I - Capítulo I: Piloto

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El pueblo Wan-gun se le reconocía en ser muy fresco por sus temperaturas que no alcanzaban a ser las más altas, pero en este mes por primera vez en mucho tiempo; el calor se estaba apoderando del clima. Eso se podía notar porque estaba sudando más de lo normal en las prácticas de béisbol cinco con mis compañeros en el parque que tenía la universidad.

Eramos solo nosotros, pues casi nadie iba a nuestras prácticas por el simple hecho de que el béisbol cinco, es una copia barata de softbol y béisbol, pero mixto, por tanto todos lo miraban como un deporte callejero. Lo era, pero no lo normal como era el voleibol, basquetbol o fútbol americano.

No es que me consideraba lo mejor en los deportes, pero me defendía bastante bien y por el simple hecho de que estaba en el equipo por que gracias a eso tengo una beca deportiva para cubrir cierta cantidad considerable en el bachillerato.

La práctica había terminado y la entrenadora Moonbyul nos había reunido para decir algunos comentarios sobre nuestro rendimiento.

—Rosé, has estado muy bien cubriendo esa primera base —felicitó a la rubia que es una de mis mejores amigas.

A decir verdad a Rosé le encantaba este deporte, a tal punto de que podía jugar con los ojos cerrados si la dejaban, por eso ella era la capitana del equipo. La rubia asintió con una firmeza y la entrenadora seguía con sus retroalimentaciones.

—Yujin y Jungkook deben mejorar cuando agarren la pelota. Y tú, Park —me miró—. Sigue así y te dejaré como siempre estar en campo corto.

Sonreí, las prácticas que he tenido con Rosé luego de terminar el primer semestre resultaron ser muy efectivas. Quería mejorar en la recepción de la pelota para tener una posición importante en el equipo. Ser campo corto, es una posición vital porque se encarga de ser muy dinámica al estar entre medio de segunda y tercera base, para no explicarlo más complejo, mi tarea es detener la pelota desde una distancia corta y en el béisbol cinco son muchas las veces que hay bateos cortos.

—Bien, mañana empiezan las clases del segundo semestre. Por lo que empieza la temporada y nuestra meta es alcanzar la nacional.

Nacionales, casi me río y no era por ser mala onda ni nada, pero es que nunca pasamos de una seccional porque siempre la universidad Junji destaca más que nosotros los de Yosei.

Verán, el pueblo de Wan-gun a pesar de ser una especie de pueblo en donde todos se conocen y el chisme se riega como una plaga. Existen sólo dos universidades, esas eran Junji y Yosei.

Yosei era más artística y trataba de ser bien general en las carreras. Pero Junji, se destacaba más en lo que era la carrera de medicina y leyes, normalmente esa región de Junji rondaban los autos de marca y entre otras cosas sofisticadas.

Luego de reunirnos y hacer el famoso círculo para unir nuestras manos para gritar el nombre de nuestro equipo, el final de la práctica había llegado. Así que me reuní con Rosé, quien me había dado mi mochila deportiva.

—Gracias —dije sonriendole mientras tomaba un poco de agua fría.

—De nada, hoy no estuviste mal en la práctica —me sonrió de lado, como si estuviese orgullosa de mi.

—Aprendí de la mejor ¿no? —le di un codazo amistoso.

—No fue para tanto, solo era algo casual —ella negó riendo.

Nos acercamos hacia donde estaban nuestras otras mejores amigas que eran las únicas que ocupaban las gradas que podían fácilmente llenar doscientas personas.

—Por fin ya terminaron —habló Ryunjin estirándose.

—Podrías fácilmente ir a tu casa, si te parece aburrido —dije guardando mi botella de agua.

—Honestamente no me aburro, porque me gusta apoyarles, pero tengo que aceptar que mi real motivo llegará en unos... —miraba su reloj—, tres minutos para ser exactos.

—Ojalá fueses tan puntual en llegar a clase como lo haces por tu "motivo" —Yerim hizo unas comillas.

—Es que mi "motivo" —Ryunjin imitó a Yerim—. Es más interesante que aprenderme cuando murió tal persona, ya eso es pasado y hay que enfocarse en el presente.

Como un día normal, Yerim y Ryunjin discutían, no al punto de ser una pelea seria. La única que no opinaba casi, era Mina, quien se la pasaba jugando animal crossing en su Nintendo Switch. Nuestro grupo se podría considerar muy diverso y a su vez raro.

Rosé era la atleta del grupo y destacaba en todo lo relacionado en los deportes, aunque el béisbol cinco llegó a ser su deporte principal. A pesar de que quiere ser una atleta profesional, está estudiando administración deportiva.

Yerim era por así decirlo la cara bonita del grupo y estaba con seguridad de que todos se preguntaban el porqué tanto ella como Rosé estaban en nuestro grupo. Muchas veces han querido arrastrarla a lo que es sentarse con los populares de la universidad o estar en fiestas, pero ella prefiere quedarse en una noche de películas con nuestro grupo. Estudia actuación y ha aparecido en comerciales de promoción para algunas marcas del pueblo. Una vez Nike quiso un comercial con ella y el pueblo estaba repleto de carteleras de su rostro.

Ryunjin, era por así decirlo la otaku y una gamer por excelencia. Compartimos gustos en los video juegos a tal punto de que nos quedamos hasta altas horas haciendo stream. Mina tampoco se queda atrás, ya que nos acompaña en nuestro barco de locuras, solo que es la callada del grupo. Estamos estudiando ciencias del arte y diseño gráfico del video juego, nuestro sueño es abrir una compañía de video juegos.

—Silencio que mi motivo de ser puntual llegará en tres, dos, uno... —ella estaba más que pendiente a la entrada al campo.

Nos quedamos mirando hasta que un grupo de chicas se acercaba al campus. Era el escuadrón de animadoras de la universidad de Yosei.

—Debí suponer que tu motivo de ser puntual era Yeji —Rosé no pudo evitar reír mientras negaba.

—Por ella llegaría temprano a todos lados —Ryunjin tenía su vista fija en la pelirroja con ojos gatunos.

—Estamos hablando de la hermana de ______________ —Mina hizo un comentario no despegando los ojos de la consola.

—Meh, no me molesta. Además, es divertido ver la cara de molestia de Yeji cada vez que Ryu se le acerca —me reí suavemente.

—Pronto seré tu cuñada, Park. No es palabrería, es una promesa —señaló con su dedo.

—Ver para creer —me seguí burlando.

La última en salir era la que hurtaba mis suspiros y se colaba cada noche en mis sueños, aunque yo siempre estaba en total disposición en que ella se adentrara en ellos. Ella traía su ropa de práctica, que consistía en una camisa sin mangas y sus pantalones cortos junto con una coleta alta a la perfección. Ella se sonreía con una de sus mejores amigas y mi hermana, al parecer estaban hablando de algo gracioso, como siempre, me encantaba su sonrisa por lo encantadora y preciosa que se veía cuando lo hacía.

Ella era Jennie Kim.

La chica idol trainee muy popular de estos tiempos y que esta a punto de debutar en un grupo con su agencia. Era muy normal que todos estuviesen al pendiente de ella y también que pusiera en tendencia las cosas en el pueblo. Una vez, se le rasgó por accidente un poco una falda que tenía por el lado, no era para nada algo que se debía considerarse tendencia, pero Jennie Kim tiene esa magia de hacerlo. Así que todas las chicas del pueblo tenían por semanas faldas rasgadas por el lado.

Ella era la capitana de las animadoras, la razón por la cual lo es era porque... ¿Por qué no debería serlo? Era popular y una aspirante a ser una idol, por lo que las rutinas de por sí siempre serían iconicas e inolvidables.

Mi sonrisa se borró al ver que el equipo de fútbol también había pisado el campus, ahora las gradas se empezaron a llenar aún más rápido de los normal. ¿Por qué? Jennie y mi hermanastra Lisa Manoban estaban en el mismo sitio a la misma hora.

Desde que mi mamá se casó con Marco Manoban, mi vida se ha tenido convertido en vivir bajo la sombra de Lalisa Manoban. ¿Por qué? Sabía que iban a preguntar eso. Pues Lalisa siempre ha destacado en todo lo que hace, desde lo académico y en los deportes. Actualmente está cursando su último año estudiando administración de empresas. Además de mis mejores amigas y uno que otro compañero, las chicas solo me siguen para preguntar que había comido Lisa en su desayuno. No, no es broma ese último detalle.

No es que me llevara mal con ella, solo que en vez de destacar en algo o demostrar que tengo validez, Lisa se encarga de arrebatarlo con su presencia, carisma y talento.

Sacó mi fiel móvil de hace cinco años, esta algo viejito, pero es muy importante para mi y como quiera todavía tenía un buen rendimiento.

—Oye Parkie. ¿Cuándo cambias tu teléfono? —preguntó Ryunjin aún no despegando sus ojos de mi hermana.

—¿Por qué debería? No está dañado —respondí desbloqueando la pantalla para ver la lista de pendientes para en el día de hoy.

—Porque todos tienen nuevo modelo y eres la única persona que no esta actualizada —dijo—. ¿No has considerado un Iphone? Son geniales.

—¿Para qué? No puedo instalar APKs, además, estoy muy bien con este. Aquí tengo hasta fotos de la preparatoria.

—¿Y quien quiere recordar eso?

—Oye ya dejale, es feliz con su móvil —Yerim me defendía—. Además, ni que tú estuvieses a la moda con tu iPhone 8.

—Pero tengo IPhone —Ryunjin fue rápida en responder.

Yo estaba en mi teléfono, sonriendo ante mi fondo de pantalla. Era Jennie y su nueva foto de promoción como idol de pre-debut, aveces las chicas me hacen comentarios de porque simplemente no le hablo si desde siempre me ha gustado. Wan-gun hacía todo tipo de fiestas y ella siempre estaba presente, incluso estudiamos en la misma preparatoria, con mucha suerte, solo he podido intercambiar palabras con ella en dos ocasiones. La primera fue cuando le abrí la puerta y la otra sucedió cuando trabajaba en el verano preparando malteadas, mi cuerpo estaba temblando cuando le estaba tomando la orden. Suerte que no me desmaye cuando me sonrió al darle su pedido. Al fin al cabo, yo solo era como una persona mortal en comparación con una diosa.

Ella era inalcanzable.

Hablando de ella, me tensé un poco y era porque Jennie estaba hablando muy animada con Lisa. Lisa le hablaba con total naturalidad que hasta la hizo reír con su sentido del humor. Apreté mi mandíbula viendo esa interacción y al dar un paso no me fije que había un pie por delante. Así que mi cuerpo cayó rodando por las gradas, ganando todas la atención de todos en aque lugar. Unos estaban preocupados mientras que otros se reían de la forma tan graciosa al caerme.

La primera en preguntar como estaba era ella.

—¿¡Estás bien, _____________!? —Lisa estaba muy preocupada, su corazón latía fuertemente del susto.

—Tranquila, solo fue una grada —convencí.

—En realidad eran seis —Mina comentó mientras miraba su Nintendo Switch y yo solo quería matarla en ese momento.

—¿Puedes caminar? ¿Te duele algo? —Lisa me miraba.

Todas las chicas se conmovieron con la escena y decían lo linda que se veía preocupándose por mi. Que era la hermana ejemplar y que quisieran a alguien que cuide de mi como lo hace Lisa. Yo quería resoplar, pero no era el momento para mostrar incomodidad por ese detalle.

Así que me levante con la ayuda de Lisa, mi vista fue rápida al buscar mi teléfono. Miraba por todos lados, para saber como estaba.

—Ten —dijo un chico—. Aterrizó hasta acá.

¿Tan fuerte lo lance?

Lo tomé y lo más que temía se hizo realidad, la pantalla se había quebrado por completo y tampoco quería prender. Con mucha insistencia, intenté todo, desde reiniciar con los botones de bloqueo y la tecla de bajar el volumen, pero no había respuesta.

—_______________... —Yerim se me acercó junto con las demás chicas, pues sabían cuanto significaba este celular para mi, a pesar de que Ryunjin me molestaba un poco de tener que cambiarlo.

—Estoy bien... —miraba el móvil, queriendo convencerme de que no pasaba nada, que no me afectaba.

Pero ellas sabían que no era así, me conocían tan bien. Pues ese móvil era el último regalo que mi padre me había dado antes de morir, por eso lo cuidaba con tanto esmero y era muy responsable.

—No te estés triste, _____________ —Lisa habló con una sonrisa mientras me daba palmaditas en la espalda—. Hoy cambiaré mi Iphone 15 por el pro, así que te puedo dar el mío sin ningún problema.

De nuevo, Lisa logró hacer suspirar a las chicas. Yo le asentí con una sonrisa suave en forma de agradecimiento por el gesto, pero a mi no me importaba tener uno de los teléfonos más caros del momento, porque yo solo quería que el actual estuviera en condiciones.

—Genial... —di un suspiro pesado con melancolía.


¡Hola! Primer capítulo de esta historia, espero que les haya gustado. Estoy muy emocionada por esta aventura.

Déjenme en los comentarios si les gustó esta primera impresión, me ayudaría mucho de verdad.

Les amo mucho

—Wonhos

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