- Puedes dejarla por aquí y la lavarán.- dijo Travis con calma.- Pero si no la quieres porque te recuerda malos momentos, dámela y la quemaré para que jamás vuelvas a verla.

- Está bien entonces, ten cuidado y si ocurre cualquier cosa, solo piensa en el nombre de Duncan, esté como esté me avisará si estás mal.- dijo Alice sonriendo y dándole una palmadila en la espalda a Bell.- Incluso ahora está en mi cabeza para saber si te encuentras bien.

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-Toma, no la quiero volver al ver.- dijo entregándole las prendas con cierto desdén y odio.- No quiero saber más de ese horrible lugar...

Desnuda como estaba, dio un suspiro y se metió a la ducha. Se asustó por un momento cuando el agua comenzó a salir, pero disfrutó mucho poder limpiarse a gusto todo su cuerpo.

-Vaya, su poder es increíble. Veo que es muy preocupado por todos.- le sonreí levemente a Alice.- Tranquila, estaré bien. No tardaré mucho. ¿Te veo luego en el dormitorio para ir a verlo?

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- Se la daré a Alice para que la queme hasta que no quede nada de ella, te lo prometo... No volverás a saber nada de ese sitio, solo será un mal recuerdo con el tiempo.- dije sonriendo y guardando la ropa en una bolsa de papel que había al lado de la puerta.- Y para bañarte toma el tiempo que quieras, no me importa esperar.

- Está bien, no tardes mucho saludando... En cuanto reparta la comida, iré a la habitación. Oh, compra jugo de melocotón por el camino.- dijo Alice sonriendo ampliamente.

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La chica comenzó a limpiar su cuerpo y cabello con los productos que tenía a su disposición impregnando en lugar con el aroma de estos. Su rostro solo expresaba el dolor que había sentido por los maltratos de aquel lugar.

-Travis... ¿en verdad... no volverá a suceder...? Esas torturas... esos experimentos... No quiero que pase más... No lo soportaré otra vez... Y Shadow tampoco... Siempre termina malherido... y varias veces... casi muere... No me quiero quedar sola...- las lágrimas que comenzaron a salir de sus ojos se confundían con el agua que la bañaba.

-¿Melocotón? Está bien. La compraré cuando salga. Gracias, Alice. No tardaré, o al menos no planeo hacerlo.- salí de allí despidiéndome de ella y encaminándome a la zona universitaria.

Me quedé pensando en eso de que Duncan estuviera en mi mente. Entonces, ¿sabía todo lo que yo hacía y pensaba? Que raro, pero, de alguna forma, no lo sentía desagradable. Era como si yo misma quisiera eso.

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- No pasará, si alguien viene intentándolo, no conseguirá hacerlo. Orión, Alice, Bell, Duncan y yo no lo permitiremos.- dijo sonriendo levemente.- Y yo personalmente os protegeré si es necesario, aunque tenga que hacer de escudo. Te juro por mi vida que nadie te hará daño, ni a ti ni a tu hermano.

- Sí, todo eso lo sé... Sé cuando estás bien o mal, desesperada o triste... Cuando pretendes hacer una travesura o cuando estás por hacer algo peligroso. Veo lo que ves y escucho lo que escuchas, hasta siento lo que tocas.- decía para mí mismo en voz baja, pues aunque ella me hubiera olvidado, no podía dejar de velar por su seguridad.

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-¿Por qué te empeñas tanto en eso? Solo somos unos pacientes más de los tantos que rescataron. ¿Por qué te quedaste conmigo...? No lo entiendo... puedo ser peligrosa para ti...

Entré a la zona universitaria y fui directamente al ala M. Saludé de lejos a Omaira y Andrea, pero me dirigí a la celda de Jorge. Entré, pero me quedé sin saber cómo decirle lo que había pasado. Tenía miedo de que me fuera a odiar por eso, pero quería serle sincera.

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- Me da igual lo peligrosa que seas para mí, el daño que me puedas hacer o el peligro que me puedas traer. Mientras me necesites y quieras a tu lado, lo estaré. porque así soy yo. Un ciego idiota al que le gusta cuidar de los demás en vez de que le cuiden a él.- dijo Travis seriamente.- No quiero perder a nadie que haya tomado mi mano sin miedo, no de nuevo.

- Vaya, parece que alguien olvidó tomar sus pastillas... Pasaste tu límite, ¿no? Ya te dije que me da igual... Hasta que no aprendas a cuidar de ti, no dejaré que me ayudes. Da gracias por seguir viva y cuando me des un reporte de una semana entera en la que te hayas cuidado tú por ti misma, hablaremos.- dijo Jorge sin más.- Las niñas que no cuidan de sí mismas son una molestia... Seguro que hiciste llorar a más de una persona, ¿me equivoco? ¿Acaso esto era lo que querías?

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-¿Miedo?- ella volteó hacia él con una expresión de confusión.- Travis... no entiendo... tú no das miedo... eres como nosotros... Los que dan miedo son esos que nos hacían daño... Y yo tampoco te voy a dejar... Ni Shadow ni yo lo haremos. Te debemos nuestra libertad, así que gracias por cuidar de nosotros.- le salpicó un poco de agua.- Pero no vuelvas a decir que eres un ciego idiota, porque eso es mentira.

-N-no... pido perdón por eso... Fui a hacer las pastillas, pero no me las tomé... perdí el control... y parece que... olvidé a alguien muy importante en mi vida...- me agaché y abracé mis rodillas estando apoyada de espaldas contra la puerta.- He olvidado a alguien... que me cuida u me protege... que me quiere... y yo... no sé ni quién es... ni qué le gusta... nada... todo es borroso... y confuso... no sé qué hacer... Yo no quería esto...

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- Hay mucha gente que incluso dentro de la academia me tenían miedo hasta hace poco. Fuera de aquí también hay muchos que nos tienen miedo porque somos diferentes... Pero es es lo de menos, ya que tenemos que ayudar porque en algunos casos somos más fuertes.- dijo sonriendo el rubio.- Ya no diré más que soy un ciego idiota, pero lo digo en serio, me gusta estar con vosotros, no hace mucho, este también era mi lugar.

- Todo tiene arreglo menos la muerte.- dijo Jorge seriamente.- Ambos estáis vivos, tanto tú como esa persona a la que olvidaste, entonces creo que hay dos formas de verlo, podéis volver a empezar... O puedes recuperar la memoria y volver a como estaba todo antes. No tienes que ponerte así, estar mal no va a arreglar nada.