Flashpoint

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  CORRER HACÍA EL PASADO Y REHACER una nueva vida. Eso fue lo que Barry Allen hizo.

   Tras la muerte de su padre, y de la mujer que era el amor de su vida, sentía que la vida ya no tenía sentido. Había perdido al último de sus padres. Y a su futuro, a la mujer con la que armaría su futuro, la mujer con la que quería casarse, tener hijos, formar una familia. Simplemente lo perdió todo.

   Así que con el corazón hecho trizas en su mano, no dudó en correr hasta la noche donde todo comenzó, la noche en que su madre fue asesinada, salvándola y logrando así crear toda una nueva línea temporal. Creando Flashpoint.

   En aquel lugar el castaño tenía casi todo lo que alguna vez había deseado, sus padres estaban juntos y vivos, tenía un buen trabajo siendo CSI en la estación de policías, y lo mejor para él es que no era Flash, por lo que no arriesgaba la vida de las personas que amaba. Pero algo le faltaba a su vida, faltaba aquella rubia de baja estatura con ojos azules brillantes que con solo una mirada lograba acelerarle el pulso más de lo normal. Y Barry no se rendiría hasta encontrarla y tener finalmente todo.

ϟ

BARRY CAMINABA TRANQUILAMENTE por el parque central una mañana, con un café en mano dirigiéndose a la estación de policías cuando la vió. Radiante como siempre, ella pasó trotando junto a él sin siquiera reparar en su presencia. Adds solo siguió su camino.

   Los siguientes días Barry comenzó a pasar por el mismo lugar a la misma hora que el día en que la había visto, como resultado, observándola por un determinado tiempo que constaba de solo segundos. Cada día debatiéndose en si debía acercarse y entablar una conversación. Hasta que finalmente se decidió por hacerlo.

   La chica se detuvo a unos metros de él, tomó su celular comenzando a teclear algo en el y lo guardó en el bolsillo de la sudadera que llevaba, para luego tomar un trago de agua de su botella. Con su velocidad Barry tomó cuidadosamente el celular del bolsillo de la rubia y jugueteó con el unos segundos. En cuanto vió que la rubia iba a arrancar a correr nuevamente, al fin gesticuló palabras, llamando su atención.

—Espera —llamó haciendo que la ojiazul se volteara obaervando confundida—. Se te ha caído —le tendió el celular.

   Ella abrió los ojos sorprendida mientras tocaba sus bolsillos verificando la falta de aquel aparato tecnológico.

—Oh por dios —murmuró—. Gracias —sonrió acercándose hasta él—. De haberlo perdido sería mi tercer celular extraviado en los últimos dos meses —Barry sonrió—. Así que muchas gracias...

—Barry Allen —le estrechó la mano presentándose.

   Una corriente se deslizó por los dedos de Adds en cuanto su mano hizo contacto con la extremidad del ojiverde, haciéndola fruncir el ceño ligeramente, confundida.

—Adeline Singh —le sonrió aparentando normalidad—. Bien, Barry Allen, me has salvado del sermón que me habría dado mi novio por ser tan despistada.

   El rostro del velocista se contrajo al escuchar la palabra novio salir de sus labios, pero Adds ni siquiera fue consciente de ello, ya que otra vez miraba su celular.

—Me tengo que ir —pronunció—. Gracias nuevamente y espero verte por ahí otra vez, Barry.

   El mencionado asintió con una pequeña y falsa sonrisa en los labios.

—Claro, cuídate Adds.

   La mencionada le observó por última vez, un poco confundida por la forma en la que Barry le había llamado debido a que solo sus cercanos le llamaban de esa forma. Pero restándole importancia emprendió camino de vuelta a su hogar.

   Barry dejó de sonreír en cuanto la vió marcharse, sintiendo un dolor acrecentar en su pecho. Porque sabía en el fondo que esa chica no era su novia y porque esa versión de su Adds tenía novio.

   Durante ese mes, el castaño siguió topándose a la rubia casi todos los días, ante lo que Adds al notar su presencia se detenía a un lado de él para caminar juntos mientras hablaban.

   Pronto comenzaron a salir juntos. Iban al cine o a comer. Incluso a veces el castaño pasaba por ella al trabajo, pues resultaba que la rubia era instructora de defensa personal tal como lo era su madre en la línea temporal original.

| Actualidad |

—No sé porque constantemente siento esta familiaridad contigo —le comentó Adds—. Es como si te conociera.

