007 ⋆ suburban legends

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SUBURBAN LEGENDS
capitulo seis

when you hold me, it holds me together

QUARTERS : 850
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La vergüenza era un sentimiento muy bien conocido por Mirai. No pasaba un solo día sin que se sintiera humillada por el simple hecho de existir. ¿Y cómo no hacerlo? Si no existía nada en ella que la hiciera sentirse orgullosa; no tenía habilidades especiales, no destacaba en nada y siempre arruinaba todo. Todo el tiempo se preguntaba que pensaban los demás sobre su persona y, de todas formas, no había alguien que pensara peor de ella que sí misma. Era torpe, tonta e inútil.

En ese preciso momento estaba tan apenada, recordando lo ocurrido horas atrás cuando Eren se transformó y ella vomitó toda su ropa, además de la de un hombre que apenas y conocía.

Y el bochorno no parecía pasar muy pronto, en especial por la mujer que la acompañaba, que continuaba con su peculiar sentido del humor, como si no hubiera ocurrido nada.

—Eres una experta en coquetear, Mirai —expresó Hange, aunque la rubia no la podía ver, pudo escuchar la enorme sonrisa que llevaba—. Estoy segura que Aslan cayó por tus encantos.

Apenas recordó el nombre del tipo al que le vomitó encima y del cual no deseó saber nada después de la extraña situación que vivió. Incluso aunque estaba avergonzada, por un lado, creía que eso sería suficiente para mantener al desconocido lejos de ella.

No fue capaz de responder nada ni tenía el valor para pedirle a la castaña que se detuviera. Su espíritu había decaído con la peste que la consumía, por lo que se sentía sin dignidad alguna.

Hange, que esperaba a que terminara de asearse afuera del baño, pareció comprender su silencio como un alto, pues pronto cambió de tema, cosa que Mirai agradeció en su mente mientras limpiaba los restos de comida que habían alcanzado su cabello.

Cuando salió del baño con ropa limpia que la Zoe le había llevado, esta aun la esperaba tras la puerta y al verla le dio una sonrisa tranquilizadora, a lo que la rubia respondió con una mueca un poco más incomoda.

—¿Qué sucedió con...Um...Eren? —Preguntó casi en un susurro y con la voz temblorosa, como si al pronunciar aquel nombre algo malo sucedería.

Hange pareció sorprenderse ante la pregunta, ya que el rechazo de la rubia hacia aquel muchacho no era un secreto para ella y escucharla preocupada por él no era algo común.

—Aún no lo sé —contestó la castaña—. Después de que se desmayara, Levi lo llevó al sótano. ¿Vamos a verlo? Quizás ya despertó.

Asintió una sola vez, no muy convencida pero tampoco dispuesta a negarse. Caminaron juntas hacia el comedor del castillo donde los escuadrones de ambas se encontraban procesando todo lo que había sucedido, después de todo Mirai no había sido la única que se había llevado un gran susto con el "incidente" de Eren.

Todos estaban preocupados por el estado de Eren y su transformación tan inesperada. La mayoría aun desconfiaba de él tras aquella sorpresa, puesto que aún era desconocido el motivo de aquella situación tan extraña; Mirai no podía estar más contenta, por fin alguien estaba de su lado.

Optó por no expresarlo, ya que, a diferencia de ella, Hange aun parecía demasiado entusiasmada con su "Investigación" enfocada en aquel muchacho; siempre había sido así: la castaña era la más emocionada en explorar y su curiosidad iba más allá de lo normal. Estaba segura de que en ese momento tenía muchas teorías sobre la transformación de Eren.

Mirai la admiraba tanto, pues era valiente y vivaz, cualidades que ella no tenía; en realidad, la rubia terminaba deslumbrándose por todo aquel que fuera distinto a ella. Otros también le llamarían envidia.

Al llegar a su destino, la de ojos azules frunció su ceño cuando notó la ausencia de cierto azabache. Estaban los dos escuadrones reunidos, revueltos por todo el lugar, tan solo faltaban Levi y Eren. Su mirada registró la habitación una vez más, abriendo los ojos con sorpresa al ver una cabellera carmesí entre la gente reunida; Aslan -si bien recordaba su nombre- analizaba con aburrimiento las uñas de sus manos.

—¿Dónde está Levi? —Cuestionó la mujer de lentes, llamando la atención de todos.

—Está abajo con Eren —respondió Petra, que se encontraba sentada con las manos entrelazadas sobre la mesa.

—Bien. Iré a buscarlo, necesito hablar con él

—Yo puedo ir —musitó la de cabellos rubios sin dudar, recibiendo un asentimiento con la cabeza de la Zoe, a quien había interrumpido.

Caminó por el pasillo mirando sus zapatos, esperando que, si ella no veía a nadie, nadie la vería a ella. De pronto se sintió nerviosa, no fue capaz de reconocer la razón; quizás era por el hecho de que tendría que estar cerca de Jaeger otra vez.

Se detuvo frente a las escaleras que la llevarían hacia el sótano, tomó una gran bocanada de aire mientras se preparaba mentalmente para bajar. Una vez estuvo lista comenzó a caminar con piernas temblorosas. Al acercarse pudo divisar solo una figura sentada al pie de las escaleras, reconociéndola al instante por su cabellera castaña.

—Levi —llamó con la voz entrecortada, al borde del llanto.

Como si a pocos metros de ella se encontrara una bestia, y no un niño de apenas quince años que la miraba con duda.

La cabeza del azabache se asomó por la esquina de una pared, mirándola con confusión y con una ceja alzada. Mirai soltó un pequeño suspiro al verlo, aunque los nervios no disminuyeron.

—Hange te está buscando —informó, quedándose quieta en su lugar.

—Cierto. Ya hicimos esperar mucho a esa cuatro ojos —respondió el mayor, subiendo los escalones para acercarse a ella. Se detuvo cuando estuvo frente a la mujer, frunciendo el ceño y girando la cabeza hacia Eren, quien aún no se movía—. Eren, vámonos.

Mirai se apresuró a subir las escaleras, el azabache siguiéndola y Eren tras él.

En el comedor, el menor se sentó en una silla a la orilla de la mesa, frente a ambos escuadrones, pues Hange estaba a punto de contar sus "maravillosas" teorías sobre lo ocurrido.

—Bien, Eren, quiero que pongas atención a esto —habló la líder de escuadrón, colocando un pañuelo blanco sobre la mesa, al extenderlo tomó entre sus dedos una cuchara pequeña.

—¿Una cuchara de té? —Cuestionó el de ojos verdes sin comprender.

—Así es —afirmó Hange, levantando el objeto—. El brazo de titan que te salió sujetaba esto entre sus dedos; entre el pulgar y el índice. Es difícil creer que haya sido simple casualidad, ¿verdad?

» Además, por alguna razón, el calor que desprendía el brazo no deformó la cucharilla. ¿Se te ocurre por qué puede ser?

—Creo que estaba intentando alcanzarla, cuando de pronto me transformé en titan.

—Entiendo. Justo ahí creo que yace la razón por la que no pudiste transformarte.

Mirai no conseguía entender a que se refería la de gafas y tan solo miró con confusión a Levi, quien se encontraba a su lado con una expresión seria, como siempre.

—Matar gigantes, detener una bala o levantar una roca —continuó Zoe.

Si no recordaba mal, aquello se lo había mencionado su amiga un tiempo atrás, cuando la vida de Eren aun se encontraba en discusión y Hange leía en voz alta los reportes de cada incidente que el Jaeger había provocado.

—Supongo que, tal vez, no solo se requiera herirte para convertirte en titan, sino que también es necesario que tengas un objetivo.

—Es verdad que en esta transformación la situación fue similar a cuando detuve esa bala —contestó el muchacho a los razonamientos de la líder de escuadrón, luciendo sorprendido y confundido mientras miraba su mano—. ¡Pero aun así! ¿Por qué mi brazo se transformó para alcanzar una cuchara? Eso no tiene ningún sentido.

—Entonces...—habló Gunther, miembro del escuadrón de Levi—. Significa que no estabas desobedeciendo ordenes intencionalmente.

—¡No! —Negó Eren de inmediato, por lo que el hombre que habló soltó un suspiro y se giró a mirar a su compañero.

Sin que nadie lo esperara Petra, Erd, Gunther y Auruo, el escuadrón completo, mordieron sus manos al mismo tiempo. Todos se sorprendieron ante aquello, incluyendo a Mirai, quien se sentía decepcionada al ver que aquello lo habían planeado como equipo.

—¡Oigan! ¡¿Qué están haciendo?! —Exclamó el castaño, bastante exaltado.

—Esto es muy doloroso. Eren, estoy sorprendido de que puedas morderte así.

—Es un castigo por haberte malinterpretado. Es nuestra forma de disculparnos contigo. Lamentamos no haber confiado en ti.

La de ojos azules desvió la mirada de la escena, avergonzada por la simpatía que sus "compañeros" le tenían al chico. Ella aun no podía verlo de la manera en que todos los demás lo veían: como si fuera uno de ellos, como si al estar con él no corrieran peligro y como si, eventualmente, no tuvieran que asesinarlo.

Lo sentimos mucho, Eren —se disculpó Petra, con la voz llena de culpa—. Estábamos demasiado nerviosos. Esto es decepcionante.

Mirai suspiró al escuchar como su compañera le pedía a Eren que confiara en ellos. Tras eso, se sobresaltó cuando se percató de que la mirada del joven estaba puesta sobre ella, como si esperara algo. Ella giró la cabeza hacia otro lado, ignorándolo por completo.

La reunión terminó y cada uno de los miembros que se encontraba en el comedor comenzó a dispersarse. Hange y Moblit acompañaron a Eren al sótano; Mirai y Levi se quedaron en la cocina, mientras que sus compañeros iban cada uno a su habitación, a excepción de Petra, que se encontraba conversando con Aslan, quien aun seguía en el comedor.

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Al día siguiente, el escuadrón de Levi al fin pudo volver al cuartel de la Legión, pues el capitán tenía una reunión con el comandante Erwin. Mirai sabía que en ella se hablaría sobre la expedición que se haría en unos días más, además de como se integrarían los reclutas recién graduados de las tropas.

La rubia estaba abrumada, porque había más gente de lo normal reunida por todo el lugar. Mientras caminaba junto a Levi y su escuadrón por los pasillos apretaba los tirantes de su bolsa, donde guardaba la pintura que había hecho para enseñársela a Nanaba, a quien estaba segura de que vería ese día.

Cada vez que había reuniones, su amiga y ella se quedaban en el comedor esperando que terminaran, por lo que en ese momento la buscaba con la mirada por todos lados. Sonrió cuando la observó al final del pasillo hablando con Mike Zacharius.

—¿Qué tienes ahí? —Preguntó Nanaba en cuanto estuvo frente a ella, señalando el bolso café que llevaba.

—Es una pintura —informó con una pequeña sonrisa—. Te la mostraré cuando vayamos a comer.

—De hecho, Mirai, el comandante Erwin pidió que esta vez asistiéramos a la reunión de hoy. Supongo que será algo importante.

La aludida se quedó paralizada al escuchar la noticia. Por lo general los únicos que asistían a aquellas reuniones eran los altos mandos de la Legión.

Un escalofrío le recorrió la espalda y un mar de pensamientos ansiosos inundó su cabeza. ¿Por qué la llamaban a ella? ¿Qué era tan importante para que ella tuviera que asistir a esa reunión? ¿Algo malo estaba sucedió? No, ¿ella había hecho algo malo y estaban a punto de castigarla?

De repente el aire le comenzó a faltar y comenzó a marearse, pero antes de que el pánico se apoderara por completo de ella, la mirada penetrante de Levi capturo su atención.

—Vámonos —habló él, asintiendo una sola vez en dirección de la rubia.

El capitán dio ordenes a su escuadrón, pidiendo que vigilaran a Eren mientras él estuviera en la reunión. Mirai lo siguió a regañadientes hasta el lugar donde se les había indicado.

Al llegar a la sala de reuniones, el azabache y la rubia tomaron asiento en una esquina de la habitación, apartados de los demás. Y aunque la habitación estuviera casi llena, Mirai pudo divisar como Nanaba se sentaba junto a Mike, además encontró con la mirada a Hange parada al frente del lugar, junto a Erwin.

El comandante dio inicio a la junta, explicando los detalles de la expedición y la formación que establecieron. Mirai dejó de prestar atención y en su lugar comenzó a jugar con sus dedos para distraerse.

Cuando la reunión llegó a su fin el comandante Erwin agradeció a todos por su tiempo. La de ojos azules se levantó de inmediato, sintiendo alivio al saber que por fin había terminado y podía irse, mas la alegría le duro poco cuando el Smith volvió a hablar:

—Levi, Mirai, aun hay algo que necesito discutir con ustedes.

La aludida se dejó caer en su asiento, decepcionada y aún más ansiosa que minutos atrás. Observó como todos los demás soldados se iban, envidiándolos por completo.

Finalmente, la sala se quedó casi vacía, con solo seis personas en ella: Erwin Smith, Hange Zoe, Mike Zacharius, Nanaba, Levi y Mirai.

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Las puertas de la sala de reuniones se abrieron de un solo golpe y Mirai salió corriendo de la habitación, cubriéndose el rostro sonrojado con una mano. Levi caminó con rapidez detrás de ella, dejando perplejos a todos aquellos que presenciaron la escena.

Mientras el par se alejaba, la mirada de Eren estaba puesta en ellos. También se había sorprendido por aquello, más que nadie. Había estado observando a la de ojos azules, sus interacciones con las personas y especialmente con el capitán Levi, quien era la única persona con la que ella hablaba.

Para el Jaeger, aquella mujer era muy rara. Miraba a todos de manera fulminante, sobre todo a él.

—¿Petra, puedo preguntarte algo? —Preguntó el muchacho.

—Claro. ¿Qué sucede? —Habló la aludida, mirando con curiosidad al castaño.

Él titubeó durante unos segundos y suspirando dijo: —¿Qué pasa entre el capitán Levi y Mirai?

—No sé mucho —respondió ella tras un suspiro—. Se dice que llegaron juntos a la Legión. El comandante Erwin los trajo a ambos cuando eran delincuentes y desde entonces son inseparables. Aunque no comparten mucho sobre su pasado, supongo que han pasado por muchas cosas juntos, por lo que se hacen compañía el uno al otro.

—Pero, ¿por qué Mirai actúa tan distante con todos y tan diferente con él? Además, siempre la veo mirándome con odio.

—Mirai confía en muy pocos. Es cerrada y desconfiada, excepto con Levi. Es extremadamente aferrada a él.

Eren asimiló la información, pero algo en él seguía sin estar convencido.

—¿No confía ni en su propio escuadrón? —Cuestionó, observando como la pelirroja se quedaba pensativa—. ¿No te parece que es muy...arrogante?

—¡N-No! —Tartamudeó, agitando las manos en negación—. No es así en absoluto, te lo prometo. Mirai es una persona buena. Solo que no la conoces bien. Ella tiene sus razones para ser como es.

El castaño aún seguía con dudas, pero decidió dejar el tema de lado.

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🥀 ━━ CHAPTER INFORMATION

# chapter count: 6 paginas; 2,487 palabras; 11, 856 caracteres (sin espacios); 14, 257 caracteres (con espacios).
# update: viernes, 1 de diciembre, 2023 / 19:27 p.m

🪩 MIRRORBALL /ᐠ - ˕ -マ.
흑고니 : liss note ☆

jijiji, holi

JAAAAAAAA

como cuatro meses sin actualizar y traigo una cagadota, lo siento de vdd.  DHAKHFKAFS

m perdonas?

NO SÉ QUE PONER DIOS.

¿me extrañaron? jklHKJHAJJA

dios, espero q alguien además d elichi y javi siga leyendo esto muejejeje. LES PROMETO Q PRONTO ACTUALIZARE MUCHO PQ YA ESTAMOS PASANDO LOS CAPITULOS DE RELLENO MUEEJEJJE.

ademas ya voy a salir de vacaciones y sere feliz.

luego edito esto pq siento que me quedo muy feo, pero como ya lo tenia queria subir algo muejejej. QUIERO MUHO A MIRAI Y LEVI JEJEJE, y este es el arco donde comienza el odio mutuo de eren y mirai.

MIREN A MIRAI HECHA POR UNA IA

enfin

hsta aqui mi reporte joaquin

NO ME ACUERDO A QUIEN LE DIJE QUE LE IBA A DEDICAR ESTE CAP PERO TE LO DEDICO, mua


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