Día 45: La advertencia ahora es para ti. 🔞

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Jeongguk nuevamente se encontraba en la oficina del director de la prisión, mirándolo mientras sus ojos parecían ser más oscuros que antes, más sanguinarios, muchísimo más aterradores. Y Mang no podía, ni quería preguntar qué es lo que quería ahí, había estado dando vueltas, pero en ningún momento dijo nada. Se mantuvo callado como si estuviera esperando alguna señal de algo y el director no le prestó mucha atención porque estaba colocada en llenar algunos papeles que tenía pendientes de hacía unos días. No acostumbraba a tener a Jeon rondando de esa manera, pero lo dejaría estar mientras no lo molestara con algún ataque de ira repentino que tuviera.

—Buenos días, Mang—Saludó Namjoon entrando por la puerta de su oficina bruscamente y agitando una carpeta manila en sus manos. La tiró con brusquedad encima del escritorio mientras que con una sonrisa malvada observaba a Mang—. Jeongguk necesita salir de la prisión y tú no vas a oponerte. Tengo pruebas de toda la mierda que has estado recibiendo a través de los años. Anda, vamos, rompela o has lo que quieras. Tengo copias repartidas por todo el país y fuera de este que con una sola llamada a quien sea puedo hacer que esto esté en los noticieros en menos de una hora y tu puesto será dado a otra persona—Tragando saliva y no dando crédito a lo que el enfermero decía, él tomó la carpeta y comenzó a revisar todo lo que se encontraba dentro. Hoja tras hoja era una prueba para que demostraran a Corea lo corrupto que él había sido y seguía siendo, se sorprendió cuando vio las últimas páginas y las fotografías que las acompañaban, él creía que su trato con JeongSu había sido un secreto y que nadie más que ellos dos sabía, pero al parecer se había equivocado a lo grande.

—Así que... tú dijiste que no tuviste tratos con JeongSu y que nunca podrías recibir parte de su sucio dinero, pero él te ha depositado mucho, Mang—Soltó Jeon y el director le tenía tanto miedo a su mirada, pero aún estaba reticente a dejarlo salir, ¿qué es lo que realmente le aseguraba a él que no escaparía al otro lado del mundo con una identificación falsa? Podía ser que él en ese momento tenía a su pareja dentro de la prisión y por lo que había visto, escuchado y comprobado por sí mismo es que Jeon no iba a dejarlo solo, pero ya no confiaba en nadie—. Ya lo has escuchado de Namjoon, ¿quieres escucharlo de mi parte? Tu mandato, como le dices, caerá en segundos si esto llega a filtrarse por todo el país y parte del mundo, no pierdo nada, Mang. En cambio tú, perderás muchas cosas. Recuerda, sigo siendo el malo aquí y ustedes seguirán libres por las calles mientras aparentan ser los héroes de los ciudadanos—Tomó un respiro porque realmente le estaba molestando la terquedad del viejo. Él no controlaba el tiempo y este se estaba escapando de sus manos. Probablemente JeongSu ya sabía lo que había sucedido y la advertencia que le había dado a Taehyung. Su padre sabía que no iba a quedarse de brazos cruzados y sentado en su celda a esperar que todo pasara—. Así que quien lo decide eres tú. Puedo tener tu permiso e irme a arreglar mi mierda o puedo darle todo esto a los medios y de igual forma irme de aquí.

Mang observó el reloj, eran las nueve de la mañana en punto y él realmente estaba más aterrorizado que nunca en ese momento. Tal vez lo dejaría libre, pero nada le garantizaba que volvería. Era un trabajo duro dejarlo salir, pero con un papel con su firma él podría aparentar que en ese momento estaba teniendo salidas transitorias y que de una u otra forma debía de volver a la prisión sin causar ningún problema o llamar mucho la atención. El director dejó la carpeta a un lado mientras tragaba duro y con manos temblorosas tomaba uno de los papeles con salidas transitorias, apretó el bolígrafo con fuerza en su puño y cerró un momento sus ojos, respirando hondo para tratar de calmarse. Namjoon sonrió al lado de Jeon sabiendo que ya tenía esto ganado mientras veía al director firmar con rapidez.

—Quiero que regreses a la prisión mañana antes de las diez. Si para esa hora no estás aquí, emitiré una orden en donde irán a buscar tu cabeza y esta vez no importara si estás vivo o muerto, ¿bien?—Jeon asintió, pero su rostro no tuvo ningún cambio. Pareció hacerse más sombrío con las facciones oscureciendose un poco más—. Jeon, ¿qué harás?—Preguntó. No lo conocía bien, pero viendo la nula reacción que tenía y el como su cuerpo parecía tensarse en demasía le indicó que no era nada bueno. 

