✖╎Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 18╎✖

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Maratón 2/3

sᴇʀɪ́ᴀ ᴛᴏᴅᴏ ᴜɴ ᴘʟᴀᴄᴇʀ ɪʀ.

[◆◈◇]

K. Young Soo

     —¿Por qué no hay nadie en tu casa, mi bebé? —Jackson preguntaba recostado de la cabecera de mi cama, en posición de indio encima de ella.

     Aún no sabía como Jackson, YoonGi, Taehyung, Jung Kook y yo nos encontrábamos en mi casa. Me acuerdo que ellos me acompañaban a mi hogar y solo les pregunté si querían un vaso de agua, una cosa pasó a la otra y terminamos metiendonos en mi habitación para ver algunas películas en el gran televisor pantalla plana, junto a el jefazo.

     Taehyung buscaba una película en Netflix, precisamente de terror y era la mejor opción, porque era de día y los cobardes no tendrían problemas para dormir luego; YoonGi acariciaba a mi hermoso bebé y a Trey parecía encantarle cada caricia en su sedoso pelaje; en cambio, Jung Kook se encontraba en un sillón que estaba en una esquina de mi habitación junto a su teléfono, posiblemente hablando con... Realmente no lo sé, ya me estaba haciendo películas mentales; mientras Jackson y yo estábamos en un mundo totalmente distinto, hablando del porque mi casa se encontraba sola.

     —Mi hermano me avisó que debía ir con Colin a la empresa de mis padres, según era urgente y no me querían presente —fingí una sonrisa, era realmente extraño que no me incluyeran en algo “urgente”.

     —¿Segura? Es muy extraño que te oculten o hagan algo tras tu espalda —Jackson me hacía dudar aún más, pero si ellos querían mantenerlo en secreto, debía respetar su decisión.

     —Segura —fingí una sonrisa y enfoqué mi vista en Jung Kook que miraba hacia la nada, tenía la vista perdida.

     Jung Kook al notar que lo miraba comenzó a hablar con lengua de señas, ¡Lenguaje para sordomudos! Y no pude evitar emocionarme, era la primera vez que lo hacía y no comprendía nada de lo que me decía, decepcionandome por completo de mi misma.

     Debía aprender lenguaje de señas.

     —Dice que vayas un momento, su madre quiere invitarte a cenar —miré a YoonGi que por alguna extraña razón se encontraba a mi lado, dejándome completamente anonadada.

     —¿Sabes lenguaje de señas? —pregunté curiosa, aunque todos queríamos saber la respuesta.

     —Sí. Un primo es sordomudo y a la fuerza tuvimos que aprender —dijo sin importancia, pero para mí era más que eso.

     Tendría un profesor personal.

     —¡El anciano ya aprendió como comunicarse de viejo! —se burló Taehyung y su cómplice Jackson comenzó a reír su estupidez.

     Cada día perdía la fé en ellos, eran simplemente inmaduros.

     Min les dedicó una mirada asesina, mientras me acercaba a Jung Kook que con mi sola presencia sus mejillas tomaron otro color, ¿Acaso lo ponía nervioso? Era una pregunta incoherente de mi parte, claro que lo ponía nervioso, de la misma forma como él me ponía nerviosa a mí.

      —¿Tu madre me ha invitado a cenar en tu casa? —él asintió con algo de inseguridad, girando el teléfono para poder ver aquel mensaje.

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[Mami Minha❣️]

     —Hola, Kookie, ¿Por qué no invitas a la chica que te gusta a cenar a la casa? A puesto que a Soo le encantará la deliciosa lasaña que voy a preparar.

     Leído 16:15

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     Leí el mensaje con detenimiento y muy lindo se veían las palabras “La chica que te gusta”, era muy tierno leer ese tipo de cosas y como se referían a tí sin avergonzarse. Ahora lo difícil sería la respuesta a su invitación, mis padres jamás me habían negado un permiso o una salida, pero al saber que se trataba de Jung Kook era probable que lo pensaran un poco más.

     —Me encantaría ir a cenar a tu casa —besé su mejilla, obteniendo un lindo color carmesí en sus mejillas, de nuevo.

     Cada vez era más lindo y tierno.

“No estás obligada a ir.”

