David se encontraba disfrutando de su cita con Jaeden, la Marra de coletas rubias que siempre lo molestaba durante las noches con sus peores temores, alimentándose de los mismos y contando aquello a sus amigas en las fogatas que hacían en los bosques. Después de la guerra contra Belos y sus Aliados, ambos fortalecieron su relación de novios, saliendo de paseo, yendo a tomar helado, caminar por las playas y bosques de Trollberg, entre otras cosas que hacen las parejas, sin embargo, cuando se encontraban en las calles de dicha ciudad, aquella chica vio a cierto grupo liderada por una que era mayor que ella y su cabello era largo y rubio. 

- Jaeden, ¿va todo....?.- La pregunta de aquel chico quedó colgando cuando notó que la mirada de su novia quedaba clavada en los de la chica de la otra esquina.- Ohhh, ya veo.

- Kelly.- Dio a conocer aquel nombre que tanta bronca le dio y con volverla a ver, sus ojos parecían resplandecer de aquel color verde pálido.- Ven, sigamos, no quiero ni verla de cerca.- 

Él podía sentir la tensión reinante, las miradas de ambas chicas seguían clavadas una contra la otra, a pesar de que se estaba alejando de dicho lugar. David recordaba de que, cuando Trollberg había caído y fue hecho prisionero, fue aquella Marra la que les dio la ubicación de donde lo tenían retenido junto a los otros, algo que, al principio, no fue bien recibido por Hilda y los otros, ya que no confiaban ella. ¿Cómo confiarías en alguien que pertenece al bando enemigo?. La respuesta que Jaeden dio fue convincente al decirles de que algo mucho más siniestro se estaba gestando entre Kelly y su alianza con Belos, por lo que ellos aceptaron ir hacia la prisión levantada en el Cuartel General de la Patrulla Anti-Trolls, pero, dicha advertencia lanzada por Luz, si llegaba a jugarles un truco sucio o traicionarlos, se iba a lamentar, cosa que no sucedió.

 - Aún no la perdonas, ¿no?.- Preguntó David a ella.

- Ni en un millón de años. Tendría que volver a experimentar lo mismo pero desde otro ángulo, encima se cree que todavía puede volver a reconstruir ese "poder" que tanto anhelaba, lo cual fue toda una mentira.- Respondió Jaeden a la pregunta de su novio.

- Lo sé, a mí tampoco me gustaría dirigirle la palabra a alguien que se burle de mí o me vea mal por pensar distinto, pero tampoco podría vivir con esa ira en mi interior todo el tiempo, ya que podría dañar a las personas que amo.- Sostuvo el joven, mirando a la rubia de coletas.

- ¿Dices que debo perdonarla?.- Ahora fue el turno de la chica en hacerle una pregunta pero el castaño negó con la cabeza.

- Con perdonar a alguien que hizo un daño muy grave no basta con decirlo y listo, todo solucionado. Debes dejar que el mismo Tiempo pase y así sanarán las heridas después de toda esta lucha.- Le dio aquel consejo.- Que ella misma encuentre su modo de conseguir el perdón.

Lo pensó un rato hasta que sacó su conclusión final.

- Estás en lo correcto. Si Kelly quiere mi perdón, entonces que lo consiga por su cuenta.- Finalizó la Marra, quien le tomó de las manos a David y continuaron con su cita durante aquella tarde.