❝1985 love❞:Unique

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Una vez que la oscuridad comienza a invadir cada rincón posible, la ciudad comienza a transformarse hasta el punto de renacer en un mundo completamente nuevo. La ajetreada ciudad desaparece para convertirse en un pasaje de colores neón y gigantes anuncios, repletos de luces.

Sólo cuando las brillantes luces nocturnas destellan en medio de la densa oscuridad es cuando las personas se pierden en el disfrute de las fiestas, el baile, el alcohol y, seamos realistas, las sustancias ilícitas también. De igual manera, los amoríos de una sola noche reinan en los cuartos de hotel y los coqueteos con todo el mundo son casuales en las discotecas.

Discotecas...

Aquellos míticos lugares repletos hasta más no poder de coloridas luces neón, música tan fuerte que resulta imposible escuchar tu propia voz, vasos con alcohol pasando por toda la pista y la nunca faltante esfera de disco, siempre brillante y por encima de la inmensa multitud.

Las discotecas son para perder el control, para fundirte entre la apasionada multitud y dejarte llevar por el calor de la noche. Indudablemente la música, las fulgurantes luces y el alcohol son la combinación perfecta para desatar la euforia de toda la gente.

Ahora mismo, es Jisoo quién se abre pasó entre las puertas de una discoteca.

La estridente música envolvía sus oídos por completo, parpadeantes y coloridas luces caían sobre ella, esquivaba cientos de personas y más de una mirada coqueta. Tras su su corta travesía se acerca al pequeño bar colocado en una esquina de la disco, hace un pequeño gesto con la mano y ordena una bebida, pagando inmediatamente por ella.

Durante su espera, comienza a buscar entre la multitud a su amiga Seulgi, con quién acordó verse en el lugar. Escaneó a cientos de personas, pero simplemente no daba con su amiga y ya estando casi a punto de rendirse logró toparse con una profunda mirada y una sedosa cabellera rubia. Aquella chica había logrado que la pelinegra se perdiera en un corto momento de admiración hasta que un vaso fue puesto frente a ella y la voz, a penas audible, del bartender la sacó de su trance.

No tardó en llevar el vaso hasta su boca y beber el contenido, al ser el primer trago, un toque de amargura llenó su paladar y un ligero ardor recorrió su garganta, al terminar pidió un trago más y luego otro, ya se había dado por vencida en la búsqueda de Seulgi, al término del cuarto trago los efectos comenzaban a surtir efecto en su cuerpo y sin pensarlo mucho se levantó de su asiento para dirigirse a la amplia pista de baile.

Ahora, rodeada de gente bailando, Jisoo vuelve a abrirse paso entre la muchedumbre, sin embargo está vez tiene muy en mente a aquella encantadora chica que había visto varios minutos antes, aquellos ojos le habían causado intriga, y ahora, iría en su búsqueda.

Durante su indagación en plena pista se topó con cientos de personas y se dejó llevar un poco por el ambiente, dejando que su cuerpo se mueva un poco con el ritmo de la música, e incluso llegando a coquetear con algunas chicas, sin embargo, la chica que realmente había robado su atención aún estaba en su mente y, por supuesto, seguía sin encontrarla.

Los efectos del alcohol parecían estar cada vez más presentes, y en un pequeño traspié, la espalda de Jisoo logró chocar de lleno contra alguien. El golpe no resultó demasiado grave, sin embargo, fue lo suficientemente fuerte como para sacarla de sus sentidos, volteó, ya un poco recuperada, y se llevó una grata sorpresa al encontrarse nuevamente con aquellos cautivantes ojos, de un bonito color miel que contrastaba a la perfección el oscuro color del maquillaje puesto en los párpados.

Ambas miradas se encontraron por varios segundos hasta que de un momento a otro las brillantes luces se apagaron y la fuerte música se detuvo. La oscuridad reinó en el lugar por unos escasos segundos, las personas alrededor comenzaban a protestar ante la abrupta interrupción, pero rápidamente se detuvieron cuando las luces y la música volvieron todavía más intensas que antes, y de igual manera, las miradas de ambas chicas se encontraron por segunda vez, con un toque de confusión de por medio.

Jisoo observó por segunda ocasión, dando un escaneo un poco más atento. Cabello sedoso y dorado, mejillas adorables, esponjosos y apetecibles labios rosas que se tornaron en una sensual sonrisa al notar la atenta mirada de la pelinegra sobre ella. Lenta y provocativamente la rubia se acerca a enredar sus brazos por el cuello de la Jisoo, dejándola sin aliento por unos segundos, quedando aturdida por la calurosa presencia de la rubia.

Estando así de cerca se dejaron llevar por el ritmo de la música, con sus rostros demasiado cerca y respiraciones agitadas. El alcohol comenzó a circular por toda la pista, vasos rojos llegaron hasta las manos de las dos chicas. Tan pronto como el recipiente llegó a su mano, Jisoo bebió el líquido rápidamente dando paso a que un poco de la bebida se derramara por una de sus comisuras, tan pronto como Jisoo retiró el vaso de sus labios la rubia se acercó hasta sus belfos, pasando delicadamente sus dedos, haciéndose cargo de retirar cualquier resto de bebida en sus labios. La chica se sorprendió cuando Jisoo retiró su mano de sus labios, bajándola suavemente y acariciándola con su pulgar, luego acercándose hasta quedar muy cerca de su oído.

―¿Cuál es tu nombre?― Alcanzó a escuchar entre el ruido que llenaba el lugar, su respiración pareció atascarse en sus pulmones ante la pregunta y el calor subió rápidamente hasta sus mejillas, pero eso no le impidió contestar.―Chaeyoung. ¿Y tú?― Respondió de igual manera que la contraria, acercándose hasta su oído. ―Jisoo.― Respondió la pelinegra.―Tienes un bonito nombre, Chaeyoung.― Dijo antes de separarse de la chica, quién la recibió con una encantadora sonrisa.

Chaeyoung dirigió su mirada hacia su mano que aún permanecía entrelazada con la de Jisoo, vió por un momento las luces de colores que caían sobre ellas hasta darse el valor de tirar de la mano contraria, adentrándose más en aquella pista repleta de gente, se adentraron tanto hasta estar repletas de desconocidos y ahí, simplemente se dejaron llevar con el divertido ambiente.

Comenzaron a bailar al ritmo de la música mientras vasos con alcohol comenzaban a llegar y ellas bebían uno tras otro, dejando que el alcohol circule libremente por su cuerpo y permitiendo que sus deseos carnales se aviven un poco más tras cada copa. Sus cuerpos juntos se movian al compás de la música, Chaeyoung levantaba libremente los brazos, dejándose llevar por las atractivas melodías hasta que las manos de la pelinegra a sus espaldas aprisionaron su cintura y subieron increíblemente lento por sus costados, la rubia se sintió débil ante su toque, un escalofrío recorrió toda su espalda y sus piernas parecieron volverse demasiado débiles como para sostenerla, dejándose caer lentamente sobre el pecho contrario. Quedó con la respiración entrecortada y soltando varios suspiros, dando libre acceso a que las manos de Jisoo comiencen a recorrer más lugares de su cuerpo.

Sus calientes respiraciones comenzaban a entremezclarse, sin embargo, sus bocas aún no habían tenido la dicha de unirse y saborear los labios contrarios a su gusto, pero el deseo seguía presente en ambas y comenzaba a invadirlas por completo, poniendo a prueba su capacidad de autocontrol y acabando con él en el proceso. Ellas continuaron hasta que, finalmente, llegaron a aquel punto donde la tensión había sido tanta que cedieron completamente ante sus instintos. En medio de la pista juntaron deseosas sus labios, demostrando que ya no había vuelta atrás, y sin importar la cantidad de gente a su alrededor ya que todos estaban demasiado alcoholizados como para soltar algún reclamo.

Cómo pudieron se desplazaron entre la pista, procurando no volver a soltar aquellos adictivos labios, hasta llegar a un rincón un poco más alejado, pero no exento de la música y la diversión; y entonces volvieron a cerrar la distancia entre ellas. Sus labios se juntaban una y otra vez apasionadamente, Jisoo se aferraba firmemente a la cintura de Chaeyoung, mientras ésta se afianzaba de su cuello y enredaba torpemente sus manos entre los cabellos de la pelinegra. Jisoo acarició suavemente los labios ajenos con su lengua, pidiendo acceso para adentrarse en la boca contraria, y Chaeyoung le dió paso libre abriendo lentamente la boca, soltando un gemido ahogado al sentir una lengua enredarse con la suya, empezando a encontrar el ritmo perfecto para ambas.

Labios y lenguas juntas, explorándose apasionadamente, ambas chicas sumidas en sensaciones placenteras por el roce de sus labios y completamente perdidas en su pequeña burbuja de pasión y deleite, hasta que la pared en la que estaban plácidamente recargadas fue golpeada un par de veces, ocasionando que las chicas tuvieran que separarse y que Jisoo colocara una notable expresión de molestia en su rostro.

