I - Capítulo IV: Hecho

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Mi mirada se fijó en la castaña quien tenía unos ojos asustados y a su vez su cuerpo estaba agitado. Yo solamente me quedé en el mismo lugar observándola y a su vez tratando de procesar lo que mis ojos habían visto. ¿Cómo podré quitar de mi mente esa imagen de ella? No podía negar que en esos momentos tenía que tener la mente fría y no pasar una vergüenza.

De lo poco que sé de Jennie y no dejándome llevar por lo que dice el Internet y tener referencia gracias a que crecí con ella al vivir en el mismo pueblo. Siempre se mostró en ser una chica que no se involucra en escándalos y tampoco en ocasionar problemas. Podrá tener un rostro serio, pero si interactuas con ella es la chica más dulce en el planeta. Pero si te metes con ella, ten por seguro que te vas a llevar una contestación de su parte sin pena alguna. Tenía su lado adorable y su lado sexy cuando se lo proponía, pero no al punto de intentar provocar sensaciones; ella era la verdadera definición de dualidad.

Ahora de tan solo ver esa foto, más pensamientos a mi mente llegaban sobre teorías que nunca me hubiese imaginado.

¡Ugh! ¡Basta, Park!

—Um...

Genial eso es lo único que pude decir, maldita sea, espabila. El silencio era muy incómodo y yo solo miré que ella tenía mi teléfono en sus manos, a lo que ella reaccionó de momento.

—Lo siento —con voz derrotada me devolvió el móvil, a su vez ella tenía dudas si de hacerlo o no.

—No... no te preocupes —tragué pesadamente tomándolo.

—Mira —ella suspiró fuertemente para pasar su mano por su cabello, se notaba su frustración—. ¿Después de esta clase tienes libre? Necesito hablar contigo con suma urgencia y a solas.

Oh por Dios, ella quiere hablar conmigo. Detente idiota, solo van a resolver el mal entendido, nada más.

Así que me compuse y la miré directamente—. Tengo clase de concentración y luego una hora de receso. ¿Crees que a esa hora estarás disponible?

—Sí, si tengo libre. ¿Te parece reunirte en las gradas del parque de béisbol cinco?

Esperen un momento... ¿Acaso reconoce mi deporte? Por poco estaba a punto de delirar al escuchar de sus labios esa mención. Algo dentro de mi estaba muy lleno de felicidad, pero en el exterior estaba tratando de mantener la compostura.

—Me parece bien ese lugar.

—Bien, entonces te veo más tarde.

Sin más que decir se fue de allí, a su vez el profesor dictó que la clase había terminado. Todo el aire en mis pulmones lo había expulsado y el nerviosismo que tenía encima se había calmado luego de a interactuar con ella.

Tzuyu llamó mi atención para ir a cambiarnos a los vestuarios nuevamente lo cual acepté. Cuando salimos, agradecí su compañía y al mirar mi reloj noté que solo me faltaban unos diez minutos para poder llegar al otro edificio en donde tenía mi segunda clase en el día que era diseño tridimensional avanzado. Así que me despedí de Tzuyu seguir mi camino hacia la clase.

Me dio un poco de tranquilidad al saber que estaré en un aula con una silla cómoda y aire acondicionado. Porque últimamente el pueblo de Wan-gun estaba haciendo mucho calor y más aún cuando salí de ser hacer ejercicio en la clase de gimnasia.

Al entrar al edificio me encaminé las escaleras ya que el aula se encontraba en el tercer piso. Aceleré un poco el paso, notando que me faltaba solo un minuto, a cada rato me encontraba mirando el número de puerta para identificar cual era el aula. Hasta que por fin pude encontrarla así que me adentré y di cuenta que habían solamente algunos estudiantes. El profesor todavía no ha llegado, era buena señal y me senté en la parte de atrás.

Al hacerlo me acomodé bien, saqué mi nueva computadora de programación que normalmente usaré en mis clases y en su mayoría del tiempo ya que cuenta con un alto rendimiento, aún más cuando se trata de esta carrera. Recuerdo muy bien que trabajé horas extras preparando malteadas en el verano para poder conseguirla ya que la otra que tenía se había dañado.

Por otra parte mamá insistió en pagar la mitad, era porque ella quería que tuviese unos ahorros y que pudiese aprovechar el dinero trabajado para comprar una que otra cosa que yo desease.

Mientras esperaba al profesor, miré hacia ambos lados, dándome cuenta de que no tenía a nadie. Mi pierna temblaba y a su vez mi mano, era como una lucha constante hasta que cedí. Saque el iPhone y abrí la aplicación de fotos, encontrándome todavía con la foto que Jennie había enviado.