     Me mostró su teléfono y negué con la cabeza, nadie me estaba obligando a pasar una linda noche con la persona que me interesaba conocer.

     —No lo hago por obligación, en serio quiero ir a cenar con ustedes —le sonreí de la forma más sincera que podía hacerlo, dándole seguridad y fuerza a mis palabras.

     Sería todo un placer ir.

[◆◈◇]

     Todos me miraban expectantes, no era común que pidiera permiso para ir a casa de un chico y no cualquier chico, se trataba de Jung Kook, aquel joven que se me había declarado detrás de la universidad y que me ponía nerviosa con tan sólo acercarse un poco.

     —Papá... La cena es a las siete y son las —miré la hora en mi teléfono inteligente— seis con treinta minutos —despegó la vista de su teléfono y me miró negando.

     —¿Por qué su madre quiere que vayas a cenar? —miraba a mi padre con expresión sorprendida.

     ¿Qué eso no hacen los padres para conocer a la chica que trae loco a su hijo? Ellos hicieron lo mismo con Jimin y las novias de mis hermanos.

     —Quiere conocerme aún más —genial, ya empezaríamos con el interrogatorio.

     —¿Qué no te conoció suficiente en la clínica? —rodé los ojos.

     Agradecía que ya me había vestido. Un lindo conjunto de falda y top de color negro con detalles en blanco, unas sandalias negras con piedrerías plateadas al igual que mis accesorios y para cerrar con broche de oro, maquillé un poco mi rostro, dejando que mi cabello sea libre una vez en su vida, cayendo por mi espalda y parte de mis hombros.

     —Sí, pero quiere que hablemos un poco más  y no con Jung Kook en una cama mal herido —fingí una sonrisa, mi paciencia se estaba yendo por la borda—. Entonces, ¿Puedo ir a la cena? —papá miró a mamá, sus miradas eran confusas para mí.

     —¿Y si te viola? —negó con su cabeza horrorizado. Comenzaba a exagerar— O aún peor ¿Y si te secuestra, terminando en otro país? No, eso si que no, con mi pequeña no —me crucé de brazos, sin creer lo que me estaba diciendo.

     —Pero papá, será una cena con sus padres presentes o bueno, quizás solo su madre —puntualicé, dejándolo más intranquilo.

     —Los padres pueden ser cómplices.

     —¡Mamá, dile algo! —las risas de mis hermanos se escuchaban de fondo y no me gustaba, estaba perdiendo valioso tiempo para llegar temprano.

     —Yo te doy permiso, hija, ya que los hombres no pueden ser maduros en la vida —festejé por dentro—, pero Colin te lleva y te trae, cuenta con ello —mi sonrisa se esfumó de golpe.

     —¿Y yo por qué? —habló el aludido.

     —Porque Nam Joon está en una silla de ruedas, por ejemplo —respondió con obviedad.

     —¿Y ustedes? —Colin cuestionaba cualquier decisión de mis padres.

     —Estamos cansados del ajetreo de hoy y si no quieres que elimine tu mesada este mes, será mejor que lo hagas —amenazó mamá.

     Colín se puso de pie y buscó algo con la mirada, esquivando claramente a Nam Joon. Encontró lo que buscaba y eran las llaves del auto ¿Ven? Todos los hombres eran verdaderos desastres.

     —Apúrate, Colon, porque voy tarde —lo apresuré, porque si por él fuera perdería mi cena en casa de los Jeon.

     —Lo que digas, enana —se despidió de mis padres y no de mi hermano, aún le costaba asimilarlo.

     Me despedí de mi familia y salí detrás de Colin, parecía como si tuviera un cohete en los zapatos, porque un paso de él eran como tres míos. Subimos al auto y le mostré la dirección algo insegura, nunca había estado en aquella zona que sonaba tan ¿Costosa? Quizás y era peligrosa, lo sabría al llegar.

     —El mudo tiene sus trucos bajo la manga —al escuchar a mi hermano, desvié el rostro de la calle hasta su cuerpo, ¿Qué quería decir con ello?

     —No entiendo.

     —A la zona que vamos solo pueden convivir y mantener su casa los millonarios, Soo. Eso quiere decir...

     —Que Jung Kook viene de una familia de dinero, así como nosotros —terminé el punto al que quería llegar.

