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No pudo ver el partido del PSG y el Barça porque Pep lo llevó a una reunión con la directiva y él como capitán tenía que estar presente.

Aunque él preferiría mil veces estar con su omega ahora, sabía que algo iba mal cuando sintió la angustia de Pablo a través de la marca.

Así que sin importar que los directivos se molestansen, salió de ahí, su omega y su cachorro necesitaban de él.

Estaba a un día, o mejor dicho a un par de horas de que su encuentro contra el Madrid se diera a cabo, pero no le importaba.

Vio los resultados y lo entendio, Gavi seguramente estaba llorando, lo peor es que él se sentía culpable porque sabe que Gavi debía de jugar, pero su omega decidió cumplir el sueño de su Alfa, ser padre.

Todo fue una farsa, la lesión, la operación todo, para la prensa y el mundo era un secreto de que el chico de oro del Barça estaba enlazado con el capitán del Manchester City, y que estaba esperando a su primer cachorro.

Se sentía culpable.

—¿Vas a irte? ¿En serio?

—Mi familia me necesita, volveré para el encuentro, pero necesito estar con Pablo.

Pep solo suspiro, también le había afecto el resultado de esta noche, estaba al tanto del tema de Pablo y su estado, en esta situación el omega necesita que su Alfa esté a su lado.

—Esta bien, no te preocupes por nada aquí, yo me encargo de todo, tú ve tranquilo.

Tomó el primer vuelo ha Barcelona, estaría en la casa que ambos tienen antes de que Gavi llegara.

Tan pronto aterrizo, fue hacia su casa, su hogar, aún es un poco extraño, pero no hay un lugar que ame más que este, aún recuerda la emoción y la alegría de su omega cuando le hizo conocer este lugar.

—Ahh vamos, necesitas hacer algo de comer para los tres.

Se puso manos a la obra, sabía que su omega no iba a querer comer a la primera, pero con el cachorro estando en camino, Pablo tenia el triple de apetito que antes.

Preparo un poco de sopa, a Gavi no le gusta, en serio destetaba la sopa, pero el médico había sido claro, también preparo una salsa de carne y un poco de arroz, por suerte en la nevera todavía había un cartón de jugo sin abrir.

—Uh.. Terminando aqui, terei que comprar mais coisas para o café da manhã amanhã. 

Después de que la comida estuviera lista y que la cocina quedara más limpia que la calva de Pep.

Subió a su habitación, tomó un cambio de ropa y se metió al baño, realmente necesitaba eso, poso su frente contra la pared, estaba cansado y frustrado.

—Vamos lá Rúben... Gavi não pode te ver assim.–Se dijo para luego lavarse la cara, su omega no podía verlo así, él es el Alfa, quien tiene que estar para a Gavi es él.

Una vez terminado salió del baño y se puso la ropa más cómoda que tenía, empezó a ordenar la habitación, teniendo cuidado en no tocar nada del nido de su omega, capaz y pierde un pierna si por accidente pisa algo.

Una vez que la casa estuvo ordenada, la comida lista en la cocina y el sin ningún olor desagradable, tomó sus llaves y un abrigo que lo cubría en su totalidad, salió de casa y fue a esperar a su omega.

Gavi venía cabizbajo, por más que Pedri, Fermín, Ferran o incluso el mismo Robert trataban de animarlo, nada servía, estaba triste, había soñado tanto con esa victoria.

Se sobaba su pancita, tenía apenas cinco meses, y gracias a su musculatura, su pancita era más pequeña de lo habitual, al principio temió por eso, pero el doctor había dicho que todo estaba bien.

Sus compañeros trataban de animarlo por temor a que su estado de algún modo afectase al cachorro, lo sabía, pero en realidad aún con lo triste que estaba, había una pizca de alegría, su Alfa aún seguía en juego, al menos con esta derrota no tendrían que enfrentarse entre ellos.

—Papi hará que ese gusano con cara de mosca deje de sonreír.—Dijo acariciando su pequeño vientre.

El vuelo tomó una hora más en llegar a su destino, y Gavi podía ester besando el suelo ya, en serio tenía muchas ganas de estar en su casa y poder llamar a su Alfa y durar horas hablando por videollamada hasta quedarse dormido.

Oh bueno, ese era su plan, porque tan solo poner un pie fuera del avión, pudo sentir el aroma de whisky y menta, ese aroma que tanto amaba.

Lo busco con la mirada tratando de no ser tan obvio, el lugar estaba lleno de periodistas, entraron al aeropuerto y el fue jalado de una forma delicada hacia uno de los pasillos.

—Hola...—La suave voz de su Alfa hizo que su pequeño pateara, Rúben rió al sentir eso.

—Veo que alguien me extraño mucho.—Dijo acariciando la pancita y sintiendo otra patada más.

—Yo también te extrañe Alfa, mucho.

—Y yo a ustedes, no sabes las ganas que tenia de poder tenerlos en mis brazos.

Rúben le beso la frente, luego la nariz y las mejillas, Gavi reía encantado con ese gesto que su Alfa tanto ama hacer, luego llego hasta sus labios y ninguno se contuvo, estuvieron separados mucho tiempo.

—Vamos a casa, quiero tenerte en el nido.—Dijo Rúben tomando la mano de Gavi, el omega solo asintió encantado con la idea.

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