Día 1: La seguridad de Jeon Jeongguk.

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Jeongguk suspiró y se pasó una mano por todo el rostro antes de seguir con su ducha en paz o intentar hacerlo porque sentía una mirada clavada en su nuca y sabía de quién era sin necesidad de darse la vuelta. Se sostuvo de la pared con ambas manos antes de soltar una maldición porque los minutos se terminaban y él no había logrado mucho.

Taehyung jugó con sus manos cuando ya estuvo listo, a pesar de que había tenido a muchos hombres mirándolo y diciendo algunos comentarios por lo bajo, trató de ignorarlos los más que pudo y seguir con su mirada clavada en la ancha espalda del hombre que lo había salvado. Sí, parecía un total acosador y realmente no tendría que estar haciendo esto, pero era una forma implícita de decirle al tal Jeon que lo ayudara, que le brindara esa seguridad por la que estaba rogando internamente.

— ¡5 minutos!—Gritó un oficial golpeando la porra en el umbral de la puerta de las duchas.

—Mierda—Lavó su cuerpo con rapidez antes de envolver una toalla y comenzar a secarse. Sus ojos se cruzaron por unos segundos y al ver que Taehyung la desviaba, y luego la volvía a él, le hizo una seña con su cabeza como preguntándole si había algún problema. Tae frunció su ceño sin entender qué era lo que el otro quería decirle, ¿acaso el matón quería que fuera para afuera o qué?—. ¿Qué mierda tanto miras?—Murmuró.

— ¿Qué sucede, Jeon?—Preguntó Chris uno de los pocos reos que se llevaba bien con Jeongguk. El susodicho lo miró unos segundos antes de negar con su cabeza.

—Nada—Dijo bajo y aprovechando que su overol ya estaba puesto, tomó las cosas que utilizaba para ducharse y salió del lugar.

—Oh, parece que el gran Jeon se ha duchado rápido esta vez. ¿Qué, no encontraste a nadie que te chupe la polla esta vez?—Preguntó con burla el oficial Min mientras tenía una molesta mueca en sus labios.

—No, oficial Min. Hada hoy no quiso chuparme la polla ni prestarme su culo, creo que lo usó alguien más—Hizo una mueca, dándole a entender al oficial que eso le daba asco. Y cuando Min apretó la mandíbula fuertemente, Jeon sonrió victorioso porque luego de tantos meses de estar ahí sabía cada debilidad que los oficiales tenían y disfrutaba ver cuán molestos se ponían por nombrar algunas cosas que él sabía—. Cuídese, oficial Min. No creo que quiera que su linda esposa se entere de las cosas que hace dentro su trabajo—Pasó por el lado del oficial y soltó una risa cuando este se quedó parado en su lugar sin saber qué hacer o decir.

—No eres gracioso Jeon—Murmuró.

—Nadie dijo que quería serlo—Con su rostro serio sin una pizca de gracia o algún otro sentimiento se giró en dirección de Min quien tragó saliva con fuerza porque por más valiente que podía parecer, Jeon era una recluso jodido y saber que se podía enojar con facilidad hacía que tuviera que replantearse muchas cosas ahí mismo.

Los delitos más graves y que la justicia conocía que Jeon había hecho, eran tráfico de armas y drogas, algunas peleas ilegales y tener en posesión armas prohibidas. Lo que la justicia nunca sabía porque Jeon podía ser el mejor en esconder todo ese tipo de cosas, eran los asesinatos a sangre fría que había cometido, los robos y secuestros, incendios provocados, terrorismo y un largo etcétera, que podían poner nervioso a más de un juez. Pero Jeongguk podía llegar a ser más inteligente que la justicia en sí y a pesar de que era más que conocido fuera de la prisión, siempre trataba de mantener un perfil sumamente bajo.

Taehyung salió de las duchas siguiendo de cerca a Jeon, que inquieto por la intensa mirada que Ricitos de oro poseía, se dio la vuelta encarando a muchacho que parecía no querer dejarlo en paz.

— ¿Por qué me sigues tanto?—Preguntó en tono bajo cuando se colocó al lado de Taehyung, mirándolo de soslayo.

—Si me quedo cerca de ti, nadie querrá hacerme molestarme—Dijo, jugando con sus manos—. Aunque estoy seguro que en el momento que me quede solo esos dos intentaran nuevamente en darme "la bienvenida"—Hizo comillas con sus dedos y negó con la cabeza.

—Te dije que no voy a darte seguridad así que vete de mi lado antes de que ponga mi puño en tu rostro.

—Yo no me coloqué a tu lado, Jeon. Y nadie habló de que me brindaras seguridad—Encogió sus hombros cuando Jeon abrió su boca sin entender muy bien la personalidad que Ricitos de oro había adoptado de repente.

—Respétame, mocoso—Murmuró mientras seguía caminando, encontrando a Jimin en su camino—. Hada, mantén vigilado a Ricitos de oro por mí—Jimin miró a Jeongguk y asintió con una sonrisita de maldad en sus gruesos labios—. Estaré en mi celda.

—Jeon, ¿Ricitos de oro es molesto?—Preguntó con algo parecido a la burla, Jeon empujó su lengua en su mejilla interna y negó con su cabeza.

—Es molesto queriendo seguridad que no le brindaré. No lo quiero cerca mío, si se me vuelve a acercar voy a golpearlo.

—Está bien, Jeon. Lo que tú digas—Jimin volvió a sonreír y a pesar de que a Jeongguk le pareció extraño, no dijo nada y siguió con su camino a su celda.

Se recostó en el futón, mirando al techo del lugar y pensando porqué diablos se había dejado atrapar tan fácilmente. Todo había salido bien en un principio, pero supo que había sido traicionado en cuanto los policías habían comenzado a entrar al galpón en donde mayormente hacía el tráfico de armas y en donde al lado se encontraba el laboratorio donde preparaban todo tipo de drogas. Mientras era arrestado y un oficial le leía sus derechos, Jeon juró que iba a vengarse de la peor forma de la persona que había tenido el tupé de denunciarlo, de traicionarlo después de que le había dado un lugar en su familia. Él iba a salir de prisión, costara lo que le costara y obtendría su venganza de la mejor manera.



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Taehyung respiró profundo cuando tuvo que salir de su celda por obligación de su estómago, tenía hambre y los oficiales ya habían avisado que era hora del almuerzo, y aunque no tenía muchas expectativas sobre este de igual forma fue hasta el enorme comedor. Tomó una charola y no se quejó cuando le colocaron lo que debía de comer en ese día.

—Hola, Ricitos de oro—Lo interceptó un muchacho de cabello rubio y gruesos belfos. Taehyung frunció el ceño antes de mirarlo fijamente.

—Hola—Murmuró demasiado cohibido.

—Soy Jimin, muchos me conocen como Hada—Dijo tomando con cuidado uno de los brazos del más alto para instarlo a caminar—, realmente no sé porqué me dicen ese apodo—Frunció sus labios un momento antes de encoger sus hombros—. ¿Cómo es tu nombre?

—Kim Taehyung—Dijo bajo no entendiendo porqué razón se dejaba arrastrar por el pequeño muchacho—. Espera, ¿adónde estás llevándome?

— ¿Ah? ¿Dónde qué? Ah, lo siento. Eres nuevo y seguramente estos idiotas dejaran que te sientes con ellos, pero a cambio de algo. Ven, siéntate conmigo, nadie comparte mesa conmigo porque le tienen miedo a las personas con quienes me junto.

— ¿Y qué clase de personas se juntan contigo?—No podía llegar a creerse o imaginarse a una persona como el tal Jimin aparentaba ser con tipos tan rudos como los que estaban en ese lugar. Aunque no lo conocía de mucho tiempo, ni siquiera diez minutos, pero de igual forma él parecía esparcir magia por cada lugar que pasaba. Ahora entendía el porqué de Hada.

—Oh, bueno, peligrosas, ya sabes. Traficantes de armas y drogas, quienes dirigen peleas y carreras ilegales. Seguramente algún asesino y secuestrador. Pirómanos.

— ¿Pirómanos? ¿La piromanía no es una enfermedad mental? ¿No tendría que estar en una psiquiátrico?—Jimin hizo una mueca y una seña con una de sus manos.

—Sé que es un trastorno, pero digamos que no es un pirómano como tal sino que ha provocado incendios para vengarse de sus enemigos—Le señaló el asiento en una mesa vacía y segundos después ambos se sentaron.

— ¿Tú no comerás?—Jimin negó con su cabeza.

—No, ya he comido algo antes—Murmuró sonriendo—. Dime, ¿cuál es tu edad?

—Veintiséis—Dijo haciendo una mueca cuando probó un poco de la pasta extraña de color gris, suponía que era avena, pero no lo tenía muy claro—, ¿tú?

—La misma edad—Sonrió antes de mirar fijamente a la manera en que comía de esa cosa extraña—. ¿Quieres que te presente a algunos de los chicos con quienes me llevo bien?—Taehyung asintió haciendo una mueca—. Mira, ese que está por allá—Señaló a un muchacho de cabello negro y piel pálida, nariz algo prominente—, es Chris está acá por el delito de robar a mano armada, tenía una sentencia de cinco años, por buen comportamiento saldrá en seis o siete meses. Ese de allá—Su dedo señaló a un muchacho de cabello castaño claro con ondas y tatuajes. Él era lindo, del tipo ideal de Tae; Extranjero de facciones perfectas, ojos verdes y cuerpo que desearía poder tocar—, es Kyle, se metió en una pelea con una pandilla acá en Corea y tiene una pena de ocho años cuando tendría que ser de diez, en el juicio la bajaron por algo que hizo su abogado. La subieron a doce meses más por meterse en una pelea la otra noche y apuñalar a un reo mandándolo al hospital. No son muchos con los que me junto por lo cual no te sorprendas si dejo de nombrar personas—Murmuró, nuevamente su dedo señaló a un muchacho de gran contextura, brazos musculosos y cuello grueso, cabello castaño oscuro era lindo, debía de admitir Tae—. Ese es Beomhwa, no hizo mucho, tiene una pena de doce meses por delitos informáticos. Y ese de por allá—Con el cuerpo parecido al tal Beomhwa, Taehyung fijó su vista en una persona que parecía conocer de vista muy bien, el cabello largo y negro cayendo en ondas pasando la altura de su nariz, brazos tatuados y mandíbula perfectamente afilada, se dio cuenta que Jimin también se juntaba con quien él quería que le brindara algo de seguridad—. Jeon, quien manda aquí. Él da una sola orden y todos ya están acatándola. Tiene a algunos policías de su lado y también unos cuantos jueces. Está acá por traficar armas y tener un laboratorio en donde realizaban muchos tipos de drogas, tenía en posesión algunas armas ilegales, provocó incendios, dirigía peleas y carreras ilegales, y muchas otras cosas más. Hoy tuvo un juicio y su sentencia es de diez años.

— ¿Diez años?—Jimin asintió.

—Pero personas como Jeon no duran mucho tiempo en lugares como este, le doy dos semanas antes de que se escape.

— ¿Lo crees seguro?—Otro asentimiento de parte del contrario—. Pero, ¿cómo?

— ¿Escuchaste la parte de tener algunos policías y jueces en su poder? Jeon es alguien jodido, alguien con quien tú ni yo nos meteríamos, preferiría mil veces cruzarme con el mismísimo Lucifer antes que con él.

— ¿Tú por qué estás acá?

— ¿Yo? Encontré a mi ex engañándome y le apuñalé la polla, luego fui en busca de su amante y prendí fuego su casa. Tengo una pena por doce meses por lesiones leves y una de tres años por incendio con intención. Son cuatro años que tengo que pasar aquí. ¿Tú? ¿cuánto tiempo estarás aquí y por qué?

—Sesenta días, manejé ebrio y casi provoqué un accidente. Había una muchacha embarazada que pasaba justo por ahí, si ella no se corría probablemente estaría acá por más tiempo.

—Eres el único que se salva de todos nosotros—Jimin sonrió suave—. Digo, tu delito no fue tan grave, los nuestros son muchos peores.

