cena, así que pidan algo con libertad.

Yoongi asintió y se despidió de ambos padres con un abrazo, al igual que Jimin.

―Tus padres son un amor ¿Qué te pasó a ti? ―Jimin soltó una carcajada cuando Yoongi le vio completamente serio, saltando a su lado para poder darle un abrazo. ―Es broma, tú también eres un amor, gatito.

Yoongi gruñó cuando el reciente apodo salió a la luz. Namjoon le había tomado una foto dormido semanas atrás y por algún motivo que Yoongi desconoce, el moreno se la pasó a Taehyung, quien editó la imagen para ponerle cola, orejas y bigotes de gato. Una foto espantosa, para el criterio del pálido.

Desde ese día, Jimin le llamaba gatito para molestarle o hacerle sonrojar.

―Creo que mi trabajo de historia se ha perdido entre la basura...―Jimin abrió los ojos en grande y apretó los brazos en torno a los hombros de Yoongi, pegando su pequeña nariz con la ajena.

―Es broma amor―el rubio sonrió y pegó sus labios rechonchos contra los del más alto, suspirando cuando sintió las manos del otro sobre su cintura, apegándole un poco más durante el beso.

El rugir de la panza de Jimin hizo que ambos se separaran, el menor cubriendo su estómago en vergüenza.

―Bueno ¿Qué quieres comer? ―Yoongi dejó un último beso en la mejilla del menor, sacando su celular de su bolsillo.

―Lo que quieras, está bien―Jimin buscó por la casa al pequeño canino café, pero no lo encontraba por ningún lado. ―Ay ¿Dónde está Holly?

Yoongi dejó de mirar el menú del restaurante y dio una vista superficial a la sala.

―Debe estar en mi habitación, le gusta quedarse entre las mantas cuando no estoy. Por eso siempre hay pelos en la cama―Jimin asintió y volvió a acercarse a su pareja, pasando sus brazos por sus hombros, observando el menú.

Eligieron la comida que a ambos se le antojara más y Yoongi le dijo que fueran a su habitación para comenzar a estudiar, porque, aunque Jimin tuviera el trabajo del mayor garantizado, el examen sí era algo para lo que tenía que prepararse con antelación.

―Bien, saca tu libro y apuntes. En el examen anterior te funcionó el hacer los cuestionarios, así que eso haremos para este examen―Jimin no iba a decirlo en voz alta, ya que le apenaba, pero cuando Yoongi se ponía en su rol serio de maestro, le encantaba.

Le fascinaba cuando Yoongi le hablaba serio sobre temas escolares, en especial cuando se colocaba sus lentes de marco circular. Parecía un maestro guapo, un maestro sexy.

Holly asomó su cabeza entre las mantas y comenzó a agitarse cuando Jimin llegó a saludarle, acostándose junto al perrito para darle muchos besos en la cabeza. Mientras tanto Yoongi acomodaba la laptop en su cama, para poder buscar el trabajo que había entregado hace un año atrás.

― ¿No podemos comenzar después de comer? Mi cerebro no funciona correctamente con el estómago vacío―el mayor encendió la computadora mientras se sentaba al lado de Jimin, dejando una caricia en la cadera contraria.

―Solo quiero que veas el trabajo antes, también debemos cambiarle el número de estudiante, el nombre y todos esos detalles importantes―al terminar de hablar, Holly se subió sobre sus piernas, buscando algo de atención de su parte también― Tienes a Holly muy consentido, desde que vienes a darle cariños, se ha hecho muy pegajoso con todos en la casa.

Jimin se encogió de hombros mientras gateaba sobre la cama para poder quedar al lado de Yoongi, apoyando su cabeza en su hombro. El mayor dejó un beso en su frente.

―Es el efecto Jimin―Yoongi amaba cuando Jimin era tan confiado y decía comentarios como aquel con tanta seguridad― ¿O tú me negarás que es así?

Uh, pequeño Mochi fastidioso.

―Como víctima del efecto Jimin, puedo decir que el pobre Holly no tiene remedio―el rubio rio y tomó la mandíbula marcada del mayor, girando su rostro para darle un beso en los labios.

Yoongi suspiró y tomó con su mano izquierda el rostro de Jimin, para poder profundizar el beso. Su lengua se introdujo lentamente a la boca del menor, quien abrió a boca gustoso.

Un ladrido resonó fuerte, Holly comenzando a meterse en el pequeño espacio que quedaba entre sus cuerpos, como si quisiera separarlos.

―Oh no, cachorro quejumbroso. Yo lo conocí y besé primero―Yoongi tomó a Holly del torso y lo alejó con cuidado, bufando cuando el perrito correteó para subirse nuevamente en el regazo de Jimin. ―Eish, te lo dije, ya cayó en el efecto Jimin.

El menor rio y alzó al cachorrito para besarle un poco más. Sabiendo que, si jugaba con él unos minutos, correría hacia su camita para tomar una larga siesta.

Yoongi encontró el documento y lo abrió, sonriendo cuando vio que todo estaba en orden, como cuando lo había impreso.

―Bien cariño, solo debemos encargarnos de borrar todo lo que pueda denotar que fue hecho por otra persona y en otra fecha―Yoongi le dio la laptop, logrando que por fin Holly se separara del rubio. ―También lee un poco, puede que algo de esto salga en tu examen final.

Jimin asintió y se acomodó en la cama, de forma que la computadora quedara en sus piernas, las cuales estaban flexionadas, con los pies apoyados en el colchón. Su cabeza descansaba en el regazo de Yoongi, quien había colocado una almohada para mayor comodidad del menor.

Ellos amaban compartir el tiempo así, Jimin concentrado en sus cosas y Yoongi en las suyas. Aunque fuera de esa forma, ellos se mantenían atento al otro en todo momento, siendo la mano en el cabello del rubio el toque dulce que les mantenía a contacto con el otro.

Pero Holly claro que no se sentía conforme con que ambos chicos estuvieran ocupados sin prestarle la más mínima atención, por lo que corrió hacia el regazo de Yoongi, comenzando a jugar con los botones de su uniforme.

― ¿No tienes sueño? ¿Tienes baterías ilimitadas hoy? ―Yoongi acarició la pancita del cachorro, intentando que este se calmara y no le arrancara un botón del uniforme. ―Por cierto, cariño. Cuando esté la comida aquí te daré algo de ropa, si quieres tomar una ducha puedes hacerlo también.

Jimin levantó la mirada de la computadora e hizo trompita con los labios, esperando el recibir su beso. Yoongi se inclinó hacia él y le besó, separándose rápidamente con un chasquido.

―Creo que tengo más ropa tuya en mi armario que mía―dijo Jimin con una sonrisa, bajando en el documento que Yoongi le había dejado.

―Me gusta que uses de mi ropa y a ti te gusta usarla, combo perfecto―Yoongi retomó su vista a su celular, manteniendo las caricias en el rubio cabello.

Se había formado un cómodo silencio, todo hasta que el timbre de la casa sonó, haciendo que Holly se bajara de la cama de golpe y corriera al primer piso para ladrarle a la puerta.

Jimin levantó la cabeza para que Yoongi pudiera bajarse de la cama, guardando los cambios que había hecho en el documento, no siendo demasiado lo que tuvo que alterar.

―Tomaré esa ducha, de verdad me muero de calor―Jimin se bajó de la cama, seguido de Yoongi.

―Serviré la comida mientras tanto, la toalla que usas está en el mueble debajo del lavabo―Yoongi apuntó al lugar y dejó un beso en la frente del menor, bajando para poder recibir la comida.

Jimin estaba feliz de haber conocido a Yoongi, de una forma un poco extraña, pero linda igualmente.

Recuerda que un día en su clase de oratoria, dos años atrás, les indicaron que tenían que escribir un discurso sobre un tema a elección personal. Tendrían que presentarlo frente a la clase y al día siguiente frente a algunos grados mayores.

Jimin sentía ese día que podría hacerse pis en los pantalones ante los nervios. Sabía que en su momento no estaría tan asustado, pero no era lo mismo el exponer frente a gente relativamente amistosa y conocida, que con desconocidos mayores.

El día de la exposición, tanto él como Taehyung se dieron apoyo entre los dos. Pero al estar ambos demasiado nerviosos, la ayuda no era tan confortante.

