CHAPTER VIII

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CHAPTER VIII

( I am a goddess! )

──── ⊰✩⊱ ────











ERA LA PRIMERA VEZ QUE AGNYS era invitada a una fiesta, no es que fuera la gran cosa para ella, ya que siempre fue reacia hacia las relaciones con las demás personas; pero muy en el fondo de su ser, rodeando el lago de las almas en pena, atravesando el pozo de la agonía y las llamas de la furia, se encontraba una pequeña flama que saltaba de felicidad.

La invitación de Zahid fue hecha apenas había terminado el partido, según la princesa de Agrabah, sus fiestas se hacían luego de cada partido ganador. Y, a diferencia de lo que Agnys creería que sería un prominente actuar de chica de Auradon, Zahid no las hacía luego de los partidos perdidos. Según la castaña no celebraría una derrota rodeada de "Lo haremos mejor la próxima vez" o "No se desanimen, no hay perdedores", esas fiestas se las dejaba al príncipe Ben.

— ¿En serio estás pensando en ir a esa fiesta? — le preguntó Kiara desde su cama en las alturas, mientras ella miraba lo que Pánico y Pena habían empacado para ella.

— Eso creo— contestó un tanto insegura, mientras aún revolvía dentro de aquella bolsa negra.

— ¿Qué ocurrió con la Princesa del Inframundo que quería escapar de este "resplandeciente lugar de luz"? — preguntó la rubia mientras bajaba de un salto, acercándose a ella sigilosamente.

— Sigue aquí, Kiara— trató de tranquilizarla, mientras encontraba un vestido perfecto para la ocasión, para luego girarse a enfrentarse a la felina—. ¿Por qué crees que hago esto?

Kiara se quedó callada con miedo de responder ante tal gélida mirada, sabía perfectamente que ella consideraba a Agnys como su amiga, sin embargo, no podía decir lo mismo de la peliazul. Tenía bien en claro que Agnys tenía problema de confianza y lo adjudicaba perfectamente a la Isla de su procedencia, después de todo, sus preguntas sobre aquella Isla no se hicieron esperar en la primera noche juntas.

» Si no vas a contestarme, mejor no estorbes «

La rubia sabía que no debía tomarse sus palabras como algo personal, después de todo, Agnys trataba a todos así.

— Creo que Auradon te está cambiando— dijo cuando logró juntar la fuerza de voluntad suficiente.

La mirada de Agnys se endureció aún más, provocando un temblor en la espina dorsal de Kiara. Esa era la mirada de la verdadera Reina del Inframundo.

— ¿Acaso escuchas lo que acabas de decir? — pregunta la diosa acercándose a su compañera con los tacos que se pondría en sus manos y su cabello flameando; sin esperar a que esta le contestara continuó— Auradon nunca va a cambiarme, sé perfectamente cuál es mi destino y nunca permitiría que un horrible lugar como este lo cambiara— con cada palabra la habitación de volvía más oscura y Kiara podía jurar que las sombras que aparecían eran almas en pena—. Soy Agnys, la segunda hija de Hades, diosa del inframundo y futura Reina de las profundidades; ningún príncipe o princesa de este lugar podrá nunca igualarme o hacerme cambiar de parecer. ¿Te quedó claro, gatita?

— S-Sí— confirmó la rubia temblando sin poder detenerse.

Apenas su afirmación salió de sus labios, la oscuridad se desvaneció y la habitación volvió a la normalidad.

— Perfecto— sonrió la peliazul y con un movimiento de sus manos envueltas en las azules llamas, su vestuario cambió.

Ahora tenía puesto el vestido negro con mangas y cuello transparentes, y flamas azules en la falda; con los tacones que antes se encontraban en sus manos, de color negro, y con detalles de huesos tanto en su tacón como en la parte superior. Su cabello se encontraba recogido en un gran moño desprolijo, sos ojos delineados de negro, sus labios con un suave color nude y sus uñas anteriormente sin pintar, ahora eran azules combinando con su vestido y cabello.

» Ahora, ¿vas a acompañarme a esta fiesta o te quedarás aquí en tu oscura cama? «, preguntó la diosa acomodando uno de sus mechones por fuera de su oreja.

— Me gusta mi oscura cama— contestó Kiara con un puchero, aún alterada por el reciente suceso. Agnys levantó una de sus cejas—. Pero admitiré que una fiesta contigo, debe ser inolvidable.

La peliazul solo sonrió, para luego de igual forma cambiar el atuendo de Kiara, quién se sorprendió al ver sus zapatos.

— ¡¿Cómo supiste que amo las mariposas?!— preguntó emocionada.

— No es muy difícil de descifrar— contestó señalando a la pared cerca de su cama, dónde varias mariposas se encontraban pintadas.

Oh.

— Vámonos, la fiesta no comienza hasta que la Reina hace presencia.

— Eso rimó— susurró Kiara siguiéndola por los pasillos.

— Lo sé— contestó de igual forma, siguiendo el sonido de la música estridente.



──── ⊰✩⊱ ────




Agnys iba por su cuarto trago de la noche, Peyton había conseguido infiltrar algo de alcohol dentro de la fiesta, y obviamente Zahid estaba al tanto. Pero sólo algunos pocos sabían de este dato, ya que si "los sigue reglas" de Auradon se enteraban, no tardarían en ir con el chisme con el Hada Madrina. Kiara, para su extrañeza, la estaba pasando realmente bien junto a Peyton y Evangeline en el medio de la pista de baile. Carlos y Jay también se encontraban allí, después de todo eran parte del equipo.

— Odio admitirlo, pero Jay sí que se veía sexy en el partido de hoy— dijo Zahid sirviéndose otro trago junto a Agnys.

—¿Qué mierda acabas de decir? — preguntó la diosa asqueada por la reciente revelación.

— ¡Lo sé! — exclamó ya ebria la princesa—. Debería odiarlo, ¿cierto? Es el hijo del villano de la historia de mis padres.

— Jay no te hizo nada— dijo Agnys terminando su bebida mientras veía como Kiara hacía un baile realmente extraño.

— Pero su padre sí, casi deja a mi reino en la oscuridad— contestó algo incómoda por juzgar sin conocer.

— Repito, no es culpa de Jay, ustedes nos metieron ahí por los "errores" de nuestros padres— hizo comillas con sus dedos, no estando de acuerdo con el término.

— Nosotros no los pusimos ahí, fueron nuestros padres— se quejó la princesa.

— Exacto, ahora lo entiendes.

Zahid suspiró, ahora entendiendo lo que Agnys había dicho para hacerla reaccionar. No era la culpa de ninguno de los descendientes, sin embargo, eran los que más sufrían por las acciones de sus padres, estén de acuerdo con ellas o no.

— Mis padres nunca permitirían que me acercara a él— se lamentó.

¡Al Olimpo tus padres! — exclamó la diosa haciendo sonreír a la castaña—. Tú eliges con quién quieres estar o qué hacer. Es tu vida, cariño.

La princesa suspiró antes de lanzarse sobre Agnys para abrazarla fuertemente, sorprendiendo a la diosa, quien no lo correspondió, esperando a que acabase.

— Necesitaba oír eso— dijo en su oído suavemente antes de salir de ahí corriendo.

Agnys dejó escapar el aire retenido y se dirigió hacia aquella fuente de la cual salía un líquido oscuro, del cual los invitados comían felizmente junto a unas bolitas rojas.

Se acercó con curiosidad, las bolitas rojas tenían semillas, por lo que no las probó. Después de todo, su padre le había dicho que si tragaba las semillas una planta crecería en su estómago. Sin embargo, el líquido oscuro tenía un delicioso aroma, por lo que acercó sus dedos.

El líquido era caliente, pero gracias a su resistencia al calor no quemaba sus dedos. Sacó su lengua dispuesta a probarlo, cuando una voz la detuvo.

— Extraña forma de comer chocolate líquido— habló un alto muchacho con grandes músculos y sonrisa blanca resplandecía.

— ¿Chocolate líquido? — preguntó ella, nunca había escuchado del tal chocolate líquido, solamente de esas chispas de las que había hablado Lonnie.

— ¿No sabes lo que es el chocolate líquido?

— ¿Debería?

En ese momento, el chico frunció el ceño para luego mirar su atuendo atentamente, después de todo, la oscuridad de la sala solo era interrumpida por las dispersas luces de colores, que aparecían de vez en cuando en otro lugar que no fuera la pista de baile.

— Eres Agnys— murmuró al ver las flamas en su vestido y aquel color de cabello tan particular, cambiando la expresión de su rostro— No puedo creer que seas tú.

— ¿Y tú eres? — preguntó limpiando sus dedos con la servilleta, ya que el supuesto chocolate se había endurecido.

— Me llamo Herkie, mi padre es...— trató de presentarse, pero al escuchar su nombre la diosa lo interrumpió agrandando sus ojos.

Hércules— exclamó incómoda, después de todo eran familia—. Sí, sólo él podría ponerle a su hijo su mismo apodo.

— ¿Disculpa?

— Oh, estás disculpado, sobrino— se burló—. Después de todo mi propio primo nos mandó a la Isla, el "héroe verdadero".

La gente a su alrededor comenzó a alejarse, formando un semicírculo para apreciar la conversación, no tan amistosa, entre personajes de la misma historia.

— Tu padre intentó matarlo, ¡era lo justo! — la señaló con su gran dedo.

— ¡Justicia, justicia! ¡Es de lo único que hablan! — comenzó a gritar Agnys, llamando la atención de sus amigos, Ben, Jay y Carlos incluidos— ¡Pero no hubo justicia con nosotros!

— ¡Claro que sí! ¡Merecen estar allí dentro tanto como sus padres! — contestó mientras Ben trataba de calmarlo para que no se acercara demasiado a la diosa, después de todo, podría quemarse con su cabello, el cual flameaba más que nunca.

¡SOY UNA DIOSA! — gritó tan fuerte que las luces explotaron siendo la única luz de la habitación su flameante cabellera azul, lo que provocó que todos los presentes se callaran— ¡ME DEBES RESPETO! ¡TODOS AQUÍ ME LO DEBEN!

Todo quedó en silencio, hasta que Ben no pudo detener a Herkie.

— Nadie aquí te respeta, no eres la diosa de nadie.

Y en ese momento, ni Kiara, Ben, Peyton, Zahid, Carlos, Jay, ni incluso Evie quién fue buscada por estos dos últimos pudieron detener la gran bola de fuego azul que fue dirigida hacia Herkie.








Bueno, bueno.  Finalmente volví y más picante que nunca ;)

Apareció Herkie por primera vez, ¿creen que este odio es algo pasajero o se remontará hasta el final de los días?

¿Creen que Herkie tendrá un interés amoroso? De ser así, ¿cuál creen que será?

Amo que comenten, me hacen reír mucho y me inspiran a seguir con la historia y sorprenderles con cada capítulo♥

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