―Estorban el paso.― Un chico alto y con un cigarrillo en la boca respondió al notar la clara molestia de la pelinegra. Ambas se movieron del lugar y el chico rápidamente abrió una puerta, justo en el lugar donde habían estado compartiendo acalorados besos, y fue más que claro que se habían estado besando cerca de los baños, dándole toda la razón a las palabras de aquel extraño.

Un poco más lejanas de los sanitarios Jisoo se acercó hasta la rubia para susurrar una tentadora propuesta.―Conozco un lugar perfecto para continuar, ¿quieres venir?― Habló contra su oído con una voz demasiado atrayente y una mano acariciando la cintura de la chica. La respuesta fue más que obvia cuando Chaeyoung, sin un rastro de duda, juntó sus labios y rápidamente se abrió camino por su boca haciendo que se permanecieran por un poco más de tiempo en el lugar.

Llegar a la salida resultó difícil. No fue para nada sencillo hacerse camino entre la alcoholizada multitud, todo era tropiezos por aquí y tropiezos por allá, pero sin duda lo más complicado fue evitar cerrar la distancia entre ellas de nuevo, pues mientras intentaban cruzar la repleta pista de baile se distraían probando sus labios y en más de una ocasión terminaron en intensos besos, en vez de cruzar exitosamente la zona y salir de la disco. Más luego de algunas distracciones y varios, realmente varios, besos apasionados cumplieron finalmente con su objetivo.

Una vez fuera de la disco, Jisoo tomó la mano de Chaeyoung y la guió, entre risas y tropiezos, hasta el modesto lugar que rentaba pues no estaba demasiado alejado de la discoteca. Antes de que la pelinegra pudiera sacar las llaves para abrir la puerta ya se encontraba perdida en los besos de Chaeyoung, tuvo que alejarse para buscar tranquilamente entre los bolsillos de su pantalón y chaqueta las llaves que les darían acceso a su morada. Tras unos minutos que parecieron eternos, las llaves atravesaron la cerradura que les dió la entrada a ambas chicas.

Una vez dentro retomaron lo que tanto habían ansiado en aquella disco. Juntaron sus labios, ésta vez con más calma, sus bocas se rozaban suavemente disfrutando de la sensación de estar unidas y, sin separarse, Jisoo comenzó a guiar a la rubia hasta su habitación. Tan pronto como llegaron la pelinegra tomó asiento en su cama y tomó las manos de Chaeyoung entre las suyas, subiéndolas hasta sus propios hombros. Chaeyoung entrelazó sus manos en el cuello contrario y audazmente se sentó sobre el regazo de la pelinegra, sintiendo inmediatamente sus manos comenzar a recorrer sus muslos.

Juntan sus rostros en demasía, sus alientos a alcohol se combinan antes mezclarse completamente y no pierden el tiempo para unir sus lenguas, lento y profundamente, dejando que los chasquidos producidos por sus bocas inunden la habitación. Pronto la pelinegra comienza a deslizar sus manos por debajo de la tela del vestido de Chaeyoung, provocando que arqueé la espalda y ahogue un gemido entre sus bocas, en unos cuántos movimientos el vestido ha sido deslizado de su cuerpo; quedando recostada sobre la cama, con su pecho subiendo y bajando acelerado, y sólo con su ropa interior cubriéndola.

El alcohol aún seguía muy presente en el sistema de Chaeyoung y aunque inhibía gran parte de sus sentidos, no estuvo excenta de la vergüenza de quedar tan expuesta ante una extraña. El color subió fuertemente hacia sus mejillas pintándolas de un lindo color rojo, que por supuesto no pasó desapercibido por Jisoo, y en un intento desesperado de cubrir su vergüenza llevó sus manos hasta su rostro para ocultarlo. Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Jisoo mientras se acercaba hasta quedar entre las piernas de la rubia, luego tomando las manos contrarias, apartándolas de aquel bonito rostro teñido de rojo.

Jisoo unió sus labios cuidadosamente, tratando de que Chaeyoung estuviera cómoda con ella. Tras unos cuántos besos la rubia se atrevió a pasar las manos por la espalda de Jisoo, que hasta entonces sólo se había despojado de su chaqueta de cuero negra, recorrió toda su espalda sobre su camisa blanca hasta por fin atreverse a tocar su piel y quitar la prenda. Entre besos suaves se animó a recorrer el abdomen de la pelinegra, tocando su piel caliente y sintiendo como se tensaba ante sus caricias, disfrutando ser la causa de los constantes suspiros de la contraria.

Ya con más confianza Chaeyoung comenzó a incorporarse; quedando sentada con la pelinegra aún enmedio de sus piernas, dejando a Jisoo sostenida sobre ambas rodillas y apoyada en los hombros de la rubia. Chaeyoung admiró la complaciente vista del definido abdomen de la pelinegra frente a ella, hasta no poder controlarse y posar su boca en su piel, comenzando a repartir besos. Dejó uno tras otro, acompañándolos con suaves toques y quedando maravillada con las reacciones de la pelinegra; sentía su abdomen contraerse fuertemente ante las caricias de su lengua y las manos de Jisoo apretando un poco su cuero cabelludo, le hacían saber que la otra estaba más que complacida.

La rubia siguió besando y acariciando, pasó sus manos por sus costados hasta llegar a la cinturilla de su pantalón de mezclilla no dudando en desabrochar el botón y bajarlo un poco, Jisoo se encargó de deshacerse del resto, dejando Chaeyoung cautivada al quedar en su ropa interior. Jisoo sonrió ante la admiración de la rubia, tomó el mentón de Chaeyoung y elevó su rostro, quitándole le vista de su lencería, y acercándose a besarla con hambre.

Jisoo hizo que Chaeyoung volviera a recostarse sobre el colchón, retiró las únicas barreras que impedían que sus pieles se unieran por completo y luego atacó con besos húmedos el cuello de la rubia, dejando que sus pechos desnudos se junten. La pelinegra lamía y succionaba la piel del cuello de Chaeyoung, quién no paraba de suspirar por la agradable sensación, llegando a clavar un poco las uñas sobre la blanquecina espalda de su acompañante.

Los besos hicieron un camino por todo su cuerpo: cuello, garganta, pechos, vientre y finalmente aquel lugar que es la cumbre del placer, trabajando aquel lugar tan expertamente con su boca y lengua que la hizo deshacerse es escandalosos temblores en minutos. Fue tan increíble que logró correrse agresivamente sobre aquel colchón en repetidas veces, en diferentes posiciones y con diferentes maniobras, lo encontró tan placentero que incluso se atrevió a dejar las marcas de su excitación sobre el hombro y cuello de la pelinegra.

Al final, juntas exploraron aquel punto de máximo placer, frotándose una y otra vez hasta sentir un agradable cosquilleo entre sus piernas y liberarse juntas, terminando con fuertes espasmos en sus cuerpos. Aún temblando, Chaeyoung se aferró a la espalda de Jisoo mientras ésta se sujetaba fuertemente de las sábanas a los costados de la rubia y daba largos suspiros.―E-eso... Fue increíble.― Susurró Chaeyoung, su voz apenas podía salir de su garganta y sus pulmones luchaban fuertemente para recuperar el aire.―Lo sé...― Contestó Jisoo mientras se acercaba a repartir lentos besos en su mejilla, provocando que la rubia comenzara a relajarse y sentir la pesadez invadir sus párpados, hasta finalmente caer rendida ante el sueño.

Más tarde, cuando llegó el amanecer y un poco de la luz del sol comenzaba a filtrarse entre las cortinas de la habitación, Chaeyoung comenzó a abrir los ojos siendo invadida por un fuerte dolor de cabeza y una molesta sensibilidad a la luz. Gira en la cama, intentando evadir la luz, y se encuentra con un espacio vacío a su lado, es un escenario común para ella, pero eso no evita que se llene de melancolía al extender la mano y sentir el frío espacio entre las sábanas. Poco a poco se incorpora, colocando las manos sobre su cabeza como si eso pudiera aliviar su molestia hasta que el sonido de una puerta abriéndose le resuena en los oídos más fuerte de lo que debería.

―Oh, lo siento, ¿te desperté?― Chaeyoung negó ante la pregunta de aquella suave voz, aún sosteniendo su cabeza y cerrando los ojos.―La resaca te está matando, ¿verdad? Iré por algo que te ayudará.― Habló la pelinegra al notar cómo Chaeyoung daba suaves masajes sobres sus sienes, además Chaeyoung estaba tan enfrascada en su dolencia que no volvió a notar la presencia de la chica hasta que le ofreció un vaso de agua y una pastilla, y, agradecida, los consumió.

―Creí que ya te habías ido.― Comentó Jisoo mientras tomaba asiento en el colchón, colocándose al lado de Chaeyoung.―Creí que habías sido tú la que se había ido.― Mencionó la rubia una vez que el analgésico había empezado a surtir efecto, aliviándola de la resaca.

