Noches 5/6

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31 de Julio de 2017

Corro hacia dónde Hansel me llama, pero me sorprendo al no encontrarlo y peor, no visualizar a nadie, ni a Thais, ni a la inconsciente Marian. Levanto la vista y miro la ventana.

―No puede ser ¿Qué es eso? ―exclamo desconcertada.

La oscuridad ha cernido todo el bosque, es como si el sol hubiera desaparecido por completo. ¿Qué está pasando?

―Es la noche... ―oigo a Axel detrás de mí y me giro a observarlo.

―¿Qué quieres decir?

Deja de observar hacia afuera y sus ojos verdes se giran a mirarme.

―Te lo dije, estamos en destiempo, cuando nos damos cuenta que es la noche... ―vuelve a observar la ventana ―eso significa que nada bueno va a pasar. No salgas por ningún motivo ―advierte regresando a verme.

―Pero Hansel... ¡La niña y Marian, no están! ―grito.

―Quién sea imprudente, tendrá que morir ―camina hacia un costado de la habitación y se sienta ―no es mi problema.

Frunzo el ceño.

―Si no haces nada tú, lo haré yo ―camino a la puerta rota, pero abierta, presionando mis puños por la rabia que siento ¿Ni un poco de compasión? ¡Qué hipócrita!

Que sea guapo, no significa que no sea mala persona.

―Deja de ser la maldita heroína y piensa en ti misma ―oigo antes de cruzar la puerta y termino por ignorarlo.

Corro hacia el bosque, no puedo perder tiempo. Es de noche, no lo puedo creer. Han pasado tantos días y nunca pensé verlo con mis propios ojos, incluso aunque el lugar siempre haya sido lúgubre, el sol estaba tenue, pero se encontraba ahí. Ahora ya no. Si ha pasado tanto tiempo ¿Por qué no he dormido? ¿Acaso si lo hice? Destiempo... esa es la respuesta.

Giro mi vista y visualizo a un lobo. Este me gruñe, pero no me persigue. Lo reconozco, es el primer lobo que me ataco cuando encontré el cuchillo. Aún tiene la herida que le hice, en forma de cicatriz. Cambia su visión hacia adelante y yo hago lo mismo. Hay algo en el oscuro bosque, algo que no es un animal. El lobuno se voltea a correr y yo voy en dirección a dónde va este.

Pierdo al can en la oscuridad, por su pelaje negro, cuando salta algo que no logro visualizar que es. Comienzo a oír gritos, es Marian. Continúo por el camino a dónde fue el animal, mientras la cosa me sigue persiguiendo.

Los gritos de agonía se oyen más fuertes y cuando me quiero dar cuenta, termino cayendo por el lugar que con anterioridad, el lobo esquivo. Me doblo la pierna y comienzo a caer a un vacío. El golpe al suelo, hace que el ruido cese. Lo que estaba atacando a Marián, ha notado mi presencia.

Siento que me he fracturado la pierna, pero el dolor no viene de mis zonas bajas, la sangre se ve en mi mano. Mis ojos se abren en grande cuando me doy cuenta. He perdido el dedo anular junto con el meñique, al intentar agarrarme para no caer los he cortado.

Tiemblo por el dolor y el trauma de ver que ya no tengo mis extremidades en su lugar. Intento pararme, pero mi pierna izquierda no me responde. Estoy hiperventilando, he sido estúpida. Axel tenía razón, no soy una heroína ¿En qué estaba pensando?

―¿Aneliz?

Levanto la vista al oír mi nombre y lo observo sorprendida.

―Hansel...

Está intacto... ¿Dónde está Marian? ¿Por qué gritaba?

―No soy Hansel ―responde.

Aunque lo escucho, empiezo a perder la visión por la pérdida de sangre y cuando me quiero dar cuenta, esta se nubla tanto que termino por desmayarme, sin entender que es lo que realmente ocurre.

1 de Agosto de 2017

Abro los ojos, reaccionando. Cuando me quiero dar cuenta, mis muñecas están atadas. Aun puedo ver la falta de mis dos dedos y eso me frustra. Desorientada cuando recupero la visión, visualizo una fogata. Hansel está sentado alrededor de esta como si nada ocurriera.

Me sonríe.

―Pensé qué no despertarías...

―¡¿Qué estás haciendo?! ―le grito y forcejeo con la soga.

―Comer... ―mastica algo que no sé qué es.

Entrecierro los ojos y me sobresalto aterrorizada.

―Es... es mi dedo...

―¿De verdad? ―lo observa tranquilo ―yo pensé que era el de Thais...

―¿Qué... ¿Qué acaba de decir... ?

Continua sonriente.

―Los niños son más tiernos ¿No lo crees? ―ladea la cabeza.

―Tú... ¿Te comiste a Thais? ―de mis ojos se me escapan unas cuantas lagrimas ―monstruo...

―Creí que nos llamaban cosas... ―se ríe.

―Si no eres Hansel... ¿Quién eres? ¿Dónde está él?

―Murió hace una semana, te lo dije... todo el tiempo estuve con ustedes ―levanta mi cuchillo, que al parecer me lo quito mientras estaba inconsciente ―pero gracias por liberarme de la trampa, Axel es muy bueno con esas cosas. Quizás si no me hubieras... ―se lo piensa ―bueno, ¿A quién le importa? ―vuelve a reír y se levanta para acercarse hasta mí ―por cierto... ¿De dónde lo sacaste? ―lo apoya en mi escote y se relame los labios ―¿Quieres jugar verdad o castigo? ―ladea la cabeza ―será divertido...

―¿Qué verdad? No hay ninguna verdad... ―intento retroceder. Se sube sobre mí y me altero ―¡¿Qué haces?! ―le grito nerviosa.

―Te castigo ―rompe la remera con el cuchillo y vuelve a relamerse los labios ―contesta si no quieres que te viole ―amenaza y luego agrega con una enorme sonrisa ―como a Marian...

Respiro con agitación y forcejeo. Sus gritos eran por eso... tengo en frente de mí a un caníbal, un asesino y ahora también un violador ¡¿Qué más puede pasar?! Primero Thais y ahora esto de Marian.

―¡¡No!! ―grito cuando tironea de mi sostén ―¡¡Déjame!!

―Habla ¿Dónde encontraste el cuchillo? ―me muerde el cuello con fuerza dejándome una herida, para luego lamerla ―¿Quién te lo dio?

―No sé... no sé de qué hablas... ―lloro y forcejeo pero no hay forma de librarme de él ―¡¡Suéltame...No!! ―chillo cuando logra arrebatarme el corpiño. Antes de qué intente hacer algo más le clavo las uñas en la cara, pero se enfada y termina por golpearme muy fuerte en la cabeza ―¡Ah...!

Me ha pegado tan fuerte, que creo que voy a desmayarme otra vez.

―¡Hansel! ―oigo y mis ojos los cuales se estaban por cerrar, reaccionan al reconocer su voz.

Es Axel... pero... ¿Cómo llego hasta aquí? ¿Por qué tiene su revolver? ¿No era que no tenía balas? No entiendo que sucede, debe ser que estoy muy aturdida por la pérdida de sangre, por lo que no logro comprender.

En la distracción, la cosa tira el cuchillo y logro visualizar algo que antes no había visto, quizás nunca lo observe con detenimiento.

Hay una "T" grabada en el mango del arma afilada.

Ni idea que ocurre después, ya que mis ojos ceden al cansancio que siente todo mi cuerpo y finalizo por perder la conciencia por segunda vez. Ya no siento nada, ni siquiera tengo fuerzas para luchar, el desvanecimiento es totalmente inminente. 

~•~

Muy pronto una carta les llegará, mientras tanto, que tengan dulces pesadillas.

A.

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