♡⁠˖ 01: His Reason For Being

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01

«His Reason For Being»

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Como todos los días, su rutina comenzaba con un pequeño bebé aferrado a su cuello; sintiéndose seguro con el olor que desprendía su padre. Con cuidado de no despertarlo, lo acomodó sobre la cama y colocó varias almohadas a su alrededor.

Por suerte seguía durmiendo. Era muy temprano para lidiar con los llantos desesperados de su cachorro.

Se sentó sobre la cama y pasó sus manos por su rostro. Estaba cansado, no había dormido casi nada, pues su hijo se la había pasado llorando en la madrugada. Caminó hacia el baño y se dio una ducha rápida para quitar el sueño.

No tardó el secarse el cuerpo y vestirse con su atuendo de trabajo: Unos pantalones de vestir y su camisa perfectamente planchada. Peinó su cabello y regresó a la habitación viendo a su bebé, quien seguía con los ojos cerrados y  con sus labios juntos en un pucherito.

Sonrió.

Tras asegurarse de que todo estaba en orden, salió de su dormitorio y fue hacia la habitación de su cachorro. Casi nunca dormía en ese lugar y a Jungkook no le molestaba en absoluto.

Abrió uno de los pequeños cajones de la bonita cómoda y sacó las prendas que le pondría a su hijo. Alistó los pañales en un maletín junto a los pañitos, lociones, biberones y cambios de ropa.

6:25 de la mañana apuntaba el reloj de su muñeca. Tenía tiempo de prepararse algo para desayunar.

Bajó a la primera planta y encendió la cafetera. Era lo único que lo despertaría por completo. Cuando estaba por servirse la bebida en una taza, la tablet que estaba conectada a un intercomunicador en su habitación comenzó a sonar.

Los sonidos de quejas de su cachorro se podían escuchar y ,de pronto, un llanto se aproximó.

Subió las escaleras corriendo, directo a su habitación. Su lindo cachorrito estaba con los cachetitos húmedos y rojos por llorar. Su corazón se encogió por tanta ternura.

—Buenos días, Woo —saludó el alfa, tomándolo en brazos. Desprendió más su aroma para calmarlo. El bebé se acurrucó en su pecho—. Sé un buen niño hoy, ¿Bien?

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El alfa ni siquiera había probado bocado. Pensó que sería un día diferente, que tal vez por fin su cachorro aceptaría tomar la fórmula, pero no fue así.

Estaba en el hospital, viendo como su pequeñito recibía alimento a través de un suero. No le agradaba para nada verlo así, pero su lobito no aceptaba la leche preparada, ni siquiera la leche de otros omegas. El lobito de su hijo lo único que quería era tomar la leche de su madre.

Lástima que no podía.

—Acabo de revisar su peso y no está tan fuerte como me gustaría que esté —dijo el pediatra. Era un muy buen amigo del alfa—. Tenemos que encontrar la manera de que Woobin acepte el alimento de un omega. No es bueno para salud que siga alimentándose de esta manera. Poco a poco se irá debilitando.

Jungkook se encogió en el asiento. Soltó un suspiro pesado.

—Créeme que he intentado con miles de omegas y Woo no acepta a ninguno. Ya no sé qué hacer, Jin. Me estoy volviendo loco —dijo frustrado.

—Por el momento le recetaré vitaminas —escribió el nombre en la receta y dejó el bolígrafo a un lado. Observó a su amigo—. ¿Haz comido algo?

Jungkook negó.

—Pediré un café y bagel. Yo tampoco he desayunado. 

—Está bien.

SeokJin hizo el pedido por teléfono. No tardaron mucho, tan pronto como llegó, el alfa y el beta comenzaron a comer.

—¿Cómo está todo por la empresa? Namjoon me dijo que hay nuevos convenios.

—Sí, pero aún están por confirmar. Hoy tenemos una junta, así que ya veremos qué pasa.

—Los veo a ustedes y agradezco que mi trabajo sea con niños. No sé cómo pueden lidiar con adultos —dijo Jin soltando un risa—. Obviamente, solo soporto a mi querido Namjoonie y a ti.

—¿Ese es un halago? —preguntó el alfa con una ceja enarcada.

—Tal vez.

Ambos comenzaron a reír.

Los esposo Kim y Jungkook se conocen desde hace años. De hecho, estudiaron juntos en la secundaria y nunca perdieron la comunicación. Eran como su familia, siempre lo invitaban a las reuniones o a viajes. Siempre coincidían, puesto que Namjoon trabajaba para Jungkook y SeokJin era el pediatra de su cachorro.

—¿Vendrás hoy en la tarde?

—Lo más seguro es que le encargue a Nayeon a traer a Woobin. No sé a qué hora salga de esa junta.

—Perfecto. Tendré todo listo para que este bonito hijo tuyo se alimente.

Jin se levantó y se desinfectó las manos para dirigirse al cachorro. Le quitó el suero y lo acomodó entre las mantas para cargarlo y entregárselo a Jungkook.

—Estará muy dormido, así que no te preocupes.

—No sé que haría sin ti —dijo el alfa. Observando a Woobin en los brazos de morfeo, tan tranquilo—. Muchas gracias. Te debo el próximo desayuno.

Nah —dijo SeokJin, haciendo una señal con su mano en tono de despreocupación—. Sabes que lo hago con mucho cariño.

Alfa y Beta caminaron hacia la puerta del consultorio.

—Ten un buen día, Kook. Cuida bien a ese cachorrito.

Sí. Así era una parte de sus mañanas. Luchando consigo mismo en ser fuerte para su hijo. No podía permitir que su lobo se diera por vencido, su hijo estaba bajo sus cuidados. Era su entera responsabilidad.

Y la razón de ser de Jungkook.

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