Sentí toda mi cara arder al ver de nuevo la imagen, tenía que aceptar que ese conjunto le quedaba muy bien. Estaba ella agarrando el teléfono dando indicar que era un foto de espejo y enseñar todo su reflejo, sentada en la gran encimera del lavamanos.

La pose que utilizó le hizo gran justicia a sus ángulos y dejar a la imaginación lo que había detrás de ese conjunto. Tenía ese aura provocativo y era como sí quisiera que la desearas. Sus largas piernas tenían cierto brillo, luego seguí subiendo mi vista a su abdomen descubierto tonificado; cerca de su costilla derecha habían un lunar y la parte superior abrazaba su torso para que sus pechos estuviesen levantados.

Tragué fuertemente y mi respiración era lenta, sentía tanto calor en mi cuerpo y mi mente no estaba ayudando, ni siquiera el aire acondicionado me daba la mano.

Mis ojos se posaron en sus clavículas en donde había mucha piel revelada y algo que me revolvió el estómago era ver como ella atrapó su dedo pulgar en sus dientes de manera sensual. Si el objetivo era dejar sensaciones, su misión fue completada.

Sin darme cuenta la zona de mi entre pierna me estaba empezando apretar y sabía que era mejor parar antes de que fuese tarde. Así que apagué el iPhone para poder concentrarme en mi respiración y pensar en otra cosa.

Piensa en la abuela Jung con el vecino.

¡Ugh!

Era inevitable no hacer una cara de asco al imaginarme eso, pero valió la pena para ignorar todo tipo de pensamientos indecentes. Por fin, el profesor había llegado y así poder empezar la clase.

No puedo negar que tenía muchos nervios, porque al pensar que iba hablar de nuevo con Jennie hacía que mi corazón latiera rápidamente. Las primeras dos veces ella me sonrió con esa sonrisa genuina y brillante. Ahora esa sonrisa no estaba y claro que era obvio el porqué.

¿A quien le esperaba esa foto?

Porque claramente no era para mi, por supuesto. Pensar en eso hizo que mi humor se afectara y cambiase a melancolía. Jennie Kim no se fijaría en alguien como yo y tener esperanzas era inútil.

En vez de atender la clase y hacer un montón de teorías, el profesor mandó a salir un poco más temprano de lo normal por ser el primer día de clases. Recogí todas mis cosas en sumo orden para poder retirarme del aula.

Mi cuerpo temblaba cada paso que daba hacia el parque de béisbol cinco de la universidad. Cuando llegué, no había nadie, por lo que deduje que ella tenía por entendido que saldría en unos cuantos minutos después al no saber que nos sacaron antes de tiempo.

Eso me dio un poco de tiempo para poder sentarme en las gradas y regular mi respiración. Me fijé que el parque de béisbol cinco no estaba en tan buenas condiciones como lo estaba el campo de fútbol.

La plataforma tenía algunas grietas, algunas partes que sobre salía, la pintura de las líneas y bases necesitaban un gran retoque porque a penas eran visibles. Las barandas alrededor con carteles de cartón duro que ayudaban a cerrar la zona de juego eran blancos por el desgaste y no se podía apreciar nuestro logo del equipo. El césped que estaba afuera de la plataforma no estaba nivelado, urgía que lo arreglaran. Incluso la zona de puntuación, la mesa estaba rota.

La parte de las gradas ni hablar, estaban todas sucias y no me sorprendería que hubiesen gomas de mascar pegadas. Solo había un poco de basura, por lo menos lo de limpieza pasaban escoba.

Todo esto me frustraba a mi y al equipo, como se supone que tengamos buena práctica si no tenemos un espacio accesible. Aveces, bueno ni aveces; en realidad nos daba envidia como Junji tenía su propio parque de béisbol cinco muy bien cuidado e incluso era más grande que el de nosotros. Incluía hasta una zona VIP para que lo que puedan acceso tengan buena vista al juego.

En esos momentos sentí como me sacaron de mi burbuja de pensamientos al tocar mi hombro, miré de quien se trataba y me levanté con rapidez.

Era Jennie y tragué en seco, estúpidos nervios...

—Hola —ella empezó la conversación y no puedo negar que me cuesta creer que me estaba dirigiendo la palabra.

—Ho... hola —tartamudeo ante su presencia.

—Gracias por venir, pensé que no lo harías, así que tengo que admitir que estuve equivocada —ella dijo cruzando sus brazos.

—No haría eso, créeme —admití mientras unía mis manos.

—Tenemos una conversación pendiente, espero que tengas tiempo de sobra —ella se iba a sentar.

