A CAMILA Y SHAWN LES TOMÓ UNA HORA LOGRAR QUE ANGIE LES ABRIERA LA PUERTA DE SU habitación luego de estar tocando la puerta una y otra vez y de haber cantado lo más desafinado que podían para desesperar a la chica. Cuando lograron que Angie destrabara la puerta y sacara un poco el rostro entre el hueco que dejó Shawn le sonrió.

—Hey, Ange.

— ¿Se pueden callar?

—Eso depende —respondió Camila—, ¿nos dejarás entrar?

Angie miró a su mejor amiga durante un segundo y luego su mirada viajó a las manos de Shawn y a lo que llevaba entre ellas y sonrió.

—Trajiste a Pato.

El canadiense sonrió de regreso alzando la pequeña pecera que usaban como casa para el pez que habían comprado y la detuvo frente a su rostro.

—Te dije que me costó convencerlo porque se enteró de que lo llamaste estúpido pero al final lo logré porque quiere golpear traseros.

—Yo apoyo a Pato —habló Camila levantando su mano—, golpearé traseros con mi sobrino.

La chica que seguía sin mover un centímetro más ni menos hizo una mueca antes de alejarse de ella y dejar que los dos chicos entraran al fin. Angie fue a sentarse al suelo recargando su espalda en la base de la cama, Shawn y Camila entraron lentamente y ésta última cerró la puerta detrás de ella.

El teléfono de Angie estaba botado en una esquina de la habitación y la pantalla se iluminaba cada que recibía alguna notificación, la castaña suspiró dándose cuenta que sus amigos miraban el aparato.

—Quise apagarlo pero me da curiosidad saber quién llama o manda mensajes diciéndome algo como sabía que algo estaba mal contigo.

— ¿Qué? —Preguntó Camila— ¡Es el siglo veintiuno! ¿De veras alguien está diciéndote eso?

—Eso es solo un ejemplo. Alguien me dijo que me alejara de Shawn porque no quería descubrir que le había sido infiel con una chica.

— ¿Eso qué tiene?

—Aparentemente lastimaría a tu ego y a tu masculinidad —le respondió Angie a Shawn—. Ya sabes, salgo contigo y en vez de engañarte con un chico te engaño con una chica... lo consideran un golpe bajo.

Camila cruzó los brazos y Shawn rodó los ojos.

—Es una tontería.

—En realidad si te pones a pensarlo...

—Angelica Jean, ¿en serio estás pensando que tienen razón? —Camila se sentó al lado derecho de Angie y Shawn del otro dejándola en medio.

La chica se tardó un poco en responder la pregunta de su mejor amiga porque se quedó pensando qué decir.

¿Estaba dándole la razón a los comentarios de odio por su bisexualidad? No.

Estaba pensando en otra cosa.

—No —dijo al fin—. Me ven muy al pendiente de eso pero en mi mente ya voy en la manera número cuatrocientos ochenta y dos de cómo matar al hijo de perra que hackeó mi celular y el de Lauren.

—Huh —dijo Shawn—, eso suena más Angie Carter. 

— Lo sé, ¿cierto? —Opinó ella—, ¿qué opinan sobre investigar sus alergias y matarlo de una? 

—O podríamos averiar su auto para que tenga un accidente.

Angie y Camila se miraron entre sí ante la sugerencia de Shawn y la latina dibujó una sonrisa divertida antes de que Angie girara su cabeza hacia el chico.

—Me gusta esa idea. Será la manera cuatrocientos ochenta y tres —Angie bajó la mirada a los pies de Shawn donde estaba la pecera—. ¿Tú qué opinas, Pato? ¿Al fin estoy logrando que tu papá tenga buenas ideas criminales?

Los tres chicos se quedaron mirando al pez que siguió nadando alrededor de la pecera durante un largo rato. Camila tronó la lengua: —Su respuesta es sí.

— ¿Estás segura? Cuando empezó a dar la tercera vuelta me pareció escuchar que me falta un poco para romper a Shawn y convertirlo en el quinto miembro de los locos.

—No, Pato dijo que no podría soportar tener a dos padres locos así que mejor empezaré a pasar menos tiempo contigo, Ange.

Y entonces el trío empezó a reír fuertemente, haciendo que sus carcajadas llegaran hasta la sala provocando que la familia Carter, sin decir nada, soltara un suspiro de alivio al saber que Angie estaba bien.

(...)

Angie no estaba bien y sus amigos lo supieron cuando luego de un rato la chica abrazó sus piernas y se puso a llorar diciendo lo que ellos esperaban oír desde que entraron a su habitación: no era justo que hayan revelado su orientación sexual de aquella manera.

Obviamente ella iba a anunciarlo eventualmente en alguna entrevista o incluso en Instagram pero tenía pensado hacerlo en su cumpleaños veintiuno. Ni un día más, ni un día menos.

—Iba a ser genial —dijo Angie—. Mi idea era subir alguna foto mía en mi cumpleaños y poner algo como veintiún años enamorada de chicos y chicas.

Shawn sonrió de lado cuando la castaña recargó su cabeza en su hombro, Camila frente a ellos miró con tristeza a su mejor amiga y la tomó de las manos.

— ¿Por qué esperar más tiempo? —Dijo ella— Toma tu celular y sube una maldita foto que te hayas tomado con Lauren. Escribe una descripción que solo la Reina Patea Traseros escribiría y mándalos a la mierda.

—Vaya, esas fueron dos grosería en una misma oración —habló Shawn, mirando a Camila. Ella le enseñó la lengua.

— ¿Y eso de que va a servir? De todos modos ya lo saben.

—No le darías el poder al idiota que filtró todo eso de saber que él hizo eso y tú no hiciste nada.

La habitación se quedó en silencio un rato. Shawn se quedó pensando un momento hasta que se removió en su lugar para poder mirar a Angie y para que ella alzara la cabeza y lo mirara también.

—Camila tiene razón —secundó él—. El que filtró tus asuntos arruinó algo que era tuyo y querías compartir cuando estuvieras lista, ¿para qué darle el gusto de no decir nada cuando puedes romper todavía más el internet con una foto genial con Lauren?

— ¿Lo ves? Shawn y yo estamos de acuerdo, deberías de hacerlo.

— ¿Y si siguen criticándome?

—Angie, la gente va a hablar siempre —dijo Camila—. Deja que hablen de cosas que no saben. Hay más gente que te ama en el mundo y no importa lo que pase, siempre estaré aquí para mi chica.

—A mi no me pregunten —habló Shawn—. Yo también estaré aquí para mi chica pase lo que pase. Y estoy seguro que nuestros amigos y tu familia y los fans también.

La latina se estiró en el piso para alcanzar el celular de su mejor amiga y se lo extendió.

—Ve a romper más el internet, Ange.

Y con una sonrisa melancólica, Angie lo hizo.