02| la Casa Astonville

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En los pasillos de la gran mansión Astonville, los sonidos de los pasos en trote de un jovencito de unos diecisiete años resuenan por todas las paredes. Su desesperado trote no era cosa nueva, ya sabían a dónde se dirigía. Los encargados de limpieza y mantenimiento de la casona lo veían con preocupación dado que el chico tomaba rumbo a la biblioteca mayor situada en el ala oeste del recinto.

Estaba yendo dónde, si llegaba tarde, firmaba su sentencia de muerte. O al menos así lo expresaba él, ya que todos conocen a su "jefe" y saben que simplemente le regañará y a lo sumo le llamaría la atención. Pero el chico de pelos dorados en su sentido de lealtad, entiende que es inaudito que su superior lo esté esperando más del tiempo debido para seguir con las tareas del día.

—¡Astreldom! —sus pelos se erizaron al oír su apellido ser pronunciado por el secretario del jefe de la familia, Rowan Patrick— No corra en los pasillos por favor. 

Por inercia dejó de trotar y comenzó a caminar rápido mientras se alejaba de la oficina del anterior y se dirigía a él entre jadeos: —Días como hoy son los que lo tienen de mal humor y si se entera dónde estuve me matará.

Patrick suspiró, no había quien lo detuviera pero también sabía de las posibles consecuencias con el mal humor del hijo más joven de los Astonville. Por lo qué, tan pronto como fue dejado atrás, el jovencito había comenzado a correr con todas sus fuerzas por los pasillos de la Casa Astonville. Tan pronto como llegó al sitio abrió las puertas en su extensión.

—¡Aquí estoy! —cerró los ojos con fuerza.

Frente a él no había nadie. Los escritorios y sofás estaban completamente vacíos, lo mismo el fondo de la biblioteca. Ringo, el chico de pelos dorados dejó salir un soplido de alivio al no ver a nadie aquí por lo que intuyó qué, aún no habría vuelto. Sin embargo, esas fueron solo suposiciones; un escalofrío le recorrió toda la espalda y descubrió la verdad mirando hacia arriba a la primera planta con las estanterías.

Su presencia abrumadora era impresionante, imponente. Desde el balcón de la primer planta lo observaba con un cierto grado de irritación y fastidio. Sus ojos verdes examinaba con desdén al menudo chico rubio, a no malinterpretar, él sabía qué había pasado y la razón por la que su subordinado vino corriendo, pero tiene un problema, no puede disimular sus expresiones...

—Tarde, Ringo —pronunció con solemnidad y el susodicho suspiró un tanto más tranquilo por la reacción de su superior. Sin embargo, el alivio duró poco—. Ya me enteré que estuviste en el patio de entrenamiento.

—¡Juro por mi vida que fui arrastrado por Louis y Frédéric, yo no quería! —se arrodilló frente al balcón en súplica—. He manchado su honor-

Por Selene, qué exagerado que eres —el pelinegro usó su teletransporte de corta distancia para acercarse al asustado chico quien ya tenía lágrimas en sus ojos—. No te voy a matar, ni mucho menos castigar; sólo comenté que te veías muy entretenido —alzó sus hombros y adoptó una posición erguida la cual tomaba una distancia en altura con respecto al chico más joven, y, sonrió socarrón—. Te estaba molestando bobo, sabes bien que me molesta que andes por ahí holgazaneando cuando Calum no está y más en los días de trabajo. De todos modos era tu descanso así que es válido.

—¡Ruego por mi vida!-

—¡Ringo! —alzó la voz y el chico lo miró— olvidemos este asunto y manos a la obra.

El pequeño rubio lo miró y asintió para subir las escaleras hacia las estanterías de la primera planta. El pelinegro se desperezó, abriendo sus brazos en toda su extensión y arqueando su espalda. Frotó sus ojos y pasó su mano por su pelo hacia atrás. Sacudió levemente su cabeza y miró de sopetón hacia el vitral de la ventana en la primera planta. Ello encendió sus alarmas internas, creyó... oír algo.

