Día 19: Sudoroso y caliente

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Antes de empezar, el tiempo en donde se supone que están en este fic, es en la época victoriana ♡ y estas serán sus edades:

Gold: 22 años

Fred: 19 años

Golden: 22 años

Freddy: 18 años

Francesca: 22 años

Y ahora si, empecemos ♡

Pov. Normal.

Los Fazbear siempre han trabajo de sirvientes, eso siempre ha sido así, y los tres hermanos por suerte trabajan en un lugar donde no los tratan mal, a diferencia de otros lugares donde han trabajado. Están alli, gracias a que en una visita de los gemelos Goldens en una mansión en donde antes trabajan los tres hermanos, al estar allí, Gold, el menor de los gemelos, cayó enamorado de Fred Fazbear; era un chico totalmente lindo, su voz era sensual y cuerpo pequeño y perfecto. Lo mismo le paso a Golden, quien cayó enamorado de Freddy. Hablaron con ellos todo el día cuando llego, y a la noche, pudieron escuchar como los dueños de la mansión les gritaban cosas horribles a los tres hermanos, incluso golpearon a Francesca, la hermana mayor que no dejaba que golpearan a sus hermanos, prefería mil veces que la golpearan a ella que a sus hermanos; Gold y Golden al escuchar todo eso, hicieron todo lo posible para "comprar" los sirvientes de esa mansión, pero solo a los tres hermanos, cosa que consiguieron y su familia no se opuso en nada, por suerte. Al principio Freddy y Fred pensaban que serian "esclavos sexuales" de los gemelos, ya que desde que los conocieron sabían que están interesados en ellos, y eso les había dado algo de miedo, ya que eso les había pasado en otra mansión. Al final no fue tan malo; si, siguen siendo sirvientes, pero al menos ya no los tratan mal. Al paso del tiempo, Golden convenció a Freddy de empezar una relación, y Gold convenció a Fred, aun que con el fue más difícil. Ambas relaciones son en secreto, las únicas que lo saben son Joy, prima de Gold y Golden, Chica, amiga del rubio mayor, y Francesca. A pesar de algunos problemas, las dos parejas son felices.

Hoy se había organizado una gran fiesta en la mansión, todo iba bien, todo correcto, como era de esperar, los hermanos Fazbear estaban atendiendo a los invitados, llevándo charolas de bocadillos y bebidas. Los gemelos se encontraban hablando y rodeados de personas de "alta sociedad", algunas mujeres les presentaban a sus hijas, las cuales tenían un gran dote y que sería buenas esposas, obvio ambos chicos las rechazaban, Golden lo hacía con amabilidad y Gold con frialdad.

Ya era noche, y muchos ya estaban algo ebrios, en especial un hombre mayor que no había dejado a Fred en todo el día desde que llegó, por culpa de ese hombre, el peli-negro había tirado ya cuatro charolas en todo el día, no podía atender bien a los demás invitados, ya que el sujeto estaba detrás de él toqueteandolo; Gold no lo había notado, pero cuando su abuelo le pregunto si algo le pasaba a Fred, ya que el hombre mayor admitía que había sido una buena decisión comprar a esos tres hermanos, eran los sirvientes perfectos, nunca cometían ningún error y hacían todo con exactitud; por esa razón al hombre mayor se le hizo algo raro que Fred estuviera atendiendo tan mal, siendo que esa no era la primer fiesta que tenían. Gold, al ver a Fred noto a ese sujeto detrás de él, cosa que lo enfureció, pero no podía hacer una escena, de repente, por culpa de ese sujeto otra vez, Fred término empapado de vino, e incluso se corto un poco las manos al caer sobre los vidrios.

-¡Ah! Lo siento, ya limpio.-dijo Fred casi temblando por culpa de ese hombre y recogiendo los vidrios, cosa que le provocó más cortes en las manos.

-Fred.-se acercó a él y se inclino.-tu ve por unos trapos para el piso, yo recojo los vidrios. Ve, y ponte algo en la herida.-dijo Francesca mientras empezaba a limpiar rápido.

