Placer prohibido

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El chico malo, el que te da la sensación de terror cuando lo vez, el no puede entrar en un lugar sin que capte miradas, ya sean de temor o deseo, toda su figura es hecha a mano, cada tatuaje en su piel es una obra de arte, es la combinación entre lo perfecto y lo prohibido.

Jeon Jungkook fue sacado del infierno como una tentación para mí, el puede ser todo lo imponente que desee pero bajo mi lengua puedo hacerlo gemir, puedo hacerlo perder el control, puedo lograr que ruegue por consumirlo completo.

—Laura tu lengua es un arma mortal.

Toda la extensión de su miembro en mi boca era un manjar, lo caliente que se sentía mientras mamaba es exquisito, mi lengua acariciaba su glande, mis succiones eran fuertes, el jalaba mi cabello mientras le hacía el oral, casi podía escuchar la tensión de las venas en sus manos por el placer que le causaba, debían ser similar a las de su miembro palpitante en mi boca, su torso marcado y desnudo se arqueaba.

—Maldita sea niña, estás acabando conmigo.

Saque su miembro de mi boca, un hilo de saliva brillo al dejarlo en mi mano, seguí masturbándolo, el se levantó apretando mis mejillas con violencia para darme un beso que mordía una y otra vez mi labio inferior, su lengua ferozmente se hundía en mi boca, ahora era yo la presa del animal, me tomo por el cuello con una mano, mientras la otra la usaba para hundir dos falanges en mi húmeda cavidad, su brusco tacto, su poca amabilidad al besar me volvía loca.

—Es momento de cogerte Laura es momento de que grites mi nombre sucia niña.

—No amenaces solo hazlo

Mi sonrisa lo provocó aún más las venas de su cuello, por la molestia de dominar y ser dominado se extendían hasta sus clavículas, quería controlarse pero sabía que no podía resistirse a mi, con facilidad me tomo de la cintura arrojándome hacia la cabecera de la cama, se sostuvo de esta para penetrar tan fuerte, sus mangas tatuadas relucían sobre de mi, mis caderas eran empujadas con fuerza por su grueso miembro al entrar.

—¡Jungkook!

Grite en el momento que los golpeteos fueron tan fuertes como para dejar sonidos intensos en la habitación, arañaba su espalda baja, para tratar de que no saliera ni un centímetro dentro de mi, se abría paso demostrándome que era mi dueño, que era mi perdición también, como yo la de él.

—Estas tan mojada, que entró sin dificultad.

Sentí un par de gotas de sudor correr por mi frente, la fricción estaba subiendo más aún mi temperatura, si fuera físicamente posible ya me hubiera partido en dos, salió dentro de mi solo para girarme y morder mi trasero antes de entrar, sus dedos marcándose en mis caderas al hacer los embistes más rápidos dejarían marca si duda, bajo la mano para alcanzar a tocar mi clítoris, el se correría así que no quería ser el único, logro que mis gemidos aumentarán, me corrí sin dudarlo un segundo más, dejo de tocar mi entrepierna para tapar mi boca y cogerme más duro hasta llenarme totalmente por dentro de su espeso y caliente semen.

Nuestros encuentros siempre eran así, peleando tener el control ambos, aunque puede decirse que tengo la ventaja.

—Acepta mi propuesta niña.

Decía mientras besaba mi cuello de manera lenta, ahora está el sobre de mi, acariciando mis pechos con el dedo índice.

—No necesito ponerme un título contigo, estoy bien con lo que tenemos.

—¿Solo sexo?

—No necesito nada más por el momento, además tú no me lo darías, te pierdes por días.

Su miembro se sentía tranquilo mientras me besaba.

—Es parte del negocio, aún así acepta ser mi mujer, porque no soportaré que otro te ponga la mano encima.

—¿Matarias si otro me toma?

Levantó el rostro para mirarme con esos orbes oscuros llenos de irá.

—Mataría a quien tenga el valor de mirarte, aunque no lo aceptes, me perteneces, junto con tu cuerpo tu alma también es mía.

Iba a besarme pero lo empuje, provocando un chasquido molesto con tu lengua. Me pare y lo tumbe en la cama me subí en su abdomen.

—Cogerme no te da derecho de ser mi dueño.

—Entonces, ¿No te molestará que me coja a otras?

Baje mis caderas hasta su miembro, tome sus manos las puse cada una en mis pechos, moví mis caderas en círculos.

—¿Crees poder hacerlo? Mi imagen es lo único que verás cuando lo hagas, la manera en que me tomas, me dice que no tocas a nadie más, todas tus ganas se reservan para mí, y me lo demuestra lo fácil que puedo ponerte duro, con un par de acciones.

Se incorporó, su rostro se pegó al mío mientras me acomodo para penetrarme de nuevo, su mano movió mi pierna para acomodarla, nuestros labios se rozaban pero no nos besábamos dejábamos que nuestros alientos se sintieran nuestros labios. Su abdomen duro pegado a mi cuerpo frotándose mientras yo subía y bajaba, el me apretaba contra el.

—Tu cuerpo está amoldado a mi, también te mientes al decirme que no solo me deseas a mi.

Me detuve un momento, sintiendo sus dureza palpitar dentro mío, nuestros ojos se encontraron, tiene razón, no siento nada por otros hombres, nadie logra lo que el, jale su cabello y lo bese. Tomo mis caderas para que me moviera más rápido, al tomar el ritmo, araño mis nalgas en deseo, no podía dejar de besarlo, me consume, toma todo de mi, y se larga después para que su ausencia me queme, maldito Jeon Jungkook.

—¿Quieres venir conmigo Laura? Ya no puedo no tenerte cerca.

—¿Me cuidaras? No eres una buena persona.

—Lo haré, tu tienes siempre la mejor versión de mi niña, y eso no cambiará nunca.

—Me iré contigo entonces.

Su sonrisa iluminó su rostro, después mordió, mientras el atacaba mi cuello, yo seguía rebotando en el impulsada por mis rodillas, frote con fervor mi clítoris, al fin tengo todo de el, una segunda explosión de placer  por parte de ambos llego, su respiración entrecortada en mi cuello, mis manos acariciando su cabeza, una escena erótica con un toque de romanticismo.

—Siempre exprimes todo de mi y me encanta.


No estaba planeado esto solo surgió....

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