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Jungkook llevó a su esposo a las afueras de la ciudad.

Era una hermosa cabaña con muchas luces alrededor de ellas. El peli-rosa quedó asombrado con eso, jamás pensó mirar algo así de hermoso. Todo es precioso, ya que están en un bosque privado donde la luna estaba en su punto más hermoso.

Entran a la cabaña mirando detalladamente cada cosa en ella, era sorprendente, todo era mágico.

Jeon tomó su cintura, besando su mejilla.

—¿Te gusta?

—Sí, es muy hermoso. —Mira las hermosas luces que colgaban en la pared de la gran cama, miró pétalos de tulipanes amarillos y velas, algo cursi, pero hermoso.

Miró al mayor y se acercó a él, tenían un sin fin de emociones en su pecho queriendo salir.

—No sabes lo lindo que siento ahora mismo Jungkook. —le dice con sus ojos cristalizados.

—También siento que me volveré loco por todo esto que siento por ti, Jimin —besa su mejilla, rozando sus labios mirándose fijamente mientras tenían juntas sus frentes— Aunque todo fue rápido yo no mentí cuando dije que te amaba y cuando dije que caí enamorado de ti totalmente cuando chocamos en el aeropuerto.

El peli-rosa quería llorar por sus bonitas palabras y sonrió.

—También me gustaste desde que chocamos, desde que te golpeé en la habitación y compartimos una copa de vino. —le recuerda.

—Quiero que sepas que todo esto.. —Señala su pecho apuntando a su corazón— Te pertenece, aún no logro que mi cabeza comprenda lo feliz que me haces, eres para mí como una Euforia.

Las pequeñas lágrimas de Jimin salían sin parar, ambos juntaron sus labios y se sintieron felices por compartir tantos sentimientos juntos, era todo lo que buscaban.

Jungkook alzó a Jimin haciendo que enrollar sus piernas en su cintura, fueron despacio hasta llegar a la gran cama, recostando al Jimin suavemente. Se necesitaban una vez más.

—Quiero tenerte otra vez Jimin, quiero hacerte mío. —le susurra Jeon en oído a su esposo, totalmente excitado, sus manos picaban querían tocarlo.

—Que esperas Jeon, Soy todo tuyo, amor.

Jeon bajo sus manos hasta quitar su suéter blanco, dejando ver la hermosa piel de porcelana, los ojos del mayor se iluminaron al ver esa hermosa figura que Jimin poseía. Lo tenía todo. Era perfecto de pies a cabeza.

Cuando lo hicieron él las Vegas, no pudo ver bien su cuerpo, pero ahora ya no está ebrios ahora lo haría suyo una vez más; a pesar de que ya lo tomo más de una vez, siempre se sentía como la primera vez. Besos y toques se fueron dando durante un buen rato, hasta que sus ropas desaparecieron de sus cuerpos.

Jeon rozaba su glande contra él de Jimin, sacándole gemidos y jadeos, sus ojos tenían lujuria en ellos la pasión emanaba en ellos. Jeon besaba el cuello de Jimin dejando marcas rojizas en su piel pálida, bajo sus besos hasta su pezón y lo chupo mordió calentando más el cuerpo de Jimin.

Los dedos de Jungkook fueron a su entrada, Jimin al sentir el tacto de esos grandes dedos, no pudo más que curvar la espalda con la sensación electrizante, se sentía tan jodidamente caliente. Jeon deslizó sus grandes manos para tocar delicadamente desde el pecho hasta sus muslos, apretando sus nalgas, sacándole un gemido al peli-rosa.

—Qui-Quiero tenerte ya! —lo dijo en un hilo de voz.

La carita de Jimin, necesitaba la polla de Jungkook en él y Jeon como buen marido lo complació, alineó su glande contra su entrada, de una sola estocada entró en él.

—¡Fuck Jungkook!. —Soltó ante la gran intromisión.

—Estás muy estrecho mi amor, pero tan apetecible.

Jimin puso sus manitas en los hombros de Jungkook, empezó a moverse lentamente y tortuoso para Jimin, necesitaba más de este hombre que lo hacía suspirar por tan lenta estocada que le daba. Le ardía un poco, pero no le importó, era un dolor placentero.

Jungkook embistió más y más a Jimin, la cama rechinaba por lo duro que lo estaba follando, Jimin creyó que se rompería ahí mismo, Jeon era todo un semental pues escuchaba el sonido de sus nalgas ser golpeadas con fuerza.

—¡Aaah Mmmg más, más! —pido Jimin, aferrándose a los hombros de su esposo.

Puso sus piernas en sus hombros y se adentró a lo más profundo del peli-rosa, haciéndolo arquear su espalda.

Ambos se besaron como si no tuvieran un mañana, las penetraciones, eran cada vez más rápidas que dejaban a Jimin con su boquita abierta con un poco de saliva corriendo en ella.

Jimin ya no sentía las piernas, estaba a punto de venirse y cuando Jeon lo golpeó más en su punto dulce; soltó todo su esencia, manchando ambos abdómenes. Los espasmos hicieron estragos en él. Jeon dio sus últimas estocadas buscando su propio placer para correrse dentro de Jimin.

Jimin solo podía sentir como Jeon no paraba de embestir, sus piernas flaquearon, pero no dejó de sentir todo ese maldito placer que Jungkook le estaba dando.

Cuando ya estaba por correrse dio un último golpe dentro del peli-rosa, haciendo que este gritara su nombre mientras clavaba sus uñas en su espalda. Jungkook corrió dejando su semen en Jimin, salió de él y el semen se escurre entre las piernas blanquecinas.

La imagen perfecta y descarada.

Sus pechos subían y bajaban, ambos se miraron sudados y complacidos el uno con el otro. Jeon se acostó aún lado de Jimin, atrayéndolo a él, ambos se dieron pequeños besitos, caricias.

Toda esa noche fue fantástica y hermosa.

—Te amo Jungkook. —Le susurra Jimin cansado.

—Te amo Jimin, mucho cariño.

Retiró varios cabellos que estaban pegados en la frente del menor por el sudor, depositó un besito ahí, se dieron otro beso que fue más rápido y apasionado.

La noche era larga y la aprovecharon, volvieron a unir sus cuerpos, más de tres veces. Cansados y todos pegajosos pero enamorados.

Cayeron dormidos en los brazos del otro y con mucho amor. Un amor que pronto les traería felicidad; pues un bonito regalito venía en camino.

La Luz del Sol cae sobre los hermosos ojos de Jimin, miró el techo de madera hasta sentir una gran mano rodear su cintura, era tan hermoso ver despertar a la persona que más amas. Mira detalladamente la cara de Jungkook, sus delgados labios y esos lunares tan lindos, entrelazo sus piernas con las de él, sin embargo eso causó que rozará con su miembro y aunque Jeon estuviera dormido, un mini gemido salió de él.

Jimin siguió haciendo eso hasta que Jungkook abrió los ojos al fin.

—¿Qué crees que haces travieso? —con una voz ronca y adormilada hablo.

—Te quiero a ti. —e dice divertido.

El peli-rosa se sube sobre Jeon, moviendo sus caderas, sacando suspiros del pelinegro.

Cuando no pudo aguantar más las ganas, Jimin lentamente introdujo todo el miembro de Jungkook, aún estaba abierto por lo de anoche.
Puso sus manitas en el pecho de Jungkook, dando saltitos.

Los gemidos de los dos se podían oír, los chasquidos de besos y las nalgadas que Jeon le daba a Jimin. Jimin con ayuda de Jungkook se ayudaba a penetrarse, las piernas de Jimin flaquearon, ya no podía con tanta excitación.Jungkook golpeaba con fuerza su próstata, dando los últimos saltos, se vino en el abdomen de Jungkook. El pelinegro se complacía así mismo buscando su orgasmo y cuando lo hizo se vino dentro de Jimin.

Ambos sudados y con sus respiraciones agitadas, se fundieron en un beso que sintieron que no era suficiente.

Ya algo cansados se fueron a bañar, entre besos y caricias, volvieron a hacer el amor.

Fue una hermosa mañana que les traería una hermosa bendición.

Subiré más, no se preocupen. Iré a comprar cosas para la semana jejeje las quiero.

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