Hoseok.

—¿A dónde vas?

—A la pastelería de Bumi, dijo que estaría temprano así que quiero llegar antes.

—Me extraña que no fueras tras ella, no son de los que se esperan —Kirisha bostezo —todos ustedes son una bola de impulsivos psicópatas.

—Si, pero ella viene huyendo de todo esto, no quiero que también huya de mi, no podría con su rechazo, tendría que ponerle un rastreador —Sonreí ante la broma.

—Vale, ahí esta el comportamiento psicópata, pero no hagas lo de Nam, él no está bien, igual si ella te quiere sabrá que jamás la dañaría, eso se siente.

—Igual prefiero esperar.

—En verdad me sorprendes, regreso a la cama que Namjoon nada más no me siente y empieza a ponerse histérico.

Comía una pequeña barra de chocolate, fumar no me ayudaba a relajarme ahora, tenía toda la tensión en los hombros hasta que miré como se bajo de un auto. En cuanto me miro camino sonriendo hacia mi.

—¿Me extrañaste?

—No tienes ni idea pastelito.

Le tome el rostro y comencé a besarla, sus manos rodearon mi cuello y la alce.

—Las llaves.

Metió la mano a su bolso y me las entregó, en cuanto abrí la puerta la seguí besando mientras la llevaba a la parte trasera, ella me tiro del dobladillo de la camisa para quitármela, la senté en una de las mesas, jalando sus shorts y ropa interior.

—Voy a hacerte gemir muy fuerte pastelito.

—Si por favor.

Apenas me saque el miembro lo alinee y me hundí, estaba tan húmeda para mi que el sonido de las penetraciones eran notorias a la par que sus gemidos llenaban la pequeña pastelería.

—Hoseok —jadeo atrayendo mis caderas con sus talones.

—¿Estamos necesitadas?

Asintió y arremetí más fuerte haciendo que la mesa se moviera demasiado, sus pequeños dedos se encajaron en mis hombros y la fricción de su coño contra mi pelvis la hizo correrse fuertemente exprimiéndome también. La bese de nuevo en la que me vaciaba, dejando pequeños besos en sus lindas mejillas.

—Hobi, no me dejes nunca.

—Jamás lo haría pastelito, eres mia…