"... Que alguien haga un milagro conmigo por favor..."

¿Plegaria? No, un deseo —pensó, dicho hecho lo confundió más aún. Es la primera vez que oye voces en su mente. 

Le pareció muy extraño, de repente, le llegue un sonido familiar pero apagado. A priori, lo asociaría con estar día y noche encerrado, intercalando el día entre su habitación y la biblioteca. Día y noche ensimismado en su trabajo: la magia y la alquimia.

Ese mismo, es Aidan Astonville.

Aidan, Aidan, Aidan.

... Por donde empezar...


Por convención de la Academia de Magia de Evalix, le corresponde ser el Mago de la Torre de la Villa Aston. Debido a su reciente nombramiento, no posee torre propia por lo tanto, utiliza la mítica biblioteca que todos los magos que han pasado por Astonville han utilizado.

No obstante, no todos reconocen a Aidan como lo que es, por tener la famosa y tabú, "sangre pagana". Porque sí, el chico es hijo interracial entre un mago lunar y un descendiente del reino del Sol.

Y no sólo eso, Aidan es un individuo poderoso que ha aprendido el arte de la magia, siendo capaz de expresar magia lunar y magia solar en todas sus variantes, con predominio en la magia del tipo fauna. Ahora bien, con respecto a este punto hay dos opiniones; la Academia que lo considera un milagro y un equilibrio mágico luego de quinientos años y el Parlamento, quienes consideran que su simple existencia es una completa aberración que altera la normalidad establecida para las aldeas de la zona cálida.

Quiénes oyen la historia de este muchacho piensan algo en común: ¿Por qué el rechazo si este es un mago solar también?

Pues aquí va la respuesta, la familia Astonville no son magos per sé. Descienden de la antigua tribu del Sol, y un detalle más, bendecidos con la magia elemental del fuego, lo que les ha conferido con una habilidad un tanto particular. 

Los ojos de Anker. La hereje condición de los ojos que poseen los hijos varones descendientes de este mismo, Anker de Aston. Al hablar de ello, hablamos de su historia, la cual se remonta a unos cuatrocientos años atrás dónde, este se ganó la bendición del elemento de fuego quien lo dotó de su magia y le confirió unos ojos verdes como los campos de Gardenia, en alusión al amor imposible de Hakan el elemental de fuego por su antítesis de planta.

Anker creó su comunidad mágica en dichos campos y se estableció. Creó propia aldea que creció, creció y creció, hasta formar un primigenio reino, Reino de Evalix-Aston, que consistió en la conjunción de las comunidades cálidas más importantes; por un lado, Astonville y la naciente comunidad de Ragnar de Evalix, un anciano nómada de quien quedó su nombre para la posteridad.

Al morir su fundador, las historias acerca de la nueva familia real se fueron pasando de generación, en generación y así, como todo cuento oral, se fue deformando. Resultando una habilidad noble en una maldición casi instantánea dónde los portadores morían en la locura extrema y el aislamiento. Sólo uno llegó a sobrevivir a ello y fue entonces, quien cambió el paradigma de la entonces familia Astonville.

Pero volviendo al jovial Aidan, sus genes se componen de algo así como...  "Mago Lunar (madre) + ¿Demonio Solar? (Así se le ha llamado; padre) = Aidan y su hermano mayor, Aaron".

Es una bola de estambre la realidad en este lado del mundo. A diferencia de pueblos más alejados como Pumpkin Hills o Astrum Valley, la ciudadela de los Astonville es un sitio que tiene un poco más de libertad; aquí nadie va a cortar cabezas por ser hereje, es más, se promueve la emigración de magos por su estrecha relación con la Academia. 

Entonces y en resumen, la Villa Aston es algo como un planeta muy diferente de lo que es el resto de la capital, es decir, no se ha despegado mucho de las costumbres del antiguo reino.

—¿Estás enojado conmigo Aidan? —Ringo asomó su cabeza por encima de la pila de libros que los separaba en el escritorio. El sensible chico estaba con ganas de llorar, y el susodicho solo lo miró por encima de sus lentes.

—No. Solamente te pedí que no te cruces mucho con el reo de Demian. 

—¿El señor Black? Hoy no lo he cruzado, ¡lo juro! los muchachos dijeron que él estaba en la herrería hoy. 

—Ya lo sé, aún así... Ellos trabajan para él.

Aidan es receloso. Todo lo que implique su trabajo mágico y sus investigaciones en alquimia, es de absoluta confidencialidad. Los únicos que pueden acceder a ello son él, sus ayudantes Ringo y Calum, y muy a su pesar, su padre y jefe de la familia, Arsene Astonville.

El recelo no solamente va para los extraños, es en general a la comunidad y su su círculo cercano. El estado Aston, alberga a una pequeña academia que forma paladines y caballeros, ello implica, gente del exterior vagando por el ala oeste donde se ubica su biblioteca, por lo qué, Aidan casi no pisa los exteriores de su habitación y la biblioteca. ¿Qué tan grave es salir de aquí? A su juicio, la peor de las calamidades. Al juicio externo, solo un capricho suyo. 

En la realidad, es la decisión que tuvo que tomar tan pronto descubrió que Demian Black solía ser el ayudante de su madre y que, curiosamente, dejó de trabajar allí días antes de la muerte de la misma. 

—Hacer esto es absurdo —se recostó sobre el respaldo de la silla y dejó salir un bufido—. Este libro está escrito en calabazo antiguo, maldita sea —traducción; el libro está escrito en un idioma antiguo de las regiones de Evalix-Hazard, más específicamente en el dialecto de Pumpkin Hills—. ¡¿Por qué sabría yo el idioma y las runas de esos infames?! ¡Ah~ maldición! —se quejó con frustración— ¡Libro de mierda!

El avance de su investigación dependía, lamentablemente, de ese "libro de mierda". El mismo es un diario antiguo que se cree que puede contener información acerca de los elementales. El libro, le fue entregado a Aidan por su profesor de la Academia quien expresamente le pidió, seguir con las investigaciones de los Astonville, hasta entonces, desconocidas para él mismo. Estas consisten en unos monolitos que hay en uno de los jardines de la mansión, los cuales están hechos, en parte, del mineral más codiciado y poderoso del mundo, que es la "piedra del mundo", los cuales fueron descriptos desde hace doscientos años por el antiguo príncipe del desaparecido reino y por supuesto, ancestro de la familia. 

"Deseo encontrar a esa "magia universal" que nombra Evelyn... algún día..."

"Voces, voces, voces" —pensó al borde del colapso por su cansancio, Aidan está convencido de que había comenzado a enloquecer. ¿Por qué de todos los días, hoy, debía escuchar voces en su cabeza? Las cuáles... Sólo aparecen en sus sueños.

—¡Aidan! —exclamó Ringo observando al chico que estaba demasiado absorto en sus pensamientos— ¿Te encuentras bien?

—Ringo, ¿Quién carajos es Evelyn y qué es la magia universal? —dijo en un hilo de voz.

—... Eso... Es una novela para adolescentes —contestó el rubio aguantándose la risa.

Se quedó en blanco y hasta horrorizado. Era un hecho que lleva ya días sin dormir, pero la cuestión era otra; ¿Quién estaba metiéndose en su cabeza? ¿Y por qué le hacía referencias de libros basura del consumismo? 

—¿Qué clase de mensaje subliminal es este?

•••

¡Hasta aquí el capítulo!

Aquí les dejo un mapa que hice de este mundo fantasioso que hice en una app. Quizás no sea del todo exacto a como lo imagino, pero aquí les va una aproximación: 

Bueno, de momento quería presentarles a Aidan, quizás se vea un poco raro al principio, pero será bastante próspera su historia, fuente: creanme kjjj

¡Tenemos algunos personajes nuevos! Ringo va a ser bastante recurrente así que espero sea de su agrado jeje. Ante cualquier duda, me puedes dejar tu pregunta ❤ ¡nos vemos en otra!

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