—Haré que JeongSu pagué de una vez la mierda que ha estado haciendo.

—Jeon no creo que sea seguro—Murmuró cuando lo vio levantarse de su asiento dispuesto a irse.

— ¿Tú vas a decirme la mierda que es segura? JeongSu ha estado molestando desde hace un tiempo y yo no voy a permitir que siga haciéndolo. Si no es él, créeme que será algo que le importe por más que lo niegue—Salió de la oficina golpeando la puerta con fuerza y dirigiéndose directamente a la enfermería en donde Namjoon había preparado un bolso.

Yoongi llegó unos minutos después mientras observaba la ropa por la que Jeon se había cambiado.  Llevaba unas botas que parecían sumamente pesadas, una camisa y pantalones negros y la chaqueta de cuero le quedaba bien a pesar de que su cuerpo era grande. Enarcó una ceja observando al reo que colgaba el bolso sobre su hombro izquierdo para luego comenzar a colocarse un reloj por el que Yoongi tendría que trabajar toda su vida si quería comprarlo en algún momento.

— ¿Puedes traer a Taehyung?—Le preguntó al oficial Min y este aún algo aturdido por la presencia que él tenía asintió con la cabeza saliendo de la enfermería. Jeon se colocó una gorra negra y preparó un cubre bocas del mismo color antes de clavar sus ojos oscuros en la puerta del lugar. Taehyung se veía sorprendido mientras lo miraba fijamente y repasaba su ropa de arriba abajo.

— ¿Adónde estás yendo?—Preguntó mientras se acercaba a él para arreglar el cuello de su chaqueta sonriéndole dulcemente.

—Tengo que salir a hacer algunas cosas. Todo se complicó y soy el único que puede arreglarlo—Se encorvó un poco para besar los labios de Tae—. Voy a volver. Recuerda lo que dije, no voy a irme de aquí hasta que tú salgas.

—Por favor, cuídate y ten cuidado con lo que seas que salgas a hacer. No te pongas en peligro por mí—Jeongguk sonrió y volvió a besarlo suave, lento queriendo mantener el contacto por mucho tiempo mientras lo abrazaba con firmeza.

—Ten cuidado tú. Quédate cerca de Jimin, Kyle o Chris ¿sí? Volveré mañana en la mañana. Deja de decir que no me ponga en peligro por ti, sabes que haría lo que fuera por mantenerte a salvo.

—Gracias, Guk—Murmuró antes de darle un último beso—. Te quiero—Dijo bajito en los belfos contrarios.

—También lo hago, nene—Y él no estaba mintiendo, él realmente lo hacía y soltarlo lograba que un peso abandonara sus hombros. Se sintió más libre cuando observó los ojitos brillantes de su chico y la sonrisa que trataba de ocultar.

—Jeon, es la hora—Dijo Yoongi y golpeó la puerta por fuera.

—Estaré bien, no te estreses tanto.

Salió del lugar y Yoongi lo esposó para hacerlo caminar hasta la salida. Jeon apenas llevaba unos 12 meses dentro de la prisión y no cumplía con los requisitos de haber cumplido la mitad de su condena como la ley dictaba para que pudiera tener salidas transitorias. Muchos reos se quejaron mientras él pasaba con esa sonrisa de suficiencia que a más de uno molestaba, pero fue uno en específico que se aterró en cuanto los labios del hombre se volvieron una fina línea mirándolo fijamente con esos ojos que se asemejaban a los de un muerto y le hizo una sola señal con su mano, indicándole que él no saldría vivo de ahí. Tal vez no había sido bueno causar problemas y mucho menos haber traicionado a Jeon con un encargo hacía algunos años atrás.

—Hey viejo amigo—Murmuró Mark en cuanto las puertas de la prisión se abrieron y por esta salió Jeongguk, caminando tranquilamente y con ese porte que le indicaba a más de uno que él era el dueño de todo.

—Mark—Fue lo único que dijo mientras se metía dentro del BMW—, ¿qué sabes?

—Estamos mal, viejo. JeongSu ha salido del país un día después que el chico de Namjoon desapareciera y aún no ha vuelto—Jeongguk apretó la mandíbula y refregó su frente con fuerza antes de desviar la mirada hacia la ventana—. Pero lo tenemos a él, hace un tiempo. JeongSu le hizo creer a todo el mundo que se había desecho de él, lo golpeó y trató de estrangularlo, pero no lo mató del todo. Lo encontraron pidiendo ayuda y rogando porque le salvaran la vida, la suerte es que fue uno de nuestros chicos quien lo encontró.

—Llévame adónde está él. No voy a perder más tiempo.

—Está en Seúl, Jeon.