—Espera —dije en voz alta y me dedicó una mirada confundida—. Perdón... —bajé mi rostro con vergüenza—. Es que esta muy sucio, toma.

Me quité mi chaqueta deportiva para ponerla en donde ella se iba a sentar, ella me mira con atención debido al gesto.

—Gracias, no debiste —su agradecimiento tenía un tono sincero.

—No hay problema —le señalé para que sentara.

—Bien —Jennie tomó asiento y yo también—. El daño está hecho y te pediré que me respondas con total honestidad. ¿Queda claro?

Yo asentí con seguridad e incluso le alce la mano como símbolo scout.

—Esta mañana recibiste una foto por AirDrop y claramente la viste. ¿Estoy en lo correcto?

—Sí... —le dije la verdad, se lo prometí.

—Okay —noté en sus gestos que trataba de estar normal en la conversación—. Antes que todo, fue un accidente. Como sabes, soy una idol trainee y mi debut está muy cerca—. Claro que lo sabía, todos esperan su debut—. Ahora mismo tu tienes mi vida en tus manos, porque esa foto significa dos cosas—. Su tono esta vez era muy serio—. En primera, mi carrera se verá afectada, lo que no podré debutar por escándalos, si sale a la luz. Segunda, mi reputación se irá al caño. ¿Estás entendiendo la gravedad del asunto?

¿Qué si lo entendía? Más o menos, y era por la razón que nunca en mi vida he tenido el poder sobre algo. Se sentía raro, hablando con honestidad. Pero lo más que me sorprendía es que se trataba de Jennie.

—Sí, si lo entiendo —contesté.

—Bien, sólo quería que supieras lo serio que es esto —vi como se trataba de acomodar en la grada—. Así que si tienes algo en contra de mi, tienes la potestad de arruinarme en un segundo.

—¿Qué? —sus palabras me sorprendieron.

—Lo que escuchaste, además tener admiradores, tengo personas que no les agrado y no sé si eres una de ellas.

¿Pero como la odiaría? Si ella es lo que más deseo y quiero. Dolía un poco que pensara eso de mi, pero su punto es válido, ella no me conoce.

—Yo... —trataba de decir—. Yo no haría eso...

De momento una brisa empezó a sentirse por el parque, dándonos un poco de fresco. Vi como su cuerpo se relaja ante mi contestación.

—¿Entonces que vas hacer? —me miraba expectante.

Primero mi vista estaba en ella y luego miré al suelo mientras temblaba mi rodilla. ¿Qué iba hacer? Pues yo no iba hacer nada, pero de momento al venir una idea en mi mente, hizo que dudara si proponerle lo que estaba pensando. La desesperación que tenía encima de probarle a Soobin que tenía una novia y demostrarle a Wonyoung que ya la superé podía más. No obstante, ver este parque todo jodido y que la universidad no nos tome en serio a mi equipo también podía más. También el pensamiento de por lo menos hacerme valer en algo... y por una vez no ser la sombra de mi hermanastra, eso hizo querer hacer la propuesta. Estaba corriendo el riesgo de que todo esto afecte para siempre el punto de vista que tenga Jennie sobre mi.

—Quiero proponerte algo —al fin pude decir.

—¿Qué cosa? —Jennie apretó su mandíbula—. No voy a...

—Espera no —la detuve con mis manos antes de que pensara lo peor—. No es lo que piensas.

—¿Entonces? —arqueó una ceja.

—Sal conmigo por cuatro meses —solté con valentía, sabía que esas palabras podrían tener consecuencias.

Me miró con sus ojos fulminantes, sabía que esto iba para mal. —Sabes que eso es chantaje, ¿no?

—Créeme, mi intención no es chantajear, no soy ese tipo de persona —me apresuré.

—Eso es lo que una persona chantajista haría —sus brazos se cruzaron.

—Sé que podemos ayudarnos mutuamente —no se de donde salían esas palabras y sabía que las próximas podían ser aún peor si me equivocaba, a su vez me sentiría bastante mal si llegase a ser cierto—. ¿Te gusta Lisa? Yo puedo ayudarte con ella, era a ella quien le querías enviar la foto ¿no?

Todo estaba silencioso.

—¿Cómo sabes eso?

***

Momentos antes...

—Oye, Jen —Nayeon llamó su atención con voz divertida—. ¿Cómo te quedó el conjunto nuevo?

—A ti que te importa saber esa información, Nayeon —Irene puso los ojos en blanco.

—¿Qué tiene de malo? Fue un regalo y merezco saber.

