El Chucho.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


https://youtu.be/oVkatTa0D4c

[BGM: Gorillaz — 19-2000 (Soulchild remix)]

Aquel día era caluroso, tanto que parecía que el verano iba a dar unos cuantos días secos antes de partir para dar paso al otoño que ya era inminente. El polvo blanco-amarillento del suelo allí reflejaba el calor del sol tan fuertemente que hacía que la visión se nuble y vuelva ondulada a la distancia. Con ese ambiente se podía divisar a lo lejos un autobús de color plateado custodiado por varias patrullas de policía local que traían dentro de si a los nuevos ingresantes de la Academia Earthbound.

Boney, quien se encontraba allí dentro, había tenido un largo viaje desde el aeropuerto hasta la villa semi-rural de Podunk cerca de su lugar de destino. Mirando hacia el exterior con cierto aire de optimismo mientras los demás a su alrededor se empujaban y discutían saturando a los guardias que estaban allí de custodios, comenzó a meditar al respecto de lo que se encontraría allá adonde se está dirigiendo. Estaba solo, Lucas y Claus se iban a tardar ya que estaban haciéndoles un peritaje psicológico del que él se salvó dado a ser más un ayudante que un perpetrador del siniestro en el que participó. Sin embargo, el quedarse solo durante unos días no mermaba su entusiasmo por llegar al nuevo lugar para ver qué se iba a encontrar.

El autobús arribó y todos aquellos a quienes llevaba en su interior comenzaron a ser liberados de uno en uno en fila. Boney vio como un cordón de unos tipos vestidos con un uniforme rosa-grisáceo que llevaban un casco con máscara de gas, que parecía la trompa de un cerdo, custodiaban su camino hasta el interior de la academia. Al cruzar las puertas notó como había una gran comitiva allí para recibirlo a él y a los demás, quienes se estaban amontonando para mirar a los recién llegados detrás de un tejido con alambre de púas el cual, según los carteles, estaba electrificado.

No podía creerlo. Boney sentía como si su recibimiento fuese una clase de fiesta de bienvenida y no dudó en prepararse para una payasada de esas bien suyas. Se acomodó su gorra blanca de visera y rayas rojas, para luego hacer gala de su agilidad y ponerse a bailar parado sobre sus manos mientras avanzaba en la fila, colocarse de nuevo de pie y empezar a dar saltos mortales y acrobacias para llamar la atención como el cachondo listillo que es.

Eventualmente, sus actitudes hicieron que los guardias empezaran a intentar contenerlo. Se le fueron encima y él los esquivó, brincando sobre sus cabezas y preparándose para saltar el cerco electrificado y caer de una sobre el público que lo estaba recibiendo, ¿Por qué? Porque pintó nomás. Quería ver si podía hacerlo... a-aunque al final no pudo porque, después de burlarse de dos, tres, cuatro y cinco guardias, cosa que ya era impresionante, un sexto lo tomó de la pierna cuando ya estaba por saltar el cerco y lo arrastró por el suelo para empezar a darle toques eléctricos con un taser, una y otra vez, provocando las risas de quienes estaban allí para mirarlo. Inevitablemente, mientras era electrocutado y sujetado por otros dos guardias, Boney también acabó por reírse sintiéndose un idiota.

Con tamaña bienvenida uno esperaría que el ánimo se le bajase, pero no. El recién llegado avanzó mientras era ayudado por dos guardias para caminar hasta el área de recepción. Allí le indicaron su cuarto, el 68A, y le dieron una tarjeta de identificación que tenía su fotografía. Boney se vio a si mismo en ese documento, con sus marrones cabellos despeinados y su tez oliva cubierta de sutiles pecas, pensando "¡Qué guapo estoy!" mientras seguía siendo arrastrado por sus custodios camino a su lugar de residencia.

