TANTO SHAWN COMO ANGELICA SE DIERON CUENTA QUE ENTRE MÁS MIRABAN EL RELOJ MÁS parecía que el tiempo avanzaba más lento de lo normal y es que una cosa era pasar el rato con Camila y otra muy distinta pasar el rato con Camila y Grayson, aunque de alguna manera saber que el otro estaba sufriendo de la misma manera parecía reconfortarlos un poco.

Los cuatro habían terminado en la heladería mencionada anteriormente, Angie disfrutaba de su helado mientras escuchaba hablar a su mejor amiga sobre cosas triviales con los dos chicos hasta que, de repente, la latina decidió meterla en la conversación.

— ¿Es cierto lo de la película individual de Adele Ivanov?

Angie dirigió su mirada a Camila y Shawn, sentado a su lado derecho, giró la cabeza para verla.

—No voy a negar ni a afirmar nada al respecto —dijo ella, comiendo helado del barquillo.

— ¿Adele?

Ahora la chica miró a Grayson entre sus pestañas: —No me digas que no sabes quién es Adele, Archie.

—No. No lo sé.

La castaña tronó la lengua y decidió no hacerle caso al chico, siguiendo con su helado. Seguramente Camila le respondería su pregunta cuando se diera cuenta de que Angie no tenía ninguna atención de hacerlo. Pero, por alguna extraña razón, de la boca de Camila no salió ninguna respuesta.

Salió de la de Shawn.

—Es de Marvel, Grayson, estoy cien por ciento seguro de que sabes de cuál personaje estamos hablando —habló el canadiense—, ¿la más joven, ruda y fuerte de los Vengadores? Es Adele. 

Angie no lo dudó ni un segundo.

—Amén.

El canadiense trató de ocultar su sonrisa sin tener éxito pues las comisuras de sus labios terminaron levantándose un poco, Grayson aclaró su garganta y se removió en el asiento mirando a los mejores amigos de su novia, Angie juró poder escuchar cómo los engranes de su cerebro trabajaban para atacarlos de una manera que no sonara tan violenta para que Camila no la detectara.

—Lo siento, no me gusta perder mi tiempo viendo cosas basadas en cómics.

Angie sonrió de lado, tronó la lengua y, deseando que Camila no se enojara por una guerra que su mismo novio estaba iniciando, volteó a ver a Shawn.

—Oye, Shawn, ¿me recuerdas en qué serie absurda sale este fenómeno?

—Riverdale.

— ¿Y en qué se basa esa serie absurda?

—En cómics.

Fue ese el momento que Camila eligió interrumpir la inminente discusión de sus tres acompañantes con el asunto principal que inició la conversación: —Sería fantástico verte protagonizar tu propia película en Marvel, Angie.

—Lo sé —dijo ella—, pero no sé qué venga después de Infinity War y Avengers cuatro. O sea, sí sé pero obviamente no voy a decirlo porque Marvel literal nos tienes espiados a todos desde que firmamos contratos con ellos, creo que en uno hasta les cedí a mi primogénito.

Shawn y Camila se rieron. Era demasiado extraño aquel asunto, por alguna razón para el canadiense estaba siendo muy fácil fingir que él y Angie empezaron a ser amigos y, para ella, aunque odiara admitirlo, también era un poco fácil. 

— ¿Les cediste a mini Camila?

—Yo creo que lo hice —afirmó Angie—, firmé un montón de papeles. Uno de ellos fue el de confidencialidad. Sin embargo, creo que no me gustaría hacer una película de Adele Ivanov si Steve y Nat mueren en Avengers cuatro.

— ¿Eso significa que no mueren en Infinity War?

La castaña volteó a ver al mejor amigo de Camila y entrecerró sus ojos, repitiendo la acción de hace un rato y comió helado.

—No voy a negar ni a afirmar nada al respecto

— ¿Por qué son tan estrictos en Marvel?

Angie apretó la mandíbula mientras seguía viendo a Shawn quien con la mirada le indicaba que debía responderle a Grayson y que se relajara. El canadiense hizo una ademán con la cabeza e inhaló profundamente, de manera inconsciente Angelica imitó sus acciones y dirigió su atención a Grayson.

—Antes no lo eran tanto —dijo—, desde que empezó todo esto de Infinity War y Avengers cuatro es como que nos tienen vigilados a todos y que si decimos algo nos van a apuntar con su arma de largo alcance.

— ¿De veras?

—Te lo juro, Camila —se rió Angie.

—No tendrías mucho problema —habló Camila—. Eres Adele Ivanov, la mini Natasha Romanoff. Podrías con ellos.

—Me parece que estás intentando sacar información privilegiada al respecto.

—Eh... ¿no?

Angelica entrecerró los ojos mirando a su mejor amiga y ambas empezaron a reír de la nada. Grayson las miró con el ceño fruncido pero Shawn solo atinó a sonreír porque ya estaba acostumbrado a pasar tiempo con ambas. El hecho de que no hablara con Angie no quería decir que no prestaba atención a los detalles.

Él sabía que Angie amaba con todo su corazón a Camila y que le fascinaba reírse con ella hasta porque una mosca había volado frente a ellas, sabía que ambas eran un dúo que iba junto a todos lados y que se protegerían de cualquier mal, sabía cómo funcionaban juntas y le entretenía verlas.

Pero a Grayson no.

—Dejen de reírse por nada, es estúpido.

Shawn cerró los ojos con fastidio y Angie sonrió con cinismo al novio de su mejor amiga.

— ¿Sabes qué es estúpido? Ser Adele Ivanov y no poder romperte la cara en este momento porque mi amiga me odiaría.

—Angie...

—Angie nada, Camz —interrumpió la chica—. Este tonto viene con las intenciones de controlarte y decirte cómo actuar y tú no dices nada. Intento que me agrade pero es imposible que me agrade un ser humano tan tonto como él.

Miró a su helado y gruñó.

—Lo siento, no puedo seguir con esto.

Dicho aquello, Angie se levantó y se marchó de ahí dejando a Camila con la palabra en la boca, a Grayson rodando los ojos y a Shawn hundido en su asiento.

—Es una exagerada.

El cantante miró a Grayson con el ceño fruncido y gruñó: —Y tú eres un idiota. Lo siento, Camz, sin Angelica no puedo seguir aquí.

Y el canadiense se dispuso a salir detrás de Angie.