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*̥˚ chapter thirteen: into you *̥˚✧
-ˋˏ 'i'm so into you, i can barely breathe. and all I wanna do is to fall in deep'] ˎˊ

┏━°⌜ 赤い糸 ⌟°━┓

DESPUÉS DE QUE KOL SE HABIA DESPERTADO DE QUE Damon Salvatore le rompiera el cuello, procedió a acompañar a Keziah por el corto camino a casa. Había sido un paseo tranquilo, ambos atrapados en sus pensamientos. Keziah quería saber qué había hecho para que Damon le rompiera el cuello. ¿Qué pasaría si sucediera algo peor, qué pasaría si alguien hubiera descubierto cómo matar a un Original? Ella no podía perderlo.

Llegaron a la puerta de su casa y ella buscó a ciegas las llaves. Necesitaba hacer la pregunta más importante.

―Kol, ¿qué has hecho? ―Preguntó suavemente. No quería una discusión; la noche había ido tan bien.

―Querida, no tienes que preocuparte. ―Le tranquilizó mientras su mano se posaba en su mejilla.

―No, Kol. Quiero saberlo.―

―Keziah... ―Nunca la llama por su nombre.

―No, escúchame. No me importa si eres un maníaco como todos te llaman. Eres mi maníaco. Eres mi alma gemela. Estamos juntos en esto. Quieres ir a matar a un bar lleno de gente. Adelante, eres un vampiro. Está en tu naturaleza. Pero no me dejes de lado como si fuera una muñeca de porcelana que se va a romper con todo. No lo haré. ―Se desahogó. No iba a ganar en esto.

Una sonrisa adornó su rostro. ―Me debió tocar la lotería cuando te eligieron para ser mi alma gemela, cariño. ―Tomó las manos de ella entre las suyas y las frotó en círculos. ―Rebekah y yo queríamos divertirnos un poco con su cita, pero ella se echó atrás. Así que me presenté y lo siguiente que sabes es que me están rompiendo el cuello.―

Parecía tan inocente con sus ojos grandes y esa sonrisa. Pero ella sabía que Kol era el diablo por dentro y le gustaba por ello. ―Bueno, entonces es tu culpa. ―Se burló.

Hablando del diablo, no pudo contener la sonrisa al recibir su mensaje.

Encuéntrame en el grill. Nik es un aburrido.

Kol

No hace falta que pongas tu nombre al final, sé que eres tú.

Estoy en camino

Todavía no entendía bien el concepto de los teléfonos, pero lo estaba logrando. Era divertido ver cómo se aferraba a la tecnología actual. Keziah había logrado llegar al grill Ella rara vez usaba su auto en estos días.

Entró y se dirigió a la barra donde estaban sentados Kol y Nik. Kol cedió inmediatamente su taburete y dejó que ella lo ocupara. Sus brazos rodearon su cintura desde atrás y le besó la mejilla. ―Hola, muñeca.―

―Hola, Kol. Nik. Veo que te estás bebiendo el bar. ―Ella tarareó fijándose en las botellas de bourbon que les rodeaban.

―Se podría decir que sí, Rosie. ―Nik respondió, sonriendo en su bebida.

―¿Qué puedo ofrecerte, cariño? ―preguntó Kol.

―Vodka de frambuesa y limonada. ―No era legal, pero ¿quién va a detener a un vampiro e híbrido original?

Dio un sorbo a su bebida con alegría, después de que Kol se lo pidiera al camarero. No podía estar más contenta, estaba en los brazos de Kol y nunca se había sentido más segura.

―La recuerdo de anoche. Parece una cosita sabrosa. ―Keziah giró la cabeza para ver a quién se refería Kol y era Caroline.

―Di una palabra más y te arrancaré el corazón. ―Nik amenazó. Su voz se elevó cuando ella se acercó. ―¡Caroline!―

Ella no parecía feliz de verlo en absoluto. ―Oh, eres tú.―

―¿Te unes a nosotros para tomar una copa? ―Preguntó Nik, con un brillo esperanzador en sus ojos.

―Mmm, prefiero morirme de sed. Pero gracias.―

Keziah se rió a carcajadas, haciendo que Nik entrecerrara los ojos hacia ella. Caroline regresó por donde había venido.

―¿No es impresionante? ―Afirmó Nik, eligiendo ignorar a Keziah en su lugar.

―Ciertamente se ve bien alejándose de ti. ―Kol insinuó.

―No le eches el ojo. ―Kez juguetonamente golpeó a Kol en el brazo.

―Tomaré eso como un desafío. ―Nik se alejó siguiendo a Caroline fuera de la parrilla.

―¿Quieres jugar al billar? ―Le preguntó a Kol, ya arrastrándolo hacia el juego.

Era divertido jugar contra Kol, ambos querían ganar, y Keziah estaba perdiendo drásticamente. Ella sacó la artillería pesada. La distracción. Cada vez que tenía que pasar junto a él, lo rozaba. Se apoyaba en la pared, levantándose ligeramente la falda al hacerlo, cuando era su turno. Falló algunos disparos.

De repente, estaba sentada en la mesa de billar con Kol de pie entre sus piernas. Su boca respirando en el oído. Lo siguiente que supo fue que los labios de él estaban pegados a su cuello, besando, mordiendo en cualquier lugar que pudiera. Su cabeza se inclinó dándole más acceso mientras sus brazos se enrollaban alrededor de su cuello.

―Estás jugando a un juego peligroso, muñeca. Si por mí fuera, estarías extendida en esta mesa, conmigo encima de ti. ―Kol le susurró al oído antes de dar un paso atrás dejándola en un estado de nerviosismo.

―Dos pueden jugar a ese juego, cariño. ―Kol le guiñó un ojo. Intentaba aguantar la risa ante su estado.

Ella le hizo un mohín, lo que hizo reír a Kol.

―Keziah. Sabes con quién estás saliendo, ¿verdad? ―Ella frunció el ceño al escuchar la voz del señor Saltzman.

―¿Sí? ―¿Qué demonios estaba insinuando?

―¿No es un poco... viejo para ti? ―Preguntó.

Se agarró a la mano de Kol, tirando de él hacia ella. Esto no iba a terminar bien. ―Qué puedo decir, soy una persona que rompe las reglas.―

―Te llevaré a casa, Keziah. ―La mujer al lado del Sr. Saltzman habló. ¿Cómo sabía su nombre?

―Lo siento, ¿quién es usted? ―Keziah siseó.

―Meredith Fell, trabajo en el hospital. Vamos. ―Ella extendió su mano esperando que Keziah se aferrara a ella.

―Ella no va a ninguna parte. ―Afirmó Kol. Ella sólo iría con él. Meredith miró al Sr. Saltzman antes de alejarse hacia el bar.

―Tienes que alejarte de ella. ―El Sr. Saltzman arremetió antes de clavar una daga en el pecho de Kol.

Keziah gritó de rabia mientras arrastraba a Kol fuera de la sala por una entrada trasera. Fue detenida en su misión de ir tras él cuando uno de los camareros se acercó a ella seguido de Meredith.

―El consumo de alcohol en menores es ilegal. ―Dijo el camarero, agarrando el brazo de Keziah y empezando a arrastrarla fuera de la entrada principal.

Increíble. Esa zorra. Keziah se zafó de su agarre, utilizando uno de los movimientos que Nik le había enseñado durante el verano, y corrió tras Kol. Llegó al callejón justo cuando Nik sacaba la daga del pecho de Kol. Extrajo algo de magia de Kol, antes de situarse junto a Nik, preparada para realizar un hechizo si surgía algún problema. Kol se despertaría pronto.

―Debería haberte matado hace meses. ―Comentó Nik.

―Hazlo. Eso no va a impedir que Esther te mate. ―Amenazó Damon.

―¿Qué has dicho de mi madre?―

―¿No sabías que era amiga de tu mamá? Sí, tenemos mucho en común. Ella te odia tanto como yo. ―Se burló Damon.

Klaus fue a atacar a Damon pero se detuvo al escuchar a Elijah. ―¡Déjalo! Todavía los necesitamos, Niklaus.―

―¿Qué hizo mamá? ¿Qué hizo ella, Elijah? ―Preguntó Nik agraviado.

Elijah bajó las escaleras, tendiendo un teléfono. ―Dime dónde están las brujas o haré que mi hermana mate a Elena ahora mismo.―

―Me dijiste que teníamos hasta después de las nueve. ―Damon miró con preocupación la torre del reloj.

―Estoy seguro de que Rebekah estará más que feliz de empezar su trabajo antes. ―Elijah se volvió para mirar a Keziah. ―Keziah vete a casa. Le diré a Kol dónde puede encontrarte una vez que hayamos terminado.―

Ella asintió con la cabeza, sin querer discutir con Elijah. Podían manejar esto. Estaría bien. Nadie va a morir hoy.

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Keziah Rose estaba tumbada en su cama, estresada hasta la saciedad. Habían pasado un par de horas y no tenía noticias de ningún Mikaelson. No sabía qué haría si los perdía a todos. Apreciaba mucho su amistad con Nik y Rebekah. Kol se había convertido en la persona más importante de su vida.

Tenía la cabeza apoyada en los brazos cuando sintió un soplo de aire en la habitación de Kol.

Allí estaba él, apoyado en el tocador de su habitación. No tenía ni un solo rasguño.

―Hola, cariño. ―Con esas dos palabras, ella saltó de la cama y corrió a sus brazos. Él la atrapó y ella enterró su cabeza en su cuello. Sus labios salpicaron de besos su cabello.

―Estás aquí. ―Ella se apartó de su abrazo, pero seguía estando tan cerca.

Keziah no pudo evitar inclinarse hacia adelante, sus labios se encontraron, y en ese momento supo que esto era para ella. Nunca más encontraría a alguien como Kol. Nunca podría estar con nadie más. Él era suyo y no se iba a ir. Él le devolvió el beso y fue todo lo que ella quería y más. Era amable, pero quería más. Ella quería más. Se estaba derritiendo cuando los brazos de él se aferraron a su cintura y los de ella al pelo de su nuca. Él le pellizcó la cintura y su boca se abrió por sorpresa para encontrarse con la lengua de él. Estaba en un estado de pura felicidad. No quería que esto terminara, nunca.

Pero todo lo bueno se acaba. Se separaron sin aliento. Las cabezas de ambos se pegaron.

―Haz las maletas, cariño. Te voy a llevar de viaje. ―Exhaló.

―¿De verdad? ―Ella no podía dejar de mirarle a los ojos. Podría perderse en ellos para siempre.

―De verdad. Nos vamos esta noche.―

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