Epilogo

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Seis años han pasado desde que las chicas se habían graduado. Seis en los que el amor de una por la otra se mantenía fuerte, creciendo pudiera decirse, pero en todas las relaciones hay sus altos y sus bajos ¿no?

Pues Yongsun y Moonbyul tenían estas situaciones, y sí que las tenían. Con los años Moonbyul ganó mucha confianza, esa confianza era vista de una forma atractiva, tanto por chicos como por chicas, ahí el primer motivo de discusión, celos, malditos celos. Yongsun era consciente de qué tanto la amaba y confiaba en ella, pero en quien no confiaba era en el mundo al que su pareja parecía atractiva, y mucho. Este era en su mayoría el principal punto de discusión, lo peor de todo era que ambas sabían que discutían sin razón.

— ¿¡POR QUÉ SIMPLEMENTE NO PUEDES CONFIAR EN MÍ!? — pregunta una muy harta Moon.

— Si confío en ti pero...pero.

— Pero que Yongsun, sabes que no tienes razón, discutes por gusto, ¿acaso no lo ves? — dijo para tomarla de las manos —¿cómo puedes discutir tanto conmigo? Si estás consciente de cuanto te amo, que eres la única para mí, ¿por qué no ves eso? — dijo para luego depositarle pequeños besos en los nudillos.

— Byul yo lo sé, solo que a veces no puedo aguantarme, esa bruja, ella hace las cosas a propósito, las hace y luego me mira burlonamente.

— ¿A quién te refieres?

— A quién más que a tu adorable secretaria, YooA, solo de decir su nombre— dijo y apretó su puño.

— YooA, no amor, ella...primero, ella es cinco años menor que nosotras, acaba de terminar la universidad, si le di el trabajo fue porque su padre le pidió el favor al mío, yo ni siquiera le prestó atención.

— Pero aun así Moonbyul.

— Yongsun mírame— dijo levantándole el mentón haciéndola mirarle — yo te amo—, esas palabras siempre funcionaban en Yongsun.

— Y yo a ti, pero esto no puede continuar así Moonbyul, no puedo seguir viviendo así— dijo soltándose.

— ¿A qué te refieres? — pregunto preocupada.

— Démonos un tiempo — esas palabras le cayeron a Byul como un balde de agua congelada.

— No, por qué, no Yongsun no hagas esto, yo, yo...— Byul no sabía que hacer o decir, todo lo que habían construido estos años parecía estar desmoronándose delante de ella con esas palabras.

— Byul, es solo un tiempo ¿sí?, quiero que pienses bien las cosas.

— No necesito pensar en nada Yongsun.

— Entonces pensaré yo sobre lo que quiero.

— Pero ¿ya no me amas?

— Si lo hago Byul, pero debo enfrentarme a mis propios demonios si quiero tener un futuro contigo, no podemos seguir discutiendo por lo mismo, y sé que soy yo quien siempre comienza, pero por eso mismo te lo pido, dame un tiempo— dijo y esta vez fue ella quien la tomó de las manos, pero Byul se liberó, se veía herida, triste.

— Byul yo...

— Sal Yongsun.

— Byul...

— Si lo que quieres es tiempo está bien, es más me iré yo— Byul agarró su chaqueta y salió por la puerta tirando esta al salir, Yongsun se había quedado pensando en lo que había hecho y sí que la había arruinado.

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— Me dejo Hyejin, así sin más.

— No te dejo Byul, te pidió tiempo— respondió su mejor amiga mientras le entregaba un vaso con agua.

— Ella simplemente quiere pensar en todo Byul, todos pasamos por eso— dijo esta vez Wheein sentándose a su lado.

— ¿Por qué no podemos ser como ustedes? llevan seis años y todo es genial, están casadas e incluso tienen un hijo— dijo señalando al pequeño de ocho años que iba hacia ellas.

Al graduarse Hyejin comenzó los trámites para adoptar al pequeño Jin como había dicho que haría, pero no fue nada sencillo.

A penas Hyejin se graduó tuvo la oportunidad de varios papeles en dramas de televisión, no eran papeles protagónicos, pero si pagan bien, aun así, la situación económica no era precisamente excelente por lo que la adopción se le negó.

