°°Cap.16: Soy Clancy.°°

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La mirada emocionada por el placer de un posible combate deja perplejo al cuerpo de Scourge, el cual tenía mucho tiempo de no ver a su precioso amante extasiado por la emoción verdadera y de su dosis de adrenalina diaria. Fue simplemente hermoso verlo así, tan perfecto que tuvo que apartar la mirada hacia la derecha, lugar donde no se encontraban aquellos ojos tan bonitos.

― ¿Ma-Ma-Matarte?, ¿Esta noche?, ¿Yo? ―decía nervioso.

― ¡Nada que no puedas hacer!, ¿Cierto?

El azabache lo toma de los hombros y lo obliga a verlo cara a cara, realmente confundido pregunta:― ¿A qué te refieres? ―siendo empujado suavemente por el menor.

― Ese tipo, Romeo ―comenzó a explicar―. Dicen que ha comenzado a hacer trabajos de sicario, ¿Por qué no mandarlo a "matarme"?

― ¿Encontrarse directamente contigo? ―sonrió irónico― El comandante acaba de decirnos hace unos días que lo que menos debemos de hacer ahora es exponerte ―le repitió molesto―. Serás nota internacional entera si esto es lo que planeas.

― Ouh...Olvidé ese ligero detallito ―dijo quejándose mientras miraba hacia el techo en busca de una respuesta.

Lo deseado no tardó en llegar a su mente más de cinco minutos, sorprendentemente. Golpea con su mano derecha hecha puño su palma de la mano izquierda, con una sonrisa iluminada por las ideas que se habían manifestado en su salvación.

― Podemos hacer algo oculto y eficaz ―exclamó mirando al de ojos azules.

El mayor de púas verdes aun se encontraba algo afligido ante semejante ternura invadiendo su pecho, regresa a su posición ordinaria y lo mira con cariño, acompañado de una sonrisa tibia al de piel color durazno― ¿Qué es lo que tienes en mente, chiquillo?

― No puedo ser notado, Silver no podrá participar en la misión y Mephiles tampoco ―se explicó―, ya que se quedará a cuidarlo. Todo depende de nosotros tres, no creo que sea tan complicado ya que...bueno, estamos hablando de Romeo ―dijo burlón.

― ¿Cómo se supone que no participarás, si tu eres el que debe hacer esto por su libertad? ―cuestionó el azebache mientras lo miraba.

El cobalto sonrió travieso y dijo:― Hagamos que Scourge tenga a un ayudante.

― ¿Yo?, ¿Ayudante? ―confundido― ¿Yo para qué necesito a un ayudante?

― No será cualquiera, ¡Será el mejor! ―dijo tomándolo de los hombros al de mirar azulado― Ya lo verás~

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― Cuando me dijiste que iba a tener a un buen ayudante no pensé que te referías a ti mismo.

― ¿Por qué no?, ¡Soy genial para ese trabajo!

Escuchó dos toques a la puerta y después una voz hablar― ¿María?, ¿Llegaste temprano hoy? ―decía mientras abría la puerta de su habitación, encontrando a:― ¿Qué carajos hace ese culo verde en mi habitación?

― ¡El plan! ―decía emocionado― ¡Yo seré su ayudante! ―fue con el azabache a tomarlo por los hombros y acercar su rostro al ajeno― ¡Mi cara no es conocida por ninguno de los criminales de la lista, por lo que no notarán que soy Darkblue!

El moreno se sonroja al tener los labios contrarios tan cerca de los suyos, lo aparta de golpe mientras voltea a ver hacia otra dirección y se cubre la boca para evitar que vean su expresión apenada.

― ¿Y era necesario entrar a mi habitación?

― Necesitaba buscar lentes de contacto azules o algo por el estilo, los lentes negros que me dieron solo quiero usarlos cuando esté con ustedes ―se explicó el de ojos verdosos.

― ¿Lentes de contacto?

― Bueno, era la única parte visible de mi cuerpo ―dijo obvio.

El moreno se sentó en su cama y miró con molestia como el de ojos azules estaba sentado ahí también, abrazando la jodida almohada que él usaba para dormir.

Giró sus ojos con desgano, para después encontrar al pequeño Blue colocando bálsamo de fresa en sus labios esponjosos con su dedo meñique de la mano derecha. Se quedó hipnotizado al verlo a contra luz de la ventana, con los rayos del atardecer contorneando su rostro y resaltando sus pestañas negras.

Apartó la vista de él una vez más, ¿Es qué esto iba a pasar así de seguido?

― ¡Bien! ―exclamó el azul al terminar su actividad― Ahora les explicaré con detalle lo que tendremos que hacer, ¡es bastante sencillo!

― Define "sencillo" para ti, por favor ―dijo el moreno.

― Nadie va a morir.

― Perfecto.

― Ahora sí ―volvió al tema―, lo que tenemos que hacer es...

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― ¿Todo listo?

― Todo listo.

La afirmación que recibe por parte del hombre de ojos azules hace que aparezca una ligera sonrisa en su rostro. La parte del trabajo que le tocaba a Scourge era sencilla, solo debía de contactar a ese dichoso Romeo y hacerle saber que estaba interesado en capturar a Darkblue para llevarlo ante una figura de alto mando en el bajo mundo, como un clásico cazarrecompensas en aprietos. Sin embargo, para poner en marcha el plan de la captura, mandaría a su ayudante debido a problemas con la policía.

A partir de ese punto, le tocaba a si mismo actuar como el dichoso ayudante de Scourge; el cual le sacaría información relevante sobre un cierto individuo que quería matarlo desde hace un par de añitos. Esto a espaldas de Shadow, claro.

Después, el atractivo hombre antes mencionado entraría en acción: con un arma brindada por el verdoso le dispararía un sedante para dejarlo fuera de juego, lo llevarían ante G.U.N para su traslado a las rejas y de ahí todos felices.

Scourge sale de la casa debido a que debía de ir por algunas cosas a su humilde y oculto hogar, entre ellas el arma de dardos que se utilizaría para la misión de esta noche. Por lo que deja a ambos erizos solos en la sala de estar, con Silver y Mephiles en los cuartos de arriba totalmente dormidos.

― Shadow ―habló el de ojos verdosos―, el arma tiene un ligero defecto.

― ¿Defecto?

― Eh, digamos que...¿puede que exista la ligera posibilidad de que te electrocutes...? ―exclamó jugueteando con sus dedos.

El azebache deja de amarrar las agujetas de sus botas militares y voltea a ver al azulado con algo de confusión y molestia.

―...¿Perdón?

El chiquillo se balancea sobre sus talones y dice:― El arma tiene un ligero fallo debido a que Scourge la utilizó para quebrar algunas nueces hace un tiempo y-

― Alto ―le dijo mientras extendía la palma de su mano frente a él―, ¿me estás diciendo que esa arma puede matarme sin recibir el disparo?

― Bueno, si lo dices así suena un poco brusco~

― ¿¡Un poco!?

― ¡No te puedes morir si usas guantes! ―exclamó colocando rápidamente sus manos en su rostro, en una clase de defensa mientras contenía la risa.

Ver la cara de aquel de ojos rojos hecha una furia era muy divertido.

El de piel morena suspira mientras se talla el rostro con frustración. El azulado solo aparta la mirada a otra dirección y dice:― ¿Me ayudas a buscar los lentes de contacto? No encontré en los cajones que revisé hace un rato ―en puchero exclamó.

― Agh...

Ambos subieron al segundo piso, entraron a la habitación y comenzaron a buscar entre el desorden de cosméticos que la eriza tenía en su peinador. El azabache sale de la habitación y va al cuarto de baño que tiene en frente.

El azulado se aburre de buscar y se sienta en la cama tamaño Queen Size, después se deja caer y, finalmente, se acurruca entre las cobijas que Scourge desordenó hace una hora

― Aquí están ―anuncia el moreno―, estaban detrás del espejo del lavamanos. Que extraño que es- ¿Qué haces en mi cama?

La oración interrumpida causa gracia en el menor, el cual abre sus ojos travieso y se quita los zapatos, en una maniobra rápida entra entre todas las cobijas y se hace bolita.

― Caray...―se sienta en la esquina de la cama y suspira― ¿Tanto les gusta molestarme?

― ¿Todavía lo preguntas?

― Agh...―refunfuña mientras comienza a pellizcarle los dedos de los pies al chiquillo.

― ¡Nooo!, ¡No, no, no, no! ―decía entre risas desesperadas― ¡Deja mis dedos!

― ¡Deja mi cama!

El azulado termina cediendo ante la petición del molesto hombre de ojos rojos, dando ligeros saltos y aun entre risas se dirige al peinador para poder colocarse las lentes de colores en sus cristalinos ojos verdes. Toma un poco de iniciativa, ya que cuando tuvo que colocarse las de color negro en la investigación pasada se picó los ojos en repetidas ocasiones; esto no porque no supiera colocarlos, sino porque sus lindos faroles no toleraban tener un objeto plástico en un principio.

Festeja en un pequeño bailecillo al tener el primero puesto, dejando ver un hermoso color celeste, no azul marino como los de Scourge, era un hermoso color cielo. Cuando era hora de colocarse el segundo, la cajita que lo contenía se le resbaló hacia el suelo, con sus reflejos siempre alerta lo mejor que pudo hacer en el momento fue...patear la caja directo a las cobijas de la cama.

― Mierda, Blue ¿Acabas de patear un puto lente de contacto? ―dijo sorprendido el moreno.

―...Ups.

― ¿¡Cuál "Ups"!?, ¡Eso es antihigiénico!

― ¡No me regañes y mejor ayúdame a buscarlo!

Un suspiro salió y tomó lugar en la habitación, el azabache frotó su sien con desgano y se levantó de la cama rascando su nuca:― Claro, Blue. Claro.

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― Me veo como uno de los comandantes del Reino Unido~ ―dijo en un suspiro melancólico.

― ¿Conoces a las Fuerzas Armadas de Reino Unido?

― ¿Por qué no las conocería? Me dieron una cálida bienvenida ese invierno del 2016~ ―decía mientras acunaba su rostro entre sus manos― Infinite sí que sabe lo que es "siéntete como en tu casa" ―suspiró una vez más.

El azabache bufa un poco, aprieta las mejillas color durazno del menor y coloca aquella vista medio azulada hacia su dirección:― Ya estate quieto, si te mueves no te puedo poner el lente que falta.

Blue cambia su expresión a una aburrida mientras se deja manipular por el otro, llevaban alrededor de diez minutos tratando de poner el lente que habían encontrado hace unos veinte minutos aproximadamente, por supuesto que lo lavaron antes de tan siquiera pensar en volver a meterlo en su cuenca ocular.

Sintió una leve irritación en su ojo y parpadeó repetidas veces hasta no sentir molestias, sonrió satisfecho al tener el par de lentes azules muy bien puestas.

― ¿Cómo me veo? ―dijo parpadeando y mirando hacia el techo, como todo un inocente angelito.

Lindo...―murmuró con una sonrisa―. Q-Quiero decir, te ves bien ―se corrigió a si mismo mientras cambiaba su mirada a otra dirección.

El criminal alcanza a escuchar aquella pequeña confesión, se avergüenza de inmediato y también desvía sus ojos celestes a otra dirección. Hace un leve puchero cuando se percata de que se ha sometido a aquel hombre varias veces en ese mismo día, inclusive piensa que ha actuado "tierno".

― "¿¡Tierno yo!?" ―pensó perturbado, ahora mirando de reojo y con molestia al azabache― "Ese idiota trata de atontarme, ¡No debo dejar que lo haga!"

Palmeó sus mejillas con fuerza, casi en ligeras bofetadas, esperando que lo trajeran un poco de regreso a la realidad.

Nota como el azabache comienza a quitar el saco de su traje negro; trata de apartar inútilmente la mirada cuando nota como sus hombros se flexionan hacia atrás al quitar por completo aquella tela, resaltando los pectorales firmes y los músculos de sus brazos grandes.

Pasa saliva levemente, esto no estaba bien.

― Oye, Blue ―dice el moreno mientras lo saca de su burbuja especial―. He estado pensando q-

― ¡Felicidades! ―aplaude levemente mientras oculta su sonrojo en un cojín en forma de pompón.

El mayor rueda sus ojos con molestia, fingiendo que no lo llamó idiota de manera indirecta, y dice:― Pensé que sería una buena idea mantener cierta...distancia.

Aquello llama la atención del azulado, el cual deja de fantasear completamente con el cuerpo trabajado del agente y desentierra su rostro de la suavidad color gris.

― ¿Distancia?

― Tu sabes...nos besamos hace poco y...

― ¿Qué hay de malo? ―dijo el azulino― ¿No beso bien?

Los dedos morenos se cubren la boca de manera disimulada, recordando la suavidad de los belfos contrarios y los movimientos maravillosos de su boca.

¿Qué si besaba bien?

Era un maldito seductor de primera.

― No es eso, es solo que...estamos en una relación con nuestro cada cual, ¿comprendes? ―trató de explicarse.

― ¿Qué relación? ―exclamó confundido el de mirar color cielo mientras se ponía de pie en la alfombra.

El azabache no sabe si molestarse por aquella pregunta, la cual a este punto le parecía completamente ridícula.

― María y Scourge, ¿Te suenan sus nombres de algún lado?

― ¿Tu novia y mi disque algo? ―dijo con sorna.

― ¿Tu "disque algo"? ―dijo con un poco de sorpresa y hasta con un tono levemente ofendido.

Pensaba que el azulito era capaz de negar su relación con el verdoso justo en frente de sus narices, recordaba ciertas ocasiones donde se ponían bastante cariñositos delante suyo, por lo que no le dio nada de gracia que el chico tratara de mentirle.

El de menor estatura ladea su cabeza un poco, confundido y aburrido de esperar a que el azabache olvidara el tema de manera inmediata. Nunca le gustó esperar a los demás, debían pensar más rápido si querían llamar su atención.

― Shadow, él y yo no somos novios.

― ¿Eh?

― No somos nada ―dijo simplón―. No me gusta mucho eso del drama amoroso y esas cosas...no me gusta pertenecerle a alguien ―finalizó mientras salía de la habitación.

El azabache se quedó pensativo mientras se cambiaba las ropas incomodas por unas más seguras para salir al campo, un traje completamente negro para sus misiones nocturnas que le cuidaba las espaldas fielmente.

Después de unos minutos más cae en cuenta de que el verdoso a llegado a su casa de nuevo, esto gracias al ruido que genera el par de ladrones en su sala. Suspira al escuchar uno de los jarrones decorativos ser estampado contra el suelo, por lo que se apresura a terminar sus acciones para poder bajar a regañarlos.

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Se sentía extremadamente acalorado, sus rostro tenía gotitas de sudor en la frente y un poco en su nariz. A pesar de tener la cara descubierta y de que el ambiente nocturno era muy agradable, no podía disfrutarlo como quisiera debido a la gruesa capa de tela obscura que le cubría el cuerpo completo.

Sí, jamás vieron su rostro, pero eso no quería decir que no podían llegar a reconocer su silueta. Por lo que su humilde mini fan Scourge consiguió aquella capa para que protegiera su identidad, con las lentillas azules le daba el toque final, pues de sobra sabía que el color peligroso de sus ojos es algo que cualquier criminal de esa ciudad ya se había gravado en su mente.

Esperaba paciente en una de las bancas de una plaza solitaria, siendo las dos con treinta minutos de la madrugada, la llegada del dichoso Romeo. Se cocinaba lentamente en su propio calor corporal, por lo que suplicaba internamente que se apresurara y moviera ese trasero para poder ir a casa a darse una buena ducha.

Mientras él esperaba desesperadamente en esa banquita del demonio, Shadow se encontraba a una cuadra de distancia de aquella plaza, teniendo una vista periférica del sitio donde estaba sentado el azulino. Se camuflajeaba perfectamente con la obscuridad de un callejón sin luces cercanas, portando unos guantes de látex grueso y la bendita arma que podía electrocutarlo si se le apetecía.

Recuerda con leve molestia como es que se organizaron antes de llegar allí.

"― Esto no me da confianza ―decía agarrando el arma con ligera inseguridad.

― No pasará nada si tienes los guantes, al ser de plástico son aislantes de cualquier energía, estarás bien ―le guiña el ojo izquierdo―ponte alerta, nos vemos ―le golpea "juguetón" el hombro.

― ¡Auch! ―ve que el azulado se va a su posición― ¿se supone que eso era a juego? ―exclamó adolorido."

Rodó los ojos sintiendo el dolor palpitante en su brazo derecho, juraba que un día de esos le iba a regresar uno de sus tantos golpes con toda la mala intención del mundo.

Se oculta lo suficiente, esperando pacientemente una señal de ataque.

Scourge se encontraba por los alrededores de la plaza, hablando por teléfono con aquel dichoso y desafortunado criminal.

― Mi ayudante te estará esperando, en este momento ya debe de estar allí ―decía con un tono socarrón y arrastrado―. No lo hagas esperar mucho ―añadió mirando a su chico a la distancia―, le pagué lo suficiente como para esperarte media hora de más, así que no te pases de ahí, ¿Entendiste?

 Sí, sí, sí. Lo que digas le respondieron. No entiendo porqué la policía encontró pistas sobre tu marcha dijo levemente desconfiado, eres como un maldito humo entre la neblina.

― Oh, lamento que mi perfección no sea tan perfecta ―dijo orgulloso―. No todo lo bueno puede ser para siempre~

 Agh.

― En un momento más estaré ahí, voy en camino.

Antes de tan siquiera decir otro de sus halagos a su propia persona, la llamada quedo colgada en la línea. Scourge bufa ante eso y se sienta en el borde de un edificio departamental, vigilando a su criminal favorito.

Se sentía dichoso de poder tener a ese muchachito tan cerca, tan personal, tan...suyo. Le gustaba su forma de ser y su manera de manejar las situaciones que le imponía la vida. Si tan solo el chico le apreciase un poco más se sentiría genial, más genial de lo que se siente ahora. Sin embargo, no trata de forzarlo, sabe de sobra que nada ganará con intentarlo. Quiere que surja natural, quiere que lo quiera porque le nazca hacerlo.

Amará el día en que eso pase.

Por el momento se limita a observar a su amado sofocarse en su propia piel, ríe divertido al ver que tendrá que tener eso puesto hasta que el criminal haya sido arrestado.

Pasaron alrededor de veinte o quizás treinta minutos más, el cobalto comenzó a desesperarse por la poca importancia que ese maldito de quinta le estaba dando al asunto. Era él, ¡¿Cómo no iba a ser importante?!

Estaba a punto de mover sus piernas en una clase de berrinche por la situación cuando sintió un escalofrío en su espalda, tomó una cuchilla del cinturón que portaba y lo lanzó en dirección a una palmera que se encontraba cercana. Quedó clavada justo en medio, después de un corto silencio unos pasos se escucharon entre el pasto.

― Bueno, al menos sé que estás armado ―dijo con una sonrisa casual.

Tomó asiento al lado del cobalto un zorro de pelaje rojizo tirándole a marrón. Cruzó sus piernas mientras colocaba una botella de agua por los pies de ambos en el suelo. 

― "Hola, buenas noches" mínimo, ¿no crees?

― Ja, ja. Aquí no tenemos tiempo para eso ―dijo mientras sacaba un paquete de cigarrillos de una bolsa de su pantalón― ¿Gustas uno?

El de ojos cielo acepta el pequeño cilindro y se acerca para recibir el fuego de aquel tipo, se aleja en cuanto el humo comienza a salir de aquel tabaco.

― ¿Quién eres? ―dijo el zorro mirándolo fijamente.

― Soy Clancy, ayudante de Scourge a sueldo ―le respondió soltando un poco de humo―. Se metió en problemas que no le correspondían y ahora buscan su trasero como trébol de cuatro hojas ―dijo en tono despreocupado― ¿Cómo va el negocio?

― No tienes idea de lo enojado que está Fleetway ―dijo―, no ha parado de picarnos el culo exigiendo la última esmeralda, como si nosotros supiéramos donde está ―terminó de añadir de manera frustrada―. Al parecer DarkBlue fue emboscado, ¿puedes creerlo?

― ¿Ah, sí? ―fingió duda mientras inhalaba otro poco de su cigarro― ¿Qué no estaba en una prisión de G.U.N?

― Al parecer el comandante de G.U.N lo está utilizando como medio para combatir el crimen. 

El cobalto abrió sus ojos en desmedida, mirando a un punto fijo en la nada. Miró de reojo al tipo mientras su pecho se sentía frío e inestable en su ritmo.

― ¿Es...eso así? ―dijo entrecortado.

― Sí ―le respondió inhalando un poco profundo―. No sabemos con qué intención lo hace, o qué conseguirá ese dichoso ladrón si cumple lo que le imponen ―explicó―. Pero Fleetway está preocupado de que algo llegue a salir de su bocota.

El de capucha negra se ofende levemente cuando se refiere de esa manera a su hermosa boquita. Se traga un buen insulto hasta lo más profundo de su garganta y lo mira con detenimiento.

― ¿Cómo fue que Darkblue trabaja con ellos ahora? Es decir, ¿Cómo se enteraron? ―preguntó mientras seguía fumando.

― Tú sabes. Fleetway tiene ojos en todos lados ―dijo en tono simplón―. No lo quiere admitir, pero está muy enojado de que alguien pudiera darle ordenes a su favorito. Al menos se calmó un poco cuando se enteró de que el tipo había robado unas joyas de un museo y que escapó después de eso.

"Mierda, que bueno que se me ocurrió molestar a Shadow de esa forma" ―pensó sintiéndose salvado. 

Mientras tanto, el azabache se preguntaba qué era de lo que tanto hablaban esos dos en la plaza. Se supone que sería un encuentro rápido para poder atrapar al tipo y sacarle información por medios sanos y legales, así que no entiende del todo porque el lenguaje corporal de Blue no muestra todavía ningún gesto para ponerse en marcha.

Esperaba que matar tiempo de esa forma no resultara fatal.

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