Boney no estaba tardando en recuperarse. Aunque si bien seguían estando los dos guardias junto a él, avanzaba por los pasillos del edificio más grande de la academia ahora solo asistido por uno de ellos. Mientras avanzaba podía ver como varios de sus futuros compañeros lo miraban extrañados. Todos por alguna razón llevaban alguna característica que compartían ya sea tipo de peinado, pintura en la cara, una parte rota de su uniforme reglamentario y otros que ni siquiera usaban el uniforme sino ropa personalizada y temática, todo compartido con otros pares que se encontraban junto a ellos. El recibimiento y la atracción de miradas, en lugar de poner incómodo al recién llegado, le estaban llenando de alegría ya que se sentía importante con solo ir por los pasillos del nuevo sitio donde lo iban a acoger.

Desvanecer música.

Al final, ya completamente recuperado y caminando por su cuenta, Boney arribó al cuarto 68A donde sus custodios lo hicieron entrar de un empujón que le hizo tropezar y caer de rostro al suelo. Los guardias, quienes lo habían dejado allí, se dirigieron a él con la misma rudeza que mostraron físicamente pero esta vez en sus palabras.

—¡Listo, enano! —Dijo el primero— ¡En cuanto vuelvas a reirte de nosotros tendrás otro correctivo!

—¡Sí! —Clamó el otro— ¡Nadie se ríe del ejercito Puercareto! ¡Jódete!

La puerta la cerraron de golpe detrás de sí al retirarse, dejando a un confundido Boney de cara al suelo intentando ponerse de pie. Palpó el suelo a su alrededor buscando una postura para incorporarse y en eso sintió tocar a algo que retrocedió al contacto. Dicha reacción fue seguida con el sonido de una voz ronca... medio como de mujer... más o menos. Pero ronca.

—¡Hey! ¡Manos afuera! —Dijo—. Ponte de pie, que si sigues luciendo así de maricón eres un cero a la izquierda para mí.

Confundido, Boney alzó su mirada y, desde abajo hacia arriba comenzó a ver a alguien que estaba frente a él. Lo primero que vio fueron botas color cereza hechas en cuero y con suela de goma, piernas pálidas extrañamente rasuradas, ligeramente regordetas y al desnudo. Luego siguió mirando y entonces vio el comienzo de un abrigo tipo hoodie de color morado algo holgado, y su viaje desde abajo hacia arriba hubiera continuado si aquella persona no lo hubiese atacado...

*ZAP!* estalló un chispazo disparado inesperadamente de la mano de la muchacha frente al recién llegado, impactando en el trasero de este último como una patada que se sintió hasta en la mitad de la espalda y ambos muslos. Boney reaccionó a esto como uno esperaría... más o menos, porque pegó un brinco y empezó a gimotear como un animal herido mientras corría alrededor de la habitación sin callarse. La atacante, aturdida por el griterío, clamó desesperada.

—¡Ay! ¡Ya cállate! —Dijo— ¡Está bien! ¡Detente! ¡Basta!

Boney no respondía, lo que llevó a que su nueva compañera de cuarto tomara acciones colocando su pie frente a él para que este se tropiece nuevamente de rostro al suelo. Al caer, el niño fue sujetado de un pisotón en el medio de la espalda y, estando a merced de la muchacha, aterrado comenzó a rasguñar el suelo para poder escapar.

—¡Quédate quieto, idiota! ¡Espera! —Gritó ella, amortiguada por los chillidos de Boney que no cesaban.

El niño sentía que estaba por recibir otro ataque... o quizás algo más (rememorando lo que le pasó a Fuel en Canning), pero en su lugar ella hizo algo distinto. Él no lo vio exactamente pero de un momento a otro su dolor en el trasero comenzó a mermar y tuvo una sensación de algo cálido, más o menos fluido, entrar y recorrer toda el área afectada. Pensó por unos momentos que se trataba de algún remedio o quizás semen del potencial femboy (rogó porque no fuera eso último), aunque por lo rápido que se evaporó supuso que quizás era lo primero. Unos momentos después, el dolor había desaparecido por completo y la muchacha retiró su pie de encima de la espalda del novato, liberándolo.

—Ya está, ¿Mucho mejor, maricón? —Preguntó ella. Boney, extrañado, musitó un "sí" y se volteó barriga para arriba.

Cuando finalmente pudo regresar su mirada hacia aquella persona con quien estaba compartiendo cuarto fue directo a verla al rostro y, por fin, tuvo una imagen más clara de ella. Aunque si bien estaba algo dudoso de que fuera un femboy, dado lo ronco de su voz, ante una mirada bien atenta ella era en efecto una chica. Su rostro era delgado, de piel pálida y sin marcas reconocibles, mentón cuadrado, labios delgados, nariz pequeña y puntiaguda, ojos grandes y redondos de un azul avellanado y su cabello era corto, revuelto y de un color rosado. Por alguna razón, ella llevaba prendido en su pecho derecho un pin metalizado con el dibujo de un listón rojo.

Curioso, Boney comenzó a ponerse de pie ayudado por la misteriosa muchacha y, luego de verse ambos unos momentos en silencio, sin venir a cuento de nada el aún dudoso niño se acercó a la chica y le estrujó sus pechos.

—¡AHH! ¡¿Qué haces?! —Gritó ella dándole un empujón a Boney que lo llevó contra la pared de un empujón.

—¡Perdón! ¡Quería saber si eran de verdad! —Clamó el chico de piel aceitunada, mientras alzaba sus manos intentando calmarla.

—¡Pues obvio son de verdad! —Gritó ella mientras se cubría el busto, sonrojada— ¿Acaso estás loco?

—No, pos pensé que eras trans, no binaria o algo de eso. Ahora me siento como un pervertido.

—Meh... no te culpo —Gruñó ella con fastidio—. No eres el primero que me trata de vato. Supongo que eso de disimular mi cintura y mis pechos con esta hoodie como que no es tan buena idea en estos días. Aunque supongo que me salva de que me quieran pervertir.

—Ni te creas. Si el internet hizo porno de un listón que usa máscara va hacer porno de cualquier cosa. Aquí no se salva nadie.

—Ni lo menciones —Cerró tema, para luego voltearse y empezar a subir por las escaleras de la litera—. Quédate con la de abajo.

—Bueno... —Murmuró Boney, para luego tocarse el trasero y notar que sus pantalones ahora tenían un agujero. Se tomó de la frente y dijo con preocupación—: Mierda, ese relámpago fue de verdad.

—¿Por qué no iba a serlo? —Respondió ella, con desgano—. ¿Qué? ¿Acaso eres novato?

—Sí... ¿No se me nota?

—A primera vista no... pero después de esto pues sí. ¿Cómo te llamas?

«Me llamo...» fue lo único que pudo pronunciar Boney antes de interrumpirse a sí mismo al percibir algo. Se echó atrás el cabello que cubría su oreja izquierda y siguió un sutil sonido de uñas golpeando las baldosas del suelo. Inmediatamente se echó en cuatro patas con el rostro en el suelo y comenzó a olisquear.

—Ehh... ¿Qué estás haciendo? —Preguntó la chica adolescente mientras veía con curiosidad el extraño comportamiento de su compañero de cuarto.

Boney no respondió. Estaba concentrado en aquello que estaba percibiendo y, sin muchos rodeos, lo encontró. Era una rata que estaba escondida bajo el mueble de luz. Al verla, el niño murmuró «te tengo» con una sonrisa en su rostro. Gruño, comenzó a gritar y a corretear en cuatro persiguiendo al roedor, que se echó a la huida ni bien el chico lo empezó a perseguir.

De nuevo y sin previo aviso, el novato estaba haciendo tremendo escándalo en el cuarto, metiéndose abajo de la mesa de luz y tumbándola hacia un lado como un bruto de mierda, corriendo por debajo de la litera y sacudiéndola ahí todo menso, para luego seguir al roedor hasta por debajo del ropero abajo del cual no pudo pasar, por lo que estiró su mano para intentar cazarlo a la desesperada, gruñendo cada que daba zarpazos hacia el bicho intruso.

La adolescente de cabello rosado observaba la situación desde lo alto de la litera sin entender nada, bien con cara de «WTF?!». ¿Cómo es que una rata había entrado en la habitación si hace unos días habían fumigado? El cosquilleo que sintió en su nuca al concentrarse le dio la respuesta.

«Ay, mierda...» dijo ella, saltando de la cama para tomar al novato de las piernas y arrastrarlo lejos del mueble del ropero. Boney, quien seguía pegando gritos similares a ladridos de un perro el bien pinche animal, forcejeó con la chica prendiéndose del ropero el cual comenzaron a arrancar de la pared y arrastrarlo en dirección al centro de la habitación. CSM... ¡Alto desastre!

—¡Ya, hermano! ¡Sal de una vez! —Gritó desesperadamente la chica mientras seguía jalando a Boney— ¡Se acabó la broma!

Inmediatamente tras decir eso, la rata salió de debajo del ropero y caminó hasta un sitio en medio del cuarto. Una vez allí, increíblemente se transformó de golpe en un pinche adolescente de rasgos asiáticos, rapado hasta el punto de dejarse solo una coleta en la nuca y que vestía un traje de entrenamiento de alguna clase de artes marciales. Boney, al verlo, dejó de forcejear y soltó el ropero, mirándolo completamente sacado de onda, ahí completamente en plan de «¿Me estás jodiendo?».

—¿Qué carajo? —Dijo él mientras era soltado por su compañera de cuarto.

—Ay... ¡Tarado! —Se quejó la chica— ¿Por qué la hiciste tan larga? ¡Si sabes que ya no caigo!

—Una parte de mí tenía la esperanza de que sí —Respondió el oriental con una risilla.

Boney, sintiendo como todo estaba ocurriendo de golpe (ya que ocurría de golpe. En serio, estoy bien pinche confundido ahora), se pone de pie y sigue mirando al sonriente muchacho que estaba de cuclillas y apoyando sus antebrazos sobre sus rodillas. No estaba entendiendo una mierda, y su confusión solo empeoró al oír la conversación del aparecido con la muchacha pelirrosa sin tener contexto, pero metiéndose en situación sin pretexto... uy, hice un verso sin hacer esfuerzo... XD!

https://youtu.be/FV17RLV2FI4

[BGM: 刺客伍六七 剪刀刺客 搞笑版]

—¿A qué vienes ahora? ¿'Pa qué me necesitan?  —Dijo la chica mientras se colocaba los nudillos en su cintura y zapateaba su pie derecho con energía.

—¿Siempre tengo que venir por algo? —Respondió el aparecido— ¿No puedo venir a visitar a mi hermana del corazón para pasar un rato bien k-sual?

El oriental mantuvo su sonrisa ante la chica, pero aquella última respondió lo dicho entrecerrando sus ojos y cruzando sus brazos. Notando la frialdad de la adolescente, el rapado se colocó de pie y se rascó la nuca, bajando su mirada con vergüenza.

—Bueno, la verdad es que sí vengo a algo —Dijo él, ¡Qué mentiroso!...—. Saturn nos habló a los chicos y a mí de que había un sujeto en el pasillo 2 del subsuelo "L" que estaba conversando con Tracy y Nana. Me parece que las andaba fastidiando y pues Saturn se preocupó.

—¿Cómo era ese sujeto? —Preguntó ella.

—Me dijo que alto, rubio, andaba de gabardina y ahí medio turbio. Quizás es alguien que quiere fastidiar. Tú sabes, sicarios que quieren cortar la competencia.

—Como sea, ahora me hago cargo —Musitó la de cabello rosa con desgano—. ¿Me acompañas?

—Lo haría pero tengo que atender otros asuntos —Respondió el oriental avergonzado—. Teddy anda tanteando a Lloyd para que le cocine su basura otra vez, y Porky me anda fastidiando con que le andan extorsionando a uno de los de su grupo y yo que sé. Lo mismo de siempre.

—¿Y no puedes dejar eso para después? —Insistió la muchacha, a lo que el oriental respondió frunciendo los dientes y siseando con vergüenza.

—Ya sabes como es Porky... —Aclaró frustrado y apartó su mirada—. Pero Ninten me dijo que mandaría alguien a escoltarte... creo.

—Está bien, iré sola. Lo entiendo. No hay problema —Respondió ella a la ligera, chupándole todo un ovario como siempre. Tomó un respiro y volvió a tema con una mirada pensativa—. ¿Hace cuándo pasó esto?

—Hace una hora, más o menos. Y según Saturn el tipo sigue merodeando por allí.

—Entonces iré a ver —Concluyó la de la hoodie mientras tomaba un bolso que estaba sobre la litera de arriba—. Gracias por avisar.

—De nada... —Asintió el del traje de entrenamiento ya más calmado, pero luego volteó a Boney—. ¿Quién es él?

—Mi nuevo compañero de cuarto... —Dijo la chica.

—¿Y cómo se llama?

—Ni puta idea... —Respondió ella, para luego abrir la puerta y salir de la habitación, dejando tanto al oriental como a Boney solos.

Boney, aún sacado de onda, se rascó la cabeza y mantuvo un silencio incómodo con el joven de la coleta. El último estiró su mano con confianza y se presentó.

—Poo de Ranma —Dijo él, y el novato lo tomó de la mano y se saludó.

—Boney... a secas —Murmuró confundido.

—¿"Bouney"? —Se preguntó Poo.

—Sí. Viene de "huesudo", porque mamá me dijo que me llamó así ya que cuando nací no era más que un triste saco de huesos. Suena cruel, pero me gusta verlo como algo tierno.

—Pues, un gusto conocerte Boney —Dijo el oriental, soltando una risilla—. Vaya, me sorprende que me hayas captado ni bien entré al cuarto. Eres alguien bastante alerta y eso es bueno. Te será útil.

—¿Gracias? —Murmuró el novato inclinando su cabeza.

—En fin, tengo cosas que hacer —Se despidió Poo mientras salía del cuarto—. Espero que tú y Kumatora se lleven bien. Parece ruda, pero créeme que cuando te ganes su confianza ella te tratará mejor.

—¿Kuma-qué? —Preguntó Boney.

—¡Kumatora! ¡Así se llama! —Aclaró el oriental, sonriente—. Si te animas te sugiero que la sigas, a ver si algún idiota va tras ella. Se supone que contrataron "sicarios" para desaparecerla y me preocupa un poco dejarla sola. ¿Me harías el favor?

—¿Okay? —Dijo el recién llegado, aún más confundido.

—Jeje... gracias —Rió Poo, levantándole el pulgar—. ¡Apresúrate! De seguro tomó la escalera que está aquí al oeste para ir al subsuelo. Si haces bien tu trabajo créeme que habrán cosas buenas para ti. Te estaremos echando el ojo. ¡Adiós!

El aparecido se esfumó tan abruptamente como se había mostrado, cerrando la puerta inmediatamente después de decir «adiós», dejando a Boney a solas y confundido en el cuarto. Sin que se le ocurra algo mejor que hacer, da un suspiro, sacude sus manos y empieza a dar brincos moviendo sus pierna para calentar. «Muy bien...» pensó, «no entiendes una mierda, acabas de llegar y todo te vino de golpe. Pero de todas maneras tienes algo para matar el tiempo, así que ándale». Ya enfocado, se preparó para cumplir la tarea que le habían dejado.

https://youtu.be/zdfl5mdTglk

[BGM: MOTHER 3 — Lucky's Room]

Rápidamente, lo primero que hizo fue subirse a la litera de arriba y olfatear las sábanas de su compañera de cuarto, impregnando su nariz con su olor. Olía como a yema de huevo hervida, mezclado con aceite de oliva y un perfume a lavanda como de esos que se les echa a la tela. No sabía si aquel último era de las sábanas, pero al oler otras partes de la cama y no encontrarlo, asumió que provenía de la hoodie o alguna otra prenda de la muchacha. Teniendo identificado el aroma de la tal Kumatora, se preparó para rastrearla y encontrarla.

Boney salió de la habitación y siguió el aroma residual desde el aire y logró identificarlo sobre su hombro izquierdo, entendiendo que a eso se refería Poo al decir eso de ir al "oeste". Pegó un trote por el pasillo esquivando a un par de chicos que estaban corriendo y riéndose para que, al doblar la esquina, se encontrase con las escaleras antes mencionadas. Tomó aquella que iba hacia abajo y, cuando descendía, el aroma se iba intensificando.

Notando que estaba yendo en la dirección correcta, ahora Boney echó su cabeza al suelo e intentó cual sabueso identificar el rastro de Kumatora. Lo encontró con facilidad. Apuntó hacia la derecha del pasillo al que acababa de ir y trotó en cuatro patas soltando aullidos en su busca. Jadeando mientras avanzaba a gran velocidad, al final comenzó a bajar el paso cuando el olor ya era tan fuerte que era inconfundible. Deteniéndose a unos metros detrás de ella la pudo ver, avanzando a pasos firmes por entre los pasillos de aquel subsuelo.

El novato se puso de pie. Andando más casual, la siguió a una distancia segura sin perderle el ojo. Todo estaba tranquilo pero, al cabo de unos segundos, los cabellos de Boney se erizaron percibiendo el peligro. [Desvanecer música] Entonces se dio cuenta enseguida. Cerró sus puños y se detuvo en seco en el sitio en donde se encontraba. Para disimular, se apoyó contra la pared apartando ligeramente su mirada a un lado. Al detener el paso dio con un nuevo chico de cabello rubio y vestido con una gabardina verde musgo, corbata negra y pantalones grises que llevaba sus manos escondidas en los bolsillos de la prenda en su torso. Entrecerrando sus ojos, el novato volvió a avanzar esta vez siguiendo al misterioso sujeto, suponiendo que se trataba del mismo que había sido mencionado en aquella conversación pillada sin contexto entre Kumatora y Poo.

En un determinado momento, al doblar por un pasillo y llegar a una habitación más abierta, Kumatora se detuvo y comenzó a mirar a su alrededor confundida, aparentemente sin saber adonde se habían metido aquellas personas a quienes estaba buscando. En ese momento, el de la gabardina apretó el paso y sacó su mano derecha del bolsillo, la cual comenzó a emitir una especie de luz blanca. Apuntando a ella directamente, se acercó sigilosamente a la del cabello rosado desde su espalda.

https://youtu.be/l2bfyNuawTE

[BGM: MOTHER 3 — Mr. Batty Twist]

Notando lo que se estaba por venir, Boney corrió con fuerza y se abalanzó sin dudar hacia el misterioso chico, agarrándose de sus piernas y mordiéndole uno de sus tobillos. El ataque ocurrió justo en el momento en que el de la gabardina musitó «piquei», y del golpe desvió esa mano que emitía la luz blanca apuntando ahora hacia abajo. Tropezó y aquella luz se desprendió como un proyectil en dirección al suelo, el cual explotó al impactar dejando un gran agujero en él. Aunque parecía que no iba a hacerlo Kumatora también había reaccionado, volteándose y disparando una especie de luz roja. Había arrojado el disparo a su perseguidor, pero como este cayó al suelo el mismo había fallado, estallando en llamas al estrellarse contra la pared.