—No me interesa, llévame ahí.

Mark asintió mientras ponía el auto en marcha y con destino hacia Seúl. No podría tener a su padre en sus manos, pero tendría a quien él decía que no le importaba aunque Jeon sabía que era una total mentira. Si JeongSu quería jugar de esa forma, Jeongguk le seguiría el juego.

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Las escenas a continuación son +18 en donde van haber escenas explícitas de tortura, si esto no es de tu agrado te pido que dejes de leer.

Jeongguk estiró los brazos sobre su cabeza mientras hacía tronar su cuello y espalda, sus vértebras haciendo un placentero sonido que disfrutó cuando llegó a sus oídos. Observó el complejo de edificios abandonados mientras soltaba un suspiro, en alguno de esos departamentos olvidado se encontraba su presa a quien desollaria lenta y tortuosamente, mientras le sonreía con burla para que eso fuera lo último que viera.

—Está en el complejo 5, departamento 398—Jeongguk asintió mientras miraba a Mark unos segundos—. Tengo algunas cosas aquí, pero los chicos tienen más cosas arriba. Trataré de averiguar si JeongSu volverá pronto al país, si lo hace te diré fecha y hora.

—Bien—Fue lo único que dijo. Jeon siempre había sido así, nunca fue alguien de muchas palabras con él, pero seguía a su lado porque era fiel a lo que dictaba y sus trabajos siempre habían dado mucho dinero, Mark agradecía haberlo conocido y el no haberse separado del todo de su lado.

Jeongguk le hizo una seña con una de sus manos indicando que abriera el baúl del auto y cuando lo hizo, la mueca que hizo con sus labios le indicó que no había nada que llamara su atención, pero de igual forma tomó una amoladora y una sierra eléctrica a la cual le sonrió con demasiada atención.

—Se lo enviaré en pedazos—Murmuró encogiendo sus hombros mientras tomaba su bolso y comenzaba a caminar hacia el complejo 5.

Era una zona bastante alejada del caos que Seúl siempre era, había césped demasiado largo y algunos arbustos secos, el lugar se notaba en demasía que estaba abandonado hacía un largo tiempo. Los chicos habían buscado un buen lugar, la rata asquerosa que tenían encerrada podía gritar todo lo que quería, pero nadie llegaría a escucharlo. Aunque luchara e insultara todo lo que quería, nadie vendría en su rescate porque su máscara había caído hacía unas semanas y todo el mundo sabía la clase de mierda que en realidad era.

Las botas sonaban con fuerza a medida que sabía por las escaleras y para ponerle un poco más de dramatismo había comenzado a silbar. Los muchachos que cuidaban el departamento se tensaron en sus lugares cuando lo vieron llegar, viéndose imponente y enorme vestido de esa forma con esa mirada tan altanera que poseía cuando se ponía en la posición de jefe. Ellos saludaron con un asentimiento, pero Jeon no estaba prestando mucha atención. La sed de sangre había comenzado en el momento que Mang aceptó dejarlo salir, queria venganza y si no la obtenía asesinando a su padre, haría lo mismo que él.

—Jeon—Murmuró uno de los chicos mientras se colocaba a un lado.

— ¿Ha dicho algo?—Él negó con la cabeza.

—Él se está dejando morir, señor. Literalmente no come nada hace unos días y dijo que ya aceptó lo que sea que van a hacerle.

—Una pena que lo haya aceptado, me hubiera gustado verlo sufrir y llorar, rogando.

Ingresó a la habitación y lo vio sentado en una cama destartalada con la mirada perdida en la ventana y el cielo. Prestó suma atención a los movimientos que Jeon hacía y cerró sus ojos con fuerza cuando se dio cuenta lo que le depararía luego de eso. Él dejó sus cosas a un lado y cruzó sus brazos sobre su pecho.

—Taehyung no te perdonará si haces esto—Jeongguk rió bajo y sombrío—. No sé nada de lo que tu padre está haciendo.

—Pero yo sí sé lo que está haciendo él, Seokjin. Secuestro al amigo de Tae, ese que tiene una cafetería...

—Hoseok.

—Ese... Hizo que uno de los cirujanos que trabaja para él, sacara uno de sus ojos, pero anteriormente lo golpearon al punto que quebraron dos de sus costillas y lo torturaron para que soltara cosas que no sabía. Taehyung enfrentó a JeongSu y lo hizo bien, tan bien, que el hijo de puta de mi padre comenzó a obsesionarse con él, ¿entiendes? Y va a hacer todo lo posible para lastimar a Tae porque aún quiere llegar a mí—Hizo una pausa acercándose a la puerta y diciendo algo por lo bajo a los muchachos que seguían cuidando del lugar—. ¿Sabes qué hizo también JeongSu? Envió el ojo de Hoseok con una nota de advertencia a Taehyung y él ha estado aguantado esta mierda tan bien que me sorprende que aún no se haya ido de mi lado.