     —Exactamente, enana.

     El silencio se hizo presente de nuevo. Sabía que Colin no iba a hablarme sobre lo que pasaba por su mente, pero debía intentarlo.

     —Hermano... deberías darle una oportunidad a Nam Joon, él si es tu hermano —quizás convencerlo de que él si era su sangre ayudaría en algo.

     —No quiero hablar de eso contigo, Soo —cortó de inmediato.

     Será capullo.

     —Pero Colin, escúchame —insistí.

     —Ya llegamos —estacionó el auto frente a una hermosa mansión.

     Madre mía Willy... Esta casa era muy hermosa, pero igual no cambiaría mi forma de pensar con respecto a Jung Kook, con dinero y sin el igual lo quería a mi lado.

     —Limpiate la baba o ensuciarás tu vestimenta —dijo tajante.

     —Y tú mastúrbate aun más para que te crezca la polla —solté con burla y no exactamente porque haya visto el pene de mi hermano, pero sabía que esas palabras afectaban al hombre y más en su orgullo.

     —Eso es jugar sucio —se quejó como un niño pequeño.

     —Nunca has jugado limpio —abrí la puerta del auto y bajé—. Recuerda pensar en lo que te dije.

     No esperé a que me respondiera y cerré la puerta de sopetón, no me amargaría la noche con sus respuestas balurdas. Caminé por las losas que marcaban e indicaban mi destino y al llegar me abrieron la puerta, dejándome ver a un Jung Kook bastante perfumado, arreglado y peinado.

     Podría acostumbrarme a verlo tan guapo.

     Comenzó a hacer unas señas, de manera lenta y no tan complicadas para mí. Sonreí al saber que me decía lo linda que estaba sin siquiera utilizar la aplicación notas de su teléfono.

     —Gracias —ingresé al hogar y Jung Kook me guió hasta donde estaba su mamá, ella terminaba de servir la cena en el gran comedor—. Es muy hermosa su casa, señora Jeon —halagué.

     Ella al verme sus ojos se abrieron en par, estaba sorprendida y no sabía si era por la vestimenta casi sensual que tenía puesta o por haber aceptado la invitación, asistiendo a la cena.

     —Estás hermosa, mi niña —sonreí al escuchar sus lindas palabras—. Jung Kook, ve por la botella de vino tinto —wow, hoy si sería una gran velada.

     —Gracias, señora Jeon.

     —Gracias a tí por venir, estás en tu casa —sus palabras eran cálidas e hice lo que tenía en mente: pasear por el comedor.

     Comencé a caminar por el comedor, su casa tenía fotos por todos lados, incluyendo la habitación en donde estaba y enfoqué mi vista en un lindo portaretrato, habían seis personas en el, incluyendo a la señora Jeon y a Jung Kook, desconociendo por completo a las otras dos mujeres y los otros dos hombres.

     —¿Quienes son ellos? —le mostré la foto y ella se acercó con una sonrisa fingida en su rostro.

     Algo pasaba en esta casa.

     —Son sus hermanos y esos señores de allá son sus verdaderos padres —quedé helada al escuchar aquello, ¿La señora Minha era la asistente doméstica o su nana? ¿Por qué mentir desde un principio? Seguro ella siempre daba la cara por él.

     —¿Y dónde están ahora? —debían cortarme la lengua por entrometida.

     —Sus padres trabajan mucho, nunca están con él y por eso yo me hago pasar por su madre, aunque no tenga su sangre. Su hermano debe estar enrollandose con cualquier chica y su hermana... Falleció en un accidente que dejo a mi pequeño así —su voz fue disminuyendo... Mala idea indagar.

     —Oh, lo siento... —pero enfoqué sus palabras, analizandolas una a una— ¿Cómo así?

     —Sin hablar —tragó saliva, ya había soltado la sopa—. Jung Kook no habla porque no quiere —La miré sin expresión alguna.

     Todo esto debía ser una broma.

     —¿Qué? —intenté que sonara como un murmullo.

¡Holaaaaa!

Nuevo capítulo cada domingo y los maratones serán actualizados en el transcurso de la semana (Ignoremos que olvidé que era un maratón) Nos vemos más tarde para el siguiente capítulo.

Gracias por leer❣️

Corregido: 16/06/2024.

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