XXIV

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✧「 Capítulo veinticuatro 」✧

— ϟ —

  SUS PIES SE HUNDIERON LIGERAMENTE EN EL VERDE PASTO del lugar. La brisa que corría en aquella zona le causaba escalofríos por toda la espina dorsal, por lo que su mano se aferró a la de Barry con mayor intensidad, quien había prometido estar en todo momento a su lado.

   Porque sí, aún así luego de haberla visto romperse al ver a Ethan, no había logrado oponerse a que Adds viera a sus madres y Adara. Porque sentía que tenía razón, tal vez con una visita podría brindarles una felicidad que permaneció apagada durante años. Claro que no estaba de acuerdo que a costa de ello Adds permitiera que su corazón siguiera rompiéndose. Pero Adds era Adds, y cuando se proponía algo no había quien le quitara aquella idea de la cabeza.

Frente a ellos, a unos metros, vieron tres siluetas femeninas. Las cuales permanecían sentadas en el pasto frente a una lápida. Alrededor de esta había una que otra planta acechando raíces en la profundidad de la tierra. No había ni una sola flor en algún florero.

Al ver aquello Adds no pudo evitar sonreír de forma ligera. Aún muerta habían cumplido con su ideal de no cortar las flores.

Un apretón en su mano la trajo de vuelta a la realidad, volteó su rostro viendo a Barry mirarle con precaución. Estaba preocupado por ella.

—¿Estás lista? —preguntó.

—Claro, si —asintió dando un último suspiro.

De igual forma así lo hizo Barry, dejó un suave beso sobre su frente y delicadamente la empujó tras él.

—Hey —habló finalmente Barry.

   Instintivamente las tres mujeres que le daban la espalda se tensaron. Y Adds por su parte sintió como el ambiente y las emociones se volvían aún más pesadas.

—¿Por qué estás aquí, Barry? —inquirió Diana, sin darle una mirada.

—Yo... quería verlas y saber cómo estaban —comentó acercándose unos pasos.

   Escucharon a Adara soltar una risa irónica.

—¿Ahora quieres saber cómo estamos? —preguntó Carol, incrédula—. Después de todo este tiempo, ¿Quieres hacerlo ahora?

—Carol...

—Hemos hecho lo mejor que pudimos, lidiando con esto, cuidando de Ethan...

—¿Qué nos ocurrió? —preguntó confundido Barry.

   Adara soltó una risa ácida nuevamente.

—No entiendo porque haces ese tipo de preguntas, Allen. Pero creo que recuerdas muy bien cómo nos abandonaste y alejaste a todos —musitó la menor—. Aún así cuando no eras el único que estaba sufriendo.

   Adds sintió como se ahogaba en su propia respiración. Realmente Barry se había sumido en la oscuridad. Había alejados a todos a causa del dolor.

—¿No estuve ahí para ustedes? —cuestionó incrédulo. Él se lo había prometido, se lo había prometido incontables veces a Adds.

   Adara se puso de pie, y finalmente se dió la vuelta. Sus ojos mostraban claro dolor y furia, y probablemente a causa de eso no se dio cuenta en primera instancia que aquel no era el Barry de su época.

—¡No! ¡Fuiste un mentiroso! —lo señaló—. Me dijiste que ella no iba a morir, y luego cuando lo hizo. ¡Me alejaste! ¡Nos alejaste a todos como si tu fueras el único que estaba sufriendo su pérdida! ¡Pero todos perdimos no solo tú! —chilló.

   Barry sintió una punzada en el pecho. Adara ya no era aquella pequeña niña que le había hecho sentir por primera vez que era el amor paterno, y sacando cuentas era claro que ya era una adolescente. Y él no había estado para ella, no había estado para Carol, ni Diana. Tampoco lo había estado para Cisco, ni Ethan. ¿Por qué demonios no había estado ahí para ellas? ¿Como podía haber roto la promesa que le había hecho a Adds?

   Sintió como las manos de Adds soltaban las suyas y finalmente se hacía a un lado, dejándose entrever.

   Adara tenía la cabeza mirando hacia abajo, mientras intentaba tranquilizarse así misma, por lo que Adds tomó su oportunidad de acercarse unos pasos.