Al año Wheein quien se había mantenido al margen únicamente porque su pareja se lo pidió, no pudo ver más a su novia sufrir por el pequeño y le pidió matrimonio, al comienzo fue todo mal. Hyejin no quería aceptar casarse con ella solo para poder adoptar, pero luego de una situación en la que el amor incondicional de Wheein por ella fue puesto en juego Hyejin se dio cuenta de que en verdad quería pasar su vida junto a ella.

Se casaron y luego de una romántica luna de miel los abogados de los Jung comenzaron los trámites para la adopción del pequeño Jin, quien había cumplido su tercer año cuando les dieron la custodia. En todos estos años la pareja no ha tenido problemas como el Moonsun, ellas tienen de vez en cuando una pelea, pero siempre es algo bobo que dejan pasar por su pequeño, quien se volvió su todo, el de ambas, era un triángulo perfecto, con mucho amor en él.

— Ma, ¿qué le sucede a tía Byul? — preguntaba el pequeño sentándose sobre su madre.

— Nada Jin, que tu tía Solar es una idiota— respondió Hyejin, recibiendo un golpe por parte de su esposa, por el uso de la palabra idiota.

— Tía...

— Si pequeño.

— ¿Amas a tía Solar?

— Si ¿por qué preguntas? — dijo cargando ahora al pequeño.

— Porque siempre discuten, mis mamás hablan de eso— dijo y Byul las miró y esta evitaron la mirada.

— Amor, eso son cosas de adultos no te preocupes, yo amo a tu tía y ella a mí, solo...solo que es una fase por la que estamos pasando.

— Y...— el niño iba a continuar, pero Wheein lo cargo —venga, ya no molestes más a tu tía, mamá Hyejin y ella saldrán a pasear y tú y yo veremos películas, ¿quieres?

— Si películas — el niño ahora era una fiesta andante.

— Vamos Byul, vayamos a beber — dijo Hyejin haciendo una seña con la mano.

— De acuerdo, deberás necesito despejar.

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Ese día paso, y otro, y otro, y otro, ya dos semanas habían pasado y Yongsun aún no se decidía, Byul estaba comenzando a hartarse de la situación, sobre todo cada vez que bebía, decía que terminaría con aquello de una vez por todas, pero siempre terminaba llorando.

Esta noche el alcohol le estaba haciendo una mala pasada, le estaba afectando más de lo normal, según ella. Hyejin y Somi le insistían en que no bebiera más pero aun así no se detenía. Del bar la primera en irse fue Hwasa, quien recibió una llamada de su esposa, dejando a Byul en manos de Somi. Esta última tuvo que irse luego de recibir un mensaje de su esposo, dejando sola ya que no pudo convencerla de irse.

— Bien ahora...estoy sola— dijo arrastrando sus palabras.

Desde que nos estamos dando "un tiempo" no he podido evitar beber, el pensar que este tiempo puede ser indefinido me enloquece.

— Oiga, denme otro trago— a penas las palabras salían coherentes, el alcohol hoy me ha afectado más de lo normal, tal vez porque he bebido demasiado, na no lo creo.

— Señorita no debería beber tanto.

— Y a ti que te importa, solo sirve el alcohol que para eso te pago ¿no?

— Vaya que has tomado preciosa.

— ¿Quién dijo eso? — me voltee buscando problemas y lo único en lo que me fije era que se trataba de una mujer por sus curvas y buen porte, su cara no lo veía bien por la oscuridad del lugar además de los tragos dados

— ¿Por qué no vienes conmigo y nos divertimos preciosa?

— No me digas más preciosa, y no, porque estoy casada, ah no espera, no estoy casada— sentí como las ganas de llorar me invadieron — no estoy casada pero aun así tengo a alguien importante en mi vida, con quien me casaré a penas el estúpido tiempo se acabe.

— Y por qué no vienes conmigo y te diviertes en ese tiempo que dices preciosa.

— Porque no, vale, solo la amo a ella y solo me entrego a ella y amo el cuerpo de ella, su boca, su pelo, su aroma, su todo— ya las palabras apenas eran entendibles cuando hablaba, ni yo me entendía.

— Ven preciosa, te divertirás— dijo tomándome de la mano y yo en un intento por soltarme me caí, sentí como todo me daba vueltas y se volvía oscuro.

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— Dios que dolor de cabeza— dije mientras me acomodaba en la cama y me estiraba.

— ¿Y dónde estoy? — dije para luego mirar hacia los lados — ¿cómo, cómo diablos llegué aquí? — dije al darme cuenta de que estaba en mi habitación, en la que compartía con.

— Yongsun— exclame al ver a la mujer que amo entrar a la habitación — ¿qué... qué hago aquí? disculpa por haber venido, no recuerdo nada, disculpa— dije levantándome de la cama para empezar a recoger las cosas, estaba realmente confundida.

— ¿No recuerdas nada? — me pregunto y no sé si me lo habré imaginado, pero sentí un tono burlón.

— No, lo siento, sé que me pediste tiempo y mira acabe acá, disculpa.

— No te preocupes "preciosa"— de acuerdo, no recordaré mucho de anoche, pero esa palabra sí, esa palabra me molesto mucho en verdad, fruncí el ceño y al ver a la cara a Yongsun se veía divertida.

— Yongsun ¿acaso? — no me puedo creer que.

— Si preciosa, era yo— dijo y comenzó a reír.

— ¿Cómo pudiste? ¿cómo sabías que estaba allí?

— Hyejin me llamo, me dijo que estabas para terapia y que le había dicho a Somi que te dejara sola que si no iba probablemente terminabas en la cama de otra, al ir te vi allí y no te quería creer capaz de irte con cualquiera y solo jugué un poco contigo.

— ¿Cómo pudiste hacerme eso?, yo, yo, soy una estúpida, me largo— dije y le pasé por el lado.

— No Byul no te vayas, escúchame, cuando vi cómo rechazabas a irte conmigo me di cuenta de que en verdad me amabas, que si ni estando borracha te ibas con otra que podía confiar ciegamente en ti.

— ¿Y para darte cuenta de eso tenías que formar aquello? ¿por qué no podías confiar en mi sin formar todo ese espectáculo? — pregunto insultada por su falta de confianza en mí.

— Yo confió en ti Moonbyul, pero mis celos...

— Tus celos nos separaron Yongsun, fuiste tú la que pidió el tiempo, yo nunca lo quise, siempre estuve clara de que eras tú...

— ¿Era?

— ERES y es más siempre lo serás, pero ahora estoy molesta cont...— no me dejo terminar de hablar, me estaba besando, me cayó del modo en que más me gustaba, dios como extrañaba sus besos.

— Te amo Byul.

— Y yo a ti Yongsun, por favor no me vuelvas a hacer algo como esto.

— Lo juró, no lo volveré siquiera a pensar.

— Entonces estamos bien— dije dándole un pequeños besos en los labios estando nuestros cuerpo muy juntos.

— ¿Recuerdas todo lo que dijiste anoche?

— No, para nada— obvio que si lo recordaba, dije que me casaría con ella apenas terminara el tiempo.

— ¿De verdad no lo recuerdas? lo que dijiste sobre cuando acabara el tiempo— hizo un hermoso puchero, me dieron ganas de ceder, pero me vengaría.

— No la verdad es que no, ah si— vi como su cara se iluminó— dije, dije, no, no lo recuerdo en verdad.

— ¡MOONBYUL! — dijo y me dio un manotazo en el hombro.

— No lo recuerdo, pero qué tal si te casas conmigo— le pregunte y ella se veía en shock.

— ¡Tú! — dijo.

— ¿Yo?

— Eres una idiota— se hizo la enojada y miró hacia el lado.

— Ey, tenía que vengarme ¿no?

— Idiota — seguía sin verme.

— Pero que me dices, ¿te casas conmigo Yongsun?

— No — ok, ahora soy yo la que está en shock.

— ¿Por... por qué?

— Porque si no me das un anillo no lo voy a aceptar— dijo con una pícara sonrisa, estoy segura de que ella había revisado mis bolsillos anoche y si que lo había hecho porque al tocarme los bolsillos el anillo no estaba en el que lo deje.

— No me dejas de otra— puse una rodilla en el piso y saqué el anillo, ella se veía feliz, muy feliz — ¿quieres casarte conmigo Solar?

— Si— dijo bien bajo y me puse de pie — perdón no te oí.

— Sí, quiero casarme contigo Moonbyul— dijo y me beso.

Y vivimos felices para siempre, ah no espera. Un año después que nos casamos Yongsun salió embarazada después de una inseminación artificial, una pequeña Yongsun nació y yo como que, ¡WOW soy mamá! y ella como ¡wow SOMOS mamás! Si todo fuera como en los cuentos de hada todo sería aburrido, no todos los finales son felices no, no, no, no cualquiera puede tener un final tan completo como el mío, yo si tuve un final feliz.

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