Día 23: Te imagino.

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Tae tenía su cabeza apoyada sobre el brazo de Jeon, mientras este, lo observaba con el ceño fruncido. De vez en cuando el menor sonreía sin motivo alguno más que a las páginas llenas de letras del libro que tenía en sus manos. Jeongguk confundido trató de mirar más allá de lo poco que en realidad veía, pero no obtuvo más que un vistazo superficial a lo que parecía ser un párrafo hablando de alguien y un supuesto embarazo. Se giró sobre su costado y colocó una de sus frías manos sobe el estómago de Taehyung, dando pequeñas y suaves caricias con sus pulgares que hicieron suspirar a quien las estaba recibiendo.

— ¿Qué lees?—Preguntó. Echó su cabello negro y largo hacia atrás antes de poner sus oscuros y fríos ojos sobre el rostro de Tae, que desvió su atención tan solo un segundo para sonreír de esa forma que tanto a Jeon le atormentaba y lograba que su pecho se sintiera burbujeante, caliente, explosivo—. Pareces... feliz con ese libro—Murmuró.

—Oh... bueno, tiene una trama muy buena, atrapante—Encogió sus hombros como pudo y volvió a su lectura.

Era un nuevo libro, Jeongguk lo notó por la portada y se preguntó cuántos sus amigos le habían traído. Era un come libros, lo notó de inmediato, al parecer le gustaba mucho porque era imposible que en menos de cino días se terminara uno que parecía tener más de mil páginas, pero Tae lo hacía y su rostro demostraba que lo disfrutaba tanto. Y él quería ver esa expresión en su rostro siempre, que lo mirara con esos ojitos llenos de brillos similares a las estrellas que anhelaba admirar y amar.

— ¿Cuál es su género?—Tae entró en pánico y las palabras se atropellaron en la punta de su lengua, logrando que tartamudeara una respuesta inteligible.

El menor lo miró unos largos segundos, envueltos en ese silencio que no era incómodo con Jeon acariciando su estómago distraídamente, mirándolo a los ojos recorriendole todo este, Tae sin saber que contaba sus pecas para asegurarse que no había salido alguna nueva, era un intento para distraerse de lo que realmente quería hacer; Besarlo hasta cansarse, hasta que sus labios quedaran tan hinchados y rojos. Era un intento de mantenerse en esa realidad que parecía hacerle tan bien, sin nada atormentando solo esa sensación burbujeante y... linda. Demonios, era una sensación sumamente linda.

—Fantasía y romance—Pero sonaba dubitativo al contestar mientras desviaba la mirada, Jeon no notando el sonrojo que se había apoderado porque su atención se había puesto en la portada del libro, tratando de sacar alguna conclusión de qué podía tratarse.

— ¿Qué clase de fantasía?—Él parecía tan distraído mientras hacía las preguntas, pero Tae sabía que tenía toda su atención.

Indeciso Taehyung contestó—: Fantasía en la que los hombres pueden embarazarse—Jeon frunció el ceño y el menor le preguntó si no había sido mucho.

Su mente divagó, tanto durante unos largos minutos, su mirada colocada en algún punto fijo de la pared. Tae no quería sentirse más avergonzado y por ese motivo volvió a su lectura, pero había repasado tanto el mismo párrafo que siguió sin entenderlo, su cabeza no podía concentrarse adecuadamente cuando Jeon actuaba de esa manera.

Se la habían pasado de esa manera toda la mañana, para lo único que ambos habían salido era para darse una ducha y luego, se habían encerrado nuevamente. Jimin les había llevado algunas bolsas de snacks para que tuvieran algo para llenar su estómago y cuando había entrado a la celda se había encontrado con la imagen ambos durmieendo una pequeña siesta, y solo, pudo dejar las cosas a un lado y salir con una sonrisa en sus labios sintiendo en el pecho revolotear un cálido sentimiento cuando notó lo cómodo que Jeon dormía abrazando a Tae. Y Taehyung no podía evitar sentirse tan cómodo en brazos de este hombre con ese aroma suave, a bebé y siendo tan delirante que estaba en todos lados, en su ropa, en las mantas del futón y se sentía tan calentito, con el pecho lleno de lava líquida que no quería dejar pasar por nada y quería seguir abrazado a él, que lo sostuviera así y acariciara su estómago aceptándolo sin recalcar ningún defecto.

— ¿Tú te imaginas de esa forma?—Preguntó unos minutos más tarde. Sobresaltando un poco a Tae antes de que lo mirara con el ceño fruncido. Estaba confundido con la pregunta, pero de igual manera negó con su cabeza.

Este hombre de 30 años de edad, que no conocía de muchos sentimientos y mucho menos emociones, le estaba preguntando si él en algún momento se había imaginado estando en cinta. Tae realmente admiraba que él no tuviera un filtro entre su boca y cerebro, que pudiera soltar tantas cosas sin antes no darle muchas vueltas, decidiendo si era bueno o no decir lo que quería.

—Se me hace un poco difícil tratar de imaginarlo. Mi mentalidad ya está basada en algo y no me lo permite. Pero supongo que es lindo y lo es aún más cuando ambas partes involucradas están felices con esto.

—Yo sí te puedo imaginar—Tae se quedó sin habla mientras sus ojos sorprendidos miraban al mayor—. Te imagino—Murmuró brusco como solo él sabía serlo—. Tendrías una pequeña protuberancia, tan lleno de mí. Embarazado gracias a mí y aunque no sé qué son los sentimientos o qué se siente la felicidad, verte cargar a nuestro cachorro me haría feliz—El menor lo miró fijamente a los ojos sin poder esquivar la intensa mirada que el otro tenía sobre él. Sus sentimientos desbordandose porque escuchar a Jeon decir lo hizo sentirse en parte muy lindo y querido.

— ¿Has dicho cachorro?—Preguntó con la voz chiquita, incrédulo—. ¿Por qué cachorro?—Dejó el libro a un lado, apoyando su codo en el futón un poco más abajo del brazo estirado de Jeon. Necesitaba verlo bien, prestar atención a cualquier expresión que pusiera en su rostro. Los ojos oscuros del otro ya estaba sobre él.

—Mi padre decía que era su cachorro cuando era pequeño y creo que es el único apodo cariñoso que realmente valió la pena que él dijera. Si pudiéramos tener un bebé, sería nuestro cachorro. Sí, nuestro cachorro.

Nuestro. Nuestro. Nuestro. Él había dicho que podía ser de ambos mientras acariciaba su vientre por sobre la ropa y a Tae se le llenaron los ojos de lágrimas por eso, y por la sonrisa que él le estaba dedicando. Él no sabía que Jeon podía sonreír de esa manera, tan natural, tan sincero. Su piel y cuerpo entero se estremeció cuando la enorme mano fría se adentro por la ropa para tocar su estómago, su dermis caliente haciendo contraste con la palma contraria.

Y Tae se aferró. Se aferró a su brazo y luego tomó su mano, entrelazando sus dedos juntos, tirando de él. Jeon se aferró de su cintura con su brazo libre cuando Taehyung se sentó sobre el futón. Tae lo abrazó y él colocó su cabeza en el hueco que se formaba entre su hombro y cuello. El menor jugando con su cabello, acariciandolo con suavidad mientras apoyaba su barbilla en la parte superior de su cabeza. Jeon se sintió pleno, como nunca antes y lo extraño que burbujeaba en su pecho por fin explotó. Los sentimientos agolpandose unos con otros, provocando que jadeara por como se sentía, los ojos llenándose de lágrimas y eso que se sentía tan vacío llenándose con tan solo lo que hacía Tae.

—Me encantaría tener un bebé contigo si se pudiera porque sé que todo eso que tu padre ha hecho contigo, no lo harías con tu hijo. Perdón por no poder dártelo.

—No, bebé. No pidas perdón por algo como eso. ¿Cómo sabes...—Tragó saliva, duro. Sus ojos desviándose y Taehyung supo que no debió decir eso porque él no sabía lo mucho que lo había observado cuando hablaba un poco de su vida. Como cuando dijo que había estudiado la carrera de medicina para intentar separarse de él. Las pocas veces que había dicho algo, él solo había hablado de su padre, nunca de su madre o si tenía hermanos, era fácil para Tae sacar una conclusión aunque fuera muy apresurada.

—Yo... lo siento—Murmuró y espero a que su agarre se aflojara, pero no fue así, ambos brazos se enredaron en su cintura cuando Tae soltó sus manos entrelazadas. Jeon negó y eso lo hizo respirar con tranquilidad, soltar un suspiro tembloroso cuando un beso fue dejado en su cuello—. ¿En algún momento me contaras?

— ¿Qué?

—Todo. Quiero saber de ti y quiero entender si realmente vale la pena arriesgarme por ti. Si tú me dices tus tormentos, tus traumas, puedo creer que alguna vez puedo llegar a importarte tanto al punto de que puedas amarme. Porque Gguk... puedo amarte, pero no me quiero romper haciendo el intento—Las manos de Jeongguk se posicionaron debajo de sus escápulas, temblando y apretando sus ojos con fuerza.