Jisoo soltó una pequeña risa y retiró la correa de su cámara de su cuello, colocando la cámara en alguna parte de la cama.―Tenía un encargo pendiente, ¿acaso me extrañaste?― Preguntó divertida la pelinegra mientras revolvía juguetonamente el cabello de Chaeyoung.―Es broma.― Sonrió y luego apuntó hacia una puerta en la esquina del dormitorio.―El baño está por allá, puedes tomar mi ropa también. Estaré en la cocina.

Esas fueron las últimas palabras que Chaeyoung escuchó antes de que la pelinegra saliera del cuarto y quedara sola de nuevo. Con el cuerpo adolorido se levantó par buscar algo de ropa en el closet, vistiendo al final unos pantalones de mezclilla y una ancha camisa azul. Caminó hasta el baño y se vió directamente en el pequeño espejo, observó los rastros de maquillaje oscuro en sus ojos y enjuagó su rostro para luego secarlo frente al espejo; notando varias marcas amoratadas a lo largo de su cuello, cubriéndolas con un poco de maquillaje que encontró por ahí, y sonrojándose al recordar todo lo ocurrido en la noche anterior.

Finalmente salió del cuarto y, aún con un poco de dolor de cabeza, alcanzó a divisar a Jisoo en una pequeña cocina. El olor a comida comenzó a inundar de lleno en sus fosas nasales y le resultó inevitable no acercarse hasta la barra y tomar asiento en aquel banco alto.―Llegaste justo a tiempo.― Jisoo volteó con una sonrisa en el rostro y puso un plato de comida frente a ella. Chaeyoung no dudó ni un segundo en dar el primer bocado y saborear la comida.

―¿Siempre eres así de amable con los extraños?― Preguntó la rubia luego de varias probadas a su comida.―No realmente.― Contestó desinteresadamente Jisoo mientras colocaba su plato en la pequeña barra blanca y tomaba asiento en frente de Chaeyoung.―De hecho, sólo estoy siendo amable contigo, ya que todas salen corriendo a primera hora del día.― Alzó los hombros restándole importancia y siguió disfrutando de su desayuno.

―¿Todas? Te refieres a que... ¿Has estado con otras chicas antes?― Preguntó Chaeyoung muy curiosa y sorprendida, de igual manera ella misma no entendía la razón de su sorpresa si después de todo había pasado una placentera noche con la chica, y además el simple hecho de que la pelinegra la hubiera besado la noche anterior ya parecía una respuesta lo suficientemente clara.

―Claro, siempre supe que los chicos no eran lo mío.― Contestó la pelinegra hablando cómo si lo que hubiera dicho fuera la cosa más normal del mundo, hasta que por un momento pareció quedar pensativa, luego mirando a Chaeyoung a los ojos.―¿Te incomoda?― Preguntó con un dejo de duda en su mirada.

―N-no, para nada.― Respondió Chaeyoung inmediatamente.―Sólo... No es muy común.― Terminó de decir tratando de ser lo más amable posible.

―Lo sé, muchos se esconden por lo que los demás dicen, pero yo no soy así. Siempre he odiado esconderme por eso, así que sólo vivo mi vida evitando a la gente que le molesta.― Jisoo soltó un suspiro melancólico antes de volver a colocar una sonrisa en su rostro y volver a dirigirse a Chaeyoung.―En fin, ya hemos hablado mucho de mí, cuéntame algo sobre tí. Dime, ¿tienes novio o algo?

Chaeyoung pareció quedar congelada al oír la pregunta, pero luego de algunos segundos finalmente dió una respuesta.―No, no tengo novio.― Contestó de manera que a la pelinegra no le pareció lo suficientemente convincente y justo a punto de volver a hacer una pregunta fue interrumpida por Chaeyoung.―¡Ah! Tampoco me gustan las chicas. Lo de anoche tampoco significa nada, sólo estaba demasiado borracha como para pensar las cosas.

Jisoo rió un poco ante la anticipada respuesta de Chaeyoung.―Bien, te entiendo, muchos hacemos tonterías cuando estamos borrachos, pero...― Una media sonrisa se formó en su rostro antes de terminar su oración.― No puedes decir que no te gustó lo de anoche.― Soltó una carcajada al ver a Chaeyoung desvíar la mirada con las mejillas pintadas de rojo, le parecía simplemente adorable.―Ya, ya, sólo era una pequeña broma.― Le restó importancia.―Por cierto, ¿me puedes recordar tu nombre?

―Chaeyoung.― Respondió la rubia ya con el sonrojo disipado de sus mejillas y Jisoo escuchó atentamente, comenzando a meditar el nombre para sus adentros, haciendo trabajar a su mente, aún algo afectada por las consecuencias de beber demasiado anoche, para poder recordar a largo plazo el nombre de aquella linda chica.―Chaeyoung...― Musitó Jisoo en voz baja en otro intento de mantener el nombre grabado en su memoria.―Tienes un bonito nombre, yo soy-

―Jisoo.― Interrumpió abruptamente Chaeyoung.―Lo recuerdo bien.― Mencionó Chaeyoung con una bonita sonrisa, Jisoo la miró y le fue inevitable sonreír también.―Ahora que tú recuerdas bien mi nombre, me aseguraré de recordar bien el tuyo también.― Ambas conectaron miradas y se unieron en una melodiosa risa.

―¿Eres nueva por aquí? Es la primera vez que te veo en esa disco y bueno, digamos que conozco bien el lugar.― Cuestionó la pelinegra intrigada, intentando saber un poco más de Chaeyoung, quién sólo sonreía tímida ante la pregunta.―No soy nueva,― Negó Chaeyoung.―de hecho, la discoteca me queda cerca, "por así decirlo".― Mencionó mientras hacía unas pequeñas comillas con ambas manos.―Aunque a pesar de tenerla cerca nunca me había atrevido a ir, prefiero simplemente quedarme en casa a pasar el rato.

―¿Y qué te hizo cambiar de opinión entonces?― En el fondo, Chaeyoung conocía la respuesta, pero atreverse a decirla en voz alta significa sumergirse primero en un mar de pensamientos negativos, por lo que le es preferible dar una respuesta no muy bien pensada pero lo suficientemente razonable.―No lo sé, creo que sólo estaba aburrida.― Optó por decir.

―¿Aburrida? Lo hubieras dicho antes.― Dijo la pelinegra mientras se levantaba de su asiento en busca de algo y Chaeyoung la miraba en su travesía, hasta verla perderse en algún cuarto para luego regresar con pequeño papel en mano.―Salgo a divertirme casi todos los fines de semana,― Jisoo acercó el papelito hasta la rubia.―puedes llamarme cuando quieras pasar un buen rato, conozco varios lugares que podrían gustarte.

―Gracias.― Respondió Chaeyoung observando el número escrito en el papel con cierto brillo en sus ojos.―No hay de qué, llámame cuando quieras.― Le contestó Jisoo, perdiéndose un poco en aquel bonito e inocente brillo que apareció en los ojos de Chaeyoung.

La conversación fluía agradablemente entre ambas, parecía que lo de anoche había quedado cómo un inesperado suceso del que ambas se negaban a volver a mencionar porque ahora lo único interesante era lo bien que habían conectado. Todo parecía marchar demasiado bien, entre risas, bromas y pláticas banales hasta que Chaeyoung miró el reloj de manecillas rojo en una pared de la cocina, dándose cuenta de que era hora para regresar a lo que estaba obligada a llamar hogar.

Con algo de tristeza, se vió obligada a comenzar a despedirse de la pelinegra quién insistió repetidas veces en acompañarla hasta su casa, pero Chaeyoung negó, diciéndole a Jisoo que ya le había causado suficientes molestias y que no debía preocuparse por los efectos de la resaca, argumentando que ya se sentía mucho mejor.―Prometo llamarte pronto.― Le dijo Chaeyoung mientras le regalaba una última sonrisa y se dió la vuelta para marcharse sin mirar atrás.

Jisoo la vió irse y sus palabras se quedaron atascadas en su mente. Los días pasaron y esas palabras aún las tenía muy en mente, esperó que su teléfono fijo sonara y que al responder aquella dulce voz se escuchara a través de la bocina del teléfono, pero eso no pasó en ni uno ni dos días, fueron varios días en los que estuvo a la espera. Hasta que un día viernes por la noche, sin tener nada que hacer y ya resignada a recibir una llamada telefónica de la rubia, comenzó a prepararse para salir de fiesta. Buscó entre su armario ropa cómoda, pero adecuada a la ocasión, arregló un poco su negro cabello y, por último, fue por su clásica chaqueta negra, aquella que no podía faltar y que la había acompañado en varias aventuras.

Con la chaqueta puesta y las llaves en mano abrió la puerta dispuesta a salir, pero el timbre del teléfono fijo en su pared la hizo detenerse, dudando en contestar y quedarse un rato más en casa o irse y dejar el teléfono sonar hasta que se cansen de llamarla. Antes de tomar una decisión la promesa de Chaeyoung llegó a su mente y surgió en ella un pequeño destello de esperanza que la impulso a acercarse al teléfono y contestar.

―¿Diga?

