"Un trágico final, Parte I"

28 de junio del 2021
Día antes del baile de fin de curso

Jeon Jungkook

Llevaba al menos una semana pensando en lo sucedido con Tae. Dándole vueltas al asunto de Jimin.

¿De qué manera le diría que Tae solo le utilizaba?

Se que no me creería, no a mí después de haberle desilusionado con respecto al tema del libro. Incluso, si trataba de advertirle con Yoongi, sabía que no le escucharía tampoco. Él siempre fue demasiado despistado en todo el rollo que hubo entre ellos dos.

En mis manos sostengo mi teléfono, su número está marcado, solo hacia falta oprimir el táctil para que recibiera mi llamada, pero, ¿Que le diría que fuera creíble?

¿Acaso querría verme?

No dude más, mañana era el día, y yo tenía que sacarlo de todo esto para que no se metiera en problemas.

Solo esperaba que todo funcionará como tenía planeado.

Quería que al menos él se salvase de todo lo malo que puediese llegar a ocurrir después de lo que tenía en mente.

Escucho como trazan los timbres de mi línea a la suya, y ya cuando pensé en desistir, escuché su voz.

-¿Hola? - dijo confundido.

Sonreí.

Estaba alegre de escucharle nuevamente.

—Jimin —rasque mi nuca— Soy Jungkook, ¿Podemos vernos?

-¡¿Jungkook? ¿Por qué me llamas a las tres de la mañana?! —sonó confuso— ¡¿ERES IDIOTA!? ¡POR QUE ME LLAMAS A LAS TRES DE LA MAÑANA!? —gritó repetidamente dejando mis oídos sordos.

—Necesito verte. Por favor. —suplique, necesitaba verlo en verdad.

—¿No puedes esperar a que amanezca verdad?

—¿Si te digo que no bajas hasta la puerta?

—No puedo creer que estés en mi casa, ¿Es en serio?

—¿Quizás?

—Dame un momento.

Y volví a sonreír. Está vez victorioso.

No pasaron ni cinco minutos y el chico estaba frente a la puerta. Llegaba de un largo camisón y sus pelos despeinados. Tan solo bostezaba y pasaba su dedos por su cabello para acomodarlo un poco.

-¡Ya estoy aquí, que quieres! —dijo, ni siquiera me había mirado o al menos sonreído.

—¿No me invitarás a pasar?

—¿Se demora tanto tu plática?

—Vamos —hice un ademán para entrar, y él se corrió a un lado dándome paso.

—Baf —protestó y sostuvo mi mano. —sigueme.

Caminamos hasta su cuarto, en los pocos minutos que habían pasado su cara anonada se había despertado un poco y su atención era más precisa hacia mi persona.

—Hay algo que debo decirte sobre mi.

—Suelta la sopa. —encendió una lámpara y pude observar su cuarto más a meno. Mi libro estaba colocado debajo de la almohada, ni siquiera se percató que lo ví pero no quise llamar mucho la atención con respecto a ese tema.

—Mi madre hace años tuvo un esposo, era mi padre. Él abusaba de ella, la golpeaba, la trataba como una esclava. No la dejaba en paz. Siempre la maltrataba verbalmente y yo, como un niño, sin mucho que hacer, simplemente iba a mi cuarto a llorar. Mamá me pedía que no me metiera en las cosas de mayores, pero siempre lo hacía con lágrimas en los ojos.

—Jungkook —Jimin me miró con lastima, paso su mano por encima de la mía con delicadeza y mirándome a los ojos prosiguió a hablar— No sigas si no quieres, no quiero que te sientas mal.

—Estoy aquí para contarte la verdad.

Él asintió con la cabeza y yo trague en seco para continuar mi plática.

—Un día llegue de la escuela, mamá estaba muy golpeada, su cuerpo entero lleno de moretones. Me dió tanta rabia que fui al cuarto de mi padre a enfrentarlo, pero no estaba. Sin embargo me encontré una sorpresa aún mayor, un arma. Ese hombre tenía un arma sobre la cama. Me imaginé lo peor, no osaba a imaginarme a él con esa arma apuntando a mi madre entonces me volví loco. Sabía dónde estaba, me lo imaginaba porque era un alcohólico de mierda y salí a buscarlo.

<<Ese día llovía, lo hacía y mucho. Papá estaba en un bar antiguo, ya lo cerraron hace mucho tiempo. Quedaba por el puente en dónde coincidimos una vez. ¿Lo recuerdas?

Él me miró afirmando con la cabeza.

—Ese día papá no fue en su coche y lo tome. Le dije que iría a buscarlo, que me esperara cerca del puente cuando cerraste el bar y así lo hizo. Estaba sentado ahí, y cuando me vio llegar solo soltó una carcajada. Enfadado comencé a pelear con él, lo enfrente y tan solo dijo: "Ella se merece eso y mucho más, al igual que tu". No lo soporte y le dispare, no solo una vez, sino hasta que el arma me informo que no quedaban más balas en su interior. El me miró, directo a los ojos, pero no dejo de sonreír. Desde ese día no he parado de hacerlo, no sé que me pasa. Jimin, soy un asesino. No te imaginas las incansables personas que han muerto ante mis ojos. Y yo, yo lo disfruto. Cómo mismo mi padre disfrutaba lo que le hacía a mi madre.

Tapé mis manos mientras lágrimas caían sobre mis ojos. Decir eso en lata voz me hacía entender que era un maldito psicópata.

Pero Jimin no decía nada, estaba callado.

¿Tendría miedo de mi?

—¿Por qué me cuentas todo esto?

—Por que me importas, y por qué te quiero. Te quiero Jimin. Joder, lo hago. Lo hago desde hace mucho. Desde aquel día que chocaste junto a mi, desde que te deje el alcohol para que limpiaras la estupidez que Tae había puesto en tu frente. Desde ese día lo hago. Pero alguien al contrario de ti se dió cuenta y se quiere aprovechar de eso.

-¿Lucy?

—Tae.

—¿Tae? —sono confundido, tan siquiera parecía que no me creía nada.

—Vengo a alertarte. Tae sabe todo de mi pasado. Una de mis víctimas fue su madre, yo la mate, y él lo sabe. Me lo confesó en nuestro encuentro en la última sesión con la doctora. Me dijo que tú no le importaba nada, y que solo te utilizaba para vengarse de mi.

—¡Por eso le partiste la nariz!

—Y se lo volvería a hacer, porque me importas. Joder, lo haces y mucho. Y soy un completo imbécil porque ya tengo mi destino marcado, pero, nunca es demasiado tarde para decir la verdad. Te amo, Park Jimin. Y no espero que sientas lo mismo, no espero que me quieras y no espero que me perdones. Solo quería decirte esto, por si no me vuelves a ver nunca más.

Me levanté, deposite un beso sobre su frente, sin querer pasar los límites y cuando intenté salir por la puerta su brazo sostuvo el mío y unas palabras me conmovieron el corazón.

-Yo también te amo.

•••