—Me quedó muy bien y... —Jennie se mordió los labios—. Fue inevitable no tomarme fotos, se veía muy lindo.

—¿No estás de broma? Necesito ver eso —Nayeon estaba expectante.

Jennie se reía mientras negaba, a su vez fue a una esquina junto con sus dos mejores amigas para que nadie pudiese ver. Sacó su IPhone para buscar en su carpeta privada hasta encontrarlas.

—Aquí —dijo Jennie teniendo el teléfono en su mano mientras enseñaba.

—Uff, la vida de un crítico es sencilla en muchos aspectos, arriesgamos poco, y tenemos poder sobre aquellos que ofrecen su trabajo... —citó Nayeon viendo lo caliente que se veía Jennie en ese conjunto—. Joder Jennie, si no estuviese interesada en mi crush, haría todo lo posible para conquistarte, estas muy sexy, mujer.

—Basta Nay, me sonrojas —la castaña estaba muy avergonzada.

—Se te ve muy bien, Jen —Irene opinó.

—Deberías enviársela a Lalisa —Nayeon tenía una sonrisa traviesa.

—¿Estás loca? —Jennie le miró asustada—. Dime que no pensaste en algo como eso.

—¿Por qué no? Tú le gustas y ella a ti también. Es que se nota que esta interesada en ti, necesitas un empujoncito —habló Nayeon.

—Nayeon, eso no es un "empujoncito" —Irene la miró mal—. Eso es espantarla y además, estás exponiendo a mi niña.

Nayeon tenía un rostro divertido y pensó que era buena idea quitarle el iPhone a Jennie a modo de broma.

—¡Nayeon devuélvemelo! —Jennie empezó a seguirla por todo el gimnasio.

—¡A que no me alcanzas, Jen! —la perseguida se reía.

—¡No es gracioso!

—¡Lo es! Bueno ya —se detuvo, dándole indicios de devolverlo.

Jennie estiró su mano y Nayeon la alejó mientras se reía. Así que la castaña se abalanzó hacia ella para arrebatarle el iPhone, pero en medio del intercambio la pestaña de compartir se abrió y Jennie se dio cuenta de eso, aterrada luchó aún más con Nayeon.

—¡Ya, Nayeon! ¡Basta! —por fin alcanzó su teléfono.

Pero por mala suerte pulsó un nombre y se había enviado la foto. Horrorizada, se dio cuenta que se lo había enviado:

IPhone de Lisa

Enviando...

Asustada empezó a mirar a todos lados en busca de la nombrada, hasta encontrarla. Lisa se encontraba con _______________ hablando plácidamente, notando que la persona que había sacado el teléfono no era Lisa, si no _______________.

***

¿Escucharon eso? Mi corazón acababa de dar un vuelco por su pregunta. Así que era cierto... la chica que me gusta, le gusta mi hermanastra. De nuevo, Lisa me opaca otra vez.

Pero no podía pensar en eso en estos estos momentos, porque había capturado su atención.

—¿Entonces es cierto? —pregunté.

—No es tu asunto. Solo quiero saber porque esto es relevante a la conversación —mantuvo su mirada seria.

—Mira, podríamos ayudarnos —giré todo mi cuerpo para estar frente a frente—. Si te gusta Lisa, yo podría ayudarte a que estés con ella. La conozco muy bien, créeme.

Ella lo pensó seriamente, al parecer estaba convenciendola.

—¿Y tú que ganas con yo salir contigo? —la pregunta fue válida.

—Esta mañana, dije cosas que no debía decir. Me encontré con Soobin y Wonyoung juntos, no sé si lo sabes, pero Wonyoung y yo tenemos historia.

—Em, sí. Yo estuve en la fiesta de Liz esa noche, la verdad que no la defiendo y la manera de romper contigo fue absurda. Vi como te fuiste llorando de allí.

—¿De verdad? —eso no lo sabía.

—Que sea casi una celebridad, no me hago de vista larga con las cosas que pasan a mi alrededor, Park.

—¿También sabes mi nombre y apellido?

—Dios mío no puede ser... —puso sus ojos en blanco para luego masajear su sien—. Sí, los sé. ¿Feliz?

—Lo siento, es que... bueno olvídalo, prosigo con la historia. Las provocaciones de Soobin hicieron que dijera que tenía novia, por supuesto no me creyó y le dije que en tres días íbamos a tener una cita doble. Si puedo demostrarle a Soobin y a Wonyoung que ya superé esa etapa, me dejará en paz. Además de eso, como sabes mi equipo de béisbol cinco, no tenemos el apoyo suficiente, ya estás viendo nuestro parque —le señalé alrededor—. Sé que con tu presencia podrías hacer que mejoren las condiciones de nuestro sitio y quitarle un poco de crédito a las de fútbol americano femenino, también que Wan-gun nos apoye en la temporada. También, que dejen de pensar que soy un chiste, pues quiero que me vean por quien soy y no un: "¿Lisa es tu hermanastra?" "¿Podrías presentarmela?" —hice comillas mientras suspiraba esa última oración.