―Hola...― Jisoo sonrió al escuchar la voz del otro lado de la línea, era tan dulce y cálida como lo recordaba.―Soy Chaeyoung, lo siento por llamar luego de tantos días.― Su melodiosa voz ahora se escuchaba con un tono de culpa.―No te has olvidado de mi, ¿verdad?

―Por supuesto que no te he olvidado.― Se escuchó un suspiro de alivio a través del teléfono.―Dime, ¿necesitas algo de diversión? ¿O a qué se debe tu llamada?― Dijo Jisoo en tono divertido, intentando con ello fastidiar un poco a Chaeyoung.

―Ya... Te prometí que te llamaría, te hice una promesa y yo siempre cumplo mis promesas, además, que te llame no significa que simplemente quiera salir a divertirme. ¿Acaso no puedo llamar para saber cómo estás?

Jisoo comenzó a reír ante la adorable respuesta de Chaeyoung.―Claro que puedes, pero yo recuerdo haberte mencionado que me llamaras para divertirte, ¿no? ¿No quieres pasar un buen rato?

―No lo sé. Quizás...― Tras aquellas palabras se escuchó un silencio en la línea, Jisoo asumió que la rubia estaba analizando su propuesta.―Bien, supongo, que me gustaría pasar un buen rato contigo.― Su voz sonó algo tímida y Jisoo no pudo sonreír más.

―Bien, entonces dame tú dirección e iré contigo.― Contestó Jisoo con total disposición, pero Chaeyoung negó inmediatamente ante la petición de la pelinegra, argumentando que no debía por causarle tantos problemas como la última vez que se vieron, por lo que Jisoo, con algo de resistencia, finalmente accedió a brindarle a Chaeyoung su propia dirección, por lo que no le quedó nada más que esperar a que Chaeyoung llegue.

Tras una espera de varios y largos minutos estando recostada en el sofá finalmente escuchó toques en la puerta, emocionada, se levantó del sillón y abrió la puerta siendo recibida por una Chaeyoung que vestía su camisa azul encima de una playera con el nombre de una banda famosa y una gran bolsa de plástico en su mano. Ciertamente quedó algo sorprendida con el aspecto de Chaeyoung, esperaba algo diferente luego de mencionar que irían a divertirse, pero de igual manera no podía que se veía muy linda.

Luego de un corto saludo Jisoo le dió la entrada a Chaeyoung a su pequeño, pero cálido hogar.―Mientras venía para acá compré algo de comida, espero que guste.― Chaeyoung sonrió mientras se adentraba hacia la cocina y colocaba la bolsa de plástico encima de la barra blanca.―Entonces... ¿Cuál es el plan?― Preguntó Chaeyoung inocentemente.

―Pues... Tenía pensado llevarte a alguna disco y pasar una noche divertida, pero por lo que veo tú tienes otros planes en mente.― Comentó Jisoo mientras se acercaba hasta la barra y le daba un buen vistazo a lo que había dentro de la bolsa que Chaeyoung había traído.―Primero, nunca me dijiste que querías llevarme a una disco y segundo, no tenemos que ir a esa clase de lugares para divertirnos podemos pasar el rato en tu casa.― Le contestó Chaeyoung con un pequeño puchero en el rostro.―Además, divertirse no significa tener que salir todos los días.― Terminó.

Jisoo, sin ganas de contradecir a Chaeyoung, simplemente se dejó llevar por su pequeño capricho.―Bien, tu ganas, nos quedaremos en casa.― Le respondió.―¿Te parece si vemos películas?― Y supo que Chaeyoung realmente lo quería al ver cómo asentía con gran emoción plasmada en su rostro, por lo que terminó acercándose hasta el mueble debajo de la televisión; dónde tenía resguardados todos sus VHS.

Abrió una pequeña puerta del mueble y de ahí sacó una caja de cartón repleta de videocasetes bien organizados. Jisoo comenzó a sacarlos cuidadosamente, inspeccionando cada uno, pensando cuál sería la mejor opción para ver junto a Chaeyoung.―¿Qué te gustaría ver, Chaeyoung? Tengo Flashdance, El resplandor y...― Observó en uno de los videocasetes de más al fondo unas características letras amarillas.―¡Oh, mira! Tengo Star Wars también.― Dijo Jisoo mientras le mostraba a Chaeyoung la cinta de video desde su lugar.

―Star Wars es aburrido.― Le contestó Chaeyoung y Jisoo quedó más que indignada ante su respuesta, nunca nadie le había dicho aquello de las mejores películas de la época.―¿Pero qué estás diciendo? Son películas muy buenas y ni hablar de sus efectos especiales, espectacular se queda corto.― Chaeyoung sólo rodó los ojos en respuesta, no podía creer que la pelinegra sea amante de aquellas aburridas películas de guerras espaciales.

―Tienes gustos aburridos, así que yo me encargaré de elegir la película.― Jisoo accedió con la promesa de que no desordenara demasiado sus cintas de video, ya que aquellas cintas eran algo muy preciado que tenía. Al final, Chaeyoung terminó escogiendo varias películas, y juntas se sentaron a verlas mientras disfrutaban de todos los snacks que Chaeyoung había traído para compartir.

En la mitad de la tercera y última película, la pelinegra comenzaba a sentir una gran pesadez invadir sus párpados, que la invitaba a cerrar sus ojos por completo y caer rendida ante el sueño, y por supuesto Chaeyoung no pasó desapercibido el notable cansancio en Jisoo.―Creo que debería irme, nos vemos.― Susurró Chaeyoung muy cerca de Jisoo, intentando hacer el menor ruido para no despertarla, pero no funcionó ya que luego de algunos segundos Jisoo ya había abierto los ojos y comenzaba a recuperar la compostura.

―No, Chaeyoung, no puedes irte a ésta hora es muy tarde y no quiero que te pase nada.― Jisoo se levantó del sofá aún algo adormilada y comenzó a frotar sus ojos intentando borrar todo rastro de sueño.―Pero Jisoo, ya estás cansada, además, puedo volver sola a casa.― Le contradijo Chaeyoung, pero Jisoo se negó rotundamente y prácticamente la obligó a quedarse en su casa.

―Puedes dormir en mi cama, yo dormiré en el sofá.― Jisoo llevó a Chaeyoung hasta su habitación y entró con ella, acercándose hasta su closet, en busca de una almohada extra.―Jisoo, no tienes que dormir en el sillón, puedes dormir conmigo.― Le habló Chaeyoung con una sonrisa despreocupada. Jisoo dudó un poco, pero al final no pudo resistirse a la linda sonrisa y a la pesadez que invadía su cuerpo.

Más tarde, ambas terminaron recostadas en la cómoda cama y envueltas entre las cálidas mantas. Estaban bastante cerca ya que la cama no era demasiado grande, pero si lo suficiente para que apenas dos personas pudieran dormir, así que fácilmente podían sentir el calor corporal de la otra y aquella sensación de calidez mantenía con algo de alegría a Chaeyoung, pues tener una cálida compañía luego de mucho tiempo en fría soledad hacía que se llenara de calma y una sincera sonrisa se dibujara en su rostro.

Aquella noche Chaeyoung durmió realmente abrigada, no por las mantas si no por la afable compañía que la hacía sentir segura, pero más importante aún hacía que toda la soledad que alguna vez había sentido se disipara y no había sido la única en sentir algo similar, pues la pelinegra había sentido una extraña y reconfortante comodidad al estar con Chaeyoung. Ambas tenían la sensación de que habían encontrado a alguien importante en su vida, más no eran capaces de imaginar el gran impacto que causarian en la vida de la otra.

Las páginas del calendario se iban arrancando una tras otra, el tiempo pasaba y los meses transcurrían. Los días viernes habían sido ocupados para ver películas, Jisoo dejó de salir a fiestas con Seulgi y ahora se preocupaba por tener una buena colección de cintas de video, sólo para que Chaeyoung pudiera elegir las mejores películas. Era bastante obvio la gran burbuja de comodidad que ambas habían creado a lo largo de los meses, siempre se acurrucaban en la otra cada que miraban películas y dormían juntas cada que se les hacía demasiado tarde, poco a poco, estaban construyendo una relación de comodidad y confianza.

Cada día viernes las chicas se hacían cada vez más, en cada ocasión siempre decían algún pequeño detalle de sus vidas y cada pregunta que se hacían se iba haciendo un poco más íntima con el paso de las semanas. Un día viernes, mientras Chaeyoung estaba plácidamente recostada sobre el pecho de Jisoo y está envolvía su brazo alrededor de los hombros, Chaeyoung le contó que poseía una academia de baile, no solía mencionarlo demasiado ya que muchos llegaban a despreciar su trabajo, pero se sentía en la suficiente confianza para decirlo y se sintió demasiado feliz al no obtener una reacción negativa de Jisoo.

