Al llegar al colegio no noté nada extraño, todos estaban métodos en sus celulares y realmente lo agradecía, pues había pasado un mes y mi vientre empezaba a crecer poco a poco, en éste momento podría decir que solo había subido de peso, pero sé que en unos cuantos meses más, mi vientre iba a estar tan grande que iba a resultar echada del colegio. Entré a clases y todo iba bien, el profesor dictaba su clase como debía ser, algunos estudiantes no prestaban atención y otros solo estaban conversando mientras tomaban apuntes.

Cuando estaba llegando la hora de que se acabara la clase, uno de mis compañeros abrió un recipiente con un gran olor a pollo asado, no pude evitar salir corriendo hacia al baño para vomitar todo lo que se encontrara en mi estómago, los síntomas cada día se volvían más intensos y estaba a punto de llegar a mi límite. Cuando volví a la clase un poco mejor, había notado que ésta había terminado y el profesor ya no estaba, pero mis compañeros empezaban a murmurar mientras señalaban mi vientre, eso fue suficiente para que yo tomarás una decisión.

—¡No puedes hacer eso! — gritó Sara totalmente enfurecida.

—Sara tiene razón, no puedes convertirte en una asesina — Aurora tenía su seño fruncido, sabía que me estaban juzgando.

—¡Usted no son la que tienen un bebé en el vientre, no son las que tienen los síntomas y de la que todo mundo habla! — dije recordando la clase anterior — Richard no quiso ayudarme, si mis padres se enteran son capaces de matarme.

—Lucía — me llamó Kath — cometiste un error ¿Crees que abortando un bebé todo se arreglará? Sí fuiste tan valiente para abrir las piernas, entonces responde por tu hijo con esa misma valentía.

—Creí que eran mis amigas — susurré al borde de las lágrimas.

—Somos tus amigas Lucí — me abrazó Sara —, pero debes entender que quitarle la vida a un bebé no es una opción, al menos no si tú fuiste la culpable.

—¿Te hubiera gustado ser abortada Lucí? — comentó Aurora con vos suave.

—No.

—Entonces no le quites la oportunidad a tu bebé de ser feliz.

Después de una gran charla sobre el aborto, tomé una decisión; Mis amigas tenían razón, no podía quitarle la oportunidad a mi bebé de crecer y ser feliz, debía tenerlo y darle una madre de la cual se sintiera orgulloso, pedirle perdón por haber querido deshacerme de él y llenarlo de amor.

Ya la desición estaba tomada, iba a tener a mi bebé y salir adelante juntos, pero eso no borraba la realidad que ahora me acompañaba, no tenía dinero propio, no tenía un padre para mi hijo, tenía que pedirle ayuda a mis padres, tal vez eran muy estrictos, pero yo era su hija ¿Qué podría salir mal?