El doctor retiró las vendas de mis manos y asintió con una sonrisa cordial.

-Mucha razón tienes, joven XingChen. Las heridas de sus manos están sanando como deben. Pero aún tienen que esperar para que esas manos vuelvan a ser útiles. Por el momento, aplicaré en todas las heridas una nueva medicina.  En los próximos días lave las heridas y deje que tomen aire. Se recuperará pronto. También es bueno que se laven con agua termales.

-Muchas gracias, doctor... cuidaré de mis heridas... así como ha dicho A-Chen, él está cuidando de mí...

-Me parece increíble que sea así... pero si es como dicen, perfecto...

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- Bueno, doctor... Soy ciego... Pero puedo cuidar de una joven y hermosa dama... Así que debo dar todo mi esfuerzo en ello.- dije sonriendo.- Esta noche podemos ir a las aguas termales para lavar tus heridas allí. Después dejaremos tus manos al aire libre para que tomen aire tal y como dice el señor.

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-Será mejor que vayan en la noche, cuando la medicina haya hecho efecto en las heridas, o solo se caerá.- comentó el doctor terminando de vendarme nuevamente.- Listo.

-Muchas gracias, seguiremos sus consejos.- dije con una sonrisa y volviendo con A-Chen.

-No se preocupen. En un par de días esas heridas desaparecerán.- se despidió con la mano.

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- Muchísimas gracias, doctor, seguiré cuidando de ella diligentemente.- dije sonriendo y volviendo a tomarla en brazos con cuidado.- De vuelta... A no ser que quieras algo, un pequeño obsequio, regalo, dulce, comida... Lo que quiera mi hermosa doncella.

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-¿Podemos solo... irnos...?- dije a modo de humilde petición en un tono bajo.

Ya ni siquiera me importaba si me cargaba y así nos veían todos, el comentario del doctor no había sido de mi agrado, para nada. Estaba despreciando el cuidado que me había dado hasta el momento A-Chen solo porque es ciego.

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- Claro, princesa, vámonos.- dije sin borrar mi sonrisa.- Iremos a la posada, pasaremos un rato agradable y en la noche iremos a las termas para limpiar bien esas heridas. Ya luego haces lo que el doctor recomendó y las dejamos al aire libre si te parece bien.

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-S-sí... eso... estaría bien...- dejé que me volviera a cargar en sus brazos y, como antes, lo fui guiando con mi voz para que sus pasos fueran seguros hasta llegar.- Hemos llegado... estamos frente a la puerta de la posada...

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- Vaya... Pensé que aún estábamos algo más lejos.- dije algo extrañado pues el viaje se me había hecho más corto.- ¿Crees poder subir las escaleras? Ya sabes que no me importa cargarte hasta arriba.

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-Ouh... me gustaría que me llevaras... así descanso mejor...- respondí desanimada y bajando la mirada, solo me mantuve así, y callada.

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- Entonces no se hable más... Yo te subo.- dije sonriendo ampliamente, se notaba mi felicidad al poder con sentirla y cuidarla de este modo.- ¿Sabes? Eres demasiado hermosa, también muy adorable cuando estás así, ojalá tenga muchas más oportunidades para poder cuidarte aunque no estés herida.

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-El doctor... ha insinuado que no puedes cuidarme del todo bien...- confesé mientras subíamos las escaleras.- A-Chen... yo no lo creo así... pero... no me gusta que sigan pensando que eres menos ahora solo por no ver... Son gente de tu pueblo natal y aún así... no confían en que puedas ayudarme...

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- Hay gente que tiene sus prejuicios fuertemente arraigados en sus creencias. No puedo hacer nada más por ellos que demostrarles que no soy tan inútil como ellos creen, pero no tienes que enfadarte por eso... Después de todo en algo tiene razón y es en que no puedo ayudarte tanto como otro pudiera hacerlo.

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-No digas eso, haces todo lo que puede hacer cualquier otro. Me sabes cuidar bien, A-Chen... Nunca antes he necesitado que alguien cuide de mí y ahora que sí lo necesito, que lo hagas tú me hace feliz...

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- Me alegra que te haga feliz, mi hermosa princesa... Pero he llegado a pensar que... Bueno... En el caso de que pudiera ver, al menos podría haber comprado las medicinas y dártelas yo mismo... O vendarte las manos, eso son cosas que por mi condición no puedo hacer.- dije ya una vez estábamos en la habitación y la dejaba sentada suavemente en la cama.

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-A-Chen... no quiero que me cuide otra persona que no seas tú... No me importa si no puedes ver... no quiero a nadie más solo a ti...- dije con miedo de sentir dolor si tomaba su mano, pero esperaba que supiera que hablaba más que en serio.- Aunque mi vida dependiera de ello, prefiero mil veces que seas tú quien se quede velando por mí que cualquier otro...

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- Basta... Harás que me sonroje.- dije sonriendo ya bastante acalorado en la zona de las mejillas.- ¿Necesitas algo? ¿Quizás agua? Lo que sea que necesites o desees lo traeré para ti.- dije acariciando su pelo muy suavemente.

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-Un poco de té no estaría mal... ¿No te costará mucho prepararlo? Puedo darte indicaciones si lo necesitas. Solo debes tener cuidado con tus movimientos.

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- Seguro que podré con algunas indicaciones tuyas...- dije emocionado, hacía mucho que no preparaba té por mí mismo y además esta vez lo haría por cuidar a mi hermosa princesa.- Solo dime lo que tengo que hacer o dónde están las cosas necesarias.

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-Hay una jarra de metal colgada cerca del fuego de la plataforma del centro. Arriba a la izquierda la encontrarás. El balde de agua está donde siempre y las hojas de té en un frasco sobre el mueble de la derecha. No tienes que calentar mucho el agua, solo un poco para sacar la esencia de las hojas. ¿Podrás hacerlo?

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- Antes preparaba bastante el té... Aunque ya hace tiempo creo que podré hacerlo... Al menos eso espero.- dije sonriendo levemente.

Al principio todo fue bien, al menos hasta que tuve que retirar la jarra del fuego.

- Aaaah...- dije al quemarme ligeramente a lo que agarré mis manos la una con la otra.- Auuuch...

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-¡A-Chen!- de no ser por la herida de mi pierna, hubiera llegado corriendo donde él, pero solo me acerqué lo más rápido que pude.- ¡¿Estás bien?! Te has quemado... Dios mío... No debí pedirte hacer esto... que insensato de mi parte... Lo siento mucho... Pon tus manos en agua fresca, yo termino de preparar esto...