—Ada... —susurró con delicadeza.

   La joven alzó su cabeza, reconociendo aquella suave voz, y sus ojos se volvieron a aguar al ver a la rubia frente a ella, no creyendo que fuera realmente ella.

—No... —negó—. Seguramente mi cabeza me está jugando una mala pasada otra vez —susurró.

—Soy yo —aseguró Adds, llegando frente a ella—. Realmente soy yo.

   Vio cómo sus madres la observaban con asombro, dolor y un montón más de emociones que se mezclaban en sus interiores. Y ella lo sentía, podía sentir cada partícula de emoción propagarse en el ambiente, sintiéndola arder en su pecho.

—Adds... —susurró Adara, alzó su mano, tocando su rostro, intentando asegurarse de que aquella imagen era real—. Realmente eres tú.

   Adds sonrío y asintió. Y en menos de un segundo ya tenía a las tres mujeres colgadas de ella. Y otra vez sentía su corazón desgarrarse un poco más.

   Por estar tan sumida en las mujeres que estaban en sus brazos no fue consciente de cómo Barry salía de ahí dejando aquella ráfaga de viento que desprendía al correr.

—¡Se lo prometiste! —reclamó en cuanto entró a la bóveda del tiempo.

Ahí se encontraba su versión futura, frente a ellos, se proyectaba una imagen de Barry y Adds, ambos la conocían bien, puesto que era aquella que habían tomado al primer baile escolar al que habían asistido juntos.

Su versión futura lo observó y luego se acercó para apagar la proyección.

—Le prometiste que estarías allí para todos. Sobre todo para Carol, Diana y Adara. E incluso David.

—No entiendes —murmuró con voz ronca.

—¿Qué es lo que no entiendo? ¿Qué les abandonaste? Hiciste una promesa.

—¡Una que no pude mantener! —exclamó, acercándose a él—. No después de lo que perdí. Quedé devastado al igual que todos los demás.

—No me importan—murmuró Barry.

—¡Te importará! —lo empujó su versión futura—. Te importara —repitió en voz baja—. ¿Quieres respuestas, Barry? —le preguntó dándole la espalda.

Un pequeño silencio se propagó por la bóveda durante unos segundos.

—Qué tal esto... —le miró nuevamente—. Regresarás harás todo lo que puedas por salvarla. Crearás remanentes, pero el las matará a todas y luego... en la noche del 23 de mayo, ella morirá en tus brazos...

—No... —negó.

—Y en ese momento, cuando la escuches decir que te ama por ultima vez, y la escuches soltar su último suspiro, sentirás la eternidad cernirse sobre ti. Y eso te destruirá, porque la habrás perdido por segunda vez —aseguró, con voz rota—. Ella es la mejor parte de ti. Ella es tu rayo de luz, de esperanza. Ella es tu mejor amiga. Ella es el amor de tu vida, Barry —le recordó, dándose la vuelta—. Ella era el amor de mi vida —susurró para si mismo.

Se dejó caer en una esquina, mientras colocaba sus manos sobre sus propias rodillas, alzó ligeramente la cabeza, para ver a su versión más joven nuevamente.

—No habrá nada más importante que detener a Savitar... Así que no, no estarás ahí para Carol, Diana, ni mucho menos Adara. No estarás ahí cuando Caitlin se convierta realmente en Killer Frost, ni estarás ahí cuando Savitar deje al borde de la muerte a Ethan. No estarás ahí para nadie —le hizo saber—. Pero luego, un día lo detendrás y lo encerrarás en la speed force para siempre. Pero para ese punto ya lo habrás perdido todo, y él habrá ganado. Porque todo lo amabas ya no estará, y eso te incluye a ti mismo.

Barry sintió como una lágrima terminaba de caer por su mejilla. Aún no terminaba de procesar que había roto aquella promesa que le había hecho a Adds, y que se había sumido tanto en el dolor y el enojo que había terminado por alejar a todos.

—Ve a casa, Barry. No hay nada aquí para ti.

— ϟ —

ADDS HABÍA TENIDO QUE DESPEDIRSE DE TODOS, de sus madres, de Adara. Todas sabían que aquello no sería permanente teniendo en cuenta que la rubia no pertenecía a aquel punto de la línea temporal.

Y ella no lo iba a negar, el dolor seguía latente ahí, y dudaba que fuera a irse en algún momento. No luego de todo lo que había tenido que presenciar. Solo esperaba haberle dejado un poco más de tranquilidad a las personas que realmente eran conscientes de que ella había estado ahí, y lamentablemente Ethan no entraba en aquella categoría.

—Cisco, ¿Descubriste que nos tiene retenidos aquí? —cuestionó Barry—. Debemos volver.

—¿Qué? ¿Ya se van? —preguntó él.

—Él no me va a ayudar. Está... acabado —suspiró.

—Si me hubieras dejado verlo... —murmuró Adds.

—Y si Caitlin está con Savitar necesito volver ya, antes de que la perdamos para siempre.

—¿Qué hay de los demás? —inquirió Cisco—. ¿No quieres ayudarlos?

—No puedo ayudarlos —se disculpó.

—Si, si puedes. Podemos —corrigió Adds a su lado.

Barry negó.

—Debí saberlo, no importa lo que haga, de todas formas vas a abandonar a todos.

—Cisco, no es así —aseguró Barry—. Solo no puedo quedarme.

Con esas palabras algo hizo click en la mente del velocista. Y Adds le miró curiosa.

—Pero tú quieres que lo haga... para unir al equipo —comprendió—. No fueron Mirror Master o Top los que me hicieron algo. Fuiste tú, ¿Cierto?

—Si —asintió finalmente Cisco, dándoles la espalda.

Adds se acercó más a él.

—¿Qué hiciste? —preguntó de forma suave.

El pelinegro tomó una pieza unida a una especie de imán y se dió vuelta hasta ellos.

—Esto interrumpe el campo de resonancia que creas al correr —se lo entregó a Barry—. Puede que ya no tenga mis poderes, pero aún se algo de tecnología.

—¿Por qué nos mantuviste aquí? —preguntó Barry.

Adds frunció el ceño. Para ella la respuesta parecía bastante obvia.

—Porque extraño a mis amigos —admitió—. Si quieres irte no te detendré. No sé porque esperaba que fueras el mismo Barry Allen que recordaba, quien todavía tenía un poco de pelea dentro.

Se dió media vuelta y le dedicó una pequeña sonrisa a Adds, junto a un abrazo para luego marcharse de ahí.

Adds titubeó, pero caminó hasta su pareja, y tomándole de las manos se balanceó sobre sus propios pies.

—No podemos —negó él, antes de que ella tuviera la oportunidad de decir algo.

—Si podemos —protestó—. Barry son nuestros amigos, nuestra familia.

—Son versiones de un futuro que buscamos evitar.

—Y qué pasa si no lo logramos —le miró—. Podemos por lo menos dejarles un bonito recuerdo de unión.

—Adds...

—Por favor —pidió tomándole del rostro—. Lo necesito. Lo necesitamos.

Barry vió la suplica en sus ojos. Sabía que con todo lo que estaba pasando, su novia necesitaba aquello. Y también sabía que si él se iba sin haber hecho algo al respecto, aquello le atormentaría el resto de su vida. Por lo que soltó un suspiro.

—Bien —asintió—. Lo haremos.

Adds le sonrió agradecida y se acercó dejando un beso en la comisura de sus labios.

—Anda, ve por nuestros amigos —le incitó—. Yo los espero aquí.

— ϟ —

POCO A POCO TODOS LOS EX'S INTEGRANTES DEL TEAM FLASH comenzaron a aparecer en el cortex, junto a una ráfaga.

—¿JULIAN? —INQUIRIÓ DIANA.

—¿HR? —cuestionó Joe.

—¿Joe? —preguntó Adara, mirando al detective West.

—¿Qué está...?

—¿Quien nos trajo aquí? —murmuró Carol confundida.

—Nosotros —habló Adds—. Bueno, más concretamente Barry —le sonrió a su pareja.

—¿Adds? —preguntaron Joe y HR a la par.

—Hola, chicos —les sonrío.

—Ustedes... lucen más jóvenes —comentó Joe—. ¿Qué..?

—Somos de 201... —y antes de que Barry pudiera terminar aquello, se cortó viendo la emoción con la que HR y los demás se abalanzaban sobre Adds, para abrazarla.

Adds sonrío divertida, aún escondiendo las punzadas de dolor en su interior. Solo quería disfrutar de la felicidad que les estaba brindando a sus seres queridos. No quería pensar en el dolor. No en ese momento.

—Oh, pequeña Singh, eres tú —sonrió H.R.

—Soy yo —aseguró, mientras que con sus brazos rodeaba a Adara.

—Pensé que ya se iban —comentó Carol.

—Se suponía —asintió Adds.

—Cisco nos dijo... o bueno nos mostró que no han estado en un equipo en mucho tiempo —habló Barry—. Y que yo soy la razón de eso.

Adds tomó su mano, y le regaló una sonrisa negando. No permitiéndole pensar en aquello.

—La muerte de Adds no debió alejarme de ustedes. Debió haberme acercado —sintió como Adds le rodeaba con sus brazos y apoyaba su mentón en su pecho—. Esto no es lo que queremos. No es lo que quiero. Pero estoy aquí para decirles que no importa lo qué pasó en el pasado, no los abandonaré ahora.

—Estamos aquí para mejorar lo que rompimos —murmuró Adds.

Barry dejó un beso sobre su cabello. Pero se vio interrumpido cuando una alarma comenzó a resonar por el cortex.

—¿Qué es eso? —inquirió Adara.

—Es la aplicación para meta-humanos —respondió Cisco.

—Bonnye and Clyde atacan otra vez —supuso Adds.

—Hagámoslo —asintió Barry.

—¿Hablas de el Team Flash? —preguntó H.R.

—Tenemos la oportunidad de traer algo de esperanza a nuestras vidas —habló Cisco—. Yo la necesito, y creo que ustedes también. ¿Qué dicen?

—¿Están dispuesto a que el Team Flash derrote a los malos otra vez?

   HR fue el primero en extender su mano al círculo, y así sucesivamente lo hicieron todos, para finalmente alzar sus manos en el aire.

—Voy contigo —comentó Adds—. Necesito desquitarme con ellos por golpearte.

   Barry sonrío y la cargó en sus brazos.

—Nena, eres una estrella de rock —en cuanto llegaron escucharon como Mirror Master halagaba Top con aquellas palabras.

—Me gusta brillar para mi hombre —le respondió ella con una sonrisa.

   Barry y Adds intercambiaron una mirada.

—Chica, deberías querer brillar para ti misma, no para un hombre —remarcó Adds.

   Ambos criminales se voltearon a verles, casi con un deje de aburrimiento plasmado en sus rostros.

—Les dijimos que se alejaran —les recordó Top.

—Bueno, tratamos de no escuchar a criminales —comentó Flash—, o a gente estúpida.

   Adds intentó ocultar su risa, pero le fue imposible.

—Debieron haber hecho lo que les dijimos. Perderán, como siempre.

—Tomaremos el reto —aseguró Torch Girl, ya más calmada.

   Ambos criminales hablaron entre susurros antes de que los ojos de Top de iluminaran. Esta vez Adds no logró esquivar su mirada, y Barry aún menos lo logró.

—Flash... —llamó ahogadamente Adds, sintiendo como todo comenzaba a darle vueltas.

   Y algo aún peor ocurrió. Todo a su alrededor, se dividió, como si de una visión espejo se tratara.

   Adds se tropezó con sus propios pies, y en un vano y dificultoso intento de ayudarla, aún así Barry no logró alcanzarla, y la rubia comenzó a caer.

—¡Ahhh! —comenzó a gritar, intentando ayudarse con el fuego en sus manos y estabilizarse.

—¡Chicos! ¡Adds esta cayendo! —avisó Barry, viendo cómo un edificio comenzaba a caer en su dirección.

   Antes de que el edificio lograra tocarlo, alguien tiró de él, logrando que terminara en el suelo. Seguido de eso, el vértigo se detuvo.