—Felicidades, lograste que Kim Taehyung te quiera en verdad y él realmente no quiere a nadie sinceramente—Murmuró mientras jugaba con sus manos. Taehyung era su primo, pero siempre había habido una competencia silenciosa entre sus familias, sus padres más que nada. Seokjin tuvo que luchar mucho para llegar adonde estaba y a pesar de que se abrió paso en el bajo mundo, él por un tiempo fue el orgullo de sus padres, pero cuando el hermano mayor de Taehyung se convirtió en el nuevo CEO de la empresa de su padre fue algo que hizo que ellos quisieran que Seokjin fuera más grande. Y poco a poco la presión de que tuviera un propio estudio se hizo insoportable al punto de que ya no pasaba tiempo con sus padres o en las cenas familiares que realizaban. Él no odiaba a Tae, él envidiaba a su primo por haberse separado de su familia a tan temprana edad y por no dejar que ellos controlaran lo que quería ser o pusieran presión para que siempre fuera el mejor.

Taehyung por mucho tiempo había crecido en la ignorancia de lo que era vivir fuera del barrio privado en donde residía, se había llenado de lujos desde muy pequeño y siempre había sido altanero, y problemático. Él quería, él amaba, pero no tanto como lo hacía a sí mismo. Debías de ser alguien que hiciera muchas cosas por él para que Taehyung dejara que entraras en su estrecho círculo de confianza. Incluso luego de independizarse de sus padres y aprender a sobrevivir por él mismo, seguía sin querer profundamente, tal vez todo comenzó a cambiar una vez que conoció a Hoseok y trató de realmente abandonar la antigua vida de problemas, llamar la atención y tener amigos que realmente no valían la pena. Seokjin sabía que Jeon lo había cambiado, no sabía si para bien o mal, pero Taehyung no se quedaba al lado de nadie y aunque estaba en prisión, tenía el derecho de pedir un cambio de pabellón si es que Jeongguk le había aburrido. Jin temía porque parecía que su primo se había enamorado de este hombre que ahora iba a deshacerse de él.

—JeongSu salió del país luego de que secuestró a Hoseok y aún no ha vuelto. Él sabe que lo que ha hecho está más que mal y que yo lo haré pagar de una u otra forma, pero es muy cobarde para enfrentarme a mí porque sabe que no tiene nada para ganarme, conozco sus trucos y la forma en la que se maneja—Rompió el empaque estéril de una jeringa y lo llenó con un líquido transparente que hizo a Seokjin tragar saliva con fuerza—. Él te quiso, muy poco, pero tal vez lo hizo. ¿Sabes por qué? No te mató—Se acercó al abogado e inmovilizó su cuello, lo tomó en una de sus manos y apretó con algo de fuerza mientras veía como el otro se quedaba sin hacer nada—. Me das asco—Hizo una mueca y preparó le jeringa.

—D–Dime... a... algo—Murmuró casi sin aliento, Jeongguk aflojando su agarre—. ¿A–Amarás a Tae?

—Lo haré por más que yo no merezca estar con él—Murmuró y tanteó la piel de su cuello antes de inyectar la anestesia que anteriormente había cargado en la jeringa para simplemente aletargarlo un poco.

Jeon contó hacia atrás mientras sonreía, viendo a Seokjin manotear al aire tratando de hacer que su cuerpo reaccionara, pero era imposible porque la anestesia estaba haciendo su trabajo y a pesar de que no estaba durmiendolo del todo, él se sentía imponente al no poder hacer más. Sus extremidades se sentían muy pesadas y parecía no haber dormido en días, el sueño cerraba sus ojos y él pedía no sufrir. Un tiempo después, que sintió como una eternidad, él los abrió y la luz lo cegó. Intentó enfocar su mirada, pero no podía porque su vista se encontraba borrosa mientras miraba hacia los lados.

Jeon se había colocado un camisolin quirúrgico de plástico y transparente, guantes y un cubre bocas mientras terminaba de preparar algunas cosas en las distintas mesas que los muchachos le habían preparado con antelación. Estaban en el último piso del edificio, en un amplio lugar que no estaba terminado y los departamentos aún no se encontraban formados, estaba cerrado con techo y algunas paredes, y eso era lo único que Jeongguk necesitaba.

