3. Vete con él...

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La lluvia caía incesante y el viento soplaba con violencia contra las ventanas de la casa. Un relámpago surco el cielo iluminando por un instante la habitación. El reloj marcó las dos de la madrugada, y yo me serví más whisky de fuego. Llevaba cuatro horas sentado en el sillón, esperandóla y repitiendo en mi mente una y otra vez la imagen de ella con él...

La rabia me invadió nuevamente, volví a estrellar el vaso contra el suelo, haciéndose añicos. Esta vez no lo repare sino que tomé directo de la botella, el líquido quemo mi garganta y mi mente se sentía embotada, el pecho dolía pero era un dolor soportable o tal vez el alcohol anesteciaba mi cuerpo.

No quería sentir, no quería aceptar lo que mis ojos habían visto, aquella última mirada llena de culpa...

¿Acaso debo culparla? ¿Debo gritarle? ¿Pedir una explicación?

Trastabille hasta la cama y me dejé caer sobre ella, tomé otro trago de whisky y observé el portaretrato que tenía la foto del día de nuestra boda. Ella se veía hermosa, feliz y enamorada...

No tengo ninguna duda de que su amor por mí fue verdadero, que aquellas sonrisas que me regalaba eran porque conmigo era feliz, que en las noches de pasión me entregaba todo de ella, que sus te amo no eran palabras vacías dichas al viento, que su corazón latía emocionado luego de no vernos en todo el día...

¿Qué puedo esperar de ella ahora? ¿Tal vez lástima? ¿O tal vez compasión?

Bebí otro trago de whisky, y las lágrimas salieron de mis ojos, húmedas y saladas. El dolor punzó en mi pecho un poco más fuerte, lo ignore y seguí bebiendo, queriendo ahogar lo que sentía con el líquido ambarino, queriendo arrancar de mi mente los recuerdos de un amor que hoy ya no existe, tomar este amor que aún siento y enterrarlo en lo más profundo de mi ser...

Bebí de un sólo trago lo que quedaba de whisky, estrellé la botella contra la puerta de la habitación y me dejé caer acostado sobre la cama, me abracé al portaretrato y caí rendido ante la inconciencia...

▶▶▶

Al día siguiente desperte debido a la luz que se colaba por la ventana, froté mis ojos para conseguir que se acostumbraran a la luz, la cabeza punzaba fuertemente debido al dolor. Me acomode recostando mi espalda contra el cabecero de la cama, por un instante mis ojos observaron la fotografía, cerré los ojos y no quise invadir mi mente con pensamientos dolorosos...

El sonido de la puerta al ser abierta hizo que abriera los ojos y sosprendido vi entrar a la habitación a Hermione, con una bandeja entre sus manos. Atrape su mirada entre sorprendida y avergonzada, se quedó de pie en medio de la habitación sopesanso si acercarse o no.

- Creó que necesitaré más de una poción para la resaca... - hablé algo pastoso y a paso lento se movió hasta la cama, me tendió la poción y una taza con café.

Tomé el café sin importar que el líquido quemara mi lengua, no importaba, el silencio nos rodeo, era un silