Único Capítulo

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[Primer fic-One Shot de Emira-Edric, personajes pertenecientes a "The Owl House". Todos los derechos reservados para Dana Terrance y "Disney". El objetivo es entretener.].

Silencio, los últimos invitados al baile ya se habían retirado, Luz y Amity permanecían afuera, tomadas de las manos, mirándose a los ojos y el rubor que invadía las mejillas de aquella peli verde, una Bruja que había empezado, al principio, con tratar a aquella Humana como basura, ahora la veía con otros ojos y no podía negarlo. Había algo que la motivaba para haberla invitado al baile pero no lo podía decir. ¿Cómo le dirías a una persona que has maltratado, para que ofrecerle de que sea tu pareja para un evento así?. Nadie puede hacerlo, pero todo había quedado atrás.

Sin embargo, dentro del gimnasio, aún con las luces y la música encendida, podía verse a una muchacha de largos cabellos verde y que portaba un vestido amarillo junto a unos zapatos muy elegantes, yacer sentada en unas gradas, observando el lugar, la calma que se hacía sentir pero, en el fondo, presentía de que ella no había obtenido lo que buscaba, por lo que echó la cabeza hacia atrás y miró al techo.

- "No siempre se gana".- Pensó la joven, quien cerró los ojos tras tomar un profundo respiro.

- ¿Emira?.- Oyó la voz de un chico con cabello corto y del mismo color que ella.

- ¿Edric? ¿Qué haces aquí?.- Preguntó su hermana al gemelo, quien se encogió de hombros y tomó asiento a su lado. Ésta levantó la cabeza al verlo de cerca.

- Creí que estabas con tu...oh. Lo siento mucho, hermano.- Le ofreció su perdón ante esas posibles palabras que podrían herirlo, pero éste se encogió de hombros y sonrió con tranquilidad.

- No importa, tal vez no tuvo tiempo para venir.- Mintió, él mismo reconocía de que nadie lo había invitado al "Baile del Groom" y tuvo que ocultarlo.

- Sí, lo mismo digo, yo...¿qué se le va a hacer?. No siempre se gana.- Se mostró Emira con una mano sobre su nuca, pero, de ahí notó como el chico de cabello verde se sentaba a su lado.

- No digas eso, tal vez un día encuentres a la persona que buscas.- Le demostró Edric su apoyo, por lo que ella alzó la cabeza y lo miró.

- ¿Seguro?.- Quiso saber su hermana y él asintió con la cabeza, señalando a Amity con Luz, quienes caminaban juntas por aquellos exteriores.- Aww, nuestra querida hermanita ya creció.- Dio un suspiro de ternura al ver esa escena.-

- Sí, solo espero que mama y papa no vayan a querer interferir, porque me da muy mala espina.- Rogó Emira y eso era algo que no se podía omitir sobre la Familia Blight.

Secretos, posiciones adelantadas, fortuna, todo eso era lo que aquella Dinastía de las "Islas Hirvientes" poseía bajo su bandera. Amity Blight era una de las Brujas más importantes dentro de su familia, pero ahora que estaba demostrando sus sentimientos por la Humana, si algo llegaba a salir a la luz, todo se derrumbaría dentro de la misma. Sin embargo, Emira se sacó aquel pensamiento de su cabeza, mirando a Edric, el cual le ofrecía su mano.

- ¿Bailamos?.- Preguntó y ella y parpadeó un par de veces ante la propuesta que el chico le hacía.

¿Una propuesta de baile?. Emira ladeó la cabeza, estaba sorprendida, pero no en el sentido oficial, sino de que le parecía muy interesante la propuesta. Desde hacía un tiempo en que tanto ella como su gemelo se mostraban siempre unidos, en especial en sus bromas hacia "Mittens", su hermana Amity, a la cual la volvían siempre loca y más cuando llegó aquella Humana a las "Islas Hirvientes".