   Adds estaba a dos metros del suelo, y sus poderes no la salvarían. Se estaba preparando para el impacto cuando sintió como alguien la cargaba en sus brazos.

—Mierda, eso estuvo cerca —murmuró sintiendo la estabilidad propagarse por su cuerpo.

   Su vista se enfocó en la persona responsable de su rescate, logrando que sus ojos se abrieran a tope.

—Hola, Rayito —le sonrió Barry.

   La sorpresa se debía a que aquel no se trataba de su Barry. No el de su línea temporal por lo menos.

—H-Hola —susurró.

   El velocista la dejó suavemente en el suelo.

—Ahora sus poderes no nos afectarán —le explicó, señalándole el dispositivo en su mano.

   Pero Adds seguía ensimismada. Podía ver la clara diferencia en ese Barry. Al igual que veía el esfuerzo que este hacía por no mantenerla en sus brazos y echarse a llorar.

Pronto sintió como alguien le tomaba del rostro. No tardó en darse cuenta de que este si era su Barry.

—¿Estás bien? —inquirió.

   Ella solo asintió.

   Pronto ambos Flash's estaban en una fila unilateral junto a ella, mientras que frente a ellos estaban Mirron Master y Top.

—Déjenme a Top —habló, encendiendo sus manos—. Dijiste que querías ser una estrella, pero cariño, para ser una, primero debes arder —hizo saber.

   Con una sonrisita comenzó a caminar hasta Top viendo cómo ella comenzaba a huir.

—Oh, bonita. Huir de mí no es tan fácil —canturreó—. Creí que ya habías aprendido de ello.

   Usando sus poderes la aprisionó. Seguido la alzó en los aires y la dejó caer para luego soltar un puño en su dirección cuando esta estuvo a la distancia requerida. Y solo con eso, ya la había noqueado.

— ϟ —

TODOS SE ENCONTRABAN EN EL CORTEX. ACABABAN DE ver el noticiario donde se notificaba la aparición de Torch Girl, y no de un solo Flash, si no de dos.

A unos metros un poco alejado de todos, Adds vió a Barry de aquella línea temporal. Se veía incómodo, pero sobretodo ansioso. La mirada de él se topó con la suya, logrando que el corazón del velocista se detuviera por unos segundos.

Adds le sonrió, acercándose unos pasos.

—¿Puedo...? —intentó preguntar el velocista.

—Ni siquiera debes preguntarlo, Barr —ella extendió sus brazos con una sonrisa.

El pelilargo, corrió hasta ella, fundiéndose en sus brazos mientras escondía su rostro entre el cuello de la rubia, sintiendo sus ojos escocer de la emoción.

   Había soñado tanto con un momento así. Tanto con abrazarla con euforia, con decirle que lo sentía y sobretodo con decirle que la amaba con la misma intensidad que lo había hecho cuándo aún estaba ahí en sus brazos.

—Lo siento —susurró él—. Si yo... Si yo... —se ahogó con sus propias palabras.

Adds sintió su corazón contraerse, sabiendo muy bien la razón del porque se disculpaba.

—Hey, no —negó—. No tienes nada que sentir —aseguró.

—Pero...

—Nada me impide golpearte si te escucho decir eso nuevamente Bartholomew Henry Allen —masculló.

Y a pesar del latente dolor mezclado con emoción en su pecho, Barr soltó una pequeña, suave y casi imperceptible risa.

—Todo está bien —aseguró Adds—. No te culpo de absolutamente nada. Más bien yo lo siento. Siento haber permitido que esto pasara —se disculpó acariciando la espalda del castaño.

—No es tu culpa —susurró.

—Que va, claro que lo es —murmuró—. Pero las culpas no son lo importante en estos momentos.

   Ella se separó y le tomó del rostro suavemente mientras que con sus pulgares intentaba eliminar cada lágrima que había caído y seguía cayendo de sus ojos. Todo eso mientras le regalaba una tierna sonrisa.

—Quien diría que el cabello largo te vendría bien —bromeó.

   Él sonrió. Ella era justamente el recuerdo que le gustaba mantener de Adds. Ella con su preciosa sonrisa, con su dulce aroma, y sus consistentes ganas de hacer feliz a todo el mundo, aunque aquello le costara el corazón y la vida. Era simplemente, su rayo de luz.