Sus ojos se suavizan un poco y en ningún momento se rió de mi, agradecí eso.

—¿Pretender que soy tu novia? ¿Eso es lo que quieres?

—Sé que suena muy tonto.

—Lo es.

Suspiré, claro que era absurdo pedir esto. Con derrota la miré, tenerle fe a esto fue un error.

—Bueno —saqué mi Iphone y abrí la galería de fotos buscando la foto, se le enseñé. Ella estaba muy pendiente a mis movimientos, además, de que se aclaró la garganta al ver de nuevo la foto. Con seriedad en el asunto, pulsé el botón al icono del bote de basura, de nuevo, pulse que quería borrarla. Entonces, fui a la sección de papelera, para ver que decía que se borraba por 30 días, forcé que se eliminara esa foto en específico para siempre—. Esto es una prueba viviente que no diré nada y que esto no es chantaje, nunca lo fue desde el principio. Al no aceptar el trato, te dejaré en paz y nunca hablaremos del tema.

Jennie me miró sorprendida al presenciar que había borrado la foto. Prefería demostrarle que no era esa clase de persona y que no la obligaría a nada.

—¿Por cuanto tiempo dijiste?

La miré con mucha sorpresa al escuchar su pregunta.

—Sólo cuatro meses, en el cuarto mes tengo la seguridad de que podemos tener un buen apoyo en la temporada, si todo se mueve bien. Soobin dejará de molestarme y podré demostrarle a la gente que no soy la sombra de mi hermanastra. Romperemos, porque la llama se apagó y no creo que digan algo al respecto. Además, al juntarte con Lisa sería un acto de celebración para todo el pueblo por ser tan aclamadas, serían como una especie de pareja soñada —no quería aceptarlo, pero de pensar eso último algo me decía que estaba en todo lo correcto.

—Tienes suerte que mi agencia no tiene ningún problema con que tenga citas con alguien —comentó.

—Espera... ¿Estás diciendo que aceptas?

—¿No es obvio?

—Pensé que...

—Tengo reglas, Park —eso me lo dijo con mucha seriedad y yo asentí rápidamente—. Primera regla, nada de besos. Segunda, nadie se enterará de esto, excepción de nuestras amigas, no sería justo que estén a oscuras. Tercera, tengo derecho a decirte que no si no me siento cómoda con algo, soy un ser humano y no un objeto a la que puedas mangonear a tu manera. Cuarta, tengo una agenda muy extensa, así que te pediré que respetes mi tiempo como yo lo haré con el tuyo. Quinta, solo vamos agarrarnos de la mano. Sexta, estoy cómoda en decirte "cariño" no me pidas más de ahí. Sexta, llega el cuarto mes y nos separamos. Séptima, tú fuiste quien rompió primero por que no pudiste con la presión de salir con una casi celebridad. Octava, quiero ver progresos que hagas con Lisa, ante todo tengo que asegurarme que estas cumpliendo y yo haré mi parte. Novena, tendrás que soportar la atención y malos comentarios, estarás saliendo conmigo. Última, esto no es una regla, pero si un hecho, soy muy comprometida y si veo que no estas haciendo tu parte, considera el trato terminado.

Atentamente anoté todas las reglas mentalmente y las guardé. Estaba con paz porque esto estaba realmente sucediendo.

—Acepto todas las condiciones y términos de servicio —traté de bromear, pero ella no se rió—. ¿Entonces tenemos un trato? Tú me ayudas y yo te ayudo con...

—¡Pero no lo digas tan alto! —me mandó a callar y mire a todos lados, vi algunos pasando—. Undécima regla, nadie se puede enterar que me gusta Lisa, solo ella a través del tiempo. ¿Entendido?

—Entendido.

Extendí mi mano a modo para cerrar el trato, ella mira mi mano y en ese momento me las estrecha. Era cálida y suave como la seda; una leve corriente pasó por mi espina dorsal al sentir su mano.

—¿Cuándo quieres empezar?

—¿Qué tal el día de la cita doble?

—Hecho.

—Hecho.

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¡Bueno gente, empezamos la aventura!

¿Les gusto el capítulo? No dejen su preciado voto y comentarios para más.

Leo sus opiniones.

—Wonhos

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