🥀Avant-propos🥀

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¡Puta mierda!

Mis manos arrasan con todo lo que está a mi vista y siento sobresaltos a mis espaldas y sobre todo la tensión que se siente en todo el despacho. Me giro, encarando a varios de mis hombres y veo el terror en la mirada de algunos, mucho más al escuchar la carcajada que sale de mi garganta que los hace erizar. Ver el pánico que provocaba en las personas, me complacía demasiado, me daba un placer infinito.

Menos Namjoon, que se encontraba en una esquina, viendo todo de manera neutral, a todos los presentes se les tensaron las bolas, cuando me vieron empuñar el arma que siempre estaba conmigo y apuntarles directamente a ellos.

—¿Cómo pasó esto? —todos me miran y con expresiones pálidas en sus rostros. Era una pregunta sencilla para mi poca paciencia y que ninguno de ellos sabía cómo responder— Hice una pregunta, ¿¡quién coño fue!? ¿¡Quién tuvo los cojones de interceptar mi envío de armas!?

Todos tiemblan ante mi arranque de ira. Pero sólo uno se digna a darme una respuesta que no hace menos mi furia.

—No lo sabemos señor... —habla el más robusto de ellos, quién trata de dar una respuesta coherente— Todo fue muy rápido, tenían pasamontañas y ni siquiera nos dio tiempo a reaccionar cuando abrieron fuego contra el vehículo.

Estaba que me llevaba el diablo. Para mi puta suerte, no era la primera vez que me hacían algo como esto y solo había una persona capaz de tocarme los cojones de esa manera. Si había sido él, espero que rezara por no caer en mis manos, porque disfrutaría como nunca despellejarlo completamente.

El horror y la tensión se hacen mucho más presente en el despacho, cuando el sonido seco de un disparo resuena por todo el lugar. El mismo hombre que me había respondido hacía apenas unos segundos, yacía en el suelo, con un agujero en su frente y un gran charco de sangre alrededor de su cabeza. Todos miraban la escena con temor y con el pensamiento de que tal vez uno de ellos fuera el siguiente y eso me hizo sonreír amplio. Todos los hombres que trabajaban para mi, estaban aquí porque no le temían a nada y porque tenían bien claro las consecuencias de cometer la estupidez de traicionar al que les da de comer, pero me gustaba que temblaran al presenciar con sus propios ojos lo que era capaz de hacer.

—¡Jeannette! —miro con desagrado mi zapato manchado con la sangre de este idiota— ¡Jeannette!

—Dígame señor... ¡Ah! —el grito de horror que salió de sus labios al ver al tipo muerto técnicamente a sus pies la hizo tragar grueso— P-perdón señor... ¿q-qué se le ofrece?

—Limpia toda ésta porquería y ustedes —señalo a los hombres restantes— Llévense a esta basura —hago referencia al cuerpo muerto que mancha mi alfombra con su sangre.

Sin decir nada, me giro hacia Nam, quien espera mi orden expectante.

—Encuentra quien hizo esto y cuando lo hagas ya sabes lo que debes hacer.

No dice nada, solo asiente con una media sonrisa.

Sin hablar ni pensar más nada, salgo de ahí en busca de algo o alguien para saciar las ganas que nacen en mi de acabar con medio mundo.


🤍

La fuerte música junto con los bullicios de las personas se podía escuchar desde incluso antes de entrar al local, dando a entender de que el show que debían estar dando era una maravilla, pero eso era solo una idea, porque de pensar a presenciar había una gran diferencia.

Luego de entrar sin una objeción de parte de los guardias del lugar que saben lo que pasaría si se atrevían siquiera a deslizar un dedo sobre mi, me encamino directamente a uno de los grandes sofás que mostraban algo de privacidad para los clientes, mientras soy seguido por una de las meseras que espera sonriente e insinuante mi pedido.

—Un whisky a la roca.

La fémina asiente y me regala una sonrisa ladina antes de girarse e ir en busca de mi trago. Me acomodo bien en el sofá y mis ojos van directo a la tarima, presenciando el show que daba una de las bailarinas del lugar. Era una castaña con curvas exageradas y lencería color rojo vino, quien movía el culo, restregándose contra el tubo de pole dance, incitando a todos los viejos pervertidos que vivían metidos en el club técnicamente. Mi vista se desvió en tan solo segundos y se concentró en el vaso de cristal que contenía la bebida que había pedido y luego de que la mesera se fuera moviendo sus caderas exageradamente, di el primer trago, sintiendo como el líquido quemaba mi garganta.

Era cierto que había venido aquí en busca de relajarme por completo y de la manera que me gustaba, pero no sería ni con la mesera ni con la que bailaba actualmente en el tubo. No provocaban ni una cosquilla en mi polla, ni teniendo exageradas curvas.

Cuando pensé que había perdido el tiempo en venir aquí y que me iba a largar con el genio de los mil demonios, algo hace que me detenga. Mis ojos van nuevamente a la tarima cuando otra canción demasiado sensual comienza a reproducirse y lo primero que divisan es a una chica que para nada tiene que ver con la castaña que bailaba hace apenas unos minutos. Ésta era rubia, de piel ligeramente tostada y con un cuerpo que ponía duro a cualquiera. No estaba ni lejos ni cerca de la tarima, pero de donde estaba podía ver a la perfección a la diosa que movía su cuerpo de manera provocativa en el tubo. La lencería blanca que usaba le hacía resaltar las curvas que poseía que se notaban naturales y de mi gusto. Cuando puso sus manos en el tubo y se elevó abriendo las piernas ante los presentes y mostrando ese coño cubierto por la tela de la tanga blanca, sentí la primera ola de calor azotar mi polla dentro de mis pantalones.

Justo en ese momento tuve claro mi único y principal propósito de la noche.

Follar a la rubia hasta que me doliera la polla.

Y lo haría, era un hecho.



Mhely_Jeon

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