—En realidad... —murmuró con una suave sonrisa—. Fuimos a la misma escuela.

—¿En serio? —la rubia frunció el ceño pensativa por unos segundos.

   Barry esperó pacientemente a que la ojiazul recordara lo dicho, o que por lo menos en aquella realidad de igual forma ambos hubieran asistido a la misma escuela.

—¡Oh por Thor! —exclamó finalmente Adds—. Tú eras el chico que hizo una estructura molecular de dulces —sonrió divertida.

   El rostro de Barry enrojeció ligeramente. De todas las cosas que pudo haber recordado, ella recordó aquella.

—Sí, ese era yo —murmuró por lo bajo, avergonzado.

—Ese proyecto fue genial —rió Adds—. Además estaba hecho de turrón ¿Y a quién no le gusta el turrón?

—Sí, eso dije... espera —le observó con una sonrisita divertida—. ¿En serio acabas de decir "Oh por Thor"?

   Ese fue el turno de la rubia para sonrojarse.

—Y-yo... no claro que no —negó dejando que su cabello cubriera levemente su rostro.

—No mientas, te he escuchado —la señaló riendo.

—Oh, cállate —masculló cubriendo sus mejillas sonrojadas—. Lo he dicho ¿Bien? Tengo una obsesión poco normal con Marvel y sus superhéroes.

—Marvel es genial —asintió él comprendiéndola. Su Adds en su línea temporal le había convencido de introducirse en el mundo de los cómics, y no iba a negar que era un fan, aún así fuera un fan poco convencional.

—No tengo nadie con quien hablar de ello. A mi novio no lo veo tan seguido, y a veces cuando lo hago siempre está agotado —hizo una mueca, al ser consciente de que aquello era una vil mentira—. Y mi triste verdad es que casi no tengo amigas y las que tengo no les gustan los superhéroes.

—No hablas mucho de tú novio —mencionó Barry incómodo, encontrándose a si mismo queriendo saber más.

—Sí, no quiero bombardearte con un tema que probablemente no te interese.

—Es solo que no puedo evitar escuchar como hablas de él —la observó unos segundos.

—¿Y cómo hablo de él? —inquirió curiosa.

—Como si te tratara mal, o se comportara de forma indiferente contigo —murmuró delicadamente.

—No, no es eso —negó con una pequeña sonrisa—. Al contrario es muy atento, pero es actor y entre películas, entrevistas y viajes cuando tengo la oportunidad de verlo es poco tiempo y el quiere descansar así que... —se encogió de hombros, aquello era cierto, o bueno solía serlo, cuando aún eran pareja.

—Siento entrometerme —se disculpó.

—No, está bien —sonrió en su dirección—. En realidad siento que puedo confiar en ti, y se siente como si conectáramos —confesó.

—Siento eso también —él sonrió de igual forma.

   En segundos su sonrisa se borró y fue reemplazado por un mareo. Miles de recuerdos junto a su novia comenzaron a iluminarse en su cabeza bombardeándolo y de pronto ya ninguno estaba. Era como si un tornado hubiese arrasado con todos sus recuerdos, llevándoselos en el proceso. Desorientado comenzó a respirar de forma más acelerada.

—¿Estás bien, Barr? —cuestionó Adds tomándolo suavemente del rostro y examinándole.

—Sí, lo siento —habló quitando las manos cuidadosamente—. Solo pensaba en algo, pero lo olvidé —frunció el ceño.

   A un lado de ellos una patrulla de policías pasó a toda velocidad, y seguido unos oficiales se acercaron a sus vehículos.

—¿Qué sucede? —cuestionó Adds.

—Flash y The Rival están enfrentándose en un edificio —explicó la oficial—. Todos deben evacuar el área.

   Adds no pudo evitar pensar en que aquella era la razón de por eso su celular vibraba, y ella se había distraído hablando con Barry.

—Lo siento, Barr —se volteó hasta él, sacando su celular de paso—. Debo irme.

—¿En serio? ¿Por qué...?

—Una emergencia de trabajo —señaló rápidamente el aparato en su mano—. Pero te llamaré más tarde ¿Si? —se acercó y besó su mejilla.

—Claro...

—Bien, adiós —se despidió, corriendo lejos.

   En cuanto la rubia desapareció, Barry no dudó en utilizar su velocidad para llegar hasta la escena, viendo como los rayos de ambos velocistas resaltaban en uno de los pisos del edificio. Sin embargo, algo llamó por completo su atención, una figura aparecía en el aire siendo impulsada por lo que parecía ser fuego desde sus manos. Pero no le siguió tomando atención ya que su vista volvió hasta uno de los velocistas, conocido como Flash, el cual caía del edificio. Comenzó a mover sus brazos formando remolinos de viento intentando atrapar al velocista de amarillo, y cuando creyó que lo lograría el velocista siguió cayendo.

   Por suerte su cuerpo no se estrelló contra el gran contenedor de basura que le esperaba en el suelo, ya que un aura de fuego se envolvió en el cuerpo del héroe depositándolo suavemente en el suelo, y tras eso la persona responsable de aquella acción desapareció adentrándose en el edificio.

   Barry se acercó hasta el velocista inconsciente en el suelo y retiró cuidadosamente la máscara de su rostro, observando con sorpresa al reconocer al portador de la máscara.

—¿Wally? —cuestionó mientras el moreno se removía recobrando la conciencia.

—¿Quién demonios eres tú?

   Barry no respondió nada por unos segundos, hasta que tras salir de la sorpresa comenzó a bombardearle con preguntas. Y sin otra opción el héroe lo llevó hasta su poco conocida "guarida".

—¿Así que esta es tú base de operaciones?

—Sí. ¿Qué esperabas? ¿Una fortaleza? —se burló.

—No —negó divertido el castaño—. Solo algo un poco más seguro. Nunca sabes quien entrará por esa puerta.

—Sí, justo iba a decir lo mismo —comentó una voz a sus espaldas.

   Barry dió la vuelta encontrandose de lleno a Iris West, persona con quien había mantenido pequeñas conversaciones desde que había llegado a Flashpoint.

—Iris, hola —habló sorprendido el castaño.

—Hola, ¿Qué haces aquí? —cuestionó la morena acercándose a su hermano.

—Yo no...

—Apareció cuando peleaba con The Rival. Ya me conocía —interrumpió el moreno.

—Sí, ya lo... —la voz de Barry se vio opacada, por la de otra persona entrando al lugar

—Wally, en serio lo siento...

—¡Cúbrete el rostro! —gritó Iris al mismo tiempo que Wally gritaba.

—¡Barry no te des vuelta!

   Pero ya era demasiado tarde puesto que el castaño ya se había dado vuelta en lo que la rubia se ponía nuevamente la capucha y torpemente el antifaz. Y al ser Barry un velocista pudo ver claramente su rostro. Y por obvias razones, la identidad tras aquella heroína no le sorprendía del todo.

—¿Adds? —cuestionó con fingida sorpresa.

—¿Quién demonios es Adds? —ella fingió demencia.

—He visto tú rostro —mencionó Barry acercándose hasta ella—. No le diré nada a nadie, lo prometo —con cautela le bajó la capucha.

   Frunciendo el ceño la rubia se sacó el antifaz.

—Se suponía que no debías saber esto —protestó negando frustrada—. De todas formas ¿Qué demonios haces aquí?

—Nos conocíamos —mintió nuevamente Wally.

   La mirada de Adds se desvió hasta el moreno y luego hasta el ojiverde delante de ella, quien asintió nervioso.

—No —negó—, no se conocían.

—¿Y tú que sabes? —el menor de los West se cruzó de brazos.

—Soy tú mejor amiga Wally, te conozco —le miró alzando una ceja—. Y tú por otro lado, te conozco desde poco tiempo, pero eres muy mal mentiroso, Barr —golpeó suavemente su mejilla para luego lanzarse descuidadamente sobre un sofá—. ¡Mierda! Casi lo olvido.

   Adds se colocó de pie nuevamente acercándose hasta un espejo, se dió media vuelta mirando la parte trasera de su hombro, dejando ver un vidrio incrustado en el lugar.

   Y en ese momento Barry confirmó que probablemente esa chica a pesar de no ser su novia, era idéntica a ella en todos los aspectos. Aunque después de todo era Adeline Singh, con el tiempo había descubierto que todas sus versiones eran igual de temerarias a la que él conocía.

—¡Enfermera! —gritó con dolor cuando arrancó de golpe el vidrio.

   Con un suspiro Iris tomó un botiquín y se acercó hasta Adds, descubriendo la zona donde se encontraba la herida.

—¿Algún días dejarás de ser tan descuidada? —masculló Iris comenzando a limpiar la herida cuidadosamente.

—Si tanto te molesta desinfectar y ponerle un parche a la herida, lo puedo hacer yo —respondió en un gruñido sintiendo el alcohol chocar en su piel.

   Barry sonrió divertido.

—¿Cómo te hiciste eso, Addie? —preguntó Wally acercándose.

—The Rival me lanzó por una ventana —se encogió de hombros—. Por cierto de nada, no tienes que agradecerme el haber evitado que cayeras sobre un basurero.

   El moreno blanqueó la mirada con diversión y dejó un beso sobre su frente.

—¿Entonces ustedes hacen equipo? —se atrevió a preguntar Barry, intentando evitar la notoria molestia en su pecho.

—Somos Kid Flash y Torch Girl —sonrió la rubia en su dirección.

—Flash —corrigió su mejor amigo.

—Kid Flash —respondieron ambas chicas, divertidas.

—Entonces ¿Cómo obtuvieron sus poderes? —preguntó el castaño.

—Bueno...

—Wally, igual a carreras ilegales, nitrógeno, auto, caída de un rayo, coma por nueve meses —simplificó Adds, arruinando la gran y emocionante explicación que Wally tenía preparada.

—Y me convertí en Flash —suspiró el moreno.

—Más como Kid Flash —corrigió Barry.

—No me llames así —Wally sonrió con advertencia mientras jugaba con un balón de fútbol americano.

—Nosotras te llamamos así —recordó su hermana.

—¿Y tú? —Barry preguntó mirando a la rubia.

—Recorrido en laboratorio, químicos, explosión, y coma por doce meses —se adelantó a decir el moreno.

—Y me convertí en el equivalente de la Antorcha Humana —sonrió la rubia.

—¿Y sus padres saben de esto?

—Tú trabajas con él ¿Qué crees? —cuestionó la reportera.

   Barry hizo una mueca dejando en claro lo que creía, y desvió su mirada hasta Adds, quien carraspeó incómoda y rascó su mejilla.

—Mi madre está muerta y mi padre... la verdad no tengo ni idea de en que bar del país se encuentra o siquiera sé si sigue vivo —se encogió de hombros.

—Adds yo...

—Está bien —asintió restándole importancia—. ¿Alguna duda más, ojitos bonitos?

—¿Cómo piensan detener a The Rival? —preguntó intentando evitar el claro sonrojo en sus mejillas.

—Aceptamos sugerencias —señaló Wally con un balón de fútbol americano en manos—. Llevo meses siguiéndolo.

—Llevamos, idiota —reclamó Adds.

—Sin suerte —negó—. Es rápido. Tal vez más rápido que yo.

—Si quieren puedo ayudar —ofreció el forense.

—Solo hay una persona que nos puede ayudar —mencionó la morena.

—Cisco Ramón —completó Adds soltando un suspiro.

   Se dirigieron hasta una gran localidad, Ramón Industries. Al entrar se encontraron con el interior más modernizado en cuanto a estética y tecnología se trataba. Cisco al divisarlos puso rostro de disgusto, y se acercó a una alta y guapa mujer a su lado, susurrándole algo para que ella luego lo besara sensualmente. Haciendo que todos pusieran una mueca de disgusto ante tal escena en público.

—Les dije que nunca regresarán aquí —los señalo el moreno.

—Escúcheme, Señor Ramón —pidió Iris—. Necesitamos su ayuda. Vió a The Rival en televisión.

—Está aterrorizando a toda la ciudad para probar que es el más rápido. Debemos detenerlo —agregó Adds acercándose hasta él.

—Bien, entonces deténganlo. Vayan con Dios y diviértanse —señaló—. ¿Pero saben lo que pasa al pelear con un velocista? —el pelinegro agitó su mano y golpeó el hombro de la rubia—. Eso pasa, una mano vibrante te atravie...

   Como acto de defensa y reflejo, Adds tomó la mano del hombre y dandole una vuelta al brazo de este, la dobló contra su espalda. Logrando que un alarido saliera de la boca del moreno.

—No me toques sin mi permiso —advirtió ella, aflojando ligeramente el agarre.

   Todo la miraron con urgencia, y Wally corrió hasta ella separándola del gran Cisco Ramón y la dejó a un lado de Barry, quien como acostumbraba a hacer en su línea temporal, sin pensarlo dos veces tomó su mano, logrando que el cuerpo y mente de Adds se relajaran al instante.

—Exijo una disculpa si no quieres una demanda sobre ti —la apuntó el empresario.

