Día 25: Segundo secreto: Jeon JeongSu. 🔞

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+18 | Advertencia: se tocan temas muy sensibles que tal vez no es agradable para muchos, si no te gusta te pido por favor que dejes de leer y nos ahorremos peleas o comentarios innecesarios.

El recreo del sábado había sido cancelado pasándolo al viernes. El sol estaba alto cuando todos los reclusos comenzaron a salir al patio, algunos quejándose y otros simplemente aceptando salir al frío aire que era tan molesto.

Tae estaba sentado sobre las piernas de Jeon con una sudadera que pertenecía al mayor y el cual se la había dado para que según él, no pasara frío. Jimin también estaba ahí con su cabeza apoyada contra el hombro del rubio mientras que Kyle temblaba sentado a su lado.

—Odio esta estación y odio más que nos tengan más de una hora acá afuera—Hada rió bajito antes de negar con la cabeza sin decir realmente mucho.

Taehyung buscó la mano del pequeño rubio y cuando la encontró la entrelazó con la suya, mientras sus ojos mieles se chocaban con los contrarios, haciendo preguntas sin realmente soltarlas. Porque Jimin estaba  actuando extraño, parecía muy cansado y sus ojeras se mantenían más oscuras que antes. No había que ser un genio para darse cuenta que él no estaba durmiendo bien y que todo parecía agotarlo más que antes. Sin embargo no habían podido hablar bien, luego del encuentro con el oficial Hwang, el pequeño rubio había desaparecido para pasar lo que restaba de tarde y noche con Yoongi, quien no había permitido que se moviera de su lado y lo había tratado de proteger con su cuerpo tanto como Hada le permitía. Jeon no se había quedado atrás y quedarse encerrado con Tae en su celda había sido lo mejor que él había decidido, no podía dejar de pensar en otra cosa que no fuera proteger a ese ser precioso y de luz.

— ¿Te encuentras bien?—Sus cabezas se juntaron más impidiendo que Jeon mirara hacia adelante—. ¿Quieres hablar de algo?—Estaba murmurando para que nadie más que ellos escuchara, pero Jeongguk estaba literalmente detrás suyo escuchando algo que no le convenía aunque de igual forma quería saber—. Podemos movernos por allá—Jimin sonrió perezoso antes de asentir con su cabeza—. Ya vuelvo, no iremos muy lejos—Dijo, dado vuelta y mirando los ojos oscuros contrarios. Jeongguk tenía su ceño fruncido mientras lo miraba fijo, negando con su cabeza antes de que el menor sonriera burlón y asintiera con la cabeza—. Será rápido—Murmuró y besó los labios contrarios, el mayor aumentando la fuerza en su agarre porque realmente no estaba queriendo que se fuera de su lado, su cabeza estaba molestando tanto que parcial distorsionar su realidad.

—Kim—Llamó un oficial que se encontraba cuidando que los reos no formaran ninguna pelea en el momento que ambos rubios se levantaron—, tu uniforme no está cumpliendo con el protocolo de la prisión—Tae frunció el ceño y sus ojos automáticamente fueron a los de Jeon quien ya se encontraba levantado y acercándose al oficial que tragó saliva con fuerza antes de cuadrar sus hombros y enfrentar al más alto.

— ¿Algún problema, oficial? ¿Le molesta que mi chico tenga mi ropa? Está feo el día y no quiero que se enferme—El oficial lo miró unos segundos antes de asentir con la cabeza y retirarse hacia otro lugar, lo suficientemente intimidado como para seguir en ese lugar—. No vayas muy lejos—Tae asintió y le rodó los ojos antes de girar sobre sus talones y seguir su camino, colgándose del brazo que Jimin le ofrecía.

No se habían separado tanto de los demás, mientras Jeon entablaba una especie de conversación con Kyle y Chris que había llegado hace poco, Tae y Jimin se habían sentado a unos metros en unos bancos que habían en el lugar. Sus manos entrelazadas y la cabeza del más pequeño apoyada contra su hombro, le dijo que había algo molestando a Jimin.

— ¿Qué sucede, Minie boo?—El susodicho apretó sus labios para posteriormente soltar un bostezo.

—Hay algo que ha estado molestandome hace unos cuantos días. Tengo la oportunidad de pedir que reduzcan mi sentencia—Murmuró y Taehyung lo miró fijamente, emocionado y feliz de escuchar eso—. Pero, sé que no es buena idea hablar con el juez. No cuando sé que tú estarás aquí solo.

— ¿Qué? ¿Es una broma, Minie? ¿Estás queriendo decir que no has dormido y que hay que te molesta y me involucra? ¿Tú estás mal de la cabeza? ¡Es la mejor oportunidad que alguna vez vas a tener! No la desperdicies porque simplemente puedo quedarme solo, no lo estaré. Tengo a Jeon y sin contar que también están los otros chicos, nos llevamos bien y son divertidos. Es tu libertad, Minie.

—No quiero dejarte aquí solo. Sé quiénes están y sé que te van a cuidar mucho, pero de igual forma me aterra pensar en irme de aquí, dejándote con estos imbéciles que se creen superiores.

—Deja de pensar en los demás, Jimin. Piensa en ti y vete de aquí, busca tu libertad y tu felicidad. ¿No me has dicho que querías comenzar a trabajar cuando salieras? Tengo a mi amigo y te puedo dar la dirección para que empieces a trabajar, él no tendrá problema en ayudarte, ya lo hablamos.

—No lo sé, necesito unos días más para pensarlo con claridad—Tae puso sus ojos en blanco y negó con la cabeza, pero se decidió por cerrar su boca y abrazó a Jimin—. Tae, te convertiste en alguien muy importante para mí estando aquí, si llega a pasarte algo mientras no estoy, juro que no voy a perdonarme.

—No sucederá nada, lo prometo. Simplemente espera por mí hasta que salga.

—Voy a confiar en ti y también en Jeon porque sé que eres importante para él aunque ambos lo nieguen y digan que no es así.

Tae se sonrojó y Jimin lo notó, soltó una tierna risita negando con la cabeza aceptando eso como una aceptación porque hacía días que el otro rubio no se negaba o quejaba cada vez que él decía algo de ambos saliendo. Si Jimin tenía que decir algo de ambos juntos, no sabría qué porque de los años que llevaba conociendo a Jeon, sabía que nunca se había comportado de esa manera y el amor que alguna vez brindó a otra persona no había sido más que una mentira, algo que ambos habían disfrazado de amor cuando no fueron más que manipulaciones que a Jimin en su momento habían sacado de quicio, queriendo terminar todo ahí mismo.

Jimin quería a este muchacho porque le estaba demostrando a una persona como Jeon lo era, lo que realmente era el cariño, el amor puro y no a través de manipulaciones.

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Jeongguk bostezo mientras entraba en su celda, observando a Tae comer de una bolsa llena de dulces que sabía que Jimin le había dado. Lo besó en los labios apenas tuvo la oportunidad, saboreando el dulce sabor de las gomitas que había quedado en la boca contraria.

— ¿Preparado?—Tae lo miró sin entender. Sus labios rojos y brillantes a causa del beso y los dulces que comía.

— ¿Para qué?—Se acomodó en donde estaba sentado mientras dejaba la bolsa con dulces a un costado, atento a Jeon.

—Debo seguir contándote secretos—Murmuró, sentándose a su lado y con los ojos fijos en la pared. Robó un dulce de Tae y este se quejó bajito antes de setarse sobre el regazo del mayor, abrazandolo por el cuello—. Me distraeras si haces esto—Dejó un beso en el costado del cuello dorado antes de deslizar una de sus manos por el muslo del menor, apretando la gruesa y suave carne de este—. ¿Puedo preguntarte algo?—El otro asintió antes de dedicarle una pequeña sonrisa—. ¿Puedes esperarme unos días más? Siento no encontrar las palabras necesarias para decirte quién es Narae, pero necesito un poco más de tiempo.

— ¿Vas a mentirme acerca de quién es ella? Porque si es así, no quiero saberlo, Jeongguk. Sé que es importante para ti, sé que tal vez le tienes cariño o algo parecido, lo que sea, pero si son mentiras guárdalo para ti o cualquier otra persona que no sepa que puedes estar mintiendo. Quiero que hables con la verdad.

—Voy a hacerlo, bebé. Te diré todo acerca de ella, pero quiero que sepas que me cuesta hacerlo sin recordar todo lo que tuvo que pasar por mi culpa. No quiero mentirte en absolutamente nada y estoy dando todo de mí para hablarte con la verdad y que mis palabras no suenen a mentira.

—Bien, entonces esperaré hasta que estés listo. ¿De qué querías hablarme?—Jeon soltó un suspiro mientras apoyaba su barbilla en el hombro de Tae quien pasó su nariz por el cabello largo del mayor, aspirando el aroma suave que salía de este.

—Hum... sobre mi padre—Murmuró, sus dedos clavandose en la piel de la pierna contraria por encima de la ropa—. ¿Cómo quieres que empiece? ¿De las veces que me dejó durmiendo afuera cuando estábamos en invierno o cuando me metía debajo de la ducha helada? A él no le gustaba que lo desobedecieran, debíamos de hacer todo lo que él dijera sin oportunidad a quejarnos o de soltar alguna maldición. Él tenía su orden y nosotros debíamos de seguirlo. Me equivoqué muchas veces, pero no me gustaba ser mandado, no me gustaba que alguien quisiera imponerse sobre mí porque sí. Lo desobedeci muchas veces y no me importaba, los castigos comenzaron cuando tenía siete, un año antes de que me diagnosticaran con TAP.