Bajo esos arrabales oscuros, de propuestas que podrían ser consideradas, desde su posición, como una mancha, no importaba nada. La Noche era joven, ellos también ¿y para qué desperdiciar un momento así?. Ella dirigió sus ojos hacia Edric, se veía tan apuesto con ese saco amarillo, los pantalones y camisa blanca con corbata negra y sus zapatos. Emira tampoco estaba lejos de eso, el vestido que llevaba la hacían ver bonita, por lo que optó por bajar de las gradas y encaminarse hacia donde estaba su gemelo.

La música seguía encendida, el DJ no se encontraba pero había dejado el equipo para que, si alguien deseaba, podía darse su momento y ser libre. El Director Bump tampoco se encontraba allí, así que ambos hermanos se quedaron cara a cara hasta que Edric le tomó de las manos a la peli verde, suavemente y ambos se dirigieron hacia el Centro de la pista.

¿Desde cuánto tiempo llevaban siendo tan unidos?. Uno podía pensarse distintas teorías pero ellos lo habían desde que eran pequeños, esas sonrisas que los dos tenían y que simbolizaban travesuras y complicidad daban a entender de que, cualquiera que estuviera en su camino, iba a pasar por un mal momento. Y cuando nació Amity fue allí donde las cosas comenzaron a ponerse interesantes, pero ahora, ella ya tenía a su futura novia a su lado, por lo que Emira y Edric tendrían que buscarse alguien para entretenerse. Pero el tiempo mismo había hecho su parte con la chica de largos cabellos verde y cuando su gemelo la miró a los ojos, tuvo que esconder sus mejillas carmesí al verla.

- "Dios, se ve tan hermosa. Esos ojos, ese cabello, no puedo...no puedo ayudarme con palabras que me describan lo que estoy viendo, porque ella es perfecta".- Pensó el peli verde, pero se sacudió la cabeza ante esa información.- "Un momento...¡ella es mi hermana!".-

- "Edric es tan apuesto: Me vuelvo loca con verlo así, tan elegante y su cuerpo...¿acaso estuvo haciendo ejercicios?. Sus manos son suaves y lo mismo esos ojos que tiene, es como si estuviera sumergida en un lago de oro y él estuviera a mi lado".- Dio la chica aquellas palabras, mientras que le tomaba de las manos y bailaba con su hermano por un rato hasta que, por algún acto de su consciencia, ella se acurrucó contra su pecho, cerrando los ojos y dejándose llevar.

Parecía como si el propio Tiempo se hubiera congelado y ellos dos fueran los únicos que se dieran cuenta de ello. Edric respiró profundo, sentía su corazón latir a más no poder, golpeando su caja torácica, retumbante como si alguien estuviera llamando a su puerta. Emira no quería despegarse de su lado. Si aquello fuera una película del "Reino Humano", ellos serían como el militar que conoce a la chica antes de irse al frente o una de Mafias. No importaba la categoría histórica, ese era su momento especial. Nadie los estaba viendo, nadie diría nada, la suerte estaba de su lado y todo daba a entender de que se lo merecían.

Emira volvió a alzar la cabeza y le sonrió a su lado, quien tragó saliva, pero no pudo escapar al "embate" de sus ojos, los cuales lo atraparon en su "red", obligándolo a que la viera de frente y toda su cara se volvía roja como un tomate.

- Es raro, ¿no lo crees?.- Preguntó el chico a ella, quien se encogió de hombros.

- Je, desde que éramos niños nunca nos separamos. Estamos siempre juntos, pero ¿por qué será de que, ahora, te veo como alguien más?.- Sostuvo Emira, mirándolo a los ojos.

- Las personas con las que uno conoce y forman parte de su entorno social "evolucionan" hacia otro estadio. Tú y yo siempre nos las hemos pasado bomba con las bromas y en especial con "Mittens".- Señaló Edric, alzando su mano derecha y acariciando los cabellos de su hermana, sintiendo la suavidad, esa caricia, el aroma que desprendía. Un dulce perfume que lo hipnotizaba y llevaba a que su cuerpo se relajara y de ahí ella se acercara para acurrucarse un poco más y que el calor corporal de ambos se unieran en uno solo.