―Realmente no me sorprende.― La pelinegra le dió una media sonrisa.―La primera vez que te conocí bailabas demasiado bien, así que no dudo que seas la mejor en lo que haces.― Chaeyoung le dió un pequeño gracias y volvió a fijar su vista en la pantalla, intentando ignorar el rubor que subió hasta sus mejillas y Jisoo, al notarla un poco avergonzada, sólo la atrajo más hacia su pecho y comenzó a dejar leves caricias a lo largo de su brazo.

Tiempo después Jisoo le comentó a Chaeyoung que se dedicaba a la fotografía y los ojos de la rubia expresaron un brillo tan hermoso que Jisoo no dudó en prestarle su cámara y enseñarle cómo se usa. Para eso se reunieron un día que no era el viernes como siempre solía ser; para esa ocasión fue un jueves en la tarde. Chaeyoung llegó a la casa de la pelinegra y ésta la recibió con gusto, luego le mostró cómo debía sostener la cámara y cómo colocar los carretes, le enseñó a cómo funcionaban los lentes y también aprovechó para tomarle algunas fotos.

Después, dejó su posesión más preciada en manos de Chaeyoung, quién comenzó a tomar varias fotografías; primero con Jisoo detrás de ella, colocando sus manos sobre las suyas y guiándolas para manejar correctamente la cámara y luego de algunos consejos y lecciones acerca de la luz apenas logró manejarla. Tomó varias fotos de la casa de la pelinegra e incluso tomó varias de ella también, hasta que terminó por ocupar todo el rollo fotográfico y Jisoo le indicó cómo debía rebobinarlo para poder sacarlo sin arruinar las fotos.

―Ven, te llevaré a mi pequeño estudio, ahí revelaremos todas la fotos que tomamos.― Le mencionó Jisoo antes arrastrarla hasta la salida y hacerla caminar unas cuántas calles hasta por fin llegar al pequeño estudio. Al entrar, Chaeyoung notó varias fotos enmarcadas y colgadas en un pared blanca, había varios paisajes y muchos rostros desconocidos pero al final Jisoo la guió hasta una puerta en la esquina del salón. Al entrar había una serie de artefactos que jamás había visto en su vida, botellas que parecían resguardar líquidos extraños y papeles colgados en una fina cuerda.

Jisoo le explicó que en aquel lugar revelarían las fotos para que pudieran verse mejor. Ante la mirada atenta de Chaeyoung, Jisoo comenzó a manipular los instrumentos y a vaciar el líquido de las botellas en unas finas bandejas, para finalmente apagar la luz del cuarto y por el contrario encender una luz roja que llegaba a iluminar tenuemente todo el cuarto. Jisoo trabajó en el revelado de los rollos fotográficos y algunas otras fotografías que tenía por ahí también mientras le daba a Chaeyoung explicaciones muy detalladas de todo lo que estaba haciendo.

Para el final, todo el material ya había sido manipulado como es debido y sólo faltaba esperar para poder observarlas en todo su esplendor. Esperaron en un cómodo silencio en aquel cuarto levemente iluminado de rojo hasta que una pequeña conversación comenzó a salir a flote.―Por cierto, nunca mencionaste como obtuviste tu academia de baile. Yo te conté como incursioné en el mundo de la fotografía, es justo que me cuentes cómo empezaste con el baile y todo eso, ¿no crees?― Le mencionó Jisoo rompiendo el silencio que se había formado.

―Pues, realmente no sé qué decir.― Chaeyoung siempre fue algo reacia a la hora de hablar de su vida personal ya que no siempre recibía buenos comentarios y siempre terminaba siendo juzgada con algún estereotipo de por medio, cosa que realmente detestaba, pero luego de varias insistencias por parte de la pelinegra terminó cediendo a contarle.―Desde que tengo memoria amo bailar, siempre supe que ese era mi destino. Cuando era niña y decía que quería dedicar mi vida a bailar todos lo veían como algo adorable, pero conforme crecía mis padres y las personas a mi alrededor insistían en que dejara aquel sueño de lado, que era algo absurdo, que estaba loca por pensar que podría cumplir un sueño así. Mis padres me presionaron demasiado para estudiar algo que dejara mucho dinero y al final, no sé cómo ni por qué, pero terminé revelándome y me inscribí en una escuela de baile a sus espaldas. Por su puesto que nunca estuvieron contentos con eso, los demás tampoco, siempre dicen que trabajar de eso es una perdida de tiempo, que no vale la pena y...

―Hey, está bien.― Jisoo la interrumpió y tomó su mano en medio de la poca luz.―No tienes que pensar en los demás, ellos no saben cuánto te esforzarte para llegar hasta aquí, simplemente... Mándalos a la mierda, que les importe un carajo lo que haces o no. Además, fue muy valiente de tu parte revelarte contra tus padres, no muchos son capaces de hacer eso. Eres admirable, Chaeng, ¿lo sabías?― Chaeyoung se sintió reconfortada con aquellas palabras, no sabía que realmente deseaba escuchar aquellas palabras hasta ese momento. Le agradeció a Jisoo por las reparadora palabras y se acercó hasta ella, envolviéndola en un abrazo que Jisoo correspondió brindando caricias a lo largo de su espalda y susurrándole que todo estaba y que era la mejor en lo que hacía. Aquel día el revelado de fotografías no pudo ser tan confortable ambas.

Las dos chicas podían hablar de todo y de nada a la vez. Ya habían hablado un poco de su vida cotidiana, su trabajo, y por su puesto, también habían llegado a hablar sobre el amor. Amor que le tenían a su familia y el amor que estaban dispuestas a compartir con los demás. Un viernes que Chaeyoung se quedó a dormir le hizo una pregunta inusual a la pelinegra.―Jisoo, ¿alguna vez has tenido algo serio con alguna chica?― Le cuestionó curiosa Chaeyoung y Jisoo quedó algo sorprendida ante su pregunta ya que nunca nadie se había atrevido a hacerle aquella, ni siquiera su mejor amiga Seulgi.―¿Por qué la pregunta?― Le respondió con la misma curiosidad con la que Chaeyoung preguntó.―No lo sé, simplemente me dió curiosidad.― Replicó Chaeyoung mientras se cubría con las calientes mantas de la cama y se acercaba un poco más hacia Jisoo.

―No, nunca he tenido algo serio. Me temo que siempre he estado metida en relaciones esporádicas, todo se resume a un encuentro de una sola noche o quizás unas pocas semanas, pero igual nada serio.― Finalmente le respondió la pelinegra. ―¿Por qué? No te gustaría tener algo estable.― Chaeyoung la atacó con otra pregunta, no con intención de incomodar a Jisoo, sino sólo con la intención de conocerla un poco más a fondo, porque estaba intrigada en saber qué le gustaba y qué no, pues podía está feliz con descubrir una cosa nueva de la pelinegra, así se trate de una cosa muy pequeña.

―No, no eso, es sólo que ninguna de las chicas que he conocido ha estado dispuesta a tener algo conmigo. Una vez "estuve", digámoslo así, con una chica, pero ella sólo me buscaba cada que quería, y bueno, yo nunca podía negarme porque realmente me gustaba. Sólo la ví por un mes y luego ella simplemente desapareció, pero aún si no se hubiera ido yo jamás hubiera tenido una oportunidad con ella, no le importaba, para ella yo sólo fuí una pequeña aventura.― Terminó Jisoo con una sonrisa que denotaba melancolía.―Luego de aquello comencé a restarle importancia a las relaciones de pareja, sólo salía a divertirme y me enredaba fugazmente con cualquier chica que quisiera pasar una sola noche conmigo, supongo que hacer eso sólo me hizo sentirme más sola de lo que ya me sentía o quizás es mi destino estar sola, realmente no lo sé.

―No creo que sea eso,― Chaeyoung tomó el rostro de la pelinegra entre sus manos y comenzó a acariciar sus mejillas.―sólo no has encontrado a la chica indicada, pero estoy segura de que algún día lo harás.― Le dijo con voz calmada y aún sin soltar su rostro.―¿Estás segura?― Le replicó Jisoo con rastros de inseguridad en su voz.―Claro que sí, además, no estás sola Jichu, me tienes a mi a tú lado y puedes contar conmigo para lo que sea.― Chaeyoung envolvió a Jisoo entre sus brazos y le dió cobijo en su pecho, mientras la pelinegra escondía su ruborizado rostro en el cuello de Chaeyoung y se aferraba a su cintura. Esa noche durmieron más juntas que nunca, costumbre que llegó para quedarse y estaba presente cada dormían juntas.

Ninguna de las dos se atrevía a decirlo en voz alta, pero ambas estaban conscientes del acelerado palpitar de sus corazones cada que se abrazaban o se llegaban a tomar de las manos, conocían a la perfección el significado del ardor que subía hasta sus mejillas cada que se decían algo lindo o cada que estaban peligrosamente cerca. Ellas más que nadie conocían los sentimientos que comenzaban a cultivar entre ambas, pero aún no eran lo suficientemente valientes como para expresarlos, quizás sólo les hacía falta un pequeño empujón para dar el paso.

Un día Jisoo comenzó recibir reclamos de su mejor amiga, quién le decía constantemente que la había dejado abandonada y que a consecuencia ahora debía divertirse en los clubes y bares de la ciudad en completa soledad. Sus quejas llegaron a fastidiar tanto a Jisoo que terminó aceptando la invitación de Seulgi a la disco cerca de su casa, pero había un sólo problema, la había citado un viernes en la noche y los viernes eran días de películas con Chaeyoung. De camino al lugar Jisoo le comentó a Seulgi que dejaría la disco temprano porque se vería con Chaeyoung, le costaron unas cuántas burlas de su amiga pero si la dejó escaparse antes de que fuera demasiado tarde.

Y ahí estaba Jisoo de nuevo en aquel ambiente, aquel que antes le parecía tan familiar y que ahora sólo era un extraño lugar repleto de luces neón y gente alcoholizada. Intentó volverse a sentir cómoda con el ambiente, pero simplemente no se sentía igual que antes, se acercó a la pista de baile y trató de volver a encajar con aquellas personas perdidas en la música. Comenzó a moverse al ritmo de la música y empezó a disfrutar sólo un poco hasta que unas manos que se enredaron en su cuello la tomaron por sorpresa. No sé sentía correcto, pero aún así Jisoo dejó que aquella chica bailara muy cerca de ella, la extraña cada vez se le acercaba más y Jisoo no le decía nada a pesar de que la situación comenzara a ponerla incómoda.

Estuvo unos minutos más ahí metida, hasta que levantó su mano izquierda para mirar su reloj de muñeca; notando que ya eran las siete y que Chaeyoung estaría llendo a su casa pronto. Lo más rápido que pudo se desenredó de esos brazos extraños y se dirigió hasta la salida, y sabiendo que Chaeyoung tendría que pasar obligatoriamente por la discoteca pensó en esperarla muy cerca de la entrada para luego hacerle compañía hasta su casa.

Estuvo esperando por varios minutos, mirando cómo la gente pasaba, hasta que observó un poco a lo lejos aquella cabellera rubia que tanto adoraba. Apenas había dado algunos pasos para llegar hasta Chaeyoung cuando escuchó unos pasos acelerados a su lado y, en un abrir y cerrar de ojos unas manos que no conocía llegaron hasta sus mejillas y el sabor a alcohol invadió de lleno sus labios. Justo cuando menos lo esperó aquella chica que había estado tan pegada a ella en la pista de baile la había seguido, y ahora se encontraba besándola ferozmente en medio la calle. Si la situación le hubiera ocurrido meses atrás probablemente ya habría llevado a la chica hasta su apartamento, pero ahora tenía a Chaeyoung y no podía sentir más que repulsión antes los labios que se habían estampado contra los suyos.

Rápidamente apartó a la extraña, sin preocuparle qué ésta le gritara alguna grosería por ser tan brusca, lo único que le importaba era ir tras Chaeyoung quién había girado en dirección contraria a su apartamento.―Chaeyoung, espera.― Fue lo único que Jisoo pudo decir cuando alcanzó a tomar su muñeca, mientras Chaeyoung sólo se quedó congelada en su lugar y sintiendo una dolorosa punzada atravesar su pecho, específicamente en el lugar donde se encontraba su corazón.―Está bien, no importa, si lo prefieres puedes regresar. Yo volveré sola a casa.― Chaeyoung intentó sonar lo más relajada posible, pero lamentablemente para ella su voz detonaba su dolor y eso hacía que a Jisoo se le partiera el corazón.

―No, Chae, prefiero mil veces ver películas contigo que volver a ese lugar, en serio.― Jisoo sonaba verdaderamente desesperada y Chaeyoung simplemente no sabía cómo responder.―Larguémonos de aquí y vayamos a mi apartamento, por favor.― Le dijo Jisoo mientras reforzaba el agarre que tenía en la muñeca de Chaeyoung, pero ella aún abrumada por sus propios sentimientos y por las palabras de la pelinegra, sin embargo, terminó aceptando. Una sonrisa de alivió apareció en el rostro de la pelinegra y Chaeyoung intentó hacer la mismo; poner una sonrisa, pero aún se sentía herida por lo que había presenciado.

Jisoo le retiró de las manos de Chaeyoung la bolsa de plástico cargada de snacks y entrelazó sus manos al ver que Chaeyoung seguía decaída. Caminaron en un silencio sepulcral hasta llegar a su destino, dónde Chaeyoung desentrelazó sus manos y se dirigió hasta una esquina del sofá frente al televisor. Jisoo sólo la miró sintiéndose culpable, dejó la bolsa que cargaba en la pequeña mesa de centro donde también alcanzó a ver un videocasete que dejó sin ordenar.

―Mira, Chaeng, es Star Wars: Una nueva esperanza, se que te aburre, pero, ¿por qué no le das una oportunidad?― Jisoo sólo intentaba animarla, pero no estaba funcionando pues Chaeyoung simplemente asintió restándole mucha importancia, algo que normalmente no solía hacer. Jisoo reprodujo la película y se sentó en el sillón con la esperanza de que Chaeyoung se acurrucara a su lado, sin embargo eso jamás ocurrió, estaban sentadas en esquinas contrarias y la película parecía ser lo menos importante, por lo que a menos de la mitad de la película la pelinegra tomó el control remoto y apagó la televisión para dirigirse a Chaeyoung sin distracciones de por medio.

―Chaeng, por favor, dime qué ocurre.― Sin querer invadir el espacio de Chaeyoung, Jisoo prefirió hablarle desde su esquina del sofá.―Nada, todo está bien.― Le respondió Chaeyoung mientras se abrazaba de sus rodillas y escondía su rostro en sus antebrazos, Jisoo no sabía cómo abordar el tema, pero aún así tomó el valor de sentarse al lado de Chaeyoung y volver a preguntar al respecto.―Ya te lo dije, todo está bien.― Volvió a responder Chaeyoung sin siquiera mirarla a los ojos.―Chaeyoung, necesito que me digas qué pasa.― Le insistió una vez más la pelinegra y al fin Chaeyoung pareció salir de su escondite, dió un fuerte suspiro y miró a Jisoo sin realmente saber cómo expresar lo que quería decir.

Jisoo miraba cómo las palabras no podían salir de la boca de Chaeyoung, pero estaba dispuesta a esperarla por una eternidad si es que era necesario. Mientras la pelinegra esperaba la mente de Chaeyoung era un caos; no estaba segura de decir lo que sentía, pero sabía que tarde o temprano esos sentimientos saldrían a la luz. Le dió un pequeño respiro a su mente acelerada pensando que era lo que realmente quería; quería besarla, realmente lo deseaba, miró los labios de Jisoo, y sin pensarlo demasiado, se acercó a darle un corto beso en los labios. Se arrepintió al instante al notar cómo Jisoo se alejaba de ella demasiado sorprendida.

―¡Lo siento, lo siento! No debí hacer eso, estuvo mal.― Habló con el pánico a flor de piel mientras se ponía roja de la vergüenza y Jisoo sentía que podría morir de una falla cardíaca en cualquier momento.―Chae, está bien, no pasa nada.― Jisoo intentó calmar a la rubia luego de calmar su propio corazón, intentó decirle más cosas que la calmaran pero nada parecía funcionar.―Chaeyoung, ya te dije que no pasa nada.― Volvió a decir en un último intento de relajarla.

―No, Jisoo, si ocurre algo. Y lo peor es que sé que no debería, pero realmente no pude evitarlo... Me gustas Jisoo, y mucho, no puedo sacarte de mi mente, lo siento.

―Chae, no hay nada de malo en eso así que no hay por qué disculparse,― Chaeyoung intentó replicar, pero Jisoo subió sus manos hasta su rostro y presionó suavemente sus labios con su dedo pulgar, impidiendo que dijera otra palabra.―además, también me gustas, y mucho.

Chaeyoung no podía creer lo que escuchaba, todo parecía sentirse tan irreal en aquel momento, pero salió de su ensoñación al volver a sentir unos suaves labios juntarse con los suyos por un corto momento. Al dejar de sentirlos pudo observar una linda imagen; Jisoo aún estaba muy cerca de su rostro, podía observar sus sonrojadas mejillas y la forma en que no paraba de mirar directamente hacia sus labios. Chaeyoung no tardó mucho tiempo y pasó sus manos por el cuello de Jisoo, volviendo a acercarse para besarla y dar inicio a una larga sesión de besos. Comenzaron con besos cortos y suaves, cargados de ternura, luego pasaron a besos más duraderos que demostraban todo el cariño que se tenían, y al final, enredaron sus lenguas en un apasionado vaivén, evidenciando el deseo que sentían.

Esa noche fue como ninguna otra, tocaron su cuerpo hasta el amanecer y recorrieron hasta los lugares más recónditos de sus cuerpos con sus labios, se besaron hasta el amanecer y dejaron marcas que, sin duda, serían muy notorias al día siguiente. Fue igual de intenso e increíble como la primera vez que lo hicieron, sin embargo, ésta vez sus sentimientos eran diferentes y eso era lo que hacía que su encuentro se sintiera tan diferente. Demostraron, sin decir una palabra, el amor que tenían por la otra, se amaban y ahora realmente lo sabían. Se fundieron entre besos y caricias hasta la salida del sol, para la mañana siguiente Chaeyoung abrió los ojos al sentir dulces besos recorrer su hombro y parte de su espalda, volteando sólo para ser recibida con una de las sonrisas más hermosas que había visto y luego un corto beso sobre sus belfos.

A partir de aquel día se convirtieron en dos personas con sentimientos mutuos. Se demostraban todo su amor, a pesar de que realmente no había nada oficial, pero ya llegaría el tiempo. Ahora, Chaeyoung pasaba la mayor parte de su tiempo en la casa de Jisoo, cada rato libre que tenía era ocupado para ir a ver a Jisoo quién siempre la recibió con un caluroso abrazo y un cálido beso en los labios. En muchas ocasiones, cuando Chaeyoung sólo tenía que impartir una clase por la mañana, se iba al apartamento de Jisoo, dónde generalmente esperaba a que regresara de sus sesiones de fotos o de su pequeño laboratorio para el revelado de fotografías.

Pasaban mucho tiempo de calidad y eran muy escasas las ocasiones que no se veían, la mayoría de ellas era por trabajo o alguna situación verdaremente extraordinaria, aunque siempre volvían al lugar donde sentían que pertenecían; entre los brazos de la otra, por supuesto, siempre que algo no grato sucedía volvían a aquel lugar, su lugar seguro. Una ocasión sucedió que Chaeyoung tuvo una pelea con su madre, quién había comenzado a reclamarle sobre su decisión de dedicarse a la danza y ese día Chaeyoung no aceptó ni una queja más, atreviéndose a contestarle de mala manera a su madre. Ese día, la única forma en la que Chaeyoung pudo encontrar consuelo fue entre los brazos de Jisoo, quién le hacía sentir que en algún todo iba a estar bien.

Muchas veces, Chaeyoung reflexionaba acerca de su libertad. Algunas veces sentía que era libre como el viento, pero luego ocurría algo que le recordaba que aún seguía atada a sus padres y a todo lo que le decían, aunque aquello mejoró un poco luego de conocer a Jisoo, pero de todas formas sus padres siempre encontraban alguna manera para mantenerla a raya y muchas veces, aún si se encontraba con Jisoo podía sentir los estragos que la atadura hacia sus padres le causaba.

Un lunes por la mañana Chaeyoung iba de camino al apartamento de Jisoo luego de impartir su única clase del día, usó la llave que Jisoo le regaló y fue recibida por un total silencio, pensando que la pelinegra no se encontraba se dirigió hasta la habitación donde una sonrisa se formó en su rostro al ver a Jisoo recién despertando, dejó su maleta en el suelo y se acercó hasta quedar recostada encima de Jisoo, y ella la recibió gustosa, abrazándose a la cintura de la rubia. Jisoo le preguntó a Chaeyoung como le había ido y ésta le respondió que bien, dando inicio a una pequeña plática mientras seguían abrazadas.

―Sabes, algún día me gustaría ir a algún evento tuyo y verte bailar.― Le confesó Jisoo sin esperar la pequeña sorpresa que Chaeyoung le tenía preparada.―¿En serio? Porque mira lo que conseguí sólo para ti.― Chaeyoung buscó un poco entre los bolsillos de su chamarra hasta finalmente sacar lo que buscaba.―Voy a ir a ese concurso y, me gustaría que estés ahí.― Le mostró a Jisoo un pequeño boleto, el cuál analizó con alegría y luego lo colocó en la mesita de noche.―Gracias, Chae, estoy cien por ciento segura de que vas a ganar.― Jisoo tomó el rostro de Chaeyoung y despositó un beso en su frente y posteriormente en sus labios. Jisoo estaba realmente feliz de que Chaeyoung la invitara, además de que creía que era la oportunidad perfecta para llevar a cabo el que tenía pensado desde hacía un tiempo.

Siguieron recostadas en el colchón, dándose mimos y besos de vez en cuando. Se estaban besando tiernamente hasta las manos de Jisoo comenzaron a hacer un lento recorrido entre la ropa de Chaeyoung, finalmente posando sus manos en piel de su cintura, empezando a dejar suaves caricias en sus costados en un intento de despojarla de su ropa.―¿Qué estás haciendo?― Le susurró Chaeyoung muy cerca de sus labios.―Nada, sólo me gusta tocarte.― Contestó Jisoo antes de robarle un beso a Chaeyoung y continuar con las tentadoras caricias en su cuerpo.―Soy una mujer difícil, Kim, necesitarás más que besos y caricias para convencerme.― Jisoo soltó una risa y sus caricias y besos se detuvieron, Jisoo se había dado por vencida.―De acuerdo, ya entendí.― Las manos de Jisoo abandonaron la cintura de Chaeyoung y las empezó a pasar por su cabello.―¿Quieres ir conmigo al arcade, hoy en la tarde?

Chaeyoung no pudo negarse, nunca lo hacía, pretendía hacerse la difícil pero siempre terminaba cediendo a lo que Jisoo le proponía. Ese mismo día, tal y cómo lo prometido, JiSoo llevó a Chaeyoung hasta el arcade, lugar en lleno de máquinas y luces que garantizaban horas y horas de diversión. Las chicas pasaron la tarde entre competencias que hacían entre ellas mismas y muchas risas, y también entre algunos besos que llegaban a darse cuando no había nadie cerca. Luego del arcade pasaron por un helado y, finalmente, volvieron a casa tomadas de las manos sin importarles si había alguien cerca.

Pasaban los días y los pasaban juntas, el día del concurso estaba cada vez más cerca y los nervios comenzaban a invadir a Chaeyoung. Una fría tarde, las chicas se encontraban pasan un buen rato en el sofá mientras miraban una película, estaban muy acurrucadas y la película era muy entretenida, pero Jisoo notaba un comportamiento diferente en Chaeyoung. Al terminar la película Jisoo se animó a preguntarle a la rubia si todo estaba en orden, pero ella le hizo saber lo nerviosa que se encontraba.―Estoy muy nerviosa, Chu, siento que no lo voy a lograr.

―Chaeng, entiendo que estés nerviosa, pero te has estado esforzando demasiado por ese concurso y estoy segura de que muy pocos estarán a tu nivel, no seas tan dura contigo misma.― Finalizó Jisoo depositando un beso en la frente de Chaeyoung.

―Pero, si no lo logro, no podré obtener la paga que ofrecen y quiero invertir ese dinero en la academia. He estado esperando mucho por una oportunidad así y ahora no puedo desperdiciarla, he fallado muchas veces, pero ésta vez no puedo permitirme hacerlo.

―Admiro tu perseverancia, sólo recuerda no sobrepasarte y recuerda que siempre te apoyaré en todo lo que hagas, si necesitas dinero me aseguraré de conseguirlo sólo para ti.― Chaeyoung sintió un calor abrasador envolver su pecho con las palabras de Jisoo, saber que le importaba tanto la hacía sentir especial y muy querida.―Gracias.― Le dijo Chaeyoung en voz baja antes de acercarse a capturar sus labios con dulzura.

―Estoy tan feliz de haberte conocido aquella noche.― Jisoo habló en el momento en que sus labios se separaron, miró a Chaeyoung con amor en su mirada y sintiendo su ritmo cardíaco acelerado, pensando que su corazón podría salir de su pecho en cualquier momento.―Yo también estoy feliz por ello. Antes de conocerte me sentía tan sola, pero ahora estoy feliz de tenerte a mi lado.― Chaeyoung juntó sus frentes.―Estoy feliz de tenerte en mi vida, soy más feliz de lo que podrías imaginar.― Juntaron una vez más sus labios y luego se fundieron en un tórrido abrazo que las arropó durante la noche invernal.

El temible día llegó; el día del ansiado concurso. La ansiedad de Chaeyoung no paraba de crecer, pero pudo encontrar un pequeño momento de calma al recibir una llamada de la pelinegra, escuchar su voz mientras le decía que le iba a ir muy bien era la que necesitaba para disipar sus nervios. Luego de aquella llamada, Chaeyoung salió de su casa y se dirigió al lugar citado, ya estando en el lugar arregló un par de cosas para su participación y se quedó practicando hasta que el evento anunciara su inicio y la gente comenzara a entrar al pequeño auditorio donde se llevaron a cabo el concurso.

Mientras Chaeyoung se preparaba, Jisoo apenas iba saliendo de su hogar, tomó su cámara, sus llaves y salió, sonriendo al ver aparcado un bello auto, un Cadillac Eldorado de los años setenta que ahora era suyo. Luego de mucho tiempo de ahorro, encontró de segunda mano el lindo auto color azul claro y luego de unos pocos arreglos, y una buena pulida, logró dejar el auto como nuevo. Ese día tenía pensado hacer oficial la relación que tenía con Chaeyoung, le propondría a Chaeyoung ser su novia, quería tener el honor de poder llamarla de esa forma oficialmente, sus mejillas ponían rojas y se enternecía al imaginarse presentando a Chaeyoung como su primera novia ante su mejor amiga Seulgi. Salió de su ensoñación y finalmente encendió el auto para dirigirse al dónde el concurso se llevaría a cabo.