Hizo una larga pausa. Tae siendo consciente de la forma en la que esto parecía afectarle, mucho más que cualquier otra cosa. Su puño estaba apretado al igual que su mandíbula y estaba a punto de decirle que podían parar todo ahí si es que él no quería seguir hablando, no le gustaba verlo de esa forma, pero si esa era otra manera de conocer a Jeon, él iba a soportarlo. Con caricias suaves y miradas de igual manera, Taehyung se aferró a Jeongguk y en un bajo suspiro le dijo que si no quería seguir, él podía parar y Tae lo esperaría. Porque por Gguk, él siempre iba a esperar.

—Aprendí que las duchas heladas podían convertirse en lo mejor que podía tener en momentos en los que él se molestaba mucho, mientras gritaba que era él quien mandaba y yo quien obedecía. Llorar nunca fue bueno, él decía que no era de un hombre y que si me volvía una sensible mariposa lo único que lograría era que no pudiera llevar el negocio adelante. Nunca me interesé en lo que él hiciera, no me interesaba tener que manejar un imperio que él construyó. Cuando mi madre murió, él estaba feliz porque ya no iba a tenerla interfiriendo cada vez que me daba un castigo, ya no estaría ella llorando mientras le pedía que por favor parara porque aún era un niño muy pequeño para sufrir todo eso y yo ya no vería a mi madre en las salas del hospital pidiendo al cielo para que yo no muriera a causa de una hipotermia o algún golpe que él haya dejado—Lo miró a los ojos mientras sus labios se fruncían en una fina línea—. A los trece robé algo y golpeé a un compañero, la policía se enteró de lo primero y fueron a hablar con mi padre, él... él fue todo sonrisas con ellos, pero en el momento que se fueron mostró su verdadera cara. Me tiró de las escaleras mientras me gritaba que era una mierda que su primogénito le haya salido de esa forma, siempre queriendo enfrentar a su progenitor. Me quebré una pierna y él simplemente se rió, una de las señoras de limpieza se encargó de llevarme al hospital para que me curaran. A los catorce volví a robar porque lo sentía una necesidad sabiendo que en mi casa no me faltaba nada. Fui descubierto y esta vez fueron a quejarse más personas a nuestro hogar, no me causaban nada sus gritos y sus lamentos, me reía de sus acusaciones y cuando padre cerró la puerta luego de que todos se fueran, me enfrenté a él. Era pequeño, delgado y frágil, él me tomó del cuello y me estampó contra la pared mientras me gritaba que iba a asesinarme, solo podía reírme de él y decirle que lo hiciera. Esa vez me hizo un corte en la cara y me quebró el dedo índice, nuevamente las de limpieza me ayudaron a sanar.

Tae estaba asqueado de esta persona que debía de ser un ejemplo a seguir, que debía brindar amor y protección a un niño de tan solo diez años, quien había perdido a su madre y simplemente no tenía un lugar en dónde encajar. Pero con los años intensificó el abuso, el desamor y que todo lo que hacía debía ser normalizado porque esa había sido la infancia y adolescencia que le había dado a Jeongguk, algo que realmente no merecía porque con su trastorno lo mejor que podían hacer era tratar de demostrarle que todo podía mejorar y que algunas cosas estaban mal.

—A los quince apuñale a alguien. La policía conocía muy bien la clase de persona que mi padre era y ellos creían que hacían el bien cuando me llevaban a la puerta de casa, diciéndole las cosas que había hecho y que no me llevarían al departamento de policías porque lo respetaban. Los policías me tenían esposados y él les dijo que lo mejor sería que me dejaran con esas esposas, cuando se fueron JeongSu me pidió que me las sacara yo mismo. No sabía cómo hacerlo y mientras me reía de lo que él decía, se acercó y me quebró los pulgares, la esposas cayeron fácil cuando acomodé mis demás dedos, luego de gritar por el dolor que me había causado. Para este tiempo las mujeres de limpieza tenían prohibido acercarse a mí, él las amenazaba diciéndole que le haría algo a sus hijos o a sus parejas. Los huesos de mis pulgares no curaron bien y a pesar de que el tiempo pasó, ahora puedo dislocarlos sin ningún problema—Jugueteo con los dedos de Tae mientras ansioso lo miraba a los ojos—. ¿Quieres que siga? Puedo parar si crees que es mucho.

—Es... mucho... creo que incluso... demasiado. Pero quiero seguir escuchandote—Jeon sonrió, chiquito y poquito antes de dejar un sonoro beso en la mejilla del menor haciendo que este pusiera sus ojos en blanco y negara con la cabeza.

—Después de eso, empecé a entrenar y empecé a tomar clases de defensa porque estaba harto de ser el saco de boxeo de JeongSu. Cuando algo le salía mal llegaba a casa para desquitarse conmigo. A los dieciséis me obligó a que follara con uno de sus enemigos, el tipo tenía como treinta años y yo recién iniciaba mi vida sexual. Fue asqueroso e incómodo, pero él me necesitaba para poder asesinar a ese hijo de puta. Fue la última vez que lo vi porque cuando cumplí los diecisiete desaparecí de su vida, le robé dinero de algunas cuentas que él tenía y me fui con muy pocas cosas que en algún momento me dio. JeongSu no se cansó de buscarme, se volvió un demente por querer saber de mí, soy su único hijo y además soy varón, él me necesitaba en su vida para dejarme todo lo que alguna vez creó. Intenté llevar una vida normal, pero no pude. Me encantaba la noche y más cuando eran encuentros para pelear o simplemente follar, me encantaba que todos me alabaran como un rey y mientras hacía una vida normal en la universidad estudiando medicina, por la noche estaba poco a poco convirtiendo mi propio imperio, mi propio lugar en el mundo, hice que mi nombre fuera reconocido por cada rincón de este país y mientras muchos pensaban que yo trabajaba para ellos, simplemente estaba usándolos para mi propio bien.

—Tu padre... ¿él te siguió buscando? Te volviste muy conocido, supongo que en algún momento se acercó a verte.

—Y lo hizo—Rió, sin gracia solo sarcasmo—. Me volví su competencia y mientras más conocido se volvía mi nombre más él quería saber si se trataba de mí. Me alejé tanto de su radar para que no me encontrara, pero lo hizo, a través de su abogado—La mirada que le dio a Tae hizo que sus pelos se pusieran de punta, quería decirle algo, pero no podía descifrar el qué y aunque tratara se le haría tan difícil—. Él llegó a mí diciendo que mi padre estaba enfermo y necesitaba de su heredero para firmar algunos papeles aceptando la herencia que JeongSu había dejado para mí. No lo acepté porque ya tenía más de lo que quería, ya tenía lo que suficiente para llenar ese molesto vacío, pero siempre fue una mentira que me dije. Lo último que supe fue que JeongSu se metió en problemas y desapareció, nadie sabe en dónde puede estar, supongo que algún enemigo realizó lo que por tanto tiempo quiso y está muerto.

Tae abrazó más a Jeongguk y este le sonrió mientras acariciaba su espalda. Cuando era él quien tenía que darle confort a este hombre, Jeon era quien lo hacía con él. No dijeron nada por un buen tiempo, se mantuvieron abrazados y susurrandose palabras suaves que trataban de calmar los sentimientos erráticos que se formaban en sus pechos confundiendolos más de lo que querían. Taehyung quería y sentía por este hombre más de lo que alguna vez pudo sentir o querer con alguien más, quería todo con él. Y Jeongguk sabía que estaba conociendo de sentimientos que nunca sintió, que tal vez en este momento podían ser verdaderos y no estaban disfrazados de manipulación mutua para beneficio propio, tal vez Kim Taehyung era ese amor que por tanto tiempo estaba esperando.

—Me liberé de él después de tanto tiempo, no me interesa realmente que haya pasado. Sin embargo, lo odié y odio tanto que terminé convirtiendome en lo mismo que él.

—Bien. Será difícil, pero voy a ayudarte superar todo ¿sí? Seremos tú y yo de ahora en adelante.

—Eres tan precioso—Soltó—. No quiero perderte—Susurró antes de besarlo.

Deseaban tanto que las promesas no se rompieran.

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Dije que iba a actualizar en la madrugada y me cortaron la luz hasta hace un rato. Perdí gran parte del cap y tuve que volver a escribirlo 😭

Me da asco la clase de persona que fue Jeon JeongSu. Como dije anteriormente, los secretos que Jeon guarda van a ir siendo liberados de a poco, siento que el más importante es el de Narae por alguna razón, también el de su mamá y el porqué el apodo de Tigre de invierno. El próximo capítulo es de Seokjin y vamos a conocer el por qué Namu lo conoce. El arco de los italianos está pronto a acabar, pero vienen cosas peores.

Me hice una cuenta en Instagram para poder de todo un poco de mis historias. En estos días voy a subir pequeños spoilers y detalles de personajes de 60dp. Si quieren seguirme, estoy como gigiwinx

Espero que el capítulo sea de su agrado y muchas gracias leer, el apoyo siempre brindado, los votos, comentarios y su amor.

Cuídense♡

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