— ¿Recuerdas la primera vez qué fuiste a buscarme?—Preguntó, pero Seokjin lo escuchaba tan lejano y no podía mantener los ojos abiertos de ninguna forma—. Voy a ser sincero, creí que me buscabas para coger y yo iba a aceptar, tienes un rostro lindo, pero todo se fue a la mierda cuando mencionaste que estabas ahí por parte de mi padre. Te lo dije una vez y creí que entenderías eso, que no volverías a molestar, tal vez que te darías por vencido y renunciarías a estar del lado de JeongSu, pero volviste, muchas veces. Y era tan molesto tenerte en la puerta de mi casa o en donde sea que estuviera viviendo siempre preguntando la misma mierda, siempre diciendo que necesitabas mi puta firma y yo repitiendo lo mismo todo el tiempo. Te dije que no muchas veces y tú seguías sin entenderlo, incluso cuando JeongSu desapareció. ¡Volvías cuando él fue dado por muerto!  ¿Qué te hacía hacerlo?

—C–Cállate—Murmuró con la voz muy baja, escucharlo le aturdía los oídos y la cabeza había comenzado a dolerle—. N–No me gusta... es–escucharte—Dijo mientras parecía cansado y ahogado, su pecho se apretaba con fuerza mientras negaba con la cabeza para que Jeon se alejara de él, perdido soltó un grito cuando sintió el dolor del pinchazo, aumentandose por mil.

— ¿Sabes lo qué hace la adrenalina? Estimula la contractilidad del corazón, la presión arterial y la frecuencia cardíaca aumentan. También puede dilatar los bronquios... Es muy buena para acrescentar la sensación de dolor durante bastante tiempo—Sonrió y luego encogió sus hombros, observando las distintas cosas que tenía sobre las mesas, esa vez decidió ir directamente por la amoladora, tomándola en sus manos y verificando que se encontraba conectada y encendida—. Si no te hubieras metido en estos problemas, esto no estaría sucediendo. Te lo dije, Seokjin. Tú no merecías esta vida que JeongSu te obligó a llevar, sin embargo seguiste a su lado y no sé bien qué fue lo que te hizo que te aferraras a él de esa manera porque no tenían ningún hijo—Rió con algo de burla y se acercó a Seokjin—. Mi madre siguió con él porque me tenía a mí y sé que tenía la esperanza de que en algún momento él le dejara tener con ella a Narae, pero incluso GyeonGi se cansó de la vida que mi padre le hizo tener y dejó que acabara con ella—Seokjin negó con la cabeza mientras apretaba los dientes, teniendo muy poca movilidad en su cuerpo.

Encendió la moladora y el ruido aturdió los oídos del abogado. Sus ojos se apretaron al igual que sus puños mientras sentía las lágrimas acumularse con rapidez. Le ardía, le dolía mientras Jeongguk cortaba su piel hasta el hueso. Era un dolor insoportable que no podía evitar expresar con gritos, su cuerpo temblaba y su respiración agitada hacía que su pecho se apretara, el sudor estaba cayendo por su sien y su cuello mientras hacía movimientos para tratar de soltarse, pero incluso su pecho estaba amarrado con una cinta en lo que sea que estaba recostado.

—Ma... mata... matame—No tenía fuerzas para hablar, el dolor había drenado toda su energia mientras escuchaba como Jeon festejaba algo.

—No, no. No puedo matarte, pierde la gracia. ¿Qué tanto sabes?

—No... no... mucho—Murmuró—, é–él no salió del país, no pu–puede hacerlo—Y Jeongguk escuchó con atención, él esperaba que Mark tuviera buenas noticias cuando terminara de hacer todo eso.

Jeon se movió por el lado izquierdo, tanteando la conexión de los huesos de la pierna con los huesos del pie, haciendo una mueca cuando cuando corto la articulación del tobillo y el pie cayó al suelo bruscamente, la sangre saliendo en grandes cantidades. Marcó varios lugares de la pierna con cortes profundos mientras veía como Seokjin poco a poco perdía el conocimiento, pero de igual forma él seguía aguantando esto como si hubiera sido entrenado para soportar torturas como estas. Jeon no estaba torturándolo, simplemente se estaba divirtiendo haciendo algo que él creía que Seokjin lo merecía.

—Has entregado a tu primo tantas veces, Seokjin. Dudo mucho que no hayas sido tú quien lo entregó con JeongSu, dándole toda la información que él sabía—Pero sabía que Seokjin no estaba escuchándolo.

Hizo una mueca cuando supo que cortó la arteria femoral en la parte del muslo y la sangre comenzó a salpicar hacia todos lados, incluso saltó a su rostro, pero se había protegido con unas antiparras que había tomado de encima de la mesa porque sabía que algo así podría suceder. Cortó el cuerpo del abogado en pedazos no perfectos mientras en ocasiones luchaba con el hueso de alguna parte de la anatomía para luego guardarlo dentro de varias bolsas negras.

Se deshizo de todo lo que se había colocado e hizo una seña hacia adentro a los chicos que aún estaban ahí, ellos sabiendo lo que debían de hacer para mantener el cuerpo hasta que Jeon hiciera con él lo que quisiera. Salió del complejo mientras encendía un cigarro, mirando el cielo nublado y observando que Mark seguía ahí apoyado contra su auto, su ceño estaba fruncido mientras tecleaba con violencia algo en su celular.

—Dime que tienes buenas noticias—Murmuró y Mark lo miró asintiendo con la cabeza.

—La rata asustadiza de JeongSu nunca salió del país—Lo observó como apretaba su mandíbula, empujando su lengua contra su mejilla con fuerza mientras asentía—. Ahora se encuentra escondiéndose en la empresa. Al parecer simplemente estaba tratando de esconderse de ti.

—Llévame hasta allá y quiero que tú con algunos más se aseguren que el edificio quede vacío.

— ¿Por qué?

—Lo prenderé fuego con JeongSu dentro.

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Su rodilla se movía de arriba abajo mientras sus ojos observaban el como todo parecía hacerse un borrón de colores, ninguno decía nada, pero Jeon estaba concentrado en todo el odio que había guardado por años, en la decepción y el miedo que una vez le causó. Se había acabado, él no dejaría que JeongSu intentara nuevamente jugar con su cabeza, no dejaría que se metiera con él ni con nadie de su pequeño círculo de confianza, él acabaría esto ahora y no había nada que lo detuviera.

Mark apretó los puños en el volante mientras trataba de respirar con normalidad porque la presencia de Jeongguk era mucha en el pequeño espacio de su automóvil. Su cuerpo estaba tenso mientras mantenía la mirada fija en otra parte, estaba pensando en algo y Mark realmente odiaba cuando eso sucedía, no podía predecir cuando llegaría el ataque de ira que en ocasiones el jefe podía tener. Podía parecer tranquilo, pero la fuerza que estaba haciendo mientras apretaba su mandíbula y sus manos en puños, hacía que todo su cuerpo doliera. ¿Estaba nervioso? Claro que sí, pero no por lo que pudiera suceder con JeongSu, estaba aterrado a como Jeon pudiera reaccionar si no obtenía lo que quería. También se encontraba asustado y ahogado, el aura oscura de Guk era demasiado asfixiante y parecía tomar forma de una aterradora boa que se encontraba escalando por su cuerpo, enredandose en su cuello y apretando ese lugar con fuerza logrando que sus pulmones pidieran con urgencia que ingresara aire.

El edificio del Imperio Jeon era enorme, tenía más de quince pisos y sus vidrios tintados de negro le daban un aspecto sumamente lujoso. Jeon fue el primero en bajar del auto mientras le hacía una seña a Mark para que abriera la parte de atrás del auto, necesitaba entrar a ese lugar con una urgencia que no creía posible. Los pisos brillantes de mármol blanco combinaban con las columnas y paredes negras, detalles en dorado, blanco y grises hacían a Jeon poner sus ojos en banco. Había ido muchas veces cuando era pequeño, pero no lo recordaba bien del todo. Habían varias personas de traje y muchachas vistiendo conjuntos de oficina paseándose por el lugar que lo miraron fijamente mientras el pasaba por sus lados arrastrando una maleta teniendo esa mirada altanera y aburrida que sorprendió a más de uno.

Los murmullos comenzaron a escucharse y Guk pudo escuchar como voces sorprendidas preguntaban si él era alguien que compartía sangre con el CEO porque ellos tenían un gran parecido. Jeongguk supuso que los empleados no  sabían que JeongSu tenía una familia, que en algún momento tuvo esposa e hijos.

Él siguió su camino hacia la zona de ascensores que se encontraban en la empresa y soltó un suspiro cuando supo que tendría que esperar un poco a que llegara. Marcó el número del piso al que quería ir y esperó, la ansiedad jugando con él mientras mordía la piel de sus labios resecos, después de tanto enfrentaría al hombre que había arruinado gran parte de su vida. Comenzó a escuchar todo como si estuviera debajo del agua, su cabeza dolió, pero siguió adelante.

—El señor Jeon no está recibiendo visitas—Dijola secretaria, Guk la observó fijamente para luego sonreír con burla.

—Él va a recibirme.

—No puede pasar ahí. No tiene cita y como lo he dicho, el señor Jeon no está recibiendo a nadie—Jeongguk asintió, pero de igual forma siguió con su camino hacía las puertas dobles de madera oscura.

—Dile que su hijo ha venido a verlo—Soltó y se metió dentro se la oficina.

JeongSu estaba ahí, mirando algo encima de su escritorio, las luces estaban tenues y él no prestó verdadera atención cuando dijo—: Aegi te he dicho que no quiero que me interrumpan—Él no levantó la mirada en ningún momento y saltó en su lugar cuando la maleta fue depositada con demasiada fuerza encima del escritorio.

— ¿Cómo qué no quieres recibir a tu querido hijo?—Preguntó con demasiado veneno en su voz mientras sus ojos se fijaba en el rostro sorprendido de JeongSu—. ¿Sorprendido?—Se burló mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho y soltaba un suspiro—. Te diré algo, JeongSu. La advertencia que le diste a mi chico ahora será para ti. ¿Quién mierda te crees para hacer eso? ¿Creíste que te saldrías con la tuya?

Tigre de invierno—Murmuró y el otro negó con su cabeza porque usar ese suave tono de voz no lograría nada en él—, ¿qué has hecho?

— ¿Realmente vas a preguntar eso? Fíjate tú mismo—Señaló la maleta para que la abriera—. Mis chicos encontraron a tu amante luego de la paliza que le diste o le dieron, realmente no lo sé porque en ocasiones no te gusta ensuciarte las manos—Observó la biblioteca que estaba a su lado, ojeando los lomos de los libros que estaban muy bien ordenados en los distintos estantes—. ¿Lo querías? Porque lo dejaste vivo, pero yo me encargué de terminar lo que empezaste. Fíjate si puedes reconstruirlo—Sonrió y observó a su padre.

Jeongguk nunca lo había visto, nunca vio la manera en que la angustia afectaban el rostro de JeongSu y mucho menos vio como sus ojos parecían brillar con algo muy parecido al miedo.

— ¿Qué hiciste, Jeongguk?

—Oh, realmente me gusta esa expresión en tu cara—Dijo mientras se acercaba a su padre con rapidez—. ¿Qué he hecho? ¿Qué has hecho tú, JeongSu?

Enfrentó a su padre, poniéndose delante de él mientras lo miraba fijamente, sus ojos refulgian en ira. Eran casi de la misma altura, JeongSu tal vez unos centímetros más bajo, tenía algunos músculos, pero no estaba tan marcado como su hijo se encontraba. A pesar de los años, él seguía sorprendido de la forma en que sus ojos se encontraban tan apagados, sin ningún brillo, pero el odio y el asco aún seguían ahí. Traladaban su mente y en ocasiones podía verlos en pesadillas, podía ver como su hijo lo asesinaba de una vez por todas.

—Jeongguk—Murmuró—, no te tengo miedo. No sé qué haces acá cuando días atrás estabas en la prisión.

—Vine a acabar contigo—Sonrió, sus pechos tocándose mientras Jeongguk lo miraba fijamente queriendo dar su cara con fuerza contra la madera del escritorio.

—No vas a poder hacerlo.

Fue lento y cuidadoso al meter la mano dentro del bolsillo de su pantalón, apretando la navaja que tenía en ese lugar mientras hacía una seña con su cabeza para que su padre dijer algo. JeongSu se movió hacia adelante, empujando a su hijo para que se moviera, él se había atrevido a asesinar a su amante y ahora estaba ahí amenzandolo.

—Siempre has querido deshacerte de mí, ¿por qué?

— ¿En verdad vas a preguntar esa mierda, JeongSu? ¿Por qué podrá ser? No lo sé, tal vez toda la mierda que hiciste cuando era niño. Puede ser esa vez que quebraste mis pulgares porque querías que me sacara las esposas por mí mismo o cuando llenaste mi espalda de cortes. Asesinaste a mi madre y nunca dejaste que conociera a mi hermana, me torturaste durante años y me utilizabas como tu puto saco de boxeo cuando algo no salía bien para ti. Quisiste controlar mi vida durante mucho tiempo y nunca quisiste que fuera más grande que tú. Así que realmente no sé por qué mierda he querido asesinarte todos estos años. Estoy harto de ti y tu mierda, estoy harto que siempre trates de controlar todo y quieras deshacerte de quienes según tú no te sirven, estoy harto que sigas intentando llevarme a tu lado nuevamente—Respiró hondo porque si seguía dejando que el odio consumiera su racionalidad haría un desastre en ese lugar—. Siempre desee que fueras tú quien murió, no GyeonGi—Escuchó el golpe más no lo sintió aunque su rostro había quedado se lado.

—Te he criado como tu madre siempre debió de hacerlo. ¿Crees qué serías quien eres ahora si hubiera dejado que GyeonGi siguiera criandote?—Jeongguk lo empujó por lo hombros haciendo que la parte trasera de sus muslos chocara contra el borde del escritorio.

— ¿Todavía tienes el maldito valor para seguir golpeándome?—Él sacó la navaja y la paseó por el rostro de su padre—. Voy a matarte, JeongSu. Nunca mereciste tener esposa ni hijos—Su padre lo golpeó en el rostro con el puño cerrado y él intentó clavar la navaja en su pecho, pero JeongSu se movió y lo terminó enterrando en su brazo izquierdo, escuchando el grito de dolor que salió de los labios del hombre.

Luego comenzaron a pelear, los golpes iban y venían. Jeongguk no perdió la oportunidad de golpearlo con fuerza en el rostro y JeongSu hizo una mueca con sus labios cuando quitó la navaja de su brazo, sosteniéndola fuertemente desde el mango mientras observaba como su hijo se limpiaba la sangre de su labio inferior, sosteniéndose el costado de su abdomen con fuerza. Y el hombre se lanzó encima del otro clavando el filoso objeto con fuerza en la parte baja de su abdomen mientras sonreía con burla, alejándose de Jeongguk.

— ¿Piensas qué vas a asesinarme tú?—Preguntó Guk y él sabía a la perfección que lo menos que debía de hacer era sacar el cuchillo desde donde estaba clavado, pero de igual forma lo hizo se abalanzó sobre JeongSu clavando el cuchillo reiteradas veces hasta que lo vio tirado en el suelo, seguía respirando, pero muy poco mientras se sostenía la herida del centro de su abdomen—. ¡Te lo dije, JeongSu! ¡Te dije que iba a asesinarte!—Gritó mientras sonreía mirándolo retorcerse en su lugar

—Jeon–Jeongguk... a... t‐tu... madre—Hizo una pausa mientras su respiración agitada hacía que todo doliera aún más— yo... sí... la... quise...

Jeongguk no quiso seguir escuchando y salió de la oficina mientras tanteaba su ropa en busca de su celular, encontrandolo en los bolsillos traseros, lo tomó y comenzó a marcar el número de Mark, tardando más en contestar.

—Prende fuego todo, Mark—Tomó su costado con fuerza porque dolía y estaba seguro que tendría algunas costillas rotas gracias a las patadas que su padre le había dado hacía tan solo unos minutos. No había nadie en los pasillos y él decidió ir por las escaleras, saliendo a la zona trasera del edificio, tratando de comunicarse con Mark para que fuera a buscarlo a esa parte. Se deslizó por la pared cayedo hasta el suelo porque no podía seguir.

Estaba perdiendo la consciencia por el dolor que estaba sintiendo y la sangre seguía cayendo de los cortes que tenía, su respiración parecía hacerse cada vez más lenta mientras seguía esperando. Dolía, pero podía soportarlo, lo que no podía soportar era la manera en como su energía parecía haber sido sumamente drenada de su cuerpo. Lo había hecho, luego de tanto tiempo, lo que se había prometido cuando tenía 15 años por fin lo cumplió y se sentía malditamente bien.

—Oh mierda, Jeon—Escuchó la voz de Mark mientras entre su visión borrosa podía verlo correr hacia él, tratando de hacer todo lo posible para levantarlo—. ¡Oye, imbécil! Ven acá y ayúdame, ¿quieres qué te lleve al hospital?

—No, no lo necesito. Estoy bien. Solo llama a Namjoon y dile lo que está sucediendo, él sabe qué hacer.

—Bien, bien. Vamos al auto, te llevaré a mi casa—Jeon asintió mientras hacía todo lo posible para también levantarse del lugar y ayudar a Mark a ir hasta el auto—. Los chicos están haciendo todo lo que ordenaste, ¿bien? El Imperio Jeon se destruirá después de esto.

—No podría importarme menos. ¡Ah, maldición! Ese hijo de puta todavía sigue pegando como cuando tenía 15.

—Ya está, lo has hecho.

Y él después de tanto tiempo parecía sentirse libre de la presencia de su padre.

⌗ 🚩 ˒ 𝟲𝟬 𝗗𝗜𝗔𝗦 𝗣𝗥𝗘𝗦𝗢!! 🚫
🔪 𝙅𝙅𝙆 ,,,,, 𝙆𝙏𝙃🩸🎴

No tengo mucho para decir, son +6k de palabras y estoy realmente agotada. Espero que el capítulo sea de su agrado y recuerden que pueden seguir apareciendo sorpresas, queda mucho 60DP todavía.

Paso para hacerme promoción, subí un nuevo fic llamado "La invitación roja" y me haría mucha ilusión si me apoyan ahí también, no va a ser una historia muy larga, pero así como 60DP va a tocar temas fuertes.

Cuídense♡

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