Al cabo de unos minutos Jisoo ya se encontraba en el pequeño auditorio, le entregó su boleto a una de las dos personas que se encontraban en la entrada del auditorio, le indicaron cual era su asiento y se sintió feliz al saber que Chaeyoung le consiguió un lugar en primera fila, sólo faltaba esperar un poco para que el espectáculo comenzara. Luego de algunos minutos, las puertas se cerraron y las luces iluminaron el escenario, un presentador salió del telón rojo y dió luz verde para el primer participante.

Jisoo no podía negar que aquel chico bailaba bastante bien, pero sabía que no era lo suficientemente bueno como para vencer a Chaeyoung, simplemente lo presentía en su corazón. Cada participante le ofrecía al público un show diferente y siempre eran recibidos y despedidos con una oleada de aplausos, pero para Jisoo era todo muy similar con todos participantes, todos parecían ser bastante buenos, pero no lo suficiente. Lo único que mantenía ansiosa a era Jisoo era la participación de Chaeyoung.

Hasta que finalmente su participación fue anunciada como la última por parte del presentador. El público comenzó a aplaudir y luego de algunas segundos el telón se levantó y la música comenzó a sonar, era una popular canción de la época ya que la gente comenzó a gritar emocionada al reconocer la canción, pero todo pareció ir para mejor cuando Chaeyoung comenzó a ejecutar su coreografía. Se movía perfectamente al ritmo de la melodía y cada compás era acompañado por un movimiento, todo estaba ahí y Jisoo no podía quitarle la mirada de encima, no sabía si era la iluminación o el vestuario que Chaeyoung había elegido para la ocasión, pero lo que sí sabía era que se veía deslumbrante.

La canción aún continuaba y Chaeyoung tenía en mente no desperdiciar ni un segundo, dió todo de sí en aquellos minutos arriba del escenario. Al principio sentía que estaba a punto de sufrir una crisis nerviosa, pero en cuánto escuchó los calurosos aplausos del público supo que no era el momento para ser débil. El telón se abrió y lo primero que vió fue a Jisoo con una enorme sonrisa decorando su rostro, eso le dió un un poco más de confianza. Sus nervios ya se habían disipado de su sistema y ahora sólo se dejaba llevar por la música, la coreografía ya estaba totalmente grabada por su cuerpo por lo que sólo era cuestión de fluir con el ritmo, y lo había hecho a la perfección, de principio a fin en toda su presentación.

Cuando la música terminó el público estaba vuelto loco, los aplausos que le dieron a Chaeyoung fueron los más animados de todo el evento, eso llenó de confianza a la rubia quién aún intentando recuperar la respiración, dió una reverencia hacia su público realmente agradecida por el trato que le habían dado, ahora sólo faltaba la parte más difícil el anuncio del ganador. Los miembros del jurado se levantaron y fueron a un lugar más apartado para deliberar sin ser escuchados, el misterio y las especulaciones rondaban entre todos los espectadores hasta que un miembro del jurado se acercó hasta el presentador y le entregó un pequeño sobre con el nombre del ganador dentro, el presentador tomó el sobre y volvió a subir al escenario, llamando a todos los participantes. El momento decisivo estaba ocurriendo, el presentador agradeció a todos por su excelente participación y guardó un gran silencio antes de nombrar al ganador, causando más emoción entre el público y los concursantes, hasta finalmente gritar el nombre de Chaeyoung, nombrándola ganadora.

La rubia no podía estar más feliz, luego de mucho tiempo sus esfuerzos habían dado frutos, no podía esperar para salir del auditorio y correr hasta los brazos de Jisoo y compartir su emoción con ella. Tras un último discurso del presentador los participantes salieron por detrás del auditorio, el público también salió y muy pronto ya era observable una pequeña multitud en el lugar. Jisoo fue de las últimas al salir, pero al estar afuera lo primero que hizo fue intentar buscar a Chaeyoung con la mirada y al tenerla bien ubicada se abrió camino entre la gente para llegar hasta ella, sin embargo antes de poder estar lo suficientemente cerca un hombre se interpuso en su camino, llegando primero a Chaeyoung y estando demasiado cerca de ella.

Pronto entendió lo que estaba sucediendo y vió a aquel hombre tomar el mentón de Chaeyoung y besar aquellos labios que creía eran suyos. Sintió su corazón hacerse trizas y ni siquiera fue capaz de moverse de su lugar luego de presenciar aquello, sintió su mundo entero caerse a pedazos y se desconectó momentáneamente se la realidad intentando entender qué era lo que había pasado en tan pocos segundos.―Jisoo, no es lo que piensas.― Un par de manos conocidas sujetaron su rostro, quería huir en ese momento pero sus piernas no eran capaces de reaccionar.―E-está bien... No importa.― Se obligó a decir Jisoo mientras retiraba las manos de Chaeyoung de su rostro.―Tengo algo que mostrarte, sígueme, se que te va a gustar.― Muy dolida, se dió la vuelta para guíar a Chaeyoung hasta donde había estacionado su auto, aún sin atreverse a mirarlo.

―Mira, conseguí ésta belleza a un excelente precio, lo compre pensando en tí. Vamos, sube, te daré un pequeño paseo.― Le dijo a Chaeyoung cuando estuvieron frente al auto nuevo y reluciente, Chaeyoung quería replicar pero Jisoo ya estaba dentro del auto, resistiéndose a escuchar lo que Chaeyoung tenía que decirle.―Jisoo, necesito que me escuches, por favor.― Le rogó Chaeyoung al entrar en el auto, deteniendo a Jisoo de girar las llaves para encender el motor.―Lo que viste es un gran malentendido.― Jisoo no quería seguir escuchando, el corazón le dolía más que nunca al escuchar las palabras de la chica que tanto amaba.

―¿Qué pasó, Chaeyoung? ¿Quién era él y por qué te estaba besando? Acaso...― Jisoo hizo una pausa retener sus lágrimas y dejar que éstas se escurrieran por su rostro.―Chaeyoung, ¿tú lo amas?

―¡Por supuesto que no!― Le respondió Chaeyoung rápidamente.―Yo no lo amo, mi corazón te pertenece a ti y solo a ti.― La expresión en el rostro de Jisoo le decía que no le creía nada de lo que decía y eso le dolía ya que la pelinegra siempre había creído en ella.―Mis padres me arreglaron un matrimonio con ese chico, dijeron que él era un excelente partido para mí y que beneficiaría mucho a la familia.― Las lágrimas comenzaron a brotar de los lindos ojos de Chaeyoung.―Llevan planeando la boda desde hace meses, pero nunca te lo dije porque no quería herirte, pero creo que ya lo he hecho, lo siento.

―Dime la verdad, Chaeng, ¿quieres casarte con él?― Le cuestionó Jisoo mientras quitaba unas pocas lágrimas de su rostro.

―Claro que no, sé que es lo que mis padres querrían, pero jamás podría sacarte de mi vida Jichu, jamás, porque te amo y estoy dispuesta a volver a desafiar a mis padres sólo para poder estar contigo, ten por seguro que no asistiré a esa boda, pero si tuviera que casarme, lo haría contigo, sólo contigo. Tú siempre estás en mi corazón aunque no estés físicamente conmigo, te amo por siempre y para siempre, lo prometo yo nunca rompo mis promesas, ¿lo recuerdas?

Jisoo se recargó en el respaldo del asiento mientras cubría su rostro y Chaeyoung aún la esperaba con lágrimas empapando su rostro.―¿Por qué tienes que ser tan linda en situaciones así? Te aprovechas de que no puedo ocultar todo lo que siento por ti.― Jisoo habló, aún sin destapar su rostro.―También te amo Chae, mucho, mucho. No puedo creer que harías todo eso por mi.

―Tonta, por su puesto que lo haría, te amo.― Chaeyoung se acercó hasta Jisoo para descubrirle el rostro y besarla, sin importarle que aún hubiera lágrimas en su rostro.―Te amo.― Le dijo Jisoo cuando se separaron del aquel beso cargado de sentimientos.―Dime, después de todo el drama, ¿te gustaría dar un paseo en mi auto y ser mi nueva novia?― Cuestionó Jisoo con gracia mientras quitaba los rastros de lágrimas de las mejillas de Chaeyoung.

―Sería un placer.

Encendieron el auto junto con el estéreo y subieron el volumen al máximo, cantando a todo pulmón mientras viajaban por las calles de la ciudad. Después de todo eran jóvenes y eran los años 1985, ¿qué más podría suceder?

Soundtrack

In the heat of the night - Sandra

Self Control - Laura Branigan

You're my heart, you're my soul - Modern Talking

Maniac - Michael Sembello

Pretty young girl - Bad Boys Blue

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