Boney, feroz como cuando había perseguido a la "rata", comenzó a jalar del agresor mientras lo arrastraba por el suelo y lo iba mordiendo con fuerza en diferentes partes del cuerpo, incluyendo sus piernas, manos, brazos y pecho. Kumatora, confundida, miró la escena con las manos abiertas y sin saber cómo diablos reaccionar, echándose unos pasos hacia atrás mientras contemplaba aquel forcejeo de ambos en el suelo.

En ese momento se aparecieron corriendo dos niñas, ambas de cabello rubio y de edad semejante. La primera llevaba un vestido rojo y un listón a juego que sostenía sus láceos y cortos cabellos, los cuales caían hasta por lo alto de sus hombros y cubrían su frente con un flequillo. La otra llevaba puesto un vestido rosado en su lugar, con el mismo moño rojo que usaba su compañera atado en su pecho rodeando el cuello de su vestido y una bandana roja en la cabeza que echaba para atrás su enrulado cabello largo hasta la mitad de la espalda. Ambas se colocaron a diestra y siniestra de Kumatora, respectivamente, presenciando la situación con la misma confusión que tenía su colega.

—¡¿Qué mierda está pasando?! —Gruñó la del vestido rojo.

—No sé... —Murmuró Kumatora, con una mirada vacía e inexpresiva.

—¿Será...? —Se preguntó la segunda niña [Desvanecer música], tapándose la boca al darse cuenta de quién se trataba.

Boney estaba enceguecido, él seguía forcejeando con el chico de la gabardina el cual le estaba dando bastante pelea. Ambos se revolcaban en el suelo y el rubio intentó colocar el morocho de cara contra el suelo y estrangularlo, pero el último se le escurrió por entre sus brazos, se le subió a su espalda y dirigió una poderosa mordida al cuello de su agresor, derribándolo en el proceso.

—¡AHH! ¡Quítenmelo! ¡Quítenmelo! —Gritó desesperado el de la gabardina mientras sentía como las fauces de Boney comenzaban a atravesar su cuello.

—¡Ay! ¡No! ¡Espera Boney! —Dijo la niña del vestido rosa— ¡Cálmate!

Al oír esa inconfundible voz y manera rápida de hablar, Boney levantó su mirada y miró a la niña que le había gritado. Sorprendido, sus ojos se abrieron como platos y escupió el cuello del chico a quien estaba sometiendo, observando a la de la bandana boquiabierto.

—¡¿Nana?! —Dijo el novato.

—¡Sí! —Clamó alegre la niña.

https://youtu.be/oDFU0f0GbM4

[BGM: MOTHER 3 — Fun Bazaar]

Entre risas y alegres, los dos niños corrieron el uno hacia el otro y se abrazaron, cayendo sentados al suelo. Boney comenzó a besuquearle las mejillas a Nana, haciendo que esta se sonroje, se lo quite de encima y lo lleve contra su pecho para sujetarlo con fuerza.

—Puta madre... —Clamó la niña, mientras contenía sus risas— creí que nunca te volvería a ver.

—Yo también... —Suspiró el niño, aliviado—. ¡Me alegra muchísimo verte bien, "Taladro"!

—Lo mismo digo, "Chucho" —Respondió Nana sonriendo.

Intentando aprovechar la confusión, el de la gabardina trató de escapar escabulléndose a gatas, pero inmediatamente Kumatora se le colocó en el medio y, acompañada de la niña del vestido rojo, lo retuvieron.

—¿Adónde crees que vas? —Dijo de manera pasivo-agresiva la de la hoodie—. Tú te quedas aquí y me dices para quién trabajas, ¿Entendido?

—Mierda... —Renegó el acorralado, golpeando al suelo.

El inicio para Boney fue bastante movido, seguía sin entender absolutamente nada de lo que estaba pasando pero, tal y como solo él sabía hacer, se dejó llevar y la situación lo llevó con una vieja conocida: Nana Porter, con quién conformó la "Delincuencia Organizada" allá en Tazmily. [Desvanecer música] ¿Será que aquel encuentro fue fortuito, una obra del destino o algo planeado? Solo el tiempo lo dirá...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro