Único Capítulo:

[Pensamientos de Montana] 

- "El Mundo es, literalmente, un gran abanico de sorpresas, no, una caja de sorpresas, no paro de encontrar tantas curiosidades, pero a la vez, debía tener cuidado con este mismo tema, ya que no sabría lo que podría tocarme. Lo único que puedo recordar, antes de caer inconsciente al piso, era ese tan campo tan extenso y en donde habían tantos girasoles que parecía un mar todo dorado y que no tenía un final, se extendía y extendía por todas las direcciones. Considero que podría considerarse también como un laberinto ese lugar, también pensando que habría también de ser un desierto, ya que no había nadie allí, hasta que....Bueno, ustedes lo sabrán ahora" Dio por iniciada la historia Montana, mientras que empezaba a abrir sus ojos y se encontraba en una cama de una habitación totalmente a oscuras, salvo por pequeños hilos de luz que entraban por las persianas cerradas.

- ¿Hola? Dijo ante el silencio que había en aquella habitación oscura y silenciosa, no hubo una respuesta, sino el crujir de las escaleras, 

Sin respuesta, solo el silencio que rodeaba a la mansión, hasta que de la puerta de ingreso a la habitación, el chico vio a alguien que aparecía lentamente en la entrada.

Allí fue donde vio a una chica de cabellos verdes y ojos rojos, los cuales lo tenían bajo vigilancia, eso puso un poco nervioso al joven Montana, ya que nunca pensó que podría haber alguien viviendo en esa parte tan alejada de Gensokyo. Por lo cual, comenzó a sentirse un tanto mareado y quedó completamente inconsciente.

Sabía que temía que ella pudiera hacerle algo, así que decidió esperar a que esa misteriosa chica no le hiciera nada, solo esperar a que le diera su perdón y que lo soltaría.

Justo en ese momento, escuchó unos pasos que se sintieron en toda la habitación y luego, alguien se sentaba en la cama.

Los ojos de Montana se abrieron lentamente, pero a su vez estaba muy pesados al igual que su cuerpo, luego de eso, vio que esa chica estaba allí, sentada en la cama, observándolo.

- Vaya, jeje, al fin despiertas -Le dijo ella, mientras que el joven la miraba a los ojos, era una hermosa Youkai de cabellos verdes y ojos rojos. Vestía una camisa blanca con corbata amarilla, chaleco y pollera color rojo y diseños en la misma ropa junto con zapatos rojos también. Ella no paraba de observarlo y el chico no emitía sonido alguno- Es bastante extraño que hayas llegado tan lejos desde las montañas hasta aquí y terminarás en mis dominios, jejeje -Aquella risa parecía divertida pero temía de que ella le fuera a hacer algo peligroso- ¿No respondes? ¿Tienes miedo? Es bastante peligroso meterse en los dominios de una Youkai, además puede sentir tus temores, como si fuera a comerte o algo más. Le dijo la Youkai, mientras que apoyaba su cuerpo contra el de Montana, sintiendo toda una presión bastante fuerte y su pulso se aceleraba muchísimo.

- "¿Qué me está pasando? No puedo moverme" Pensó Montana, mientras que ella sonreía aterradoramente.

- Vamos, habla, Humano, habla, no temas, porque por ahora no morirás. Le dijo ella y fue entonces que él decidió hacerlo.

- Por favor...No...No me lastimes, no me hagas daño, por favor. Pidió temblando del miedo, mientras que ella se reía.

- ¡Jajajaja! ¡Bueno, es la excusa más patética de todo el Mundo! ¡Y que un Humano venga a pedirme que no lo mate! ¿Qué ocurre, Humano? ¿Acaso le temes a una Youkai? ¿Piensas que vas a escapar fácilmente? Te equivocas -Se acercó al rostro del joven, mientras que podía sentir los pechos de la peli verde sobre contra su cuerpo y al ver que los ojos del chico no se movían de la posición donde estaban los pechos de ella, provocó que ella se enojara- ¡Mírame a los ojos cuando te hablo, si no quieres que haga jalea con tu cuerpo, maldito animal! Gritó ella, agarrando al joven del cuello de su camisa y de ahí él obedecía y la miraba a los ojos, sino quería morir de una forma atroz y horrible.

- Te lo pido, por favor, no me hagas daño. Pidió el chico de nuevo, temblando más, hasta que en ese momento, la Youkai se acercó más a él para besarlo en los labios.

- Te dejaré vivir, a menos de que cantes para mí, te he escuchado cantar, ahora quiero me dediques una canción para mí, cualquiera que sea, pero que me entretenga, de lo contrario. Yuuka puso sus dedos sobre la parte del pecho donde está el corazón.

- Sí...Sí, está bien. Prometió el joven, mientras que se levantaba un poco de la cama y comenzaba a prepararse para cantar.

"Soy el fuego que arde tu piel

Soy el agua que mata tu sed

El castillo, la torre yo soy

La espada que guarda el caudal.

Tu el aire que respiro yo

Y la luz de la luna en el mar

La garganta que ansio mojar

Que temo ahogar de amor"

Montana cantaba con toda su alma, temía por su vida, ya que Yuuka podría despedazarlo y hasta explotarlo con su sombrilla, pero cuando empezó a sentir esa dulce canción de Colombia, la  Youkai de cabellos verdes se quedó hipnotizada y le hacía señas para que continuara.

- "La tengo, lo logré" Se dijo Montana, sabiendo que ahora estaba a salvo del peligro de morir asesinado brutalmente.

"Y cuales deseos me vas a dar?

Dices tu, "Mi tesoro basta con mirarlo

Tuyo será, y tuyo será."

"Soy el fuego que arde tu piel

Soy el agua que mata tu sed

El castillo, la torre yo soy

La espada que guarda el caudal.

Tu el aire que respiro yo

Y la luz de la luna en el mar

La garganta que ansío mojar

Que temo ahogar de amor

Y cuales deseos me vas a dar?

Dices tu, "Mi tesoro basta con mirarlo"

Tuyo será, y tuyo será."

Yuuka, al ver que el muchacho había terminado de cantar, se quedó impresionada de escuchar una voz tan dulce y buena en el canto, así que decidió perdonarle la vida.

- Veo que te juzgué mal. Le dijo ella, mientras que Montana se recostaba a su lado y de ahí, posó sus manos en el rostro de la joven.

- Jejeje, ¿y sabes lo que viene? Preguntó con una sonrisa.

Y ella hizo lo mismo:

- Sí, por supuesto que lo sé. Respondió ella y ambos se besaron dulcemente, mientras que el Atardecer iba llegando a Gensokyo.

https://youtu.be/2K3xDEvfeHE