— ¿No puedes salir antes por buen comportamiento?—Encogió sus hombros antes de recostar su mejilla en la fría mesa.

—Seguramente sí, incluso puedo salir antes con ayuda de alguien, pero no lo sé. Soy la desgracia de mis padres, la burla de quienes eran mis amigos y el demente que aterrorizó a las personas de donde vivo—Puso sus ojos en blanco y golpeteo sus dedos contra el material de la mesa—. Básicamente no tengo lugar adónde ir.

—Te puedo ayudar—Se apresuró a decir—, digo, hum, puedo ayudarte a que te adaptes si es que quieres salir de aquí antes. Tengo un departamento lo suficientemente grande y un conocido abrirá un negocio en unos meses, él prometió darme trabajo cuando saliera de acá, si quieres puedes trabajar conmigo.

—Aw, eres muy tierno. Voy a pensarlo ¿sí? Tengo unos cuantos días antes de que tú te vayas de aquí. Pero, ¿qué quieres a cambio?

— ¿Eres cercano a Jeon?—Jimin asintió ya sabiendo hacia dónde se dirigía la conversación—. Ayúdame a tener un poco de seguridad de parte de Jeon y tendrás una vida nueva esperándote en el momento que quieras salir de aquí.

— ¿La seguridad de Jeon?—Preguntó casi con burla—. Jeon no le brinda seguridad a nadie. Me tuve que valer por mí mismo en el momento que entré acá, él no me ayudó y si me meto en problemas seguirá sin ayudarme aunque seamos "cercanos"—Rió y mordió su labio inferior—. Tenerlo cerca fue bueno porque disminuyó un poco a los idiotas queriendo acosarme, pero la realidad es que tuve que chuparle la polla a un oficial para tener un poco más de seguridad y respeto.

—Mierda—Murmuró empujando la charola porque se le había quitado el hambre.

—Sip, eso mismo dije yo.

El horario del almuerzo terminó y Jimin se despidió de Taehyung cuando ambos volvieron a sus celdas. No supo en qué momento de la tarde o noche, fue, pero alguien había entrado a su celda y lo había arrastrado fuera, llevándolo hacia las duchas y aunque había querido gritar una mano tapaba su boca con fuerza, sus ojos asustados y moviéndose por todas partes registraron sonrisas perversas de algunos tipos. Él sabía lo que pasaría a continuación y si quería sobrevivir debería por aprender a protegerse. Pataleó con fuerza y trató de soltarse de las manos que lo sostenían.

—Quédate quieto, ricitos de oro. Te haremos sentir bien—Dijo una voz ronca seguramente por el tabaco.

Jimin volvía de su encuentro nocturno con el oficial Min cuando vio toda situación. Cuatro enormes gorilas lo sostenían de distintas partes de su cuerpo y uno estaba tapando su boca mientras Taehyung hacía todo lo posible para soltarse, siendo todo en vano. Jimin se apresuró, preocupado y el sudor cayendo por su sien, golpeó la celda que sabía sólo le traería problemas, pero no le importó una mierda eso en ese momento.

— ¡Jeon, Jeon, Jeon!—Llamó desesperado, el susodicho que se encontraba realizando algunas flexiones para ejercitar su cuerpo, frunció el ceño y se acercó a la puerta—. Todavía no nos mandan a dormir por lo tanto las celdas siguen abiertas—Dijo apresurado—. ¡Se están llevando a Taehyung! Los gorilas se lo llevan, lo van a lastimar.

— ¿Y?—Preguntó calmó, enarcando una ceja.

—Ayúdale—Jeon negó con la cabeza—. Vete a la mierda, maldito marica—Soltó antes de apresurarse a las duchas, si Jeon no hacía nada aunque lo golpearan a él, trataría de ayudar al pobre Taehyung.

Cuando Jimin llegó a las duchas, pudo ver como uno de los gorilas golpeaba a Tae en el rostro cuando este trató de defenderse. El cuerpo del muchacho de rizos rubios golpeó contra una de las paredes de las duchas sacándole todo el aire a sus pulmones y luego, lo levantó por el cuello del overol acercándolo  a su rostro y diciéndole una amenaza en un tono de voz muy bajo, y con un acento algo extraño.

