Pov. Normal.

Hoy era el aniversario de Gold y Fred, y para celebrar el albino había llevado a su novio a uno de los hoteles más lujosos en New York, había estado trabajando todo un mes para tener todo el fin de semana libre y pasársela tranquilo con su novio. Ambos estaban en el restaurante del hotel, Fred estaba sentado al lado de Gold, ya un poco ebrio, dándole besos en el  cuello, a diferencia de antes, Gold no se quejaba, quizás porque también estaba ya un poquito ebrio, solo un poco. El menor estaba dejando pequeñas marcas rojas en el cuello del mayor, mientras que este tocaba la entrepierna del menor sin importarles si los veían, ya que muchos veían a la pareja, unos con ternura y otros con asco. La pareja siguió cenando, entre besos, más bebidas y toqueteos; al terminar de cenar, ambos fueron lo más rápido que podían ebrios a su habitación, Gold besaba a Fred por todo el pasillo hasta llegar a la habitación que había pagado, al entrar de golpe empezaron a desvestirse rápido, ya se habían provocado mutuamente, más el alcohol que habían bebido, estaban más que deseosos. El mayor empujó al menor a la cama, poniendose sobre él y besandolo; de un momento a otro, el albino entró de una embestida, haciendo que el mejor gimiera alto.

-Ahhhh~ G-Gold~ ahhh~-gemía mientras se sujetaba de los hombros de su novio.

Gold embestía a Fred rápido, como había estado trabajando tanto para tener el fin de semana libre que no había tenido tiempo con Fred, ambos estaban urgidos ya que estaban acostumbrados a hacerlo casi todos los días.

Después de unos minutos se corrieron, aun que obvio no pararon allí, cambiando de posición cada que se corrían, Fred ya sentía como el semen de su novio empezaba a salir de su entrada, pero no quería parar, ahora estaba con la espalda en la pared, sintiendo las embestidas de Gold ir cada vez más fuertes y rápidas.

-Ahhhh~ Gold~ m-me vuelves loco hombre.-gemía el peli-negro mientras su novio seguía moviéndose.

Ambos gemían y jadeanban mientras se movían, Fred se aferraba a Gold y sentía toda la esencia de su novio llenar su interior, quien sabe cuantas veces se habían corrido, pero no planeaban detenerse.

El mayor empezó a morder el cuello de su novio con cada embestida que daba.

-¡Ahhh!! Gold~ M-Me corro~ Y-Ya no aguanto más~

-Y-Yo igual...mmhh...F-Fred.

Unas pocas embestidas más bastaron para que ambos se corrieran juntos una vez más. Ya agotados, se tumbaron en la cama, se sentían cansados por toda la acción. Fred se recostó sobre el pecho de Gold mientras que este lo abrazo. Fue un buen aniversario para ambos.