—No sigas llorando —pidió ella—. Que de verdad me esta costando mucho no echarme a llorar yo también —susurró dejando caricias en su mejilla—. Estoy aquí, tal vez no permanentemente, pero estoy aquí. Y todo está bien.

Adds podía sentir la mirada de todos en el cortex sobre ellos. Pero no le importaba, podía sonar egoísta pero ya había dado parte de su tiempo y amor en los demás, ahora le correspondía darle amor a la persona que más se había sumido en el dolor tras su partida. También podía sentir la mirada de su Barry sobre ella, pero él solo mantenía una media sonrisa relajada en sus labios.

—¿Te sientes mejor? —preguntó Adds.

—Estás aquí, así que si, me siento mejor —admitió.

Adds rió y se acercó dejando un beso en la mejilla del velocista, para luego separarse y posarse a su lado.

—Les debo una disculpa —habló aquella versión futura de Barry—. Especialmente a ti —observó a Adds—, te hice una promesa y la rompí.

Adds negó, pero antes de que pudiera protestar, el pelilargo siguió hablando.

—Me hicieron ver que aunque venciéramos a Savitar, yo le dejé ganar —admitió—. Pero si están dispuestos a intentar se una familia otra vez, yo también puedo intentarlo.

Adds desvió su mirada hasta Adara, y le regaló una sonrisa junto a un movimiento de cabeza casi imperceptible.

Ella caminó de forma seria hasta el Barry de su época y una vez frente a él no cambió aquella mueca hasta que se lanzó sobre él abrazándolo.

—Supongo que puedo intentarlo —murmuró la menor.

Barry suspiró, y envolvió sus manos alrededor de la casi adolescente.

—Lo siento, Ada —murmuró él.

Una de las cosas que más lamentaba el velocista era haber alejado a la pequeña. Pero aquella niña le recordaba tanto a Adds, que en su momento lo tomó como un contra para su dolor.

—Está bien, supongo —se encogió de hombros separándose—. Pero aún me dan ganas de golpearte cuando te veo.

—Eso es muy Adds de tu parte —comentó Cisco, haciendo reír a la rubia.

Carol y Diana intercambiaron una mirada, y finalmente se acercaron a abrazar al castaño.

—Bueno, como dijo Toretto « La familia es primero » —citó Adds meciéndose en sus pies mientras alzaba sus manos hasta sus hombros.

Su Barry rió, y la abrazó por los hombros dejando un beso sobre su cabello.

   HR mencionó algo relacionado con café gratis, o con descuentos. Por lo que todos le comenzaron a seguir. Nadie se negaría a un café gratis.

   Adds observó a ambos lados, encontrándose a un Barry a cada extremo.

—Saben, ahora que lo pienso es un poco raro... es como ver... —se calló a si misma—. Mejor olvídenlo, iré por café porque lo necesito y me lo merezco —asintió—. Nos vemos luego, no se golpeen niños, ¿entendido? —les sonrió divertida a ambos mientras caminaba de espaldas.

   Segundos después salió del cortex.

—Ella sigue siendo la misma —comentó—. Bueno, tú no notas el cambio, pero yo pasé siete años sin verla.

   Barry asintió.

—Si sabes que esto la va a...

—Lo sé —asintió—. Estuve a punto de llevarla de vuelta, pero Adds es...

—Adds —completó con una sonrisa—. Gracias.

—Se lo difícil que es.

—No. Aún no lo sabes —negó su versión futura—. Ese es el problema. Ninguno de nosotros puede cambiar lo que pasará —su voz flaqueó—. Ojalá pudiera ayudarte, créeme.

—Pero atrapaste a Savitar en la speed force —le recordó Barry sin comprender—. Solo dime cómo lo hiciste.

—Me ayudaron.

—¿Quién?

—Una física. Su nombre es Tracy Brand —nombró—. Ella hizo la trampa de velocidad para mí.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —inquirió confundido.

—Porque ella no logró la tecnología hasta hace cuatro años.

   Toda esperanza que había inundado el sistema del velocista se esfumó. Como un balde de agua fría cayéndole encima que lo devolvió a cero en la meta.

—Cuatro años después de que Adds muriera —susurró.

   Cerró sus ojos, bufando. Aún así luego de todo lo que habían tenido que pasar, al parecer el destino seguía empeñado en no darles una ayuda o una respuesta a favor.

—Espera —la voz de su versión futura lo trajo a la realidad.

   Lo vió caminar hasta unos gabinetes de dónde sacó una caja plástica blanca del tamaño de su mano. Dentro de aquella caja había un dispositivo con apariencia de botón.

   Si Adds hubiera estado ahí en ese momento seguro hubiera bromeado respecto al hecho de que le estaban haciendo entrega de un detonador de bombas.

—No sé donde está, ni entiendo nada de lo que está aquí —le tendió el dispositivo—. Pero tiene toda su información ahí. Tal vez puedas encontrarla al regresar... y no sé, tal vez puedan descifrarlo, o eso espero.

   Barry estuvo apunto de hablar, dispuesto a agradecerle a su versión futura pero este le interrumpió.

—De no lograrlo... —suspiró, negándose a llorar—. Solo haz buenos momentos con Adds y aférrate a ellos lo más que puedas. Buena suerte —deseó finalmente, tendiéndole una mano.

   Barry estiró su mano y la sacudió con la de su versión futura.

   Adds no tardó mucho más en llegar, con un vaso reciclable de Jitters en su mano. Al este ya encontrarse vacío lo lanzó en algún bote de basura que encontró al entrar al cortex.

   Su mirada se topó con ambos Barry's, pero al mirar al suyo, solo con eso supo que era hora de despedirse, por lo menos de aquel Barry de la línea temporal donde se encontraban en esos momento. Había aprovechado de despedirse de los demás con anterioridad, permitiéndose dejar caer unas cuantas lágrimas sabiendo que Barry no estaría ahí y que no le haría sentir mal.

   Por lo que se acercó a la versión futura de su prometido con una sonrisa suave y cariñosa tirando de sus labios.

—Lo siento —se disculpó ella.

—Sabía que esto no sería para siempre —asintió—. De todas formas soy yo quien lo siente...

—Barry...

—No —negó él—, te hice una promesa, y no la pude cumplir. Te aseguré que lo haría... y y-yo, siento haberte decepcionado.

Adds suspiró, casi con ternura, mientras tomaba el rostro del velocista entre sus manos atrayéndole a ella.

—No estoy decepcionada —aseguró—. Esto principalmente es algo que no debí haberte hecho prometer. Porque no está en mi poder el cómo las personas puedan reaccionar a un suceso. Fue egoísta de mi parte hacerte prometerlo —admitió—. Ahora, escúchame...

—No —negó él, sabiendo lo que se vendría—. No me pidas eso.

—Ni siquiera he dicho algo —protestó la rubia.

—Pueden haber pasado siete años, pero aún te conozco lo suficiente como para saber lo que me pedirás —le sonrió nostálgico.

—Solo quiero que seas feliz —murmuró—. Puedes hacerlo, puedes encontrar a alguien a quien amar... puedes enamorarte nuevamente Barry.

—No puedo enamorarme cuando lo hice una vez y fue de quien era el amor de mi vida.

—Siempre estaré aquí —señaló ella, posando su mano sobre su pecho—. Siempre —aseguró—, pero quiero que seas feliz. Estoy muy segura de qué hay alguien ahí, alguien esperando a encontrarte, alguien esperando a que la encuentres. Puedes y tienes todo el derecho de encontrarla sin la necesidad de sentir que me estás traicionando. Porque te aseguro con cada centímetro de mi ser, que nada me haría más feliz que verte sonreír nuevamente —los ojos de Adds aguaron ligeramente, mientras decía aquello con una sonrisa—. Mereces ser feliz después de tanto. Solo debes avanzar paso a paso, buscando tu propia seguridad en el camino.

—Siempre voy a amarte —aseguró sintiendo sus ojos lagrimear.

—Lo sé —ella soltó un suave risa—. Y yo siempre te voy amar a ti Barry, incluso aunque ya no esté aquí —prometió.

   Le dedico una pequeña sonrisa, y se colocó de puntitas dejando un beso sobre su frente, luego en la punta de su nariz y así siguió por ambas mejillas del castaño.

—Solo se tu mismo otra vez —le sonrió para luego separarse.

   Una última sonrisa y salió del cortex rumbo a las tuberías. Barry no tardó en llegar, le dedicó una suave sonrisa, y finalmente Adds se colgó de su espalda, para que el velocista procediera a correr.

   Nuevamente sintió como la fuerte brisa producida por la velocidad daba contra sus costados obligándole a aferrarse con mayor fuerza, pronto una brecha se formó frente a ellos. Una parte de su corazón quedó allí, con ellos. Esperando recuperarla, con la pequeña esperanza de que aquel no fuera el futuro que le deparara a su familia ni a ella.

En segundos llegaron a los laboratorios, al tiempo al que pertenecían. Al llegar a las tuberías vió principalmente a Ethan de pie esperando, y sin poder evitar que sus ojos se aguaran corrió en su dirección abrazándolo fuertemente mientras se colgaba a él tras dar un salto.

—Oye.., ¿Qué ocurre?

—Te quiero, idiota. Por favor nunca lo olvides —pidió, colgando de su cuello, negándose a verle directamente a los ojos.

Confundido, el rubio desvió su mirada hasta al velocista, quien veía la escena con un deje de dolor. Al sentir la mirada de su amigo sobre él, negó, indicándole que no hiciera preguntas sobre que ocurría.

Y así fue como Adds prosiguió a abrazar a todos sus amigos, recordándoles que les quería y cuan importantes eran, y como merecían de las mejores cosas del mundo. Se negaba a irse de aquella vida sin dejarles en claro cuanto les amaba, y cuanto aún les amaría luego de que su vida terminara.

— ϟ —

BARRY SUSPIRÓ AL VERLA ACURRUCADA EN EL SOFÁ. Se acercó, sentándose a un lado de ella, mientras acunaba el rostro de su rubia con una mano en un delicado toque.

—No estás bien, amor —murmuró con una mueca.

Adds le regaló una sonrisa a medias.

—Estaría mucho mejor si mi prometido se recuesta conmigo y me hace mimos durante unos minutos —aclaró con un pequeño puchero formándose en sus labios.

Barry se puso de pie, y se deshizo de sus zapatos y chaqueta. Rápidamente se recostó en el sofá, moviendo a Adds para que así quedara recostada sobre él.

Su mano se dirigió a una de las mejillas de ella comenzando a trazar caricias, mientras admiraba cada facción de su rostro con adoración.

—¿Como demonios es posible que cada día te vuelvas más preciosa? —inquirió luego de unos minutos dejando solo caricias.

Adds soltó una risita y se colgó de su cuello, abrazándole. Barry sonrío y comenzó a peinar de forma delicada su cabello, mientras su mano libre permanecía posada en su cintura acariciando la zona. Por otra parte, se dedicó a susurrar todo tipo de cumplidos, o más bien de hechos, demostrando sus sentimientos, y haciéndole saber cuanto la amaba y como sin importar el qué, siempre la amaría.

—Te amo más que a nada en este mundo Barry —susurró Adds entre dormida—. Por favor nunca lo olvides.

—Nunca lo haré —aseguró en voz baja—. Y tú nunca olvides que eres lo más importante para mí, que eres el amor y mi compañera de vida.








— ϟ —








ESTOY
muy sensible, ok?

bueno, aún sigo sintiéndome insegura respecto a cómo se va desarrollando la historia, pero nada que hacerle.

por otra parte, ustedes me dicen que les hago sufrir, pero baes, no es a propósito... por lo menos no esta vez, ok? yo solo estoy siguiendo el guion😔

y otra cosita nada que ver con esta historia pero, VAYAN A LEERSE MI FIC DE PETER PARKER (Andrew bb) PRONTO ESTARÉ TERMINÁNDOLO (son solo tres capítulos)

Like (como comentario) y les dedico el próximo capítulo de Badeline.

Badeline igual a Barry + Adeline


editado: 10/05/2022

─𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬

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