Taehyung estaba ahí, diciéndole que podía amarlo si es que él no lo rompía y Jeongguk realmente lo deseó, realmente esperó poder amarlo sin ningún problema en el medio, deseó como nunca aprender a hacerlo sin equivocarse y sin lastimarse en el camino. Y mientras más pensaba, más de acuerdo estaba con él mismo al decir que Tae había llegado a su vida para revolucionar todo, para darle un vuelta a su vida y desordenar todo. Y no se quejó porque le gustaba.

—Voy a contarte todo, pero dame tiempo. Tengo que ordenar mis pensamientos.

—Lo haré, voy a esperarte, pero mientras no me hagas sufrir—Jeon lo besó después de eso.

Y sin quererlo, Taehyung se sintió romperse en ese beso tan suave que Jeongguk le estaba dando. Se aferró a los hombros del más alto mientras la suavidad con la que lo trataba parecía romper cada exhibición que Jeon había hecho como el personaje malo, como el peor ser que hubiera pisado la tierra. Él sabía ahora, que no era así, que podía tener un lado dulce y podía ser suave, que tal vez... él podía amar. Era un gran oso cálido que Tae se decidió a cuidar hasta que le contara todo y que incluso cuando soltara cada cosa que le molestaba, él iba a quedarse a su lado.

Su nariz se llenó nuevamente de ese aroma que tanta paz parecía traerle a su alma y miró a Jeon a los ojos, un tiempo después de que se separaron.

—Hueles a bebé, ¿por qué?—Quiso saber mientras se movía al regazo del mayor, sentadose sobre él, deslizando sus brazos por detrás de su nuca y entrelazando sus manos en esta, paseando su nariz por su cuello.

—Hum, mi ropa es la que huele así—Dijo. Dando ese paso que parecía aterrarlo, pero le daba mucha pena admitirlo—. Soy sensible a otros suavizantes y mucho más al jabón que utilizan aquí. No lavo lo que uso acá, Namjoon se lo lleva y lo hace lavar afuera.

—Hueles rico. Me hace sentir bien y cómodo—Dijo acurrucandose más contra el mayor, haciendo que este acariciara su espalda baja y dejara un suave beso en su mejilla que lo hizo sonrojarse. Tae se sintió demasiado cohibido por la forma en la que ahora Jeon se comportaba, pero le gustaba tanto, le hacía sentirse tan lindo que simplemente no quería separarse, quedarse en los brazos de ese oso cálido era lo único que deseaba en ese momento.

— ¿Así es... cómo te sientes cuando eres feliz?—Tae levantó el rostro y lo miró fijamente—. Se siente extraño, no puedo identificar nada de lo que estoy sintiendo en este momento, pero se siente ¿bien? No lo sé, es como si quisiera sonreír sin motivo aparente y cada vez que te miro el corazón me late fuertemente en el pecho. No quiero hacer otra cosa más que quedarme así contigo.

Tae soltó una risa, besando a Jeon segundos después sin dejarle ver los ojos llenos de lágrimas que en cualquier momento derramaria.

Sí, así se sentía la felicidad.

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Habían pasado gran parte del día acurrucados entre sí, con Jeon dando suaves caricias a Taehyung que se dejó ser y en ningún momento se quejó.

— ¿Quieres que le pida algo a Jimin?—Tae asintió y Jeon le pasó su teléfono celular antes de levantarse—. ¿Qué quieres?

—Gomitas—Pidió con una sonrisa— y de esas paletas de fresa que siempre tiene en su celda, por favor—Jeon asintió y acercó su rostro hasta Tae quien captó la indirecta y lo besó suavemente antes de dejarlo ir.

Se sentó sobre el futón y dejó el celular a un lado, estirando sus brazos sobre su cabeza aspirando fuerte el aroma al suavizante que Jeon tanto usaba, sintiéndose sumamente reconfortado de que haya dejado tanto de su aroma sobre él. Todo estaba bien o supuso hasta que el celular comenzó a sonar y la pantalla se iluminó con un nombre que retumbó en su cabeza, que por alguna razón traía tanto pesar a su pecho y le molestaba, no sabía por qué, pero le molestaba. Y quería atender esa llamada y saber quién estaba detrás de esa pantalla, pero decidió que no era buena idea hacerlo.

Apretó el aparato entre sus manos cuando la llamada se cortó y se levantó del futón, su dolor de cabeza aumentando. Suspiró y decidió por salir de la celda, chocando con el pecho de Jeon en el camino quien lo miró con confusión cuando él levantó su rostro furioso.

—Están llamandote—Dijo mientras empujaba el celular a su pecho, demasiado molesto con él mismo preguntándose el por qué se enojaba de esa manera—. Iré a la enfermería, mi cabeza duele—Quiso pasar por su lado, pero Jeon fue más ágil y lo tomó de un brazo, estirandolo contra él y besando con mucha suavidad su sien.

