La apuesta. 2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mi madre siempre dijo que amo las discusiones, lo que no es cierto, no del todo. Yo amo el debate, que es una forma de discutir, sí. Pero también es arte, opino que todos tenemos puntos de vista y deben ser respetados; no obstante, cuando alguien desea que todos piensen igual debo interferir. Pues ya que tu punto de vista del mundo es mejor quiero que me expliques el porqué.

Es así como termino deteniendo al feligrés en medio de su discurso y lo enfrento con una pregunta que todos odian responder: -¿Por qué?

Aquel hombre de no más de cuarenta años parpadeo sin comprender la pregunta y luego de permanecer en silencio repite: -¿Por qué?

-O, vamos usted lo dijo. Ahora yo se lo pregunto, ¿por qué dice que Dios existe?

Todos a nuestro alrededor guardaron silencio, sólo nos interrumpía el murmullo de las calles y el zumbido del viento.

-Las escrituras lo dicen.

-Entonces quiere hacerme creer en una deidad y viene con tan ridículo argumento, disculpe si le ofendo, pero ese libro lo pudo escribir cualquier fanático.

-Dios es el creador de todo, único e inigualable.

-Eso dice usted, eso dice su libro -digo mientras me paseo a su alrededor-, pero yo también tengo un libro. ¿Quiero saber qué hace a su libro más verdadero que el mío?

Se queda sin respuesta, busca ayuda en sus compañeros, que retrocedan dejándolo solo. Pero un joven pálido y delgado intercede por él.

-¿Cuáles son tus argumentos para negar a Dios?

Bien, este si es competencia, sabe preguntar. Apenas esa pregunta es formulada todos esperan por mí. El muchacho descruza los brazos y se muestra relajado. Yo decido sonreír y prosigo: -Nunca lo es visto, su biblia es refutable, sus milagros o son mentiras o pueden explicarse con ciencia básica y los historiadores no encuentran ninguna prueba real de que Jesús haya existido.

-No puedes verlo, perdimos ese privilegio por el pecado. La biblia es verdad, pero ustedes cuestionen todo, no pueden aceptar nada más grande que su ego. Los milagros no los ves por qué te falta fe y no hay pruebas porque muchas fueron destruidas.

-Entonces dame una prueba que pueda ver.

-Los milagros son suficiente evidencia.

-Una que no esté en tu libro.

-Ocurren milagros todos los días.

-¡Entonces muéstramelos! Muéstrame diez milagros en noventa días.

-Cuando terminen los noventa días sabrás que dios existe. Y sólo te recuerdo que esté reto lo hiciste contra Dios.

-Bien, no le tengo miedo a los mitos.

-Trato hecho.

-Trato hecho.

Y de esta forma es que inicia esta gran historia; yo buscando la forma de eliminar la ilusión y el buscando probar su verdad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro