IX

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✧「 Capítulo nueve 」✧

— ϟ —

¿DONDE DEMONIOS PUEDE HABERSE METIDO? —cuestionó frustrado y preocupado Ethan.

Después de horas intentando localizar a Adds, aún no tenían idea de dónde se había metido. Cosa que solo lograba hacer que Caitlin e Iris se sintieran más culpables.

—Lo tengo —Cisco chasqueó sus dedos al recordar algo—. ¿Dónde suele ir Adds cuando quiere despejarse?

—Tierra 36 —susurró Ethan—. Claro, fue a ver a...

| 15 horas antes |

—¡Mierda! —se quejó Adds, cayendo de lleno en el suelo.

—¿Adds? —preguntó Tony saliendo de su armadura.

—Hola, hola —canturreó la mencionada intentando ponerse de pie, fallando totalmente en el intento.

—Déjame ayudarte —indicó Pietro levantándola del suelo.

   Adds le dió una sonrisa divertida al Sokoviano, gesto que no tardó en eliminar.

—Ugh, tú velocidad me recuerda a Barry —lloriqueó—. Aléjate de mí.

—¿Problemas? —inquirió Tony ayudándole.

—Peor que los de la última vez.

—¿Estás ebria, Adds? —le preguntó a modo de regaño Natasha.

—Como dije, todo está peor que la última vez que vine —repitió de forma ahogada—. Chicos, no me siento muy...

   No logró terminar aquella oración cuando involuntariamente se inclinó hacía adelante, dejando salir todos sus fluidos estomacales en plena sala.

   Ante aquello Tony inmediatamente la soltó alejándose asqueado, cosa que hizo que Adds de tambaleara y de no ser por Wanda y sus poderes la pobre rubia hubiera caído sobre su propio vomito.

—¡Tony! —reclamó la Sokoviana.

—¡Es un traje costoso! —se justificó el multimillonario, recibiendo una mirada de reproche de todos los presentes.

     | Presente |

—¿Dónde está Mallitas? —cuestionó Adds limpiando su boca con el dorso de su chaqueta.

—Está ayudando a la nueva —indicó Pietro.

—¿La nueva? —Adds repitió a pregunta antes de tomar un poco de aquel batido extraño que Bruce le había preparado. Según él especial para la resaca. Pero siendo honestas a ella le sabía a vomito.

—Si, ¿Recuerdas a la chica en coma? —preguntó Natasha.

   La rubia asintió mientras pasaba de forma dificultosa el último trago que le quedaba de aquella extraña bebida verdosa y espesa.

—Pues la adoptamos —señaló con diversión Tony.

—Le estamos ayudando con sus poderes —corrigió Steve, blanqueando sus ojos ante la poca seriedad de Tony.

—¿Qué tipos de poderes?

—Telequinesis —se adelantó a decir Bruce—. Y manipulación de energía.

—Eso es genial —sonrió divertida—. Bueno, ¿Quién tiene hambre? Porque yo estoy muriendo de hambre.

   Minutos después todos se encontraban en la sala del complejo de los Vengadores, esparcidos en el suelo y sofás comiendo pizza, mientras se ponían al día.

—Entonces, ¿Qué ocurre con este chico Barry?

—Muchas cosas ocurren —suspiró ella.

—¿¡Cómo es eso de que moriste, Adeline!? —chilló Wanda a un lado de ella.

—¡Wanda! ¿Qué te he dicho de entrar en mi mente? —le regañó.

—¿¡Qué!? —gritaron todos horrorizados.

—Es una larga historia... —alargó soltando un nuevo suspiro.

—¿Adds? —cuestionó alguien entrando de la sala.

   Salvada por aquel castaño, suspiró y se puso de pie para correr en la dirección del chico.

—¡Mallitas! —chilló feliz saltando sobre Peter.

—¡Chispitas! ¿Qué haces aquí? —Peter cuestionó emocionado.

—Vine de visita —se encogió de hombros en cuanto se alejaron—. Oye pero mírate, desaparezco dos meses y estás más guapo.

   Peter rió divertido.

—Me alegro de verte —sinceró.

—Yo igual lo hago —asintió desviando su mirada a la castaña unos pasos atrás de su amigo—. Hola... —se acercó tendiéndole la mano.

—¿Tú... tú eres Gwen? —cuestionó pálida la joven.

—¿Qué? Oh Dios, no —negó rápidamente la rubia—. Soy Adds —se apresuró a decir—. Bueno, soy...

—Es la doppelgänger de Gwen —explicó Peter de forma nerviosa.

—Exacto —asintió Adds sonriéndole—. ¿Y tú eres?

—Callia —respondió sonriéndole de vuelta, sintiéndose ligeramente avergonzada—. Callia Andrews.

—Espera un momento ella es...

—¡Ah! ¡Spoiler! —Peter la calló tapando su boca con una de sus manos.

   Adds blanqueó los ojos y se separó dejando su boca libre nuevamente.

—Es un gusto conocerte Callia —sonrió nuevamente hacia la joven—. Es bonita —susurró en el oído de Peter, quien se sonrojó ante aquello.

—Cállate —murmuró él empujándola.

—Bueno, bueno —habló dándose vuelta hasta los presentes—. ¿Quién está listo para una pelea?

—No tan rápido señorita —la detuvo Steve—. Nada de peleas hasta que nos expliques que es eso de que moriste.

—¿¡Qué tú qué!? —chilló alarmado Peter.

   Adds suspiró y se dejó caer a un lado de Wanda nuevamente.

—Saben, vine aquí a despejarme —comentó—. No a recordar la cantidad de problemas que me esperan en casa.

—Adds...

—Bien —se sentó correctamente—. Miren, si morí. Pero en una línea temporal anterior, ya que cuando el padre de Barry y yo morimos, él viajo en el tiempo, creando algo llamado Flashpoint.

—¿Qué es Flashpoint?

—Una línea de tiempo alternativa donde todos estábamos vivos —explicó—. Cuando todo se salió de control allí, Barry viajó nuevamente en el tiempo intentando restablecer la línea temporal antigua. Pero cuando lo logró, yo estaba viva, el hermano de Cisco muerto y Caitlin ahora tiene poderes que la llevarán a convertirse en una asesina —habló entre tropezones.

—Y creí que nuestra vida era rara —murmuró Steve.

—¿Y qué hay con este chico Barry? —preguntó curiosa Natasha.

—No tengo ni idea de como era nuestra relación en la línea anterior, pero en esta el terminó conmigo, y me dijo cosas horribles —suspiró—. Pero... aquel día en que volvió a esta línea temporal se comportaba distinto, cuando me vió corrió a abrazarme. No lo comprendía hasta ahora. Pero hace unos días me decidí por intentar retomar nuestra relación y ahora...

—¿Qué habría de diferente ahora? —preguntó Peter confundido.

—Él me mintió —repitió—. Y yo... me siento fatal porque por mi culpa probablemente él hizo ese viaje y por mi culpa el hermano de Cisco está muerto —suspiró—. Y... ni siquiera puedo mantener mis pensamientos en orden —bufó.

—¿Y qué harás?

—No lo sé —negó—. ¿Qué debería hacer? —cuestionó pasando su mirada por todos los presentes—. ¿Debería perdonarle sabiendo que lo más probable es que guarde secretos que en un futuro nos afectaran?

—Creo que debes correr el riesgo —opinó Callia—. Digo, si no te lanzas nunca sabrás lo que te espera abajo.

   Adds le sonrió.

—Riesgos es lo más suelo tomar en mi vida —rió ella—. Pero... no vine aquí por eso.

—Bueno, si necesitas darle una paliza podemos ayudarte —ofreció Natasha.

—O alguien que lo venza en una carrera —ofreció por su parte Pietro.

—Sin ofender velocista, pero Barry te destrozaría —se burló ella.

— ϟ —

UN MINUTO, MENOS DE UN MINUTO HABÍA tardado en derribar al mismísimo hombre araña.

—¡Esa es mi chica! —gritó Natasha celebrando.

—Debo dejar de creer que en algún momento te venceré —murmuró Peter siendo ayudado por Adds a ponerse de pie.

—Ella es asombrosa —comentó Callia a un lado de Tony.

—Lo es —asintió con una sonrisa.

—¿Quién sigue? —cuestionó Adds.

Al ver a la mismísima espía estrella de Shield acercándose, soltó una maldición por lo bajo, sabiendo que sus probabilidades de ganar eran muy pocas, casi nulas.

—¿Crees lograrlo esta vez, Adds? —preguntó Clint.

—Cállate Robin Hood —murmuró posicionándose para atacar.

Ella lanzó el primer golpe, el cual consistió en una vuelta en el aire mezclado con una patada. Natasha se agachó rápidamente esquivándola, para luego lanzar un golpe de puño cerrado que Adds detuvo. Lamentablemente no fue lo suficientemente rápida como para esquivar la otra mano de la espía, la cual dio un golpe en seco justo en su abdomen.

—Mierda, creo que voy a vomitar otra vez —susurró recuperando el aire.

Una vez logró recomponerse, rápidamente se agachó y estirando una de sus piernas dió una vuelta, logrando derribar a la pelirroja, sin embargo esta ni siquiera tocó el suelo en una caída cuando se impulsó hacia arriba tras apoyar sus manos en el suelo, logrando quedar de pie.

—Debes estarme jodiendo.

En un bufido comenzó a esquivar los golpes, y antes de que pudiera si quiera abrir sus ojos del pestañeo que había dado, ya estaba tumbada en el suelo, con un brazo en su espalda.

—Sip, en definitiva debo ser como Peter y olvidarme de que algún día te venceré.

—Son años de práctica —le recordó Romanoff.

   Callia se acercó a ayudarle a ponerse de pie, cosa que Adds agradeció con una sonrisa. Ambas se alejaron del lugar y comenzaron a caminar por los laboratorios siendo seguidas por Peter.

   Si se lo preguntaban a Adds, parecía un acosador.

—¿Entonces tienes telequinesis y puedes manipular energía?

—Sí —asintió la castaña.

—Eso es genial —sonrió Adds.

—Lo es... o eso creo. El problema es que aún no sé como manejarlos —Callia hizo una mueca—. Wanda me ayuda de vez en cuando, pero normalmente suele salir en misiones y yo suelo ser muy torpe.

—Tal vez Adds pueda ayudarte —comentó Peter llegando a un lado de ambas chicas—. Tus poderes no son muy diferentes.

—No tengo problemas en hacerlo —asintió de acuerdo la rubia.

Ambas chicas se encaminaron hasta la sala donde Callia solía practicar con sus habilidades. Y tras un poco de explicaciones, mencionar los fallos y fortalezas comenzaron.

—Muy bien, muéstrame lo que puedes hacer.

Callia se posicionó, y abriendo las palmas de sus manos dejó fluir aquel aura violeta. Frente a ellas unas cajas comenzaron a apilarse una sobre otra, quedando acomodadas de forma frágil.

—Eso está bien —asintió Adds.

—Aún no puedo controlarlo bien.

—Lo sé, no es fácil acostumbrarte de la nada a usar estas cosas —suspiró Adds—. ¿Has intentado lanzar explosiones de energía?

—Eh... no. Me da miedo —admitió avergonzada la castaña.

—Hey, no pasa nada —le aseguró Adds—. Yo no poseo telequinesis como tal, pero puedo manipular cierta energía, así que puedo hacer cosas parecidas.

—¿Cómo qué?

Adds estiró su mano y de esta salió una flameante llama. La cual se propagó por el entorno de las cajas comenzando a apilarlas.

—Mis poderes en su mayoría consisten en la piroquinesis. Me siento como la antorcha humana.

—¿La qué?

—Nada, nada —se apresuró a decir—. Para poder manipular los objetos tienes que encontrar cierta concentración y hasta motivación.

—Lo he intentado, pero simplemente no puedo —bufó Callia.

—Si puedes, nada es imposible —corrigió Adds—. Haremos esto. Cierra los ojos.

—¿Para qué?

—Hazlo, Lia —la castaña suspiró y emitió la acción—. Ahora inhala y exhala tranquilamente. Debes concentrarte muy bien en lo que quieres hacer, busca algo que te motive, un sentimiento de felicidad, un recuerdo, una persona que te incentive a ser mejor.

   Callia se concentró lo más que pudo e hizo todo lo que la rubia le indicaba, segundos después abrió sus ojos dejando ver en sus ojos un color violeta igual al que salía de sus manos. Alzo sus manos y volvió a rodear las cajas en aquel aura comenzando a moverlas.

—Lanza un orbe de energía —indicó Adds.

—¿Estás segura? —cuestionó dejando entrever su desconfianza en si misma.

—No dudes de tus capacidades, Callia —Adds le regañó de forma suave—. Debes creer en ti misma. Esa es la regla principal.

   Callia suspiró y comenzó a concentrar la energía de sus poderes en una de sus manos, creando una potente esfera de energía, la cual luego lanzaría mandando a volar las cajas que apilaba con anterioridad.

   Callia abrió su boca sorprendida cubriéndola con una de sus manos.

—Lo hiciste —sonrió Adds.

—¡Oh por Dios lo hice! —chilló feliz Callia, sintiendo como era alzada por alguien.

—Lo hiciste —felicitó Peter sonriéndole.

—¡Peter lo hice! —sonrió abrazándolo con efusividad.

   Adds sonrió divertida, estaba segura de que ahí crecía algo mucho más que una amistad. Y estaba feliz de que Peter estuviera obteniendo una segunda oportunidad en el amor, y más con alguien como Callia, quien le había parecido una una chica genial desde el primer momento.

—Muy bien. Luego siguen coqueteando —los separó, mostrando una sonrisa divertida al ver los rostros sonrojados de ambos jóvenes—. Callia y yo seguiremos entrenando así que vete, Mallitas —Adds lo empujó.

—Olvidaba lo odiosa que puedes llegar a ser —bufó Peter.

—Pero así me quieres —canturreó—. Ahora largo.

   Sin más que hacer, el castaño se marchó de la habitación dejando a ambas chicas solas nuevamente. Claramente en el momento dejó en claro su descontento.

—Así que... —murmuró Adds con una sonrisa.

—¿Así que qué? —preguntó Callia.

—Tu y Peter —hizo un movimiento con su mano.

—¿Qué? Pfff, no —negó apresuradamente la castaña—. Solo somos amigos.

   Adds alzó una ceja, dando a entender que no creía ni una sola palabra de lo que Callia aseguraba.

—¿Tanto se nota? —preguntó sonrojada.

—No, solo soy muy observadora —comentó Adds tomando asiento al igual que Callia—. Además lo sé porque yo también pase por ello y actuaba como tú.

—Es solo que no quiero arruinarlo —murmuró.

—No tienes porque, ¿Si ambos se gustan cuál es el problema?

—Ya sabes sobre la ex novia de Pet.

—Ajá.

—Es... es difícil para mí, para ambos, supongo —confesó—. Sé que Peter no está listo para una relación aún, menos si el fantasma de Gwen le persigue —susurró—. Y no es que me moleste que aún la siga amando, claro que no, un amor como el que tuvieron nunca se olvida. Pero es más él hecho de que no se permite seguir viviendo. Es como si, sintiera que al estar con alguien más la estuviera traicionando.

—Tu puedes ayudarle —insistió Adds—. No paso mucho por aquí, pero nunca había visto a Peter mirar a una chica de la forma en que te observa a ti. Te mira como si fueras la única chica en su vida.

—¿Lo dices en serio? —cuestionó insegura con un deje de esperanza.

—Claro que si —aseguró Adds con una sonrisa—. Ustedes tienen algo especial, y estoy segura de que todos en este complejo se dan cuenta de ello.

—Odio el amor —masculló Callia—. Nunca me salen bien las cosas cuando se trata de él.

—Somos dos —asintió Adds.

—¿Qué piensas hacer tu? Con aquel chico —preguntó Callia.

—No lo sé —hizo una mueca—. Si supiera cómo era todo antes tal vez sería más fácil.

   Ambas guardaron silencio. Hasta que solo unos minutos más tarde, Callia se colocó de pie de golpe.

—Tengo una idea.

—¿Qué clase de idea? —cuestionó Adds siguiéndole los pasos.

—Tu solo sígueme.

   Al salir del complejo, caminaron a través de algunas calles de la ciudad. Tras algunos minutos caminado, Callia se detuvo, y Adds lo hizo de igual forma. Subieron los escalones que daban hasta la entrada, y Adds no tardó en darse cuenta del lugar en dónde se encontraban.

   Estaban en el santuario de New York.

—¿Este lugar es el que creo que es? —cuestionó leyendo la avenida y el número de la locación.

   177A Bleecker Street.

—Si piensas en el santuario que protege el hechicero supremo, entonces sí, estás en lo correcto —asintió Callia, para luego adentrarse al lugar.

   Con una sonrisa emocionada la rubia le siguió adentro, viendo como Stephen Strange aparecía flotando con su capa flameante. Una escena digna de una película si le preguntaban a ella.

—Callia, Adeline —asintió en dirección de ambas a forma de saludo—. ¿En qué les puedo ayudar? —cuestionó Strange.

—Bueno... —balbuceó Adds.

   No tenía ni idea de que demonios hacían ahí, al contrario de Callia quien había orquestado todo un plan en su mente, el cual esperaba saliera con éxito.

—Bueno, tú proteges la realidad ¿No? —inquirió Callia.

—Eso es correcto.

—Y puedes ver a través de realidades alternas —señaló nuevamente la castaña—. Y distintos universos.

—Si...

—Genial, entonces tal vez seas consciente del cambio que hubo en la línea tempo de tierra uno.

—Si lo que propones es que...

—Que le enseñes a Adds sus recuerdos anteriores —completó Callia a una velocidad sorprendente—. Estás en lo correcto, magito —asintió.

   Stephen suspiró y desvió su mirada hasta Adds.

—Fue idea de ella —apuntó a Callia, a su lado, quien blanqueó los ojos.

—No puedo hacer eso —se negó.

—¿Por qué? —cuestionaron ambas chicas a la par.

—Porque...

—Solo un vistazo ¿Si? —pidió Adds, convencida con la idea de Callia.

—¿Por qué quieres hacerlo? —cuestionó él hechicero supremo.

—Porque necesito saber si lo que siento es real. Necesito saber si de verdad vale la pena seguir con todo o simplemente dejarlo ir —no hacía falta que explicara a qué se refería, ambos presentes lo sabían.

   Tras unos largos segundos en silencio y aún no del todo convencido, Strange asintió.

—Muy bien —aceptó—. Pero será solo una vez.

—Entendido —asintió de forma nerviosa.

—Y te harás cargo de cualquier anomalía que esto pueda producir.

—Qué si —blanqueó sus ojos.

   Adds sintió un suave toque en su mano y al observar su extremidad se encontró a Callia dando un apretón en su mano junto a una sonrisa en forma de apoyo.

   Stephen colocó una de sus manos a un costado de la cabeza de Adds, y en un destello todos los recuerdos comenzaron a hacerse presentes.

   Pudo verse a si misma volviendo a la ciudad. Su reconciliación con Barry. Las tardes de películas. El tiempo que pasaba junto Caitlin y Cisco. El momento en que comenzó su relación con Barry. Los primeros te amo, lo besos, los abrazos, las palabras. Las hazañas de héroes. Cuando intercambiaron anillos. Luego Zoom, la muerte de Henry, y por último su propia muerte.

   Ver el rostro de dolor de Barry en su muerte, sentir su dolor... aquello fue algo que deseaba no volver a ver nunca más en su vida.

   En cuanto el hechicero separó su mano, Adds salió de aquellas visiones soltando un suspiro ahogado.

—¿Estás bien? —preguntó Callia preocupada.

—Estoy bien —confirmó abrazandola.

   Necesitaba eso. Necesitaba un abrazo de una persona que no tuviera problemas en dárselo y que no intentaría indagar más allá de lo que no debía. Además, Callia estaba más cerca.

—Gracias —susurró Adds.

—No hay de que. Espero haberte ayudado.

—Lo hiciste —admitió con una sonrisa.

   Eso fue suficiente para Callia. Realmente le alegraba el haber podido ayudar a la meta-humana. Algo le decía que serían muy buenas amigas.

—¿Dónde demonios estaban? —cuestionó Peter, al verlas entrar como si nada al complejo.

—Callia estaba ayudándome con unas cosas.

—Y Adds a me ayudaba a mí de igual forma —señaló Callia.

—¿Con qué cosas? —cuestionó curioso el castaño.

—No seas entrometido, Pet —Callia le empujó suavemente por el pecho mientras reía, para luego alejarse por el pasillo.

   Inevitablemente Peter la observó marcharse con una pequeña sonrisa en el rostro, hipnotizado por su sonrisa y el sonido de su risa. Sin embargo en cuanto escuchó la estruendosa risa de Adds se recompuso de inmediato.

—¿De qué te ríes? —cuestionó confundido.

—Tu mi amigo... —lo señaló—, estás loco por ella.

—No... no sé de que hablas...

—No necesitas negármelo. Es muy obvio, y no te culpo —aseguró son una sonrisa—. Callia en una chica excepcional, y te lo digo yo que desconfío de medio mundo y la conozco desde hace sólo unas horas.

—Ella es increíble —admitió finalmente Peter.

—Debes invitarla a salir.

—No... no puedo—negó.

—¿Por qué?

   Guardó silencio unos segundos. Se sentía patético.

—Tengo miedo —confesó.

—Peter... —Adds le sonrió—. Gwen estaría feliz de que siguieras con tu vida, y más junto a alguien como Callia —le aseguró con persuasión—. A veces para ser felices debemos correr riesgos. Nadie te asegura que no habrán momentos malos, pero por los felices valdrán la pena.

—¿En que momento te volviste tan sabía? —cuestionó divertido, rompiendo la seriedad del momento.

—La verdad no lo sé —rió abrazándolo.

   Peter sonrió y la envolvió con sus brazos. Adds tenía razón. Gwen querría que siguiera con su vida. Solía ser esa clase de persona, que deseaba que todos fueran felices, sin importar el qué.

   El abrazo entre ambos amigos, fue interrumpido por el pitido proveniente de la pulsera de Adds. Era una alarma y eso sólo significaba problemas en su tierra.

—¿Qué es eso? —cuestionó curioso Peter.

—Una señal de que mis amigos me necesitan —suspiró.

   Justo en aquel instante Callia volvió al campo de visión, con una sonrisa.

—Hey, Adds.. ¿Qué ocurre? —cuestionó al ver el rostro de su nueva amiga.

—Debo irme —al decir aquello ambas hicieron una mueca.

—¿Ya?

—Sí —asintió acercándose a ella—. Me encantó haberte conocido Callia —confesó abrazándola—. Y gracias por la ayuda.

—Te voy a extrañar, lo cual es raro porque te conocí hace solo unas horas —admitió Callia.

—Lo sé, me siento igual —rió Adds—. Por favor recuerda lo que te dije respecto a ti y Peter —susurró para que ambas escucharan.

   Callia asintió.

—Adiós chicos —se despidió abriendo la brecha.

—Adiós, Adds —se despidieron Peter y Callia.

Tras eso finalmente Adds cruzó la brecha, cayendo de rodillas justamente en el cortex de los laboratorios.

—¿Qué ocurre? —cuestionó confundida viendo al equipo.

Debía admitir que nunca creyó que sus amigos se preocuparían tanto. No fue necesario que lo dijeran explícitamente. Los regaños bastaron.

   Finalmente tras todo aquello implicado con su partida a la tierra de los vengadores, le pusieron al tanto con la alarmante situación que se acababa de presentar.

   Unos minutos después Lyla llegó a los laboratorios con información de la reciente amenaza.

   Alienígenas.

Adds aún no podía creerlo, y mucho menos el haberse perdido la llegada de estos y la vista en primera fila.

—Alienígenas —murmuró aún atónita.

—¿Son como los de la película Alien o como hombrecitos verde? —cuestionó de forma seria Cisco.

—Ambos, más o menos —respondió Barry jugando con los guantes de su traje.

—Les llamamos Dominadores desde que les conocemos —informó Lyla entregándole una imagen al velocista.

—Parece la imagen de una película de terror —comentó Adds a un lado de Barry observando la imagen—. Eso es genial.

—¿Desde hace cuanto saben de los Dominadores? —cuestionó Iris curiosa.

—Desde los años 50 —comentó Lyla.

—Estuvieron en Redmond, Oregón —señaló Joe—. El gobierno quiso encubrirlo.

   Todos le observaron extrañados, al ver que el detective parecía saber más de ellos que el equipo.

—¿Qué? Yo si escucho las cosas que habla Adds —se justificó el detective.

   La mencionada le regaló una sonrisa y un corto abrazo.

—Tu eres el mejor de este equipo —aseguró en voz baja, haciendo reír al detective.

—En 1951 aparecieron bajo las mismas circunstancias —comenzó a explicar la directora de Argus—. Una nave chocó y hubo poco y nada de comunicación. Supimos que secuestraban humanos para estudiarnos.

—Para nada terrorífico —murmuró Adds.

—... Luego de algunos meses se fueron sin razón aparente y perdimos todo contacto con ellos hasta hace tres meses cuando el departamento de defensas recibió esto.

   Un audio de reprodujo. Al traducirlo, se dieron cuenta de que, en pocas palabras, trataba de una amenaza. Era notable que los Alienígenas venían en paz.

—Los miembros de la ONU están coordinando una respuesta —explicó Lyla—. Estamos tomando acciones.

—Eso me suena a un claro «No quiero que se involucren» —comentó Adds.

—Son como zombies de World War Z —señaló Barry—. Si deciden atacar ningún militar los detendrá.

—Menos tú —debatió Lyla—. Al menos no solo.

—¿Y quién dijo que estaba solo? —cuestionó Adds colocándose nuevamente a un lado del velocista.

—Solo dejen que nos encarguemos, por ahora —sentenció Lyla para luego marcharse.

—No la escucharemos, ¿Cierto? —Adds cuestionó asegurándose.

—No, no lo haremos —negó Barry.

—Chicos, ya oyeron a Lyla —comentó Iris—. No pueden hacerlo solos.

   Ambos héroes intercambiaron miradas para luego hacerle frente al equipo.

—No planeamos hacerlo —aseguró Barry.

   No mucho más tarde, Adds se encontraba hablando con Felicity en la sala del hogar de la graduada en el MIT, cuando sintieron una ráfaga. Seguido lograron ver a Barry, Oliver y Dig en medio de la sala.

   Sin embargo Digg no tardó en huir al balcón, dispuesto a expulsar el grumoso líquido que subía por su garganta. Cada vez que Barry lo llevaba a súper velocidad aquello ocurría.

—Lo siento, amigo —se disculpó Barry.

—Eso es asqueroso —murmuró Adds.

—¿Quién era ese? —cuestionó el velocista.

   Se refería al contrincante de Oliver y Dig, el cuál enfrentaban minutos atrás, antes de que el se los llevara.

—Ese era el Vigilante y casi lo teníamos —se quejó Oliver.

—¿Casi lo tenían? Ollie, parecía que los iba a dejar como Scarface —remarcó Barry.

   Al parecer aquella burla molestó al vigilante de Star City, quién frunció aún más su ceño.

—Barry ¿Hay algo que pueda hacer por ti? ¿Algún velocista malvado? —cuestionó con sarcasmo.

—Tal vez... —mencionó dudoso.

   Momento perfecto para que Adds pudiera interferir.

—Muy bien. Esto es algo importante, Ollie.

—¿Qué es tan urgente que ambos vinieron a Star City?

—Alienígenas —respondieron Adds y Barry a la par.

—¿Alienígenas?

—Alienígenas —repitieron a la vez.

—Te juro Barry que mi vida era normal antes de conocerte —se quejó Dig.

—¡Oye! Me conociste primero a mí —reclamó indignada Adds.

   Todos la ignoraron.

—Son reales —aseguró Barry—. Y han llegado a la tierra.

—Por lo que, necesitamos toda la ayuda posible.








— ϟ —








SOY DÉBIL
no me resistí a subir este capítulo

debo comentar que lo que más me emociona de este capítulo es que... ¡ADDS Y CALLIA AL FIN SE CONOCIERON!

mis bebitas

Al igual que pasó tiempo con los Vengadores, quiero una Natasha que me saque la cresta cuando quiera

pero bueno, pasando a otra parte ya comenzamos con el crossover de Invasión, no es mi favorito pero tampoco esta mal

espero que tengan una bonita semana, les quiero un montón!! <3


[editado: 26/03/2022]

─𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

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