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-Sabes que nunca me ha molestado compartir habitación contigo. Es más, lo deseo antes que la soledad o la compañía de cualquier otra persona...- dije antes de entrar a la posada y acercarme al posadero para pedir la habitación.

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- Entonces que sea una única habitación.- dije sonriendo ligeramente, había hablado en voz baja para solo ser escuchado por ella.

- Vaya, vaya... Pero si has vuelto... Me alegra ver que estás bien, Xiao XingChen...- dijo el posadero con su voz de siempre, lo cual me hizo sonreír.

- Y a mí me alegra saber que no abandonas esta posada ni por mil huracanes.- dije riendome con algo menos de galanteria de la normal, me sentía muy cómodo.- Venimos a pedir una habitación, y comida, por supuesto.

- Eso está hecho... ¿Compartirás habitación con esta dulce señorita? Antes eras menos atrevido... Song Lan solía arrastrarte a hacer estas cosas.

- Es mi compañera... No tiene nada que ver con los vicios a los que solía recurrir Song Lan.- dije agitando un poco la mano en señal de negativa.- ¿Ñas habitaciones cuestan lo de siempre?

- Vamos... No seas así... ¿Cuándo fue la última vez que te cobré por dormir y comer? - dijo el posadero dándome una buena palmada en la espalda.- Te daré nuestra mejor habitación... Por los viejos tiempos.

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Hice una reverencia de agradecimiento al posadero con una sonrisa y retomé mi contacto con la mano de A-Chen.

-Es un placer conocerle, señor y le agradezco que nos quiera dar un trato tan bueno. Estoy feliz de ver que A-Chen tiene tan buenos amigos aquí...

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- Claro... Después de todo le vimos crecer... Quedaos el tiempo que queráis, os llamaremos para la cena. No hagáis demasiado ruido.- decía el posadero como si nada.

Al llegar a la habitación, yo mismo cerré la puerta, tenía el ceño fruncido y sentía caliente la cara... No era para menos, pues las palabras del posadero me habían dejado en vergüenza.

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Me pareció extraño el comportamiento de amado A-Chen al llegar a la habitación, pero tuve que admitir que era un lugar muy hermoso y acogedor.

-¿Qué pasa, A-Chen? ¿Acaso hay algo que te moleste?- pregunté ladeando la cabeza por la confusión.

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- No es eso... Es solo que... Bueno, me dio algo de vergüenza las palabras e insinuaciones que hizo. Sabía que sería así, pero no tanto... Además, le gusta recordar demasiado el pasado.- dije suspirando.- ¿Te gusta la habitación? Si dijo que era la mejor... Seguro que hay un pequeño agujero en el suelo... Más o menos a la derecha de la cama.

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-¿Eh?- me alejé un momento de él para comprobar el lugar que me decía.

Busqué entre los maderos hasta que descubrí el agujero que me había dicho. Me pareció algo raro, así que quise mirar dentro, hasta que descubrí a dónde daba y dos cosas pasaron por mi mente. Primero, ¿era por esto la mejor habitación? Y segundo, ¿cómo sabía A-Chen de la existencia de ese agujero de mirones?

-A-Chen... ¿qué es esto? ¿Por qué está este agujero aquí...?- pregunté tan calmada como pude, pero haciendo un puchero.

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- No hagas puchero... No lo hice yo y jamás miré por él. El agujero lo hizo Song Lan, quien recibió mis ojos después de todo... Él es de esos. El posadero acabó llamando a la habitación... La mejor de la posada precisamente por eso.- dije suspirando.- Ñagan el doble por esta solo para ver por ese pequeño agujero.

Me dirigí hacia ella, pues conocía esa habitación más que a mí mismo.

- ¿Tienes hambre? ¿Quieres descansar un poco? Seguro es cansado todo el camino hasta aquí... También podemos caminar un poco por el pueblo si te apetece...

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-Creo que... ver el baño de chicas me ha dado ganas de bañarme... aunque estaba vacío.- dije algo apenada.

Me acerqué a él y me quedé justo al frente. Miraba al suelo y dudaba de si decirle, pero quería hacer esa petición, así que tomé valor y lo dije.

-A-Chen... ¿Q-quisieras... bañarte conmigo...?- pregunté y me contraje por completo por la pena que tenía al haber dicho aquello.

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- E-está bien, si te parece buena idea... En fin... Yo solo podría caerme al agua o algo así.-dije sonrojado.- Te prometo que me ataré las manos si es necesario, pero si me gustaría bañarme contigo...

Sentía mi cara arder de vergüenza, deseaba bañarme con ella, pero me mataría la vergüenza y ella... Si podría verme sin ropa ninguna.

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-Entonces... podemos tomar unas túnicas limpias de aquí y mandar a lavar las nuestras... -dije antes de ir al armario de la habitación y buscar ropa para llevarnos al baño.- Ya tengo con qué cambiarnos... -me volví a parar frente a él.- ¿Nos damos un baño, A-Chen?- dije con una sonrisa cordial a pesar de estar sonrojada y tomé la punta de sus dedos recorriendo su palma hasta tomar su mano firmemente.

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Ese sutil y suave gesto provocó que un ligero escalofrío recorrerá toda mi espalda. Sus suaves dedos habían recorrido toda mi mano en un momento tan vergonzoso e íntimo que la sensación se había asemejado demasiado al placer.

No pude ni siquiera contestar de manera decente, solo asentí mucho más sonrojado de lo que mi orgullo admitiría.

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Lo conduje nuevamente fuera de la habitación, yendo todo el trayecto hacia el baño. El propio posadero me dijo con señas que no tendría problema con entrar, porque estaba vacío, así que fui directo al lugar.

Soltaba un vapor agradable y el ambiente se sentía perfumado por algunas sales e inciensos. Era una sensación increíble.

-A-Chen... dejaré la ropa limpia cerca del agua para cuando salgamos.- dije soltando su mano y haciendo lo que anunciaba.- Luego regresé frente a él.- Si quieres, puedes desvestirte, o espera a que yo lo haga y te ayudo.- tras decir esto, comencé a desatar las cintas de mi túnica con un lento movimiento y despojando mi cuerpo de las telas que lo cubrían.

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- Puedo desvestirme solo, princesa... Hacer que me ayudes en esto es... Bueno... Un poco vergonzoso.- dije retirando también las ataduras de mi cintura, teniendo cuidado de colocar mi espada en el suelo con la mayor de las delicadezas antes de proseguir en el arte de desvestirme a ciegas.- Estoy listo, mi dulce A-Guang...

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Estando sonrojada por completo por el hecho de tenerlo frente a mí sin nada que cubriera su bella piel, volví a tomar su mano para conducirlo con mucho cuidado dentro del agua caliente.

-Ten cuidado con tus pasos... Hay algunas rocas... puedes sostenerte de mí, si quieres...- comenté y metí mis pies lentamente en el agua.- Ugh... es muy agradable la temperatura...- dije y le sonreí.- A-Chen...se siente muy bien...

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