Fred se fue, y Gold aprovecho el momento para ir tras él. El peli-negro había ido a la cocina, donde ya no había nadie, ya que los cocineros estaban en la fiesta sirviendo la comida.

-Fred, ¿estas bien?-escucho la voz del albino detrás suyo, cosa que lo asustó.

-A-Ah, Gold. Si, si, estoy bien. Perdona, hoy estoy hecho un desastre.

-Vi que ese hombre estaba detrás de ti, ¿te hizo algo?

-...solo me estaba molestando. Esta ebrio, así que no importa. He estado en lugares peores.

-...-su mirada se dirigió a la mano herida del sirviente.-Déjame ponerte algo en la mano.-dijo el albino sin que su tono serio y frío de siempre.

-No, no, tengo que ir a ayudar a Fran, y seguir traba_

-Dije que te pondré algo en la mano. Ahora, siéntate en la barra.

Fred se mantuvo en silencio e hizo lo que el mayor le dijo. Se sentó en la barra, donde por lo general comen la servidumbre, Gold tomó unos trapos limpios y los rompió en tiras, tomó la mano del escabeche, el cual gimió del dolor.

-ese es un asqueroso depravado. cuando vuelva a la fiesta ya verá ese sujeto.-decía el albino molesto mientras hacia un mal "vendaje" en la mano del peli-negro. No sabia como vendar o curar una herida, no era su culpa.

-Gold, no vayas a meterte en problemas. No importa lo que me pase.

Al escuchar eso, Gold se molesto más. ¿Cómo que no importa? A él si le importa lo que le pase a su chico, lo ama con locura y no soporta ver como algunas personas lo ven, lo tocan, o le dicen cosas asquerosas, y el peli-negro nunca hace ni dice nada. Tomó al menor de sus caderas y lo acercó a él, haciendo que rodeará sus piernas en la cintura del albino.

-A mi me importa. ¿Crees que no me doy cuenta de todos los que te ven? Cada persona que llega de visita, te ve, habla contigo, incluso le dicen a mi abuelo que quieren comparte.-sus manos se movieron un poco mas, para acortar más la distancia.-pero no los voy a dejar, tu sabes que eres m-i-o.-dijo el albino besando al peli-negro.

Fue un beso dulce, lento y excitante; las manos del mayor se posaban en las caderas de su sirviente, una de sus manos se movió a la entrepierna del menor, haciendo que este se separará, sonrojado y avergonzado.

-G-Gold, n-no podemos hacerlo aq_ahhh~-gimió al sentir como el albino besaba su cuello.-Ah...Gold, no, aquí no~ s-si alguien entraaah~ mmmhhh-sintio otra mano entrar bajo su camisa.-no~ ahhh~t-te meterás en problemas si alguien entra...ahhh...Gold.-jadeaba Fred al sentir ya las manos de su amo en sus caderas y los besos y mordidas en su cuello.

-Nadie entrará, cerré la puerta. Voy a marcar lo que es mio.-dijo Gold mientras desabotonaba la camisa de Fred, y empezando a plantar besos en su pecho.

-ahhh~ Gold~ Mmhhh~-jadeaba el peli-negro, no quería gemir, ya que por lo general era algo ruidoso.

Gold empezó a jugar con los pezones de Fred, mordía y lamía uno de los botones rosados, mientras con una mano jugaba con su otro pezón, y su mano izquierda estaba apretando el miembro del menor por encima de su pantalón negro. Las manos de Fred estaban en el cabello del mayor, se sentía más excitado que de costumbre, y era normal, ya que era la primera vez que lo hacían fuera de la habitación del albino. Gold disfrutaba el rostro excitado del peli-negro, pero obvio quería ver más, así que empezó a bajar sus besos por todo el torso semidesnudo, dirigiéndose a ese bulto creciente en su pantalón.