Taehyung fue de los primeros en pasar y lo hizo muy bien, pero comenzó a zarandearlo cuando terminó su discurso, sus manos temblando y diciendo que un chico con cabello un poco largo no lo había dejado de ver con sus redondos ojos.

Jimin se sintió intimidado, ya que no sabía si ese chico que había visto así a su mejor amigo era un matón o algo similar, por lo que cuando fue su turno, tragó duro para no ponerse más nervioso de lo necesario.

Cuando estaba exponiendo frente a la clase, pudo detectar una mirada insistente, pero aquella persona no concordaba con las características que Taehyung le había dado. Tenía pelo negro, pero era corto y sus ojos no eran tan redondos, eran más estirados, como de un felino.

Con su exposición finalizada, Jimin dio una pequeña sonrisa tímida al chico que no le había dejado de ver, saliendo rápidamente del salón, ya que le tocaba a otro de sus compañeros.

Una semana después, ambos chicos se acercaron a ellos en la cafetería, con intenciones de entablar una amistad. Al menos ese era el propósito inicial, pero las cosas habían avanzado de diferentes maneras y ahora ambos mantenían una relación con sus observadores más insistentes de aquel día.

Jimin tomó su toalla y comenzó a secarse, sonriendo en grande al recordar el cómo había conocido a Yoongi años atrás. Salió del baño y se encaminó hacia el armario.

Le encantaba usar la ropa de Yoongi, ya que el mayor usaba cosas ligeramente más grandes de su talla y como Jimin era más pequeño, la ropa le quedaba el más grande. Además de que la loción del mayor estaba en todas las prendas.

Tomó una camiseta negra y unos pantalones de pijama grises, unos calcetines de Kumamon adornando sus pies.

Cuando estuvo completamente vestido bajó al comedor, en donde Yoongi había dejado la comida lista para comenzar a comer.

―Cariño, no sabía que habías comprado más calcetines de Kumamon―el pelinegro se sentó en la silla del comedor, sonriendo tímido al ver los pequeños pies de su pareja con aquellos calcetines.

―Compré un paquete de seis...

El rubio sonrió y se inclinó para besar su frente, sentándose a su lado para comenzar a comer.

Holly había estado al pendiente en todo momento, esperando recibir un poco de comida. Como era claro, Jimin le dio algunos trozos de carne, siendo regañado en broma por Yoongi, ya que seguía malcriando a su bebé.

―Es mi bebé también, así que puedo malcriarlo un poco―Holly, completamente satisfecho, se fue hacia su camita para tomar una siesta.

Cuando terminaron de comer, ambos subieron a la habitación y el que tomó la ducha esa vez fue Yoongi, dejando que Jimin comenzara a crear el cuestionario para estudiar.

Anotando las posibles preguntas y algunas respuestas, Jimin vio las notificaciones de su celular, viendo a su vez su fondo de pantalla. En la foto salía un pequeño Yoongi enterrado en la arena, con unos lentes de sol que le hacían ver el doble de adorable.

Era una notificación de Taehyung, diciendo que había cambiado las cosas que debía del trabajo de Jungkook.

Ellos normalmente no hacían ese tipo de trampa, pero en ese caso en donde el maestro no valora realmente sus trabajos y solo califican en base a cuánta letra y palabras técnicas tiene el trabajo, no vale la pena esforzarse de más.

― ¿Te quedarás a dormir hoy? ―Yoongi salió del baño ya vestido, ya que se había llevado la ropa al baño. Su pelo completamente húmedo siendo secado por una toalla pequeña.

―No creo que mamá me deje, no le pedí permiso con tiempo―el rubio puchereó, considerando el llamarle a su hermosa madre para pedirle permiso, aunque lo más seguro es que dijera que no. ―Igualmente puedo preguntarle.

Jimin le rezó a quien sea que estuviera arriba, esperando que su madre fuera buena y le dejara quedarse, aún cuando no había pedido permiso una semana antes. Su madre podía ser muy exagerada en algunas ocasiones.

Mientras Jimin hablaba entre pucheros con su madre, Yoongi revisó las preguntas, comenzando a agregar algunas que en su memoria a largo plazo habían quedado grabadas. Ya sea por ser preguntas demasiado idiotas o porque había cambiado la respuesta correcta por una mala.

