Paso 19

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"nunca sabes lo que encontrarás en tu camino"

Aquí vamos de nuevo. No sé cuál es el motivo por el que hago este tipo de cosas pero observen, de camino a recoger a Dante a quien sabe dónde por quién sabe qué. De seguro está ebrio... Si, debe ser eso ¿Qué otra cosa podría ser? Me habla tarde y con voz pues... Casi de un borracho. Más le vale que no sea una broma, aún me las debe por la llamada de anoche.

Sigo caminando por la calle, guiado por el GPS del móvil, buscando pokemones o algo así.

Fue entonces cuando lo encontré. Moribundo. En el suelo y con una cortada en la cara.

- ¿Dante...?- dije al verlo, simplemente no me creía lo que mis ojos veían ¿Quién podría hacer eso? En estas dos semanas no hay nadie... Bueno... A excepción del chico hipermusculado, que supusiera una amenaza para Dante ¡Él siempre está preparado! Y verlo en esas condiciones realmente me hace suponer cosas malas, empezando por lo más obvio ¿Dónde está Mariet?

Me apresuro a llegar al lugar donde Dante yacía y casi por instinto colocó mis manos en su pecho y cuello con tal de saber si sigue con vida. Afortunadamente la situación no parece ir tan mal así que sigo con el corte que tiene en la cara. Aunque no se ve muy profundo el corte si gotea bastante.

-Dante... ¿Puedes oírme?- pregunto sin recibir respuesta -te sacaré de aquí, hermano-

Esta inconsciente, no debería dejarlo aquí, no por ahora. Así que llamé a un taxi y mientras esperaba me di el lujo de revisar la mochila de Dante en busca de cualquier cosa que me fuera de ayuda y miren lo que me topé: alcohol y gasas. Aun inconsciente sigues siendo precavido ¿No es así?

Me sorprende que alguien como él esté tan bien preparado, deberé tomar mis precauciones.

El brillo de la farola ilumina mi vista. Ya es tarde. El taxi ha llegado. Apenas y tengo tiempo de explicarle al taxista

"Se ha peleado en el colegio"

Mentiras. Ni siquiera yo sé la verdad. No hablo de más y le indico al chófer la dirección a la que debe ir: es la casa de Dante, por supuesto.

Para cuando llegamos a casa de Dante no me quedo de otra más que llevarlo a la cama del cuarto de huéspedes. La misma cama donde días atrás estaba Mariet. Ahora, viendo a Dante sobre ella, con la cara inflamada y sin conciencia de sí mismo me preguntaba cuanto tiempo faltaba para que yo terminara igual.

Tomé mi teléfono y busqué entre los contactos solo para terminar llamando a un número bastante frecuente.

-Hola mamá, yo... No llegaré a cenar hoy un... Amigo está muy enfermo y he decidido cuidarlo esta noche-

Escuché atento las suaves palabras que llegaban desde el otro lado de la línea y después me respondí

-Yo también te amo, mamá- sonreí.

Me deje llevar por el cálido arrullo de Morfeo, en ese momento el sofá lucia como la cosa más cómoda del mundo. A la mañana siguiente todo parecía estar mejor.

-oye Carlos ¿Qué hora es? En qué momento... ¿Dónde diablos estoy?- ese era Dante, inconfundible.

De inmediato me puse de pie y me acerqué a Dante, estaba lleno de dudas.

-estas en casa ahora dime ¿Que ha pasado? ¿Dónde está Mariet?-

Y con la agria expresión de Dante, con sus manos siendo llevadas a su cara no podía hacer otra cosa que esperar malas noticias.

- ¿Está todo bien?- está claro que no y aun así hago preguntas tontas, con razón Dante me réplica por ello.

-esto... No debió ocurrir... No debió suceder...- decía con frustración, una bastante evidente.

Empezó a contarme lo sucedido y cada palabra se sentía como un pinchazo en el pecho ¿Por qué dejo que se llevarán a Mariet? ¿Se ofreció a trabajar para un mafioso? ¿Qué haremos ahora? Es demasiado para cualquier humano.

-Dante... Cuando te conocí hace poco más de dos semanas sabía que mi vida iba a cambiar, sabía que no podría volver a tener la misma vida que había llevado pero acepté porque pensé que vendrían cosas buenas pero no encuentro nada de eso, creo que las cosas van demasiado rápido para mí. En la primera semana peleé contra un mastodonte, robé en plazas y conocimos a Mariet, nos enemistamos con los jaguares con tal de protegerla. En la segunda semana sufrimos un martirio para realizar un robo, un estúpido robo que resultó en desastre, nos ha perseguido la policía, hemos chocado un auto, robado por cierto y ahora tenemos que trabajar para un ruso. ¿Es enserio? ¿Una semana y nos das un trabajo así de grande? Acepté porque pensé que sería algo que tardaría en repetirse, pensé que sería fácil, pensé que iba a resultar pero ya vez que no ¿Que tienes en la cabeza? ¿Esto es normal para ti? ¿Cómo soportas este estilo de vida?-

No me molesté en escuchar las palabras que salían de la boca de Da Andalucía, nada de lo que dijera me convencería de acompañarlo a ver al ruso ese. Así que tan rápido como me lo permitió salí de ese lugar mundano tiene por casa.

- ¡Leucocito ven aquí! ¡Dijiste que aceptabas mis términos ahora ven aquí!- los gritos de Dante se oían a mi espalda pero la furia mezclada con tristeza nublaban mi juicio y primero muerto antes que volver con él.

Aunque más tarde me lamenté por huir como un cobarde. Haciéndome la víctima cuando sabía que había alguien que de seguro la estaba pasando peor que yo y que sin duda necesitaría de Dante, de mí, de alguien.

Lo siento Mariet. Lamento ser tan cobarde como para no tener el coraje de dar la cara por ti.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Y pensar que "Leucocito" iba a ser solo un personaje de relleno, ahora veo que me equivoqué. Miren ese potencial. Carlos, te ganaste el puesto

En el siguiente capítulo verán como se la pasó Mariet durante su secuestro. No esperen fanservice de mi parte

Nos vemos

~CLAY...

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