-Ah, G-Gold...¿d-de verdad lo haremos aquí?-decía Fred entre jadeos al sentir y ver las intenciones de Gold.

-Claro. Se que esto te excita bastante.-decía el mayor mientras bajaba el pantalón y ropa interior del menor.

Gold empezó a masturbar a Fred, el peli-negro trataba de ahogar sus gemidos, pero era difícil, y más con el movimiento lento y excitante que hacía su amo; el albino disfrutaba la vista, era perfecto ver a Fred de esa manera, desde que lo vio, supo que quería estar con él, y no lo dejaría ir, ni que alguien se lo llevará. Gold no lo pensó ni dos veces cuando metió el miembro del peli-negro en su boca, haciendo un vaivén, al igual que Fred suele hacérselo a él.
-¡Ah! Mmmhhh~ mmmhh~-gemía Fred cubriendo su boca con ambas manos.

Ya se empezaba a sentir el calor, el ambiente estaba totalmente caliente, y ambos chicos estaban excitados; Fred se corrió en la boca de Gold al sentir como este apretaba más su miembro y aumentaba la velocidad de su vaivén, el albino lo trago con gusto y relamiendose sus labios.

-Fred, eres tan dulce, tan perfecto.-tomó la barbilla del menor y lo empezó a besar con pasión. El menor empezó a quitarle la ropa mientras lo besaba, sus respiraciones estaban agitadas, sus cuerpos empezaban a sudar, Gold ya tenia la camisa desabotonada y el peli-negro ya le estaba bajando el pantalón con una desesperación increíble.-ven aqui.-lo tomo de las caderas y se sentó en una silla, poniendo a Fred sobre él.-¿dime que quieres?-decía con una sonrisa lasiva mientras hacia que Fred se moviera, frotando su entrada con su miembro.

-Mmhh~ quiero que entres en mi~

-No, así no se dice Fred. Venga, dilo como te ordené.-una de sus manos se dirigió a la entrada del menor y metió un dedo, empezando a hacer círculos

-Ahh~Mmmhhh...ahh..Q-Quiero que me hagas el...el amor~ por favor.-gemía Fred moviendo sus caderas.

-Mmm...primero dime.-metió un segundo dedo.-¿A quien le parteneces?-decía mientras empezaba a morder y lamer el cuello de Fred.

-Ahhh~ a...a ti~ soy tuyo Gold. Mmmhh~-contestó mientras se mordía el labio inferior, no quería gemir, pero era algo difícil para él.

Gold saco sus dedos y con lentitud empezó a rozar la entrada del menor con su miembro. Le encantaba ver el rostro de desesperación en Fred, y ver como trataba de no gemir alto era mas que excitante para él. Segundos después, metió su miembro en Fred, haciendo que soltará un gemido, pero solo duro un segundo ya que cubrió su boca con sus manos. Ya habían empezado, Gold tomaba las caderas de Fred, mientras esté saltaba sobre su miembro, el menor gemía por lo bajo en el oído del albino, haciendo aún este se excitara más. Podían sentir el sudor recoger sus cuerpos, el calor y excitación que les invadía.

-ahhh~ahhh~ Gold~ más~ más por favor~ ahhh~-gemía Fred mientras trataba de saltar más rápido.

Gold lo tomo de las piernas, y lo volvió a poner contra la barra, haciendo embestidas rápidas y sonoras.

-¿Asi? Ah...¿te gusta así Fred?-decía mientras lo embestía con fuerza.

-Ahhh~ si~ asi~ ahhh.-Fred se sentía tan excitado que se volvía loco, tanto que olvidaba en donde estaban.-¡Ah!

Gold siguió embistiendo a Fred hasta que ambos se corrieron, pero no era suficiente, el albino siguió haciéndolo con Fred hasta no poder más. Cuando terminaron por cuarta vez, Gold llevo a Fred a su habitación, por desgracia tuvo que vestirse otra vez y volver a la fiesta, pero ya por la noche no se separo de él.

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