― ¡Yoongi, dile a mamá que soy muy responsable! ―Jimin le dio el teléfono de golpe a Yoongi con un puchero, ya que su madre le había dicho que no debía interrumpir a su pareja en sus últimos días llenos de trabajos. ―Eish, tus padres me quieren más, pero mi madre hasta adoptarte quiere.

Yoongi soltó una carcajada ante los comentarios de la madre de Jimin, mientras el rubio le veía con los ojos entrecerrados.

―Claro que sí, estaremos ahí temprano para desayunar. Sí, los sábados mis padres descansan―Jimin intuyó que su madre estaba invitando a Yoongi a desayunar al día siguiente y que llevara a sus padres. ―Bien, tenga una buena tarde, igualmente.

Jimin saltó en la cama cuando supo que su madre había accedido. Aunque el que sus padres confiaran en que el otro durmiera en casa ajena, no había sido cosa fácil.

Dormían con la puerta abierta y la luz de noche encendida.

Yoongi no se quejaba, ya que entendía la preocupación de la madre de Jimin. Pero el rubio había hecho un poco de berrinche, rindiéndose al final.

―Bueno cariño, empecemos con las preguntas―al faltar tiempo para hacer el examen, se tomaron las cosas con calma, por lo que empezaron con pocas preguntas ese día.

Yoongi se mantenía con la espalda pegada contra la pared, Jimin acomodándose entre sus piernas con su espalda pegada en el pecho del pálido.

―Por cada respuesta correcta, un beso. Por una mala, un pellizco―Jimin chilló ante la mención de los pellizcos, uno de sus mayores enemigos.

Yoongi hizo las primeras dos preguntas, siendo respondidas con seguridad por el menor, ganándose besos en los labios. Pero cuando llegó una pregunta sobre fechas en específico, se ganó bastantes pellizcos en sus costillas.

― ¡Ah, ya basta! ―Jimin se separó de Yoongi mientras era pellizcado, luchando contra el mayor cuando este se subió sobre él para hacerle cosquillas.

― ¡1938, es la respuesta correcta! ―Jimin gritó cuando sus costillas fueron atacadas nuevamente, comenzando a llorar por la risa.

Holly escuchó los gritos y comenzó a subir las escaleras rápidamente, notando que Jimin agitaba sus piernas sobre la cama. El perrito café se subió a la cama, apoyándose en los cajones, comenzando a morder el pie de Yoongi.

― ¡Ay, Holly! ―Jimin sonrió cuando el perrito mordía sin mucha fuerza al pelinegro, logrando escapar de la cama.

― ¡Vamos Holly, es nuestra oportunidad de escapar!

La guerra de cosquillas había durado hasta que los padres de Yoongi regresaron del trabajo, ambos demasiado cansados como para decirles mucho a los dos chicos que tenían la casa patas arriba por correr y protegerse con los muebles.

―Jiminie se quedará a dormir. También su madre nos invitó mañana a todos para desayunar―La madre de Yoongi aceptó con una sonrisa, al igual que su padre.

―Ambos nos iremos a dormir, estamos muertos―los jóvenes asintieron, ambos tomando un vaso con agua para poder ir a dormir igualmente. ―Recuerden, puerta abierta y lámpara de noche encendida.

Jimin se sonrojaba cada vez que los padres mencionaban aquello, en especial porque hasta ese momento, solo lo habían hecho dos veces.

―Nuestros padres son unos exagerados―dijo Yoongi mientras guardaba los vasos―Creen que lo haríamos en la noche con ellos aquí.

Jimin abrió los ojos y le dio un golpe al mayor en el hombro, siendo abrazado mientras se reía.

Apagaron las luces de la cocina y se tomaron de las manos para subir a la habitación, cumpliendo con las condiciones que sus padres les habían indicado.

―Si me duermo no me tapes la nariz, la última vez sentí que me moría―habló el pelinegro mientras se acomodaba en la cama, esperando a Jimin, quien seguía cepillándose los dientes.

El menor rio y le lanzó un beso al aire, con su boca llena de pasta dental.

Porque, aunque muchos dijeran que estaban en una edad en donde las relaciones no eran duraderas, Jimin esperaba mantenerse al lado del chico que le había transmitido confianza durante su exposición.

𝒎𝒙𝒚𝒐𝒐𝒏𝒈𝒙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro