II

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En un punto de la historia pondré un ( * ) y esa es la señal para que reproduzcan Consequences de Camila Cabello.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

✧「 Capítulo dos 」✧

ϟ

—OH, OH —MURMURÓ CISCO.

—¿Que pasa? —inquirió Adds.

—Una brecha esta siendo abierta ahora mismo.

—¿Qué? —se acercó hasta la pantalla.

—Caitlin, llama a Barry.

—¿Vamos a bajar no? —cuestionó Joe.

—Lo haremos —asintió Adds—. ¡E.T!— gritó.

   El aludido se asomó desde la enfermería, observándola con amabas cejas alzadas.

—¿Por qué gritas, loca?

—¿Te quedas cuidando a Adma o bajas con nosotros a la acción?

—En definitiva voy con ustedes —objetó él, tomando su arco.

   Todos bajaron hasta la sala de la brecha, donde lograron divisar como la brecha que amenazaba con abrirse, brillaba en aquellas ondas azuladas y blanquecinas, intentando dejar pasar a las personas del otro lado.

—¿No es Peter? —inquirió Caitlin.

—No —negó—. No hemos hablado en semanas y cuando viene me avisa.

—¿Por qué abriste una brecha? —Barry cuestionó Barry llegando junto a Iris.

—No lo hice.

—¿Qué?

—Por eso te llamamos —comentó de forma obvia Joe.

—¿Pueden cerrarla? —cuestionó Iris.

   Adds rió.

—Cariño, si Cisco pudiera cerrar la brecha no habríamos llamado a Allen —comentó blanqueando los ojos.

—Alguien esta pasando —apuntó Wally.

—Muy bien ¡Todos atrás! —gritó Adds encendiendo sus manos.

   Finalmente los susodichos intrusos salieron de un salto de la brecha, cayendo a duras y penas de pie en el suelo de los laboratorios.

—Allen —llamó Harry, sin caer en la presencia de cierto rubia que no se encontraba allí en su última vez en los laboratorios.

—Wells...

—Necesito tu ayuda —comentó.

—¿Con que? —preguntó curiosa Adds.

   Harry desvío la mirada hasta el lugar de dónde provenía aquella voz. Inevitablemente sus ojos se llenaron en lágrimas al ver a la persona frente él, y justo en ese momento un rayo se hizo presente en la habitación sorprendiendo a todos.

—Hola chicos —saludó Jesse emocionada.

—¡Jesse eres una velocista! —chilló igual de emocionada Adds.

—¿Adds? —murmuró igual de impactada que su padre—. ¡Oh por Dios! ¡Eres tú!

   La de cabello cobrizo no tardó en correr hasta la rubia, lanzándose descuidadamente sobre sus brazos, seguida de un abatido Wells.

—Estas viva —susurró la nueva velocista.

—Claro que lo estoy —rió—. ¿Por qué no lo estaría?

—Bueno, porque...— Harry detuvo sus palabras, en cuanto su mirada se topó con la de Barry, quien se movió incómodo en su lugar—. Tu y yo hablaremos más tarde —lo apuntó.

—Jesse, ¿Eres una velocista? —preguntó Wally saliendo de su asombro.

—Si, genial ¿No? —sonrió la mencionada separándose de Adds.

—¿Cuando paso esto? —cuestionó Cailtin.

—Hace unos días.

—Cuando a Wally y Jesse los golpeó la materia oscura, resulta que fue afectada. Totalmente afectada —parecía que a Harry en cualquier momento le daría un infarto y aquello solo causaba gracia en Adds.

—Yo no tengo velocidad. ¿Pudo ser por algo más? —inquirió Wally esperanzado.

—No, lo dudo. La materia oscura afecta a la gente de distintas formas y en distintos momento —explicó Wells—. A veces no, pero ella fue afectada. Quiero hacer las pruebas —se dirigió Caitlin.

—Bueno, llegaste al lugar correcto. Vamos al laboratorio de velocidad —animó la doctora.

—¿Laboratorio de velocidad? —cuestionaron Harry y Barry al mismo tiempo.

   El grupo completo se dirigió hasta el famoso laboratorio de velocidad. En cuanto llegaron Barry no tardó en mostrar su asombro al ver el lugar.

—Esto es una locura.

—Algo me dice que nunca estuviste en este lugar —comentó Cisco.

—No.

—Espera —Wells se volteó a verlo—. En definitiva viajaste en el tiempo, Allen.

—Si, pero...

—¿Cuantas veces te dije que no lo hicieras?

—Bueno, lo descubriste bastante rápido —murmuró Adds.

—Si, porque nosotros tampoco estuvimos aquí —mencionó observando a su hija quien apoyó eso—. Además por otras cosas —murmuró para si mismo.

—Entonces otra tierra, otra línea temporal.

—Exacto. ¿Cuando lo hiciste? ¿Cuando regresamos a tierra 2?

—Mira, Harry. Pocas cosas son diferentes —explicó el velocista.

—Claro, pocas cosas —indirectamente señaló a la rubia, quien se había envuelto en una conversación con su hija y aquel alto rubio, el cuál tampoco conocía.

—Bien, pongamos a Jesse en la pista a ver que puede hacer —interrumpió Caitlin.

—Si, hagámoslo —concordó la mencionada, con emoción.

—¡Tu puedes chica! —animó Adds viendo como esta corría subiendo la rampa.

No tardaron en ver una nueva estela, esta vez característica de Jesse correr, revisándose cada vez más en velocidad.

—Maldición, ella si que corre —comentó Joe viendo el rayo amarillo moverse por la pista.

—Si, claro que puede —concordó un desanimado Wally—. Debo irme.

—Alguien debería hablar con él —opinó Adds, viendo al moreno salir.

   Iris fue quien salió tras su hermano.

—Allen, creo que tienes competencia —murmuró Adds viendo como la de cabello cobrizo seguía corriendo.

   Barry frunció el ceño ante las palabras de su ex novia.

—Ella es realmente rápida —asintió Ethan.

—Esto me hace recordar que extraño a Pietro —ella hizo un puchero—. Y al estúpido de Peter. Y bueno en general a todos los Avengers.

ϟ

   ADDS CAMINABA TRANQUILAMENTE POR los pasillos del CCPD intentando encontrar a su padre. Temprano por la mañana había sido citada como psicóloga para un nuevo caso abierto. Y para tener mejor información sobre aquello necesitaba encontrar a su padre.

—Papá —llamó en cuanto lo divisó—. ¿Como estás?

—Estoy bien, Adeline —Adds formó una mueca al escuchar como volvía a llamarle por su nombre completo—. Ten, este es el archivo con los datos de la chica. Ella está en mi despacho.

—Bien —asintió recibiendo la carpeta—. Oye, estaba pensando y tal vez podríamos ir a comer, tú, Rob y yo. ¿Que opinas?

—Hoy no puedo —negó—. Nos vemos más tarde —se alejó, bajando por las escaleras.

—Claro, nos vemos —suspiró bajando ligeramente la cabeza.

—Hola, ¿Que haces aquí? —preguntó Barry acercándose a ella con una sonrisa. Sonrisa que ella no correspondió.

—Trabajo —enseñó la carpeta encogiéndose de hombros—. Nos vemos luego —murmuró intentando alejarse.

   Pero Barry al ver sus intenciones le tiró de una mano, llevándola a un rincón.

—¿Hasta cuando vas a seguir ignorándome, Adds?

—No te estoy ignorando, Allen —blanqueó los ojos—. De hacerlo, simplemente te habría ignorado —aclaró—. Ahora si me disculpas tengo trabajo que hacer —lo empujó para poder pasar por su lado.

   Bajó las escaleras antes de que él pudiera atraparla nuevamente. Se acercó hasta el despacho de su padre y golpeó el marco de la puerta, llamando la atención de la menor en el interior.

—Hola, cariño —le saludó con una sonrisa—. Tu debes ser Frankie ¿no?

—Si —asintió tímida.

—Bueno Frankie, yo soy Adeline Singh pero tu puedes llamarme Adds. Y soy psicóloga —se acercó a ella, no sin antes cerrar la puerta del despacho para tener mejor privacidad—. No te preocupes, esto es solo de rutina —explicó al ver la cara de pánico de la menor—. Cuéntame linda, ¿Como te has sentido?

—Ahora mismo un poco confundida —expresó la menor, afligida.

—¿Quieres contarme lo que paso? —pidió suavemente, regalándole una sonrisa.

   Con anterioridad mientras bajaba las escaleras, Adds había revisado el archivo con la información de Frankie, al parecer mientras crecía la joven nunca tuvo un hogar estable en el cual vivir. Y en la mayoría de los lugares donde la adoptaron sufría de violencia intrafamiliar.

—Estaba en casa con Karen viendo la televisión, cuando llegó John gritando que quería la cena. Luego no recuerdo el momento en que el poste entro por la ventana y lo golpeó —relató—. Creo que me desmayé.

—Entiendo —Adds asintió—. ¿Puedes decirme algo, cariño? ¿Él las golpeaba?

—Normalmente nos gritaba a mí y a Karen. Pero nunca paso más haya de los gritos y empujones —contó—. ¿Estará John bien?

—Bueno, él esta bastante herido, pero esta estable en el hospital general de Central City —le explicó la rubia—. ¿Ya te había pasado esto de desmayarte de la nada?

—No mucho, pero si —murmuró tímida.

   Adds estuvo a punto de volver a hablar nuevamente cuando su celular comenzó a vibrar, y era su madre. Necesitaba contestar.

—Lo siento, Frankie. Debo contestar —comentó—. ¿Me esperas unos segundos? —la menor asintió.

   Adds salió del despacho atendiendo rápidamente la llamada para hablar acerca del caso de la pequeña Adma con su madre. Y mientras ella hacia eso, a unos metros Joe y Barry se encontraban hablando respecto al caso de Frankie, con Julian uniéndose segundos más tarde.

—¿Quién es ella, señor? —preguntó el británico.

—Es Frankie Kane, la hija adoptiva de la víctima —respondió el detective—. La pobre a estado en hogares adoptivos por años. Ella dice que se desmayó durante el incidente.

   Tras eso Julian no dudó en acercarse hasta la adolescente, bajo la confusa mirada de Adds, quien hacía unos segundos había terminado la llamada.

—¿Qué cree que hace?

—No lo sé —respondió Barry llegando a su lado.

Adds rápidamente se alejó unos centímetros.

   En cuanto el rubio salió de la habitación, se acercó hasta él quitándole el vaso que la menor se encontraba usando con anterioridad, luego de oír como le decía a Joe que necesitarían otro vaso.

—¿Qué crees que haces, Julian? —cuestionó.

—Adds —saludó con una sonrisa—, solo recaudó evidencia por procesar.

—¿Evidencia por...? Es solo una niña —frunció el ceño.

—Ella dice haberse desmayado durante el incidente. No puede ser una coincidencia —justificó el forense.

—Muchos niños que han crecido en las condiciones como las de ella, suelen reprimir sus recuerdos ante sucesos traumáticos —alegó.

—Te lo dije —sonrió orgulloso Barry.

Adds lo observó alzando una ceja. Cosa que claramente gritaba un "cállate"

—Bueno si es inocente lo sabremos —Julián le quitó el vidrio de las manos—. Ahora si me disculpa, señorita —se retiró.

—No puedo creerlo —negó incrédula—. Volveré con Frankie.

   Barry la vio alejarse, con una pequeña sonrisa en sus labios. Ella era realmente buena en su trabajo y de eso no tenía dudas.

—Oye —le llamó la atención su padre adoptivo—. Sigue a Julian y ve que averiguas.

—Claro.

   Por otro lado Adds casi media hora más tarde dio por terminada su sesión con la menor.

—Bueno cariño, ya puedes volver a casa —sonrió—. Intentaré hacer lo posible para buscar un hogar más adecuado para ti ¿Bien?

—Gracias, señorita Adeline —sonrió.

—Solo Adds —se dirigió con ella a la salida—. Cualquier cosa que necesites tienes mi número, puedes llamar a cualquier hora.

—Claro gracias —le sonrió tímidamente—. Adiós Adds —comenzó a encaminarse hasta la salida.

Sin embargo unos gritos comenzaron a hacerse presentes por toda la estación.

—¡Tú! ¡Chica deténte! —gritó Julian nuevamente.

   Adds con el ceño fruncido se acercó a la menor.

—Tú lo hiciste, ¿verdad? —cuestionó más cerca el británico.

—¿Que? —preguntó confundida Frankie.

—El poste, tú lo hiciste —acusó el forense llegando frente a ellas.

—¿Qué crees que haces, Julian?

—Ella fue —la apuntó.

—No puedes simplemente llegar y acusarla de algo así —reprochó la rubia—. Frankie no lo escuches.

—Ella lo hizo, Adds —siguió repitiendo el británico.

—¡No, no! ¡Basta! —pidió la menor.

—¡Eres una mentirosa! —acusó Julian nuevamente.

—¡Albert! Basta. La estás alterando.

—¡Es una meta-humana! —siguió ignorando a Adds—. Atacaste a tú padre.

—Él la atacó a ella multiples veces, no ella a él —defendió la ojiazul.

   Mientras tanto Frankie tras ella seguía tapándose los oídos y negando. Segundos más tarde aquella posición cambió.

—Quería hacer más que lastimarlo —Frankie habló alzando la cabeza y dándose la vuelta hasta ellos—. Y ahora te voy a hacer lo mismo —miró a Julian.

   Las palmas de la menor se estiraron y sus dedos tomaron una extraña posición en la que se notaba ejercía algún tipo de fuerza. Todos los fierros y ampolletas en la estación comenzaron a rechinar y explotar, al igual que la gran muralla que indicaba el nombre de la estación comenzó a moverse desprendiéndose.

—¡Hey, Frankie! —llamó la rubia—. ¡Debes detenerte! —pidió—. Tú eres una buena chica, no quieres hacer esto.

—Oh, si quiero —asintió soltando una risa.

   El mural terminó de desprenderse, amenazando con caer sobre Julian y Adds. Barry al ver aquello cambió en segundos a su traje de Flash y corrió sacando a Julian del peligro y luego corrió por Adds, y tomándola en brazos se lanzó junto a ella al suelo, cayendo debajo para así no lastimar a Adds.

—¿Estás bien? —preguntó una vez ambos a salvo.

   Adds solo asintió aún atónita por lo ocurrido.

—Lo estoy, gracias —se separó de él y volteó hasta donde hacía segundos se encontraba Frankie Kane, pero ya había desaparecido—. Debes ir por ella —ordenó—. Ve.

   El velocista la dejó de pie y salió tras la joven, dejando a Adds encargarse de Julian.

—¿En que demonios pensabas? —preguntó acercándose amenazadoramente.

—Ella es la culpable. Casi nos mató.

—Eso no justifica tu actuar —golpeteó el pecho del británico con un dedo—. Si sabías lo que había hecho, debiste haber dado aviso a los oficiales no atacarla de esa forma —reclamó—. Y si casi morimos fue por tú culpa, maldito idiota británico —bufó.

   Un tirón la detuvo antes de que golpeara a Julian, y su cuerpo chocó contra el pecho de otra persona.

—Gracias a Dios —susurró su padre—. ¿Estas bien? —cuestionó mirándola.

—Lo estoy —asintió confundida—. ¿Que...?

—Lo siento, de verdad lo siento cariño —susurró mientras la abrazaba.

—Papá...

—Siento haber seguido ignorándote por esa tontería. ¿Quieres cenar y arreglar las cosas? Hagámoslo —asintió David—. Arreglemos las cosas.

—¿Lo dices en serio? —cuestionó con una sonrisa formándose en sus labios.

—Claro —David sonrió besando su frente—. ¿A que hora te parece?

—¿Mañana a las seis?

—Mañana a las seis —asintió de acuerdo—. Rob preparará tú comida favorita.

   Adds saltó a los brazos de su padre, emocionada reteniendo las lágrimas. Después de meses al fin podría mejorar la situación con este.

—Gracias— susurró.


ϟ

ADDS ENTRÓ AL CORTEX CON UNA INEVITABLE sonrisa de sincera alegría, que sorprendió a sus mejores amigos, quienes no la habían visto sonreír de tal forma desde hacia meses.

—¿Que ocurre? —preguntó sonriéndole Caitlin.

—Papá quiere arreglar las cosas —comentó y corrió emocionada a abrazarla.

—Ves, te lo dijimos —le acarició el cabello.

—En algún momento aceptaría arreglar las cosas contigo —asintió Cisco—. Eres su única hija. Te ama.

—¿Qué pasa entre tu padre y tú? —preguntó confundido Barry.

   Todos lo miraron extrañados. Todos en la habitación sabían la mala relación que llevaban padre e hija desde que la menor había vuelto de ese extraño viaje que supuestamente había hecho luego de la explosión del acelerador.

—Papá no me hablaba desde que volví a la ciudad —comentó Adds, sorprendiendo al castaño—. Supongo que por tu reacción lo olvidaste o en realidad en la otra línea nos llevábamos bien y tú lo arruinaste.

—Adds... y-yo...

—Solo cállate.., no quiero que me arruines el momento diciéndome como era todo antes —negó—. Lo importante para mí en estos momentos es que finalmente podré arreglar las cosas con él —sonrío nuevamente saltando esta vez a los brazos de Cisco.

—Es bueno verte sonreír de nuevo —sinceró el latino.

   Adds dejó un beso en la mejilla sus dos mejores amigos, con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Ethan esta con Adma? —cuestionó.

—De hecho, aún no llega —comentó Caitlin encogiéndose de hombros.

—Que extraño —murmuró, por seguido agitó su cabeza, más tarde lo llamaría si no aparecía por los laboratorios—. Bueno, ¿Qué encontraron?

   Todos se volvieron a concentrar en las pantallas donde se veía la información de la menor.

—Su nombre es...

—Frankie Kane —habló ella interrumpiendo a Barry—. Eso lo sé.

—Pero se hace llamar Magenta —agregó Barry.

—Magenta es una personalidad muy diferente a la tímida y dulce Frankie con la que hablé. Lo que me lleva a creer que es disociativa —explicó Adds.

—Personalidad dividida —tradujo Caitlin—. Según su historial médico es algo que la a afectado toda su vida.

—Que extraño, eso no salía en el archivo que me fue entregado —la rubia frunció el ceño.

—Seguro que los gritos en la policía la alteraron —señaló Caitlin..

—Julian —murmuraron Adds y Barry al mismo tiempo.

—¿Dice que estuvo en el sistema de adopción? —cuestionó Iris.

—Si, toda su vida y no en hogares realmente buenos. El padre adoptivo actual de Frankie no tiene el registro policial más limpio de la ciudad —mencionó Adds—. Y Frankie me comentó que cada vez que John llegaba a casa lo hacía gritando y propinando empujones a ella y su madre adoptiva.

—Puedo darle seguimiento —propuso Iris.

—Hay algo más —detuvo Barry—. Ella obtuvo sus poderes de Alchemy. Cuando dije su nombre ella sabía quien era.

—O sea que Magenta existía en otra línea temporal —suspiró la rubia—. Tú viaje en el tiempo esta trayendo bastantes consecuencias, Allen.

—¿Quién es Alchemy? —cuestionó Wells.

—Bueno, Doctor Alchemy es un hombre mágico con capa, que restaura los poderes que las personas tenían en Flashpoint —explicó Cisco.

—¿Y que es Flashpoint? —preguntó confundida Jesse.

—Es la línea temporal alterna que Barry creó al volver en el tiempo para salvar a su madre —los puso al tanto Caitlin.

—Entonces Magenta es otro efecto secundario de tu viaje —ironizó Harry.

   Probablemente de ser otra las circunstancias Adds habría saltado en la defensa de su ex novio, pero las cosas ya no eran lo que solían ser, y ella aún guardaba cierto dolor u rencor contra el velocista.

—No necesito que me lo recuerdes, gracias.

—Bien, cualquier persona con sus poderes debe ser detenida, lo antes posible —sentenció Joe, para luego salir del cortex.

—Genial —sonrió Jesse—. Puedo ser rápida. Solo necesito una carga —y así Jesse también salió del cortex para prepararse.

   Adds sonrió divertida al ver el rostro de pánico de Wells.

—Adds —llamó Harry.

—¿Que pasa, Harrito? —cuestionó divertida.

—Puedes hablar con ella y convencerla de que usar sus poderes es una mala idea.

   Aquel pedido la hizo fruncir el ceño rápidamente.

—¿Por qué demonios haría eso?

—Porque es una mala idea que ella use sus poderes.

—Wells, todos los que tenemos poderes en esta sala los usamos para el bien. Si Jesse quiere hacer lo mismo déjala hacerlo, ella es una chica inteligente y fuerte.

—No lo entiendes. Ella es mi hija, no puedo dejarla hacerlo —refutó.

—Pues lo siento, conmigo no cuentes para bajarle la confianza y autoestima a tu hija —se negó.

—Pero... Adds.

—Lo siento —repitió mirando el nuevo mensaje en su celular—. Bueno, en realidad no lo hago.

   Nuevas personas se hicieron presentes en el cortex. Carol y Diana, seguidas de ellas entró un nervioso Barry, el cual había salido tras Joe minutos antes.

—¿Qué hay chicos? —saludó Carol.

   Todos correspondieron a los saludos para que luego Adds las llevará a ambas hasta la enfermería.

—Es ella —señaló—. Lo único que sabemos es que su nombre es Adma o eso creemos, puede que probablemente ni siquiera lo sea.

—¿Cuanto dijiste que llevaba en coma? —preguntó Diana.

—Poco más de una semana. Le pedí a Cait que hiciera todos los estudios necesarios, y averiguamos su tipo de sangre, edad aproximada y que...

—¿Que cosa? —le miro impaciente su madre.

—Ella es una meta-humana —informó—. Probablemente por eso la abandonaron —suspiró—. Sin embargo no me parece razonable lo que hicieron, ni mucho menos la forma.

—¿Y como piensas que tramitemos una adopción sin registros sobre ella? —preguntó Diana.

—Aquí es donde Cisco entra al juego —comentó la rubia con media sonrisa—. Él crearía todo un perfil en donde todo sería real, pero falso a la vez —explicó—. Conozco a la fiscal y ella podría ayudarnos, y yo como psicóloga y psiquiatra también entraría en el juego.

—No lo llames juego, porque no lo es —Carol la miró con reproche.

   Adds blanqueó los ojos, sin embargo no tardó en seguir hablando.

—Solo necesitamos dos cosas —anunció.

—¿Cuales? —Diana acariciaba suavemente el cabello de la pequeña.

—Primero que ella despierte —levantó uno de sus dedos—. Y segundo, que ustedes estén dispuestas a volverse sus tutoras legales.

   Las mujeres intercambiaron miradas durante unos segundos para luego voltearse hasta su hija.

—Lo haremos —asintieron ambas.

   Tras solo unos minutos más hablando respecto al tema de Adma y como Adds había logrado convencer a su padre de arreglar las cosas ambas mujeres salieron de la enfermería con ella detrás.

—Barry —saludó Carol.

   El castaño rápidamente y de forma inconsciente cambió su aspecto a uno nervioso.

—Carol, Diana... hola —les sonrió.

—Te ves nervioso —comentó Diana—.  ¿Algo que decir?

—Y-yo no, nada —negó rápidamente.

—Aja —murmuró Carol, para en segundos cambiar su gesto a una resplandeciente sonrisa—. Bueno, me alegra que hayas dejado de ser un imbécil y le hayas permitido a mi hija volver a los laboratorios.

—Yo...

—Sabía que en algún momento te darías cuenta que no debiste dejarla e intentarías arreglar las cosas con ella —continuó diciendo.

—Bueno... —interrumpió Adds—. No hay nada que arreglar, así que porque mejor no vuelven a sus trabajos —propuso—. Yo les llamaré si Adma despierta.

   Adds no dudó en guiar a ambas mujeres hasta la salida, mientras ellas se miraban de forma extraña a la meta-humana parecía querer explotarle la vena del cuello.

—¿Qué les pasa? —preguntó finalmente—. Saben que apenas y hablo con él.

—Si, pero según nos comentaste este no es el Barry que rompió tú corazón —habló su madre con una pizca de esperanza en su mirada.

—Exacto, además míralo, parece un perrito golpeado cada vez que lo ignoras o le miras mal —siguió Diana.

—No voy a volver con él —se negó cruzando sus brazos sobre su pecho—. Puede que él no sea quien rompió mi corazón pero luce igual al que lo hizo. Además de que rompió más cosas de las que creen —murmuró.

   No hicieron falta más palabras. Carol y Diana sabían que a partir de ahí no podían hacer nada ni mucho menos influenciar en la decisión u opinión de Adds, así que optando por el lado saludable se despidieron y marcharon. Adds por su parte volvió a dirigirse hasta donde seguía la inconsciente Adma. Tomó su mano dejando leves caricias.

—Hola, cariño —susurró—. No estoy muy segura de si puedes oírme, y de hacerlo seguro te preguntas porque una completa extraña esta cuidando de ti y te pide que despiertes —balbuceó—. La verdad es que... es un sueño un tanto tonto y personal... pero siempre quise tener un hermanito o hermanita y al no tenerlo me prometí a mi misma que cuidaría de cualquier niño como si fuera ese pequeño que tanto deseé. Nadie merece crecer en un lugar sin amor y cuidados —murmuró—. Y si despiertas tal vez tú puedas ser esa pequeña hermanita que siempre deseé y crecer junto a personas que te llenaran de amor como nosotros planeamos hacer.

   Rió limpiando sus ojos con su mano libre. Estaba llorando, pero realmente aquel era un tema que le tocaba profundamente.

—Me siento tan estúpida, probablemente ni si quiera me escuches, pero no se puede esperar mucho de alguien que le habla a la luna.

   Barry había estado escondido cerca de la entrada de la enfermería escuchando todo atentamente, y sentía su corazón derretirse ante las palabras de ella. Aún no entendía como alguna de sus versiones podía haberle roto el corazón a una chica tan especial, tan perfecta como lo era Adds.

   Con el corazón más acelerado de lo normal se adentró en la enfermería. Deseando poder arreglar las cosas con ella.

   Al ver de reojo, una figura acercarse Adds terminó de limpiar las lágrimas en sus ojos y aparentar normalidad. Y en cuanto vió que la persona era nada más y nada menos que Barry no pudo evitar bufar.

—Cuando yo estaba en coma recuerdo haber escuchado conversaciones, o palabras que en mi cabeza sonaban sin sentido —comentó el velocista bajo la expectante mirada de la rubia, la cual en realidad no estaba sobre él ya que esta seguía sobre la pequeña—. Sin embargo hubo algo que escuche completamente ¿Sabes que fue?

—No lo se, Allen. No estoy dentro de tu cabeza —Barry rió levemente.

—Fue a ti. Recuerdo perfectamente cuando llamaste mi nombre y tomaste mi mano. Te sentí junto a esa extraña corriente eléctrica y luego te escuche despedirte de mí —ambos guardaron silencio. Y Barry pudo ver perfectamente como Adds retenía su respiración—. Esto en realidad no lo recordé hasta unos meses atrás, pero estoy seguro de que en realidad ocurrió.

—¿Cuál es el punto de esto, Barry? —preguntó observándole con los ojos ligeramente aguados.

—Que ella probablemente te esta escuchando y esta intentando despertar —respondió sintiendo un cosquilleo en sus dedos. Cosquilleo que pedía a gritos acariciar la mejilla de ella, sin embargo por más que así lo quisiera sabía que no era posible, por lo que tomó la mano de la pequeña castaña en la camilla—. Está intentando despertar al igual que yo lo intente cuando sentí que te marchabas.

—¿Entonces estás indirectamente diciéndome que ella despertará en nueve meses más?

   Barry rió.

—No, ella podrá hacerlo... —su hablar fue cortado por el movimiento de la pequeña.

—¿Acaso ella acaba de...?

   En ese instante la pequeña abrió los ojos de golpe, respirando aceleradamente.

—¿Qué demonios? —murmuró Adds, levantándose de un salto mientras miraba a la menor—. Trae a Caitlin —ordenó.

   El velocista tardó segundos en volver a la habitación dejando en pie a la doctora a un lado de la camilla.

—¡Barry...! —el reproche de Caitlin fue detenido por si misma, al ver como su mejor amiga intentaba tranquilizar a la pequeña castaña. Por lo que corrió en busca de una luz para revisar las reacciones. Y un estetoscopio.

—¿Puedes esperar afuera? —pidió a su mejor amiga.

—¿Que? No —se negó.

—Ella estará bien, lo prometo —sonrió Caitlin.

—Pero...

—Vamos Adds, deja trabajar a Caitlin —Barry la tomó de la mano y tiró de ella suavemente fuera de la habitación.

   Aún sin poder creerlo llevo su mano libre hasta su boca.

—Ella despertó —murmuró con una pequeña sonrisa asomándose por sus labios.

—Ella lo hizo —asintió Barry sonriéndole.

   Justo en ese momento Adds salió de su pequeña y momentánea ensoñación. Su mirada cayó en su mano derecha la cual estaba aferrada a la del velocista y tras unos segundos se separó abruptamente de él.

—Adds... —él intentó acercarse sin mucho éxito.

—Debo llamar a mi madre. —excusó alejándose.

   Barry suspiró frustrado quedándose de pie en el centro del cortex.

—La reviviste —habló una voz a sus espaldas minutos más tarde—. Reviviste a Adds y ella no lo sabe —Harry apareció en su campo de visión.

—Si, no fue intencionalmente. Pero es un verdadero regalo entre todas las consecuencias —suspiró—. Y sinceramente al tenerla aquí, ya no me arrepiento del viaje, por más egoísta que suene.

—Pero ella te odia, ¿Por qué?

—Aparentemente mi otro yo le rompió el corazón de la forma más cruel posible. —contó bufando al terminar de hablar.

—¿Aparentemente? —alzó una ceja.

—Eso fue lo que Felicity me comentó, pero no conozco realmente como fueron las cosas.

—O sea que estás tratando de enmendar un error sin saber cual fue —negó—. Así nunca lograrás recuperarla.

—He intentado hablar con ella pero siempre me aleja —bufó.

—Entonces intenta más fuerte, Allen. Si de verdad la amas lo intentarás realmente o de lo contrario la dejarás ir sin hacerla sufrir más —sentenció—. Esas son tus opciones.

—La amo, realmente la amo —susurró.

—Entonces ahora debes decidir que harás —finalizó Harry alejándose.


ϟ

ADDS AÚN ESPERABA EN EL CORTEX, puesto que Caitlin volvió a dormir a la pequeña al ella reaccionar de forma muy intranquila y al no reaccionar del todo bien. Así que solo quedaba esperar a que Adma volviera a despertar, y manifestando a que esta vez se mostrará más tranquila.

   Unos gritos hicieron que se acercara hasta la entrada del cortex saliendo a los pasillos viendo como Wally era regañado por un furioso Barry. Con el ceño fruncido se colocó delante del moreno dándole la cara al velocista.

—Debes dejar de gritar —ordenó con voz increíblemente tranquila—. Adma está descansando.

   El gesto del velocista al igual que su enojo se esfumaron al ver los orbes azules de la rubia.

—Lo siento —se disculpó.

—Ahora, ¿Se puede saber porque demonios le gritabas a Wally?

—Saltó a la calle buscando "activar" sus poderes —hizo énfasis mientras explicaba.

—¿¡Que hiciste que!? —cuestionó en un agudo grito Adds—. En que demonios estabas pensando, Wally.

—De no ser por Jesse ni siquiera estarías aquí ahora mismo —siguió Barry a un lado de la menuda rubia.

—Debes pensar con la cabeza fría para evitar hacer ese tipo de estupideces.

—Eso le dije yo —señaló Barry.

—¿Por qué no le haces caso al idiota este? Si te lo dice es por la experiencia de sus errores —apuntó a Barry mientras miraba a Wally.

   Barry frunció el ceño, pero volvió a concentrarse en la conversación.

—No tienes poderes, entiéndelo de una vez antes de que mueras por ir saltando calles en busca de ellos.

—¿Acaso hay sólo espacio para un velocista en la familia? —contraatacó el moreno al ver como era regañado y atacado.

—Wally no se trata de quien es el velocista de la familia o el mejor. Esto se trata de ser consciente de que aveces simplemente los poderes no se manifiestan porque no tienes —comentó más tranquila—. Solo tratamos de protegerte.

—Exacto. ¿Algo que decir? —preguntó Barry a Joe, quien se encontraba apoyado en una pared.

—No, ustedes ya lo dijeron todo.

—Ustedes dos son igual de insoportables —Wally señaló a ambos—. Tal vez si deberían volver.

   Y tras eso se fue por el pasillo. Adds se removió incómoda al sentir la intensa mirada proveniente de Barry, sintiendo como estas junto a las palabras del moreno intentaban calar y colarse en su mente, por lo que no tardó en salir caminado apresuradamente por el pasillo. Y Barry no tardó en salir tras ella.

—Adds, podemos hablar —pidió—. Por favor.

—¿Sobre qué? —cuestionó mientras seguía caminando y evadiendo su mirada.

—Sobre nosotros...

—Nosotros implica alguna especie de relación, y nosotros no tenemos ninguna —suspiró observándole cortamente para luego volver a esquivar su mirada.

—Pero lo hubo —recordó—. Solo quiero saber que hizo mi otro yo.

—Este no es el lugar para hablarlo... ¿Qué demonios? —su mirada recorrió el lugar a dónde Barry les había llevado— ¿Por w me trajiste a casa de mi madre?

—¿No que tú madre vivía con Diana? —le observó confundido.

—Si, en este departamento —dijo obvia—. ¿De todos modos porque me trajiste aquí?

—¿Dónde vives? —inquirió ignorando la pregunta de Adds.

—No te dire dónde vivo —negó con el ceño aún fruncido.

   En segundos ya estaba en una nueva ubicación. Miro todo su entorno, mientras se aferraba al mesón que separaba la cocina del living para mantener su estabilidad.

—¿Como demonios supiste que vivía aquí? —entrecerró sus ojos en dirección al castaño.

—Lo investigue —sonrió levemente.

—Malditos sean los velocistas —susurró—. ¡Ethan! —gritó caminando hasta una de las habitaciones—. ¿Et? —llamó tocando la puerta.

—¿Vives con él? —preguntó Barry sintiendo una molestia en su pecho.

—Si —respondió cortamente para luego encogerse de hombros.

   Abrió la puerta de la habitación de Ethan, encontrando todo en perfecto estado. Sin embargo un post-it resaltaba pegado en una foto de ambos que reposaba sobre el velador. La tomó entre sus manos dispuesta a leer lo que decía.

"Adds, siento no avisarte antes y no llamarte, pero tuve que salir fuera de la ciudad, más concretamente a Star City por unos cuantos días. Cuídate e intenta no matar al idiota de Allen.
        "Te quiere E.T"

Genial —murmuró doblando la nota luego de leer el escrito por lo menos cinco veces—. ¿Sigues aquí? —cuestionó reparando en la presencia de Barry quien estaba apoyado en el marco de la habitación.

—Te dije que hablaríamos —repitió.

—Y yo te dije que no quería hablar —reiteró pasando por su lado—. Ya sabes donde esta la salida.

—Adds por favor —pidió jalandola cerca de él.

*
   Adds inevitablemente observó los ojos del velocista, permitiendo que el tuviera acceso a su mirada, y ella a la de él, repasando en esos iris verdosos con pintas azuladas que tanto seguía amando. Realmente lo extrañaba, como no tenía idea, pero también creía que era tiempo de pensar con la cabeza y no con el corazón. Sin embargo por más que pensara en eso, en el momento en que Barry se acercó más a ella dejo de pensar con ambas, fue como si su cerebro hubiera decidido apagarse al sentir la cercanía.

   Sin resistirse aún sabiendo que era un acto erróneo, Barry junto sus labios en un beso, no necesariamente suave, pero era simplemente de ellos. Adds tardó uno segundos en corresponder, y si, lo hizo. Pero la cordura no tardó en volver a ella con las imágenes de Barry rompiendo su corazón haciendo presencia y retumbando en su mente.

—¿¡Que demonios crees que haces!? —masculló empujándolo lejos de si.

—Adds... —Barry hizo intento de acercarse.

—¿¡Crees que soy un maldito juego!? ¿¡Que acaso por haber sido una asesina no tengo sentimientos!? —cuestionó alejándose de él, con ojos húmedos.

—No, claro que no. Y-yo...

—¿Te satisface de alguna extraña manera jugar conmigo una y otra vez? —volvió a interrumpirlo—. He intentado llevar las cosas de la mejor forma posible, Barry. Pero tú sigues intentando jugar conmigo —señaló—. ¿Que fue lo que hice mal para merecer esto? —cuestionó en voz baja—. ¿Acaso soy yo la del problema?

—¿Que? No —negó rápidamente—. Tú no has echo nada mal, amor. Solo... yo solo quiero que me expliques todo.

—¿Que quieres que te explique, Barry? —le observó, mientras limpiaba las lágrimas que manchaban sus mejillas—. ¿Quieres que te recuerde como me rompiste el corazón?

—No fui yo —susurró.

—Para mi lo fuiste —remarcó—. ¿Pero eso quieres saber no? —Barry asintió lentamente.

   Adds guardó silencio unos segundos antes de comenzar a hablar.

—Había pasado una semana desde la muerte de Henry, y yo intentaba hacer lo posible porque te abrieras conmigo, y que dejaras salir el dolor. Hacía lo que podía para que confiaras en mí —susurró, sintiendo un abrasante dolor en el pecho.

   Barry le observaba fijamente, sintiendo su corazón romperse al tener que presenciar como el amor de su vida intentaba con todas sus fuerzas no derrumbarse. Intentó acercarse hasta ella, pero como siempre ella retrocedió negando.

—Pero no lo hacías hasta que un día simplemente me dijiste: Terminamos —susurró recordando—. Así de simple, como si hubiera sido alguna chica cualquiera a la que conocías desde hace... dos meses —sorbió su nariz—. Te pregunte porque ¿Y quieres saber que me dijiste? —le miró con una sonrisa irónica.

   Se acercó unos pasos hasta él. Las lágrimas ya no eran retenidas, por lo que estás caían libremente por sus mejillas perdiéndose en el alfombrado del piso. Que caso tenía demostrar que no le dolía, cuando en realidad la herida seguía igual de latente que el día en que había sido creada y abierta de la forma más dolorosa posible.

—Me dijiste que no querías cerca a alguien que te recordara al monstruo que asesinó a tú padre —escupió cada palabra como una daga.

   A Barry se le cortó la respiración cada vez más con cada palabra, ahogándose en sus propias lágrimas. Felicity le había comentado algo similar a aquellas palabras, pero escuchar la forma en que Adds lo decía, viendo su dolor al recordar aquello. Realmente quería ser el quien sintiera ello. Quería tomar su dolor e implantarlo en si.

—Rayito... —murmuró.

—Y eso no fue todo —rió por unos cortos segundos—. Cuando te pregunte si me amabas... creo que eso fue lo peor de todo. Escucharte decir que tuve razón desde un principio y que habías confundido tus sentimientos por mí... —inevitablemente Adds ahogó un sollozo.

   Se tomó unos segundos antes de seguir hablando. Realmente no sabía si aquello estaba siendo liberador o solo estaba quitando más de si misma con cada palabra.

—Probablemente eso fue lo que terminó de romper mi corazón —continuó—. Y luego escucharte decir que siempre habías estado enamorado de Iris... Ahí me di cuenta de que después de todo si fui el plato de segunda mesa —sonrió—. Había sido tu entretención mientras no podías tener a Iris —negó dejando que su acuosa mirada se perdiera en la pared.

   Barry dejando caer sus propias lágrimas comenzó a acercarse cuidadosamente hasta Adds, pero se detuvo en cuanto esta levanto la cabeza.

—¿Y sabes que es lo peor? —cuestionó en voz baja—. Que te odio...

   Barry negó retrocediendo unos pasos.

—Pero te sigo amando mas de lo que te odio —suspiró cortadamente—. Porque tengo todos estos recuerdos, de tu y yo... creciendo juntos, viviendo diferentes experiencias juntos, yo enamorándome de ti, y yo recordando como se sentía amarte cuando creía que tu me amabas a mí —recordó con una leve sonrisa—. Porque amarte simplemente se sintió de adolescentes, salvaje y libre. Y hacerlo en su momento fue fantástico, cálido y dulce, alegre, sano y a salvó, y sobre todo fue un lugar donde podía bajar mis defensas —sonrió triste.

   Cada palabra inevitablemente traía un recuerdo feliz de ellos. Tal como aquella vez en que él la llevó al baile de invierno. O esa vez que le organizó una fiesta sorpresa para uno de sus cumpleaños. Cuando él le cantaba para que lograra dormirse. E incluso la primera vez de ambos. Sin embargo lamentablemente cada vez que aparecían esos recuerdos en su memoria, estos eran opacados por los tristes y dolorosos recuerdos vividos en los últimos cuatro meses.

—Creo que ese fue mi primer error. Porque amarte también trajo consecuencias. Conversaciones incómodas, el comenzar a correr hacia una baja expectativa entre nosotros, ignorar cada señal de advertencia que tuve.., y créeme ahora estoy pagando por ello —asintió con cálidas lágrimas bajando por sus mejillas.

   Barry en el mismo estado que ella siguió intentando acercarse. Hasta que lo logró quedar a solo centímetros de distancia, en dónde tomó su rostro, pasando los pulgares por debajo de los ojos de Adds limpiando lágrimas que serían reemplazadas por nuevas.

—Amarte se volvió tonto, sombrío y humillante —la voz de Adds se rompió—. Amarte sigue atacándome. Amarte al principio fue encontrar la alegría, pero en algún punto se derrumbó y terminé perdiendo mucho más que mis sentidos. Porque amarte como nunca me trajo consecuencias —susurró sintiendo como sus lágrimas se perdían en la nada junto a las lágrimas de Barry.

—Por favor —susurró Barry juntando sus frentes—. Lo siento, siento todo... Pero puedo arreglarlo, solo no me dejes mi amor.

El cuerpo completo de Adds se remeció en un temblor que amenazó con hacerle perder la estabilidad física. Pero se las arregló para mantenerse en pie.

—Como dije, te sigo amando, Barry —nuevamente conectó sus miradas—. Pero ese amor ya no es sano, se volvió peligroso... y si no dejo que mi corazón y mente sanen... —
negó—. Solo quiero volver a ser yo, y recuperar todo lo que me quitaste. Dejé que me quitarás mi confianza, Barry. Ya no puedo dejarte dañarme más, ya no puedo permitirme seguir siendo tú juego y que yo deba seguir pretendiendo estar bien.

—No. Tú no eres ningún juego, amor. Nunca lo has sido. Eres increíble, fuerte... tú eres todo, eres el más grande rayo de luz. Mi más grande rayo de luz.

—Pero ya no lo soy más —otro sollozo amenazó con salir. "Mi rayo de luz" "Rayito" palabras que habían significado tanto, y ahora no eran más que dolor—. Y tú fuiste quien se encargó de romper a tú rayo de luz.

—No, por favor —rogó en susurros—. Déjame arreglarlo.

Adds negó.

—Solo vete, por favor. Ya tengo suficiente con tener que seguir viéndote todos los días.

—Te prometo, por nosotros que no me daré por vencido —susurró depositando un suave beso sobre su frente—. Te amo, Rayito.

   Adds lo vió alejarse por la habitación, abrir la puerta y marcharse. Por un momento su corazón le pidió que corriera por él y le diera otra oportunidad. Era solo una... Pero su mente la detuvo. Debía volver a ser ella misma, esa era la prioridad, encontrar su felicidad, encontrarse nuevamente.




ϟ




*Capítulo editado*

LO ADMITO
me gusta armar el desmadre.

Me dio penita escribir este capítulo

Btw, si ven inconsistencias en la historia o palabras mal escritas, háganmelo saber xfa, i mean revise el capítulo unas 2 veces pero siempre ando al pedo y de seguro se me pasó algo.

Espero hayan disfrutado el capítulo, y recuerden votar y comentar, los leo<333.

[editado: 17/03/2022]

—𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

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