2. When I Think About You I Touch Myself

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Yuri había estado masturbándose mucho últimamente. Era lo primero que hacía cada mañana y lo último que hacía antes de ir a dormir. En la ducha, luego de práctica, incluso en los descansos si se daba la oportunidad. Y siempre, siempre pensando en Otabek.

Parecía excesivo. Empezaba a creer que tenía un problema.

Pensó en llamar a su abuelo, pero desechó la idea tan pronto como se formó. ¿Que se suponía que le iba a decir? Hola abu, te puedo pedir un consejo? He estado bastante distraído últimamente... ¿Sobre qué? Bueno, he estado pensando en coger con mi amigo de patinaje de 18 años. Ah, y soy gay...

Sí, nunca iba a pasar.

Obviamente, no podía hablar con Yakov o Lilia. La idea de que su entrenador o su coreógrafa se enteraran de su nuevo pasatiempo favorito le enviaba a un espiral de vergüenza. Quizá el verdadero problema era que no tenía ningún amigo que pudiera entender por lo que estaba pasando. Las exigencias de su programa de prácticas y los frecuentes viajes internacionales causaron que estudiara en casa casi toda su vida. La única persona cerca de su edad que conocía era Mila, y no creía que pudiera compartir algo así con una chica.

Si fuera cualquier otro problema, le hubiera pedido consejos a Otabek. Pero esta era la única cosa de la que él y Otabek nunca podrían hablar. Yuri podía imaginar enviarle el mensaje: Así que cada vez que pienso en ti, tengo este deseo irresistible de masturbarme. ¿Ideas?

Yuri soltó una carcajada. Casi estaba tentado de escribirle eso a Otabek, solo para ver qué respondería. Pero conociéndolo, su respuesta sería algo aplastantemente directo, como: por favor detente o ya no quiero que seamos amigos.

Si decía algo como eso, Yuri moriría.

Así Yuri no tenía más opción que seguir, porque sin la liberación regular que obtenía al masturbarse, no podría concentrarse en el patinaje.

Hoy no fue distinto. Consiguió escaparse durante la práctica mientras Yakov estaba distraído con los otros patinadores. Se escondió en una caseta del baño, y comenzó a pensar en las manos de Otabek. ¿Serían suaves? ¿O ásperas y duras por trabajar en su moto? La segunda idea era más emocionante por alguna razón, y Yuri imaginó las manos ásperas de Otabek recorrer su piel mientras gentilmente sacaba... no... arrancaba la ropa de su cuerpo.

Yuri sostuvo el borde inferior de su camisa entre los dientes. En parte para evitar que se ensuciara, pero más que nada para prevenir gritar en un baño público. Hacer esto en un lugar público tenía sus encantos, porque el miedo de ser descubierto le llenaba de adrenalina y añadía a la emoción. Su corazón latía con fuerza mientras agarraba su propio miembro.

Ya estaba algo duro. Unos pocos movimientos fue todo lo que necesitó para estar completamente erecto. Incluso con su camisa apretada entre sus dientes, no podía evitar jadear excitado mientras seguía imaginando las manos de Otabek, su cara cuando Yuri tomaba sus dedos y los chupaba uno por uno...

Se abrió la puerta del baño de un golpazo, y Yuri escuchó voces. Su remera cayó sobre su estómago, parcialmente escondiendo su miembro, mientras su mano libre voló a su boca para sofocar un sonido de sorpresa.

Las voces continuaron en japonés.

"E-Espera, Victor! Este es el baño!"

"Está bien, no hay nadie más aquí..."

La erección de Yuri se fue inmediatamente. Esos. Estúpidos. ¡Homos!.

Yuri se limpió la mano con algo de papel higiénico y rápidamente metió su pene de vuelta en sus pantalones. Su remera estaba húmeda con saliva, pero la tela era oscura, así que no nadie lo notaría. A medida que reorganizaba su apariencia y presionaba las manos contra su rostro en un intento de enfriar sus mejillas enrojecidas, Victor y el Yuri Japonés siguieron con su conversación.

"¡Victor! ¡Esto no está bien! Alguien podría entrar..."

"Yuuri... ¡No quiero esperar! Ese quad fue perfecto... ¿No quieres tu recompensa?"

"Bueno, sí... ¿Pero no podemos esperar hasta que- mmff!"

Yuri oyó suficiente. Abriendo la puerta de una patada, salió y miró con ira a la pareja. Yuuri y Victor se separaron instantáneamente, aunque solo Yuuri tenía sentido suficiente como para verse avergonzado. Victor simplemente le sonrió y dijo "¡Oh! No sabía que estabas ahí, Yurio."

Yuri les tiró una mirada asesina. "¡Idiotas! ¡Viven juntos! ¿No pueden esperar a llegar a casa para hacer cosas pervertidas?"

No se molestó en esperar una respuesta. Solo quería irse rápido. Para su satisfacción, Katsuki parecía suficientemente humillado, aunque escuchó a Victor decir "¡Que horror! ¡Yurio no se lavó las manos!" mientras volvía a la práctica.

Ahora Yuri estaba aún más frustrado que antes de su descanso. No era divertido ser interrumpido antes del clímax.

"¡Esto apesta!" Yuri dijo en voz alta, sorprendiendo a varios patinadores que estaban cerca. Yuri los ignoró, poniéndose los patines y volviendo al hielo, esperando que la actividad física le ayudara a calmarse.

No estaba bien. Aún estaba muy distraído. No podía aterrizar ninguno de sus saltos y Yakov no paraba de gritarle. Para empeorar las cosas, Victor había regresado con el cerdo. Aparentemente el rubio había matado la pasión cuando interrumpió su pequeño intento. Yuri se alegró de que él no fuera el único decepcionado en sus esfuerzos sexuales hoy, pero ahora tendría que ver a Victor, el hijo prodigio de Yakov, entrar al hielo para dar otra rutina impecable.

Era solo práctica, pero cuando Victor patinaba, no podía quitarle los ojos de encima. Yuri le había ganado en los nacionales, pero Victor había dicho que solo estaba oxidado por el tiempo que se retiró. Mientras el rubio había dado todo lo que tenía en su primer enfrentamiento con Victor, ese tomaba los Nacionales como un calentamiento. Al final, solo le había ganado por unos puntos de diferencia.

Debería haber estado pensando en como podría mejorar su presentación, para asegurar que estuviera un paso delante de Victor. Pero sus pensamientos volvían al otro Yuuri. Ahora que lo pensaba, Victor y el cerdo eran la única pareja gay que conocía. Katsuki se había mudado al apartamento de Victor en San Petersburgo, con el pretexto de que este siguiera siendo su entrenador mientras era entrenado por Yakov. Obviamente, el frentudo era un inútil como instructor. Así que la mayor tutoría la recibía del mismo Yakov. Al rubio le molestaba tener que compartir la pista con Victor y su novio. Y le molestaba aún más tener que verlos coqueteando todo el tiempo.

Ahí estaban otra vez. Victor, recién terminando su rutina, ignoró las instrucciones de Yakov y se deslizó hacia el Cerdo, quien le miraba desde el otro lado de la pista. Permanecían juntos, con los dedos entrelazados, mientras Víctor imploraba desvergonzadamente su recompensa. Yuri rodó los ojos y se zambulló en su bolsa de gimnasio, buscando su teléfono, desesperado por una distracción.

Naturalmente, le habló a Otabek.

Hola. Qué estás haciendo?

Estaba preocupado de que su amigo estuviera en práctica otra vez y que no respondiera durante horas. Pero para su alivio, recibió la respuesta de inmediato.

Trabajando en la moto

No pienses en él cubierto de grasa de auto... Yuri se dijo en voz baja, aunque era difícil resistirse a la idea: Otabek vestido con uno de esos overoles sueltos, sobre una remera negra bien apretada, el cabello despeinado y la cara un poco sucia de donde había limpiado el sudor de su frente...

"¿Estás hablando con ese patinador kazajo?" preguntó una voz en japonés.

Yuri levantó la cabeza sorprendido. Ni siquiera se había dado cuenta de que Yuuri Katsuki se acercaba. Cuando su sobresalto inicial se había desvanecido y se dio cuenta de lo que Yuuri había preguntado, podía sentirse enrojeciendo de vergüenza.

"No," mintió automáticamente, sin saber por qué "¿Qué te hace decir eso?"

"Estabas sonriendo," Dijo Yuuri con un ligero encogimiento de hombros, "Normalmente, cuando estás en tu teléfono, solo miras Twitter para que puedas pretender estar ocupado y no hablar con nadie, pero esta vez estabas sonriendo. Pensé que estabas hablando con Altin. Son amigos, ¿verdad?"

¿Desde cuándo te convertiste en un experto en mí? "Yuri se burló, ocultando su vergüenza bajo una gruesa capa de desprecio.

"Lo siento... no quise... No quise decir nada con eso..."

Estaba buscando algo que decir, pero Yuri ya se había aburrido de él. Su teléfono vibró en su mano, alertándole de otro mensaje de Otabek, pero sentía que no podía abrirlo delante del cerdo.

"¿Querías algo?" preguntó, sin molestarse en esconder la impaciencia de su voz.

Esperaba que Katsuki estuviera intimidado por su evidente irritación. No estaba preparado para que el cerdo se enderezara, le mirara a los ojos y dijera:

"Quería disculparme por lo que pasó antes, cuando Victor y yo nos encontramos contigo en el baño. Se que la relación que él y yo tenemos te hace sentir... incómodo, tienes razón, no deberíamos haber estado haciendo algo así en un lugar público."

Extrañamente, fue Yuri quien se sintió avergonzado. No podía dejar de sentir que Katsuki estaba malentendiendo algo sobre su disgusto por él.

"No me molesta que ambos sean chicos", se oyó decir. "Podrías ser una chica y aún no creería que eres suficientemente bueno para Víctor."

"O-Oh... En serio?"

"Dime algo, Cerdo" dijo Yuri, de pie para poder estar más cerca de la altura de Katsuki". ¿Cómo fue que un perdedor de último lugar como tú logró hacer que un campeón mundial como Victor Nikiforov se enamore de esa manera?"

Katsuki se volvió rosado como el cerdo por el que Yuri lo había apodado. "Yo... no lo sé..."

"Bueno, ¿Quién dio el primer paso?"

"Emm... en realidad, eso tampoco lo sé..."

"Vamos. Algo debe haber pasado para hacerlo oficial. ¿Fueron los anillos?"

"¡E-esos solo fueron amuletos de la suerte!"

"Mierdas. Victor no se ha sacado el suyo desde que se lo diste. ¿Así que fue eso? ¿O lo sedujiste cuando bailaste semidesnudo en ese banquete?"

"...¡No recuerdo nada de esa noche!"

"O sea, eso debe haber sido. ¿Si no porqué volaría a Japón para entrenarte? Pero, ¿Cómo progresaron las cosas desde ahí? ¿Qué pasó luego de nuestra competencia en las aguas termales? ¿Qué lo mantuvo tan interesado?"

No quiso transformar esto en una interrogación. Pero mientras hablaban, en serio comenzó a sentir curiosidad sobre cómo se había formado la relación entre los dos. Todo eso se detuvo cuando el Cerdo habló: "¿Estás seguro de que esto no se trata sobre ese patinador kazajo?"

La pregunta fue tan repentina que atrapó a Yuri desprevenido.

"¡No!" Gritó, su respuesta un poco demasiado fuerte y un poco demasiado apresurada. Katsuki rompió en una sonrisa mientras continuaba mirándolo fijamente.

"Yurio... ¿Te gusta?"

"¡Mi nombre no es Yurio!" Gruñó, desesperado por cambiar de tema, pero Katsuki siguió sonriendo. Solo quería que se abriera la tierra y se lo tragara entero. ¿Cómo había adivinado el cerdo lo que sentía?

"Tu secreto está a salvo conmigo, Yurio" Dijo Katsuki. Quien, para el horror de Yuri, se acercó y tomó una de sus manos entre las suyas.

"Sabes que puedes hablar conmigo si quieres."

Yuri arrancó su mano lejos del japonés. Estaba tan avergonzado que podría haberle volado la cara, pero consiguió contenerse.

"Cállate. Te equivocas. Y si le dices a alguien que yo... Si dices algo, te mato"

Lejos de verse intimidado, Yuuri parecía no poder quitarse esa estúpida sonrisa de la cara. Si el rubio lo miraba un poco más, en serio le habría golpeado, así que se dio la vuelta y caminó lejos.

Tiró un tacho de basura de una patada, para dejar claro el mensaje, y abandonó la pista.

No se molestó en cambiarse la ropa deportiva. Solo se fue directo a casa, tomando grandes bocanadas del aire frío de Rusia. No sabía si podía confiar en que el cerdo mantendría la boca cerrada. De todas formas, no tenía pruebas. Si alguien preguntaba Yuri podría simplemente negarlo.

Una parte de él se dio cuenta de que Yuuri Katsuki podría ser la única persona con quien hablar. Probablemente la única persona que entendería. Pero moriría antes de pedirle consejos sexuales al cerdo.

No fue hasta que llegó a casa que chequeó el mensaje de Otabek. Era una selfie junto a su moto. Estaba usando una remera engrasada, sin overol, pero con una pequeña mancha de grasa en la frente. Tal como había imaginado.

"Rayos." gruñó Yuri. Y luego se encerró en el baño para terminar lo que había empezado en práctica.

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