━ PARTNERS IN CRIME

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SHAWN MENDES ESTABA EN MEDIO DE LA PELEA DE LAS DOS CHICAS PERO ESTA VEZ ÉL NO pensaba detenerla. Después de todo, él también estaba metido en la pelea por primera vez.

—Siempre quise que estuvieran de acuerdo con algo pero no con esto.

— ¡Camila, creo que siempre hemos dejado en claro lo mal que nos cae Grayson!

Porque era verdad. Grayson White no les caía mal porque sí, el joven actor tenía fama de ser un mujeriego rompecorazones y no, no eran simples rumores, era la verdad. Él lo había admitido en una entrevista. Tampoco les gustaba mucho el cómo se refería a las mujeres en muchas otras ocasiones y ya tenían suficiente con que Virginia Hyatt tuviera que estar trabajando con él en una película ¿ahora también es novio de su mejor amiga?

Además, el único secreto que Shawn y Angelica compartían era que una vez que se lo toparon en unas príemiacianos él quiso pasarse de la raya con Angie siendo que ella le estaba diciendo que no porque le caía mal y apenas se conocían. Shawn sabía que la chica podía encargarse del asunto sola pero no quiso dejarla así que saltó a defenderla.

Nunca dijeron nada, tampoco lo harían, después de todo no volvió a pasar y Grayson como que se disculpó pero aún así...

— ¿Por qué les cae mal? Ni siquiera lo conocen.

—Es una de esas personas —dijo Shawn.

— ¿De cuáles?

—Las que ves y te caen mal —le respondió Angie.

—Son ridículos.

—Tú eres ridícula —se defendió Angie—. Shawn y yo decimos la verdad. No te merece.

Camila empezó a ponerse a la defensiva.

—Ugh, Camz, hagamos esto —ofreció Shawn—. Preséntalo con nosotros y a ver qué pasa.

—No. Si nos lo presenta quiere decir que esto va a durar.

—Angie, ya duraron seis meses.

Angie.

Aunque estuvieran peleándose los tres notaron que el canadiense le había llamado a Angie por su apodo y no por su nombre como siempre solía hacerlo. Shawn frunció el ceño y negó con la cabeza.

—Angelica.

—Lo que sea. No quiero conocerlo.

— ¡Deja de ser así, Angie! ¡Apóyame en esto!

La castaña miró de mala manera a la latina quien tenía una mirada suplicante. La mirada a la cual nadie podía decirle que no. Angelica gruñó y negó con la cabeza.

—De acuerdo —aceptó—. Pero que conste, si me porto mal no es mi culpa. Estás advertida.

—Sí, sí, no importa —Camila corrió a abrazarlos a ambos—. No se arrepentirán.

—Oh —Angie se rió—, créeme que sí.

Angie se dispuso a irse de casa de su amiga porque seguía enojada y sorprendida por lo que les había confesado.

Sabía que estaba exagerando, tenía que apoyarla en todo pero en esto no podía. Grayson White le rompería el corazón a su mejor amiga y aquel rayito de sol no se merecía sufrir por alguien como él.

— ¿Y Camila?

— ¿Qué?

—Puedes llevarlo a la reunión del cuatro de febrero.

— ¿A la reunión del SuperBowl?

Angie se encogió de hombros: — ¿Por qué no? Estaremos todos ahí para ver el partido y el capítulo de la muerte de Jack.

—Gracias por recordarme eso —dijo Camila.

La castaña ondeó la mano sin ganas de hablar más y Camila decidió dejarla ir porque sabía que estaba enojada con ella. Suspiró antes de disponerse a hablar con Shawn pero el canadiense, quien seguía sentado en el mismo taburete, se puso de pie.

—Creo que iré con Angelica.

—Espera, ¿qué?

—Sí, quizá rompa algo afuera de tu casa.

Sin decir o hacer más, Shawn se acercó a ella para depositar un beso en su mejilla y salir corriendo de su casa. Él volteó a ambos lados hasta que vio a Angelica a punto de subirse a su carro para marcharse.

— ¡Angelica!

La chica cerró los ojos. Podía irse y fingir que no lo escuchó pero eso sería más allá de grosero así que caminó hacia el chico que ya estaba corriendo hacia ella.

— ¿Qué necesitas, Shawn?

El canadiense miró a Angelica cubriendo su frente con la mano para bloquear el sol.

—Sabes qué necesito.

Ella arrugó la nariz: — ¿Quieres matar al novio de Camila?

—Quiero protegerla, Angelica, y tú también.

—Sí... puedo hacerlo yo sola —ella estuvo dispuesta a regresar a su carro pero Shawn la tomó de la muñeca.

—Soy perfectamente consciente de que puedes sola, Angelica —dijo—. Pero somos los mejores amigos de Camila. Juntos podemos hacer algo.

Angie pareció estar pensando la sugerencia que el chico le hizo, movió su nariz y se cruzó de brazos.

— ¿Y cómo haríamos esto?

—Pues para empezar si queremos espiar al chico tenemos que hablar.

—Hablar —ella silbó—. Al final Camila va a lograr que hablemos.

—Lo espiamos y... no sé, evitamos que le rompa el corazón.

—O que terminen —dijo ella—. Estaré aquí para mi chica, siempre. Y si tenemos que matar a su novio para eso, lo haré.

—No, espera, no estoy hablando de matarlo, Angelica.

—Todo es relativo, Shawnie.

Dicho esto dio media vuelta para regresar a su carro dejando al chico con el ceño fruncido tras el uso de aquel apodo. Cuando reaccionó, gritó: — ¿Entonces somos compañeros de crimen?

— ¡No eres Jake, Shawn, pero lo que sea!

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