Hoy no la espero, aunque realmente lo haga.

He pensado visitar la sala, sin lograr imaginarlo sin pensar a ella.

¿Qué hace con mi alma? Me suelo preguntar.

Tal vez la tenga escondida bajo la cama.

Tal vez la tiene de llavero.

Todo se torna oscuro y pasa volando el tiempo.

Y puede que sea solo mi deteriorada visión, pero podría jurar que la veo en cada difuminada silueta.

En este momento caería bien un cálido abrazo, un ardiente beso o un sincero "te amo".

Si son las tres, mejor.

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