—Sabes que lo siento, Ramón —Adds blanqueó los ojos, mientras decía aquello.

—Bien, como les decía —retomó el punto anterior—. No gracias, mi dinero me necesita.

—Cisco ¿No nos ayudarás? —preguntó confundido Barry.

—Eso me recuerda algo, ¿Quién diablos es este? —lo señaló Cisco—. ¿Traen a un extraño aquí y le dicen que ayude a Flash?

—Tranquilo, Ramón —murmuró Adds acercándose hasta la mesa donde estaba el moreno, tomó una manzana de los compartimentos y le sonrió—. Él es inteligente y de confianza —agregó para proceder a morder la fruta.

—Cisco...

—No. No te conozco extraño.

—Señor Ramón —habló nuevamente el castaño.

—¿Si?

   Barry sin dudarlo, comenzó a hablar del empresario como si de verdad lo conociera. Sus palabras eran tan profundas que cualquiera pensaría que se conocían en otra vida. Pero nuevamente ocurrió lo que había pasado horas atrás cuando se encontraba con Adds. Un mareó lo golpeó y recuerdos junto al latino comenzaron a mostrarse, y luego nada. No recordaba más.

—¿Estás bien? —cuestionó Adds preocupada, agachándose frente él.

—Estoy bien, solo... ¿Qué estaba...? —los miró a todos—. ¿Qué estaba diciendo?

—¿Qué es lo que te ocurre? —preguntó Iris desde más atrás.

—No estoy seguro.

   Tras una charla entre el castaño y su prisionero Reverse Flash, el velocista de amarillo le explicó que la perdida de sus recuerdos eran un efecto secundario de Flashpoint. Y que al pasar el tiempo y en cuanto Barry más hiciera uso de su velocidad los recuerdos terminarían por desvanecerse y la nueva realidad sería completamente sellada, sin vuelta atrás.

   En cuanto Barry salió de la bodega comenzó a correr en busca de cada miembro de su viejo equipo. Llevándolos hasta el lugar que en su línea temporal era S.T.A.R Labs.

   La segunda en llegar al lugar fue Adds, quien observó a su alrededor confundida encontrándose a su mejor amigo y a Cisco Ramón.

—¡Wally! Te dije que no hicieras eso sin avisarme —reclamó—. ¿Y mi café?

—No fui yo —alzó las manos intentando demostrar su inocencia.

—¿Y quién más podría ser si no fuis...? —otra persona apareció en la sala—. ¿Iris? —cuestionó acercándose con cautela hasta la morena y al hombre encargado de que todos se encontrarán allí—. ¿Quién demonios eres tú?

   El velocista en traje escarlata, retiró la máscara que cubría su identidad, mostrando así su rostro a los presentes.

—Soy quien les ayudará a detener a The Rival.

—¿Barry? —le miró confundida.

El mencionado soltó un suspiró, y sin más tiempo que perder comenzó a explicar la situación.

—Entonces, por sus caras de no te creo, puedo ver que no me creen —habló tras finalizar toda la explicación.

—Creemos que eres un velocista, pero debes explicar eso de Flashpoint de nuevo —comentó Wally.

—Lo explicaré lo más simple posible —declaró tomando un plumón en sus manos—. Usaré su vidrio, Señor Ramón.

—¿Qué...?

—Imaginen que esta línea es el tiempo —los observó luego de dibujar la línea, para nuevamente volver a dibujar un punto cerca del final de la línea y trazó una nueva línea de vuelta hacia atrás—. Regresé en el tiempo, evité que Reverse Flash asesinara a mi madre y al hacerlo creé una línea temporal alterna. Una nueva existencia donde tú eres Kid Flash.

—Flash —reclamó el moreno.

—Kid Flash —le corrigieron todos.

—Y Cisco es millonario.

—¿Dices que hay una línea temporal donde no soy rico? —cuestionó el moreno incrédulo—. Eso es un problema en el universo.

—No, no lo creo —interrumpió Wally—. Mi vida es mi vida y no comenzó hace tres meses.

—No sé que decirte Wally, es complicado —respondió el velocista.

—Nosotros no vemos la realidad, porque solo él es consciente de lo que hizo y creó, es como si nosotros fueramos peones creados para su juego —murmuró Adds pensativa, llamando la atención de todos.

—Adds...

—No, está bien, Barry —lo cortó—. Si yo pudiera volver en el tiempo y salvar a mi madre, probablemente también lo haría.

—Bien, incluso si te creyéramos ¿Por qué nos los dices ahora? —cuestionó la morena.

—Porque me he ocultado aquí mucho tiempo —explicó—. The Rival necesita ser detenido y yo detengo a los malos. Y juntos podemos detenerlos.

—Puedo hacerlo yo mismo —aseguró Wally.

Adds blanqueó los ojos.

—No lo has logrado —le recordó el velocista escarlata.

—Bueno, no me interesa —informó Cisco—. No sé cuantas veces debo decirles que ya hice mi parte por el país.

—Algo nos falta —Barry murmuró para si mismo—. Con permiso —se acercó a una computadora y comenzó a teclear con Cisco advirtiéndole que no tocara sus cosas.

—Lo tengo —y sin más salió corriendo de la habitación, volviendo a los segundos con una desconocida castaña en bata blanca.

—¿Qué acaba de pasar? —preguntó desorientada la mujer.

—¡Deja de traer extraños aquí! —reclamó Cisco.

—¿Quién es ella? —preguntó curiosa Adds.

—Es la Dra. Caitlin Snow —la presentó Barry—. En mi línea temporal, ella es parte del equipo.

—¿Acaso tú...? Tú secuestraste a esta mujer —apuntó Cisco.

—No, yo no... Bueno, sí, creo que lo hice... —balbuceó—. Es una científica, la necesitamos —se defendió.

—No soy científica —pronunció Caitlin—. Soy oftalmóloga.

—¿Oculista?

—Oculista pediatra —sonrió orgullosa.

   Barry hizo una mueca. Claramente eso no era lo que esperaba.

—Bien, terminamos —sentenció el moreno.

   Adds carraspeó llamando la atención de todos.

—¿Puedo hablarte en privado, Barr? —cuestionó poniéndose de pie.

—Sí, sí —asintió siguiéndola fuera del cortex—. Mira, lo siento. Sé que es difícil de creer...

—Esa es la cosa Barry, si te creo.

—¿En serio? ¿Me crees? —él frunció el ceño.

—Mira, tengo una buena vida —comenzó a hablar, de forma casi distraída—, a pesar de no tener a mi madre o a mi padre conmigo. Sin embargo tengo a Wally, él es como mi hermano pequeño, e incluso tengo a la estúpida de Iris que es como mi hermana mayor —rió levemente—. Pero siempre sentí que algo le faltaba a mi vida, y extrañamente ese sentimiento desapareció cuando te conocí —se acercó hasta él—. Cuando apareciste en mi vida fue como si lo que faltara en ella terminara de complementar, como si todo terminara de encajar en su lugar. Así que dime ¿Qué éramos realmente en tú línea temporal?

—Lo éramos todo —murmuró sonriendo levemente—. Eras mi mejor amiga, eras... —suspiró— , eras mi novia y mi prometida —susurró nostálgico—. Simplemente eras todo para mí.

—¿Pero algo malo sucedió no? —cuestionó—. A veces me miras con nostalgia —sonrió triste.

Inevitablemente los ojos de Barry se llenaron de lágrimas al recordar todo, y tomó una fuerte respiración.

—Tú... tú moriste, justo en mis brazos.

   Adds sintió como su corazón se quebrajaba un poco. No le agradaba para nada tener que ver al castaño de tal forma, y es que además ahora entendía la razón de ese sentimiento cada vez que estaba con él. Era simplemente el destino.

—Lo siento —susurró tomando suavemente su rostro para luego proceder a abrazarlo.

—Oigan, tenemos algo —interrumpió Cisco apareciendo. Ambos intercambiaron una mirada y lo siguieron en cuanto Barry logró recomponerse—. La oculista de niños tuvo una buena idea.

—Me he preguntado por qué no se usan las cámaras de la ciudad para registrar velocidades casi sónicas —comentó la castaña—. Parece un sistema de aviso ya construido.

—Así que reprogramé las cámaras —siguió Cisco—. Ahí está The Rival. La vieja mina de Williamson.

—Bien, ¿Me sigues? —preguntó el velocista escarlata a Wally.

—Flash no sigue a nadie.

—Wally escúchalo. Él es Flash —señaló riendo la rubia—. Yo los sigo a ambos.

   La sonrisa divertida de Barry se desvaneció abruptamente mientras la miraba.

—No —negó automáticamente.

—¿Qué? Esa no es tú decisión —Adds le observó frunciendo el ceño.

—Necesito que te quedes aquí —pidió él.

—¿Por qué? —murmuró confundida.

—Mi Adds también era una heroína. Y ella lastimó e hizo enojar a un velocista, al igual que yo lo hice enojar —murmuró—. Y él...

—Él la mató —completó ella comprendiendo.

—Sí —asintió cerrando los ojos—. Solo hazlo, por favor.

   Adds meditó durante unos segundos, pensando en si debía obedecer. Finalmente suspiró y asintió. Tal vez aquello lograría darle la paz mínima al velocista.

—Bien —respondió.

—Gracias —Barry se acercó y besó su frente—. Vámonos.

—Esperen —los detuvo—. Más les vale a ustedes dos estúpidos cuidarse —los apuntó amenazante.

   Ambos asintieron y no tardaron en arrancar hasta la dirección dada por Caitlin y Cisco. Por su parte, desde los laboratorios Adds tomó asiento frente a una computadora, viendo como Flash y Kid Flash mantenían una conversación con The Rival.

   Wally fue el primero en atacar, desobedeciendo las ordenes que Barry le había dado. Todo parecía ir bien. Parecía, ya que en una distracción, The Rival tomó su oportunidad y tomando un fierro en sus manos y lo atravesó por la espalda del moreno.

—¡Wally! —gritaron Iris y Adds horrorizadas.

—La telemetría del traje dice que aún sigue vivo —informó Ramón.

—Apenas —murmuró la oculista.

   Barry fue quien atacó esta vez. Ambos velocistas enfrascándose en una carrera con golpes de ida y vuelta. El velocista escarlata lanzó a Clariss por los aires haciendo que su cuerpo chocara contra un apilado de madera. Y cuando estuvo apunto de dar el golpe final, ocurrió de nuevo. Tambaleándose, retrocedió mientras veía pasar los recuerdos de sus hazañas como Flash, y en segundos, como anteriormente ya había ocurrido, los recuerdos se desvanecieron.

   En ese momento The Rival se puso de pie y propinó un puñetazo en la quijada de Barry levantándolo, y luego propinó otro en su pecho.

Adiós, Flash.

   Corriendo, comenzó a dar vueltas cargando así su cuerpo en electricidad y creando no un tornado, si no tres.

—Dios mío. Es como twister, la película no el videojuego —comparó Cisco asombrado—. El satélite indica dos patrones de túneles distinto. Tornados grado F3 en la escala de Fujita. Este tipo es como el mago del clima o algo.

¡Chicos, no puedo detenerlos! —informó Barry.

   Adds suspiró, y temblorosa se acercó hasta el micrófono a unos metros de ella.

—Barry, escúchame —pidió—. No te conozco desde hace mucho, pero dijiste que en tú realidad nos amábamos, que estábamos comprometidos —recordó—. Y no soy tú Adds, no tengo idea de que diría ella en estos momentos. Así que voy hablar por mí —declaró—. Eres un hombre increíble y estoy segura de que un increíble héroe. Eres inteligente y fuerte, eres completamente capaz de lograr esto, y lo sé porque creo en ti. Se Flash, Barry. Se quién eres en realidad, un héroe.

   En cuanto Adds terminó de decir aquellas palabras, los ojos del velocista dejaron entrever la electricidad en estos. Y corriendo saltó dentro del tornado corriendo en dirección contraria, desenredándolo. Y luego siguió con los otros.

   Terminado ya el último tornado, saltó fuera de él, golpeando a Clariss de paso, dejándolo tumbado en el suelo.

—Se acabó —determinó.

   Barry se dió la vuelta para caminar en dirección al herido Wally, cuando escuchó un estruendo a sus espaldas. Se dio nuevamente la vuelta encontrándose al velocista inconsciente a los pies de un contenedor, y a Adds con sus manos alzadas en su dirección.

—¿Qué...?

—Creí que necesitarías ayuda —se encogió de hombros, comenzando a correr hasta su mejor amigo.

   Se agachó a un lado del moreno, comenzando a moverlo por lo hombros.

—Wally —llamó—. No te atrevas a dejarme estúpido —reclamó sintiendo sus ojos humedecerse.

   Joe apareció de la nada frente ella llamando preocupado a su hijo, quien estaba inconsciente, al borde de la muerte.

ϟ

   WALLY SE ENCONTRABA REALMENTE MAL, su cuerpo no estaba sanando como debería y sus signos vitales eran débiles. Adds estaba aterrada, él era técnicamente la única familia que ella tenía. Él era como su hermano pequeño, y se negaba a la idea de perderlo. Pero de todas formas ahí se encontraba junto a Barry entrando a una gran casa de dos pisos, a punto de conocer a los padres del castaño.

—Hola —escuchó la voz de Barry saludar a sus padres mientras ella cerraba la puerta, también escuchando como los mayores le respondían el saludo.

   Tímidamente se acercó apareciendo en la escena.

—¿Quién es ella? —preguntó la madre de él, con una sonrisa.

—Ella es Adds —presentó con una sonrisa, Barry.

—Un gusto conocerte, Adds —sonrió Nora Allen abrazándola.

   Aquel acto tomó por sorpresa a la rubia, quien a pesar de ello de igual forma correspondió el acto.

—El gusto es mío —sonrió.

—¿Puedo ofrecerte algo de beber?

—No, gracias. Estoy bien, señora Allen —volvió a sonreír.

   Tras aquello, una triste despedida se hizo presente entre la familia, una de la cual los padres del castaño ni siquiera eran conscientes. Eso le rompió el corazón a Adds, ya que era consciente de que por un bien mayor, Barry dejaría todo lo que alguna vez había deseado. Inclusive a ella, que a pesar de no conocerlo tanto, se atrevía a decir que le amaba.

   En cuanto ambos salieron del acogedor hogar de los Allen, Adds tomó la mano de Barry en muestra de apoyo, cosa que sirvió para ayudarle a mantenerse de pie cuando un nuevo mareo le azotó.

—¿Estás bien? —cuestionó preocupada—. Que mierda de pregunta. Claro que no estás bien.

—Está empeorando —explicó—. Debemos apresurarnos o será demasiado tarde.

   Entraron en una bodega abandonada, Adds abrazando a Barry por el costado, para así de esa forma darle estabilidad cada vez que él se tropezaba o tambaleaba.

—¿Tuviste un mal día, Barr? —cuestionó un hombre a quien Adds reconoció como Reverse Flash—. Vaya, si tenemos a la futura Señora Allen. Bueno, a la ex futura Señora Allen, porque realmente estás muerta —rió con sorna.

—Conozco a la gente como tú. Miserables por naturaleza. Y si algo aprendí es que escucharlos es una perdida de tiempo —respondió ella.

—Pues no deberías, porque soy el de las respuestas —sonrió con egocentrismo Thawne—. Solo tienes que pedírmelo, Barry.

—Debemos volver en el tiempo —dijo con dificultad—. A esa noche.

—¿A hacer qué?

—Sabes lo que necesito que hagas.

—Sí, pero quiero oírte decirlo —regodeó Thawne.

   Barry suspiró impotente.

—Necesito que mates a mi madre —gesticuló finalmente.

—Será un placer.

—Te odio —murmuró Barry.

—Y yo te odio a ti —concordó el velocista de traje amarillo.

   Barry se levantó de donde se encontraba sentado, acercándose así para abrir la puerta de la celda, entregándole su anillo a Eobard Thawne. El hombre lo tomó bruscamente saliendo de la bodega, dándole así espacio a ambos jóvenes.

—¿Estarás bien? —cuestionó Adds acercándose a él y acariciándole la mejilla, borrando las lágrimas que caían de los ojos del castaño.

—No lo sé —admitió.

—Espero que lo estés. Sé por lo poco que te conozco que eres fuerte y serás capaz de superar esto —Adds sonrió débilmente.

   Adds se preguntaba si acaso era egoísta el que no quisiera dejarle ir.

—Siento todo esto —se disculpó él.

—¿Sabré cuando las cosas hayan cambiado?

—Será como si nunca hubiera pasado —susurró el velocista.

—Bueno, eso es triste, porque me alegro mucho de haberte conocido, Barry Allen —susurró ella devuelta acercándose más.

   Barry finalmente terminó de acortar la distancia, juntando sus labios con los de la chica. Sintiendo nuevamente esos suaves labios contra los suyos. Podía sentir la paz apoderarse de él mientras anhelaba conservar ese momento por siempre.

   Cuando se separaron el castaño acarició suavemente la mejilla de Adds y muy al pesar de ambos se apartó.

—Adiós, Barry Allen —susurró ella en cuanto vió el rayo desaparecer.








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BUENAS BAES

un poquito de Flashpoint porque era justo y necesario



editado: 12/03/2022

—𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬
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