—Púdrete—Soltó Taehyung tratando de recuperar el aire que había perdido, escupiéndole al tipo en el rostro.

—Oye, maldito mononeuronal de mierda déjalo en paz en este preciso instante—Dijo Jimin, logrando que los enormes tipos se dieran vuelta y lo miraran fijamente.

— ¿Qué quieres, Hada? Ve a comerle la polla al oficial Min o a Jeon. No molestes si no quieres salir herido.

— ¿Y a ti qué mierda te importa si Hada me come la polla? ¿Intentaras tocarle un pelo a Jimin? Quiero verte intentándolo—Jeon estaba detrás del pequeño muchacho rubio, con sus brazos cruzados en su pecho y una mirada llena de furia.

—Jeon—Murmuró el mismo tipo que había amenazado a Jimin y quien había golpeado a Taehyung.

—Dejen a Ricitos de oro en paz. Está bajo mi seguridad, quien se atreva a meterse con él, se meterá conmigo. Y Han deja el cuchillo que tienes ahí sino quieres que yo mismo te lo clave en tu puta garganta—Han obedeció de inmediato—. Ya lo saben, Hada y Ricitos están bajo mi cuidado, difundan esta mierda—En cuanto los cuatro tipos enormes abandonaron el lugar, Jeon se giró hacia Jimin que lo miró sonriendo inocentemente—. Hada, es la última vez que me dices que soy un maldito marica, vete. Y tú, levántate del suelo. 

—Espe... ra—Dio bocanadas grande en busca del aire que le estaba faltando y luego miró con ojos vidriosos a Jeon—. Gracias, realmente estoy agradecido contigo.

—No lo hago por ti. Jimin estaba en medio, si decidí prestarte mi seguridad es porque sé muy bien que si nuevamente alguien intenta hacerte algo, él se meterá en problemas por eso y no puedo permitir que nadie le haga daño—Si bien en su momento llegó a necesitar de Jimin gracias a la información que obtenía del oficial Min, él se había vuelto alguien muy importante para Jeongguk en ese lugar y no podría perdonarse si es que alguien intentaba lastimarlo, no como la última vez—. Ve a tu celda y enciérrate ahí. Si alguien vuelve a molestarte de nuevo, mi celda es la 315, golpea y te ayudaré.

¿Por qué ver los ojos llenos de lágrimas de Ricitos parecía cavar en lo más profundo de su oscura y pesada alma? Él no debía de sentirse de esa forma y menos con un recluso que recién ingresaba a la prisión. Y sabiendo que se arrepentiría de lo que había aceptado en ese momento, por esa vez decidió hacer caso a su razón y no dejar pasar el momento fugaz de sentir algo después de tanto tiempo. 

—Hablaré contigo mañana y te explicaré las reglas, cómo me manejo en este nido de ratas. Pero, quiero que sepas algo, Ricitos. Si en algún momento se te cruza por la cabeza el traicionarme, ten por asegurado que te perseguiré hasta en tus sueños y no te dejaré en paz hasta que pueda ver por mí mismo como es que la vida deja tus lindos ojos. 

Salió de las duchas con paso tranquilo y se metió en su celda. Unos minutos después, un oficial gritaba que las celdas estarían bloqueadas hasta el otro día al amanecer. Jeon esa noche se iba a dormir con un solo pensamiento en su cabeza. Y Taehyung en la suya, lo único que podía pensar era en lo sexy que el matón que lo había salvado se veía amenazando.


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Como dije en mi tablero, estoy muy obse con este nuevo fic y sabiendo que es el único en el que me puedo concentrar por el momento, es el que más actualizaciones va a tener seguramente. 

Me encantó investigar acerca de delitos y penas. Por lo cual, las penas que estoy poniendo son las que se llevan a cabo en mi país y en algunos otros, no me informé de Corea del sur porque estaba buscando un nombre para la prisión, pero la única que me sale de allá es un museo y no sé si hay prisiones o no. 

Espero que les guste el capítulo como a mí me gustó escribirlo.

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