Un momento de clímax había llegado, el gimnasio se hallaba en silencio, nadie hablaba, todo seguía tan estático. La música invitaba, los ojos de Emira brillaban ante los de su hermano gemelo.

- Emira.- Oyó la voz de Edric.

- ¿Sí?.- Preguntó la chica ante ese llamado.

- Gracias.- Le agradeció el joven, llamando su atención. ¿Qué era lo que quería decir con ese mensaje?.- Gracias por ser mi "Compañera de Juegos y Travesuras" desde que nacimos. Nunca creí de que podríamos ser algo más que simples hermanos gemelos...Tú...tú has cambiado tanto, te ves tan bella y me cuesta creerlo.- Sostuvo el muchacho, tocando las mejillas de la chica ruborizada.

Las palabras que el chico decía eran las correctas, no podía negarlo, esos ojos eran tan cautivadores y el perfume que utilizaba su hermana era como el néctar que atrae a las abejas. Las mejillas de Emira estaban de un color carmesí intenso, igual que el fuego, el calor que recorre a una persona de arriba para abajo y fue allí en donde ella juntó sus manos con las de Edric y volvieron a concentrarse en aquel baile, uno que habían comenzado y no dejarían de lado.

Se movían para todas partes, teniendo la pista solo para ellos. Agarrándose a su cintura, la chica alzó la mirada hacia su gemelo y éste pestañó, mostrando una cálida sonrisa, acariciando su rostro y dejando de que la noche fluyera con tranquilidad.

- Este es un gran momento que pienso atesorar para siempre, Edric.- Dijo la joven y cerró los ojos, acercándose hasta sus oídos.- No tengas miedo, juntos podremos enfrentarnos al Mundo.- Le animó y al dejar ese mensaje al chico, procedió con dirigir sus labios y hacer contacto con los de éste.

El tiempo parecía ir tan lento, no había indicio de cuánto les llevaría estar allí, por lo que ambos se dejaron llevar por la pasión y el deseo de conocer más sobre lo que acontecería en sus vidas. Cerrando sus ojos, Edric y Emira condujeron sus labios para el encuentro, los segundos fueron pasando y con ello, a pocos centímetros de conocer el "resultado final", ambos se unieron bajo un tierno beso, uno que quedó sellado en la "Historia de las Islas Hirvientes".

Podrían considerarlos de "enfermos mentales" por estar besándose y siendo hermanos. Emira era la que menos le importaba eso, si se mantenía en secreto y estaba junto a su querido hermanito gemelo, nadie los detendría. Solo quería pasar ese momento de dulzura junto a él, sentir el calor y la suavidad de su cuerpo "uniéndose" con el de ella. Edric tampoco deseaba ser alejado de su hermana. Era hermosa y esa era la única palabra con la que podría describirla.

No existían otras de esas mismas que pudieran contribuir con lo que tenía frente a sus ojos. Ella se alejó un poco y lo miró, parpadeando tiernamente.

- Edric.- Le llamó ella y éste se giró para verla.

- Dime, hermana.- Respondió el muchacho y le tomó de las manos.

- Juremos mantener esto en secreto: Nadie debe enterarse.- Pidió la chica.

- Tienes mi palabra, jamás daré a conocer sobre nuestra relación.- Hizo aquel acto de mantenerse en el silencio y sin que nadie más los viera, Edric procedió con volver a besarla, disfrutar del momento hasta que llegara la hora de volver a la Mansión.

Esa noche, una común y corriente pero en donde quedó escrita en sus páginas la historia de los gemelos Blight, quienes se unieron bajo un apasionado deseo de amor y unión, forjando una relación prohibida pero que no iban a dejar atrás.

Había sido una noche para el recuerdo.

Fin.

[Estuve leyendo estos meses un par de fics de Emira-Edric y lo pensé mucho, así que decidí probar suerte. Se que es uno pequeño, pero, tal vez y si cuento con buena inspiración y tiempo, saque otros One-Shots de este tipo. 

Mando saludos y agradecimientos para los seguidores de esta historia.

Nos estamos viendo, amigos. Cuídense y buen Domingo y también...

¡Feliz Día del Padre 2021 en Argentina!.].

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