— ¿Sucedió algo?—Tae negó porque no podía negarse a esa muestra de cariño.

—Solo... mi cabeza duele. Vuelvo en unos minutos ¿sí?—Jeongguk asintió no muy convencido, pero lo dejó ir porque no era quién para retener a Tae dentro de ese lugar.

El rubio se movió rápidamente hasta la enfermería, mientras trataba de calmar sus pensamientos porque si Jeon quería hablar lo haría, pero la pregunta molesta de quién era Narae se formaba en su cabeza cada vez que aparecía a atormentar o simplemente para hacerse conocer. Namjoon estaba hablando con el fiscal Choi cuando entró, algo sorprendido por el rostro pálido que el muchacho llevaba, frunciendo su ceño cuando lo vio sentarse en una camilla, sus hombros tensos y la respiración algo agitada.

—Tae, ¿todo bien?

—Mhm. ¿Tienes algo para el dolor de cabeza?—Preguntó y Namjoon asintió algo extraño por la reacción que el otro tenía. Mientras lo miraba de reojo y buscaba algún medicamento para su dolor de cabeza.

— ¿Realmente está todo bien? ¿Jeon te dijo o hizo algo?

—No. Hum, ¿hace cuánto que conoces a Gguk?—Algo sorprendido por el apodo que él había utilizado, cambió su expresión rápidamente e hizo una mueca demostrando que estaba pensando.

—Nos conocemos desde que él tiene 15. Casi 20 años—Murmuró—. ¿Por qué preguntas?—Se sentó en el borde de su escritorio que se encontraba frente a la camilla en la que Tae estaba sentado y lo miró. La expresión afligida que el rubio tenía, le tensó el cuerpo.

—Sé que eres fiel a Jeon y que no me dirás nada sin su permiso, pero ambos sabemos que él no dirá absolutamente nada. Hay algo que no sé si realmente me está molestando o simplemente quiero saber, sacar alguna duda.

— ¿Qué quieres saber?—Le estiró el blíster de pastillas para las tomara y luego cruzó sus brazos sobre su pecho.

— ¿Quién es realmente Narae?—Nam frunció los labios antes de soltar un suspiro y mirar para otro lado, rascando su nuca. Él no tenía permitido hablar acerca de ella, estaría entrando en terreno peligroso si es que soltaba algo—. ¿Es su esposa? ¿O su pareja? Porque si es así, realmente me haré a un lado. No quiero que ella sufra por mi culpa ¿entiendes?

—Lo entiendo. Pero no puedo hablar de nada acerca de ella. Hablaré con Jeon y le diré que hablé contigo de este, para aclarar cualquier duda que tú tengas. No mereces que te sientas mal por algo como esto, no estás haciendo nada malo, Tae. Simplemente quieres saber algo para no sufrir.

—Yo... me siento impotente. Sé que él me hablará y me dirá todo lo que quiera saber, pero tampoco quiero esperar tanto. De igual forma, no es como que pueda obligarlo a decirme todo.

—Él lo hará, Tae. Solo espera un tiempo, pero te prometo que lo hará. Si no crees en Jeon, cree en mí ¿sí?

—Bien... yo... Muchas gracias, hyung.

—No hay por qué. Ve con cuidado.

Tae asintió y salió de la enfermería jugando con el blíster de pastillas en uno de sus manos. Entró a la celda de Jeon, haciendo que este se levantara rápidamente del futón antes de recibir el cuerpo de Tae entre sus brazos quien lo abrazó fuertemente antes de notar que su cuerpo temblaba.

—Bebé, ¿qué sucedió?—Preguntó pasando una de sus manos por su espalda cuando notó como Tae lloraba.

—Yo... nada... solo abrázame ¿sí? No me sueltes, por favor—Y Jeongguk lo hizo, lo abrazó fuerte, pero suave. Lo llevó a su pecho mientras trataba de reconfortarlo con caricias sobre su espalda.

Y él sabía qué sucedía más no diría nada, ni por el momento, pero cuando se sintiera más seguro le diría absolutamente todo y también aclararía quién era Narae y todo lo que significaba en su vida.

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Jeongguk y Taehyung lo peor que pudieron hacer fue fingir que eran "amantes".

Dejen de tirarle hate a mi pobre Narae 💔

¿Se asustaron con lo del embarazo? Jsjsjsj en el grupo empezaron a entrar en pánico.

Capítulo dedicado a unforgettwbIejoon porque él también huele a bebé y fue en parte por el que puse a Koo con ese olorcito♡

Espero que el capítulo sea de su agrado. Muchas gracias por leer y por el apoyo siempre brindado.

Cuídense, tomen awita y sean felices💜

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