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Hola gente, esta historia la escribí hace como 4/5 años, es la primera weá que escribí pero la había tenido guardad y pss las encontré entre unos documentos. 

Si hay algún tipo de similitud con gracias Lucas es porque esta pensaba iba a ser la precuela, sin embargo como la había descartado acabé haciendo cambios en la otra historia por lo que ahora ya no tienen conexión, solo unas cuantas similitudes.

Bueno espero les guste. 

Ness

Sé que parezco un flojo por estar con un año sabático en casa, pero no me importa serlo en verdad, tampoco es mi culpa que la única escuela cercana que tenía fuese demolida hace un tiempo atrás, no me importaba nada en verdad, además no era yo el único en esta situación por falta de escuela, me sentía genial estando en casa todo e tiempo, más bien me la pasaba en entrenamientos del equipo de béisbol, sin embargo todo tiene un fin. Lamentablemente un día al querer salir de casa para uno de mis tantos entrenamientos mi mamá me frenó, parecía algo cabreada.

—Ness... —dijo ella, no puedes salir, no esta vez, debemos hablar.

—¿No puede ser a rato? —Inquirí, la verdad es que no deseaba dejar al equipo esperándome, soy prácticamente la estrella del equipo y no les puedo fallar.

—No, Ness, es ahora sí o sí, no te estoy preguntando si quieres hablar o no, así que te vas a sentar en una de las sillas cerca del comedor junto a tu hermana porque ambos me van a escucharme lo que les debo decir.

—No mamá, es que tu no sabes lo importante que es para mi ir a ese entrenamiento, de verdad no tengo mucho tiempo y no tengo problema en oírte, pero no ahora má, por favor...

—He dicho Ness... te sientas o te siento.

No me quedaba de otra, bajé mi mochila y mi bate, procedí a tomar asiento cerca de Tracy, ella parecía muy feliz... como si supiese lo que mamá iba a decir y como si supiese que me iba a disgustar a mi, siempre lo que a ella le gusta a mi me caga. 

Miré a mamá, no entendía por qué no hablaba de una vez. —¿Vas a hablar? Por fa mamá, quizás si es corta esta plática pueda llegar a tiempo al entrenamiento.

—Ness ya para con tus insistencias, no vas a ir hoy al entrenamiento, y tal vez no vuelvas a ir en un buen rato...

Me quedé estupefacto con lo que ella acababa de decir...

—Sé que esto no te gustará Ness, pero no podemos perder más tiempo estando en casa, ya llevan tú y Tracy casi siete meses sin ir a la escuela y eso no está bien.

—A mi me gusta la escuela... —Se incorporó mi hermana.

—Ps a mi no me importa la escuela, prefiero ir a jugar con mis amigos.

—No Ness. —Añadió mamá—. La cosa no es como tú quieres, debes ir a la escuela, más bien, vas a ir a la escuela, sé que no te gusta, pero soy tu autoridad y si digo que vas a ir vas a ir, ¿está bien?

Me crucé de brazos, no me gustaba nadita la idea de volver a clases...

—Vamos hijo, con estudios tendrás un buen futuro y lo sabes.

—¡Pero mamá tengo 13 años, ya estoy algo grande, soy la estrella de mi equipo, si hasta el entrenador me dijo que si sigo así no cabe duda que cuando sea grande podré ganarme la vida como deportista.

—Papá ya los ha matriculado a ambos Ness.

—¡Pero mamá haz algo, ayúdame es mi sueño y no quiero dejarlo por volver a la tonta escuela!

—¡¡Síii!! —Chilló mi hermana—. ¿En qué escuela mami?

—¿Recuerdan la escuela que estaban construyendo en Twoson? Pues ya está lista hace un par de semanas, mañana mismo inician las clases.

Ay por dios, me quería morir, de verdad es que se sentía todo tan horrible, más si es tan repentino... no tenía ni idea de como volver a escribir otra vez... bueno quizás exagero un poco, pero aaagh, al menos me hubiesen dejado una semana más para prepararme.

... Y para poder ir a los entrenamientos...

—¡Ah! Sí, lo olvidaba chicos. Es muy importante que sean muy puntuales, es una de las pocas escuelas que hay, las demás quedan muy lejos para ustedes y cualquier error que comentan les quitan el cupo y se lo dan a otra persona, y no pienses que esto te salvará Ness, no, no... no vas a hacer travesuras adrede para que te expulsen, si haces eso no habrá más partidos de béisbol, no habrá mesada, si haces eso te vas de intercambio, a una escuela lejana ¿entiendes?

Sólo tragué saliva. Maldita sea... mi mamá me la ponía muy difícil.

—Y no tiene que preocuparse de los útiles escolares las cosas escolares en general, ya lo tengo todo bajo control, pera eso ya me había preparado.

—Ja, ja... ¿y por qué no nos lo dijiste antes? —Me quejé.

—¿Acaso tú me dices cuando sales a tus partidos? Pues estamos a mano. 

— Ps no es justo, no es lo mismo...

Ese día el que era mi primer día de clases... en la mañana la alarma que se supone me despertaría había dejado de existir, en verdad, ¿qué había hecho yo para merecer tanta mala suerte de una? Todo aquello me volvía loco, maldita alarma, me trajo grandes consecuencias porque no desperté a la hora adecuada que eran las ocho y media de la mañana, pero ya eran las nueve y yo apenas acababa de despertar exaltado corriendo de un lado a otro estaba desesperado, no deseaba problemas con mi mamá, me puse la ropa lo más rápido que pude. De ese modo tomé la mochila y salí de mi casa corriendo y peinándome con mis propias manos, sabía que no podía tener la gorra puesta en clases, de todos modos la había puesto en la mochila para ponérmela en el final de la jornada de estudios. Aunque seguía sintiendo un profundo miedo a enfrentarse al reglamento de la escuela en mi primer día.

Cuando por fin llegué noté que ya todos estaban en sus salas de clases ya que no se veía nadie rondando por el lugar, eso era lo bueno para mí, supuse y lo malo era que no tenía ni la más mínima idea donde se encontraba la sala de clases 8-E la cual me correspondía. Todo era tan grande que tardaría siglos en encontrarla, a menos que me pusiera a preguntar a algún maestro, pero eso sería algo muy arriesgado, ¿qué iban a decir de mí si les decía que me había quedado dormido? Apenas comenzaban las clases y yo ya comencé con el pie izquierdo maldición...

―¡Hey! ―Se quejó un joven el cual chocó conmigo por detrás, ¿cómo era posible que no me viera el muy wey? Teniendo el patio de la escuela desierto, se decide por caminar justo pasa por donde yo también lo hago...

―Oh, lo lamento ―Me disculpé de todos modos, suponiendo que también es mi culpa por quedarme quieto en un lugar―. ¿Estás bien?

—Sí, aunque la culpa fue mía, lo lamento, te vi algo perdido y quise venir a preguntarte si necesitas ayuda.

―¡Sí por favor! ―Exclamé, noté que el chico usaba anteojos, tal vez se le habían ensuciado lo que provocó el choque entre nosotros―. Me he levantado tarde y no sé cual es la sala 8-E, ¿me puedes ayudar a encontrarla por favor?

―Por supuesto, vayámonos juntos, yo también pertenezco a la misma clase que tú, por cierto, ¿cuál es tu nombre? ―Preguntó el amable joven.

―Soy Ness ―respondí a la vez que ofrecía mi mano para estrecharla al joven amable que había conocido―. ¿Y tú nombre?

―Soy Jeff. Mucho gusto Ness, espero que nos llevemos muy bien.

Ambos caminamos en dirección a la clase, me dio algo de curiosidad saber si también había llegado por accidente tarde, pero si así era, ¿cómo es que sabía la sala que nos tocaba?

Un adulto, no sé, parecía uniformado, seguro era un maestro o algo relacionado con la escuela. Parecía sorprendido al vernos caminando por el patio, deseaba que nos perdonara la vida.

―¡¡Ustedes dos qué hacen llegando a esta hora!! ―Exclamó casi sacando espuma de la boca.

―Yo... es que... ―respondí farfullando aterrado. Mi mamá me mataría por esto.

―Estábamos en la sala equivocada señor, y nos mandaron a la sala que si es la nuestra, lamentamos este incidente, nunca más volverá a ocurrir. —Contestó mi compañero—. Se lo prometemos.

El horrible hombre se ahorró las palabras y nos dio la espalda para seguir su camino sin decirnos nada, de todos modos parecía más calmado.

―¿Quién era él? ―Pregunté.

―Aloysius el director, tuvimos mucha suerte de que no nos haya mandado de patitas a la calle. Tuvimos mucha suerte Ness.

―Debe ser por que es el primer día, y primer día nadie se enoja, ¿no?

―Es al revés Ness, es «último día nadie se enoja».

Me reí de mí mismo, mi nuevo compañero también se rió de mi torpeza, se notaba que nos llevaríamos muy bien, que bueno es encontrarme con gente así el primer día, ahora junto a él y gracias a él las cosas no se veían tan mal como yo creía que serían. Sí hasta calmados llegamos a la sala de clases que nos correspondía. El profesor no tuvo pleito conque hubiésemos llegado tarde, supongo que porque no era taaan malo como ese feo director feo que habíamos visto, no todas las personas son iguales al fin y al cabo.

Bueno, si bien no nos regañó si nos pidió que tomáramos pronto asientos lo antes posible en las últimas filas ya que allí había un par de asientos desocupados para ambos y no deseaba pausar la clase por nuestra culpa, era un hombre serio, aunque no rabietas.

Ambos nos sentamos juntos y frente teníamos a una niña de rubio cabello y un chico de cabello casi calvo, quienes también estañan sentados juntos, ella nos saludó con una adorable sonrisa y su mano, le dio un pequeño codazo al de su izquierda para que también nos saludara y lo hizo, pero él casi no nos miró, parecía más tímido, seguro ambos se habían hecho amigos aquí mismo así como yo y Jeff, o tal vez ya lo eran de antes, yo y Jeff correspondimos igualmente el saludo para ambos.

—Creo que es muy bueno que tengamos una buena convivencia...—dijo el hombre que estaba a cargo de nosotros—. Por eso les digo que en vez de presentarnos como salen en esas películas que transmiten en la TV sobre el nuevo que se presenta frente a todos... me parece que es algo penoso para el recién llegado, ¿no lo cree?

Algunos asintieron en voz baja y otros con la cabeza, entre esos yo, me gustaba el tema que estaba tocando, así que puse mucha atención.

—Yo cuando era chamaco recuerdo que cuando llegué a una nueva escuela me hicieron saludar así, y de verdad que no se siente tan genial, recuerdo que estaba que me meaba de la pena. —Añadió riendo entre dientes—. Ustedes deben estar tranquilos muchachos que nadie los hará hablar frente a todos, sea como sea todos nos aprenderemos a conocer, también a respetar, eso es muy importante también. Y les seré honesto con otra cosa, no me gusta que lleguen tarde.

A mi y Jeff nos miró con seriedad, pero no nos mencionó.

—Tampoco creo que eso sea para un castigo, yo no pongo las reglas, yo en mi clase nos los regañaré si son buenos chicos, pero tengan cuidado  porque otros maestros o el mismo director los vaya a pillar, o si no se van derechito a sus casa expulsados. Cuídense mucho de eso. Bueno, se me ocurre que por hoy escribiremos unos pocos minutos unos apuntes que les dejaré en la pizarra, pero ustedes no se preocupen, no tiene que trabajar en nada, solo es copiar y ya, si acaban pueden hablar y conocer a sus compañeros, sólo les pido que permanezcan en sus asientos y sobretodo no se alboroten porque hago esto solamente para que se conozcan, ¿Ok?

Wow, yo creyendo que todo sería tan malo el primer día de clases, al parecer nos tocó un maestro algo buena onda.

—¿Y cómo se llaman? —Dijo la niña rubia que estaba adelante de mí dándose la vuelta hacía nosotros, se veía muy linda así con esa sonrisa.

—Yo soy Ness... —Dije un poco apenado.

—Yo soy Jeff. —Saludó mi amigo.

—Yo soy Paula, mucho gusto, Poo también está gustoso de conocerlos, ¿verdad Poo?

El chico aquel se encontraba tomando los apuntes, parecía que no le importaba nada más, era un tipo serio, seguro era algo amargado.

—¡¿Verdad Pooo?! —Replicó ella clavándole sus finos dedos en la cintura lo que hizo que este saltara y riera como si le hubiese hecho cosquillas. Se volteó con el rostro rojo como un tomate y nos volvió a saludar, me dio bastante risa verlo así.

—¿Y ustedes como se conocieron tan rápido? —Jeff preguntó.

—Llegamos muy temprano los dos —Ella dijo—. Y como eramos los únicos dos en la sala de clases nos pusimos a hablar, ¿y ustedes como se conocieron, son gays?

—No, ja, ja, ya quisieras. —Respondí—. Es Jeff quién me ayudó a encontrar la sala, es mi héroe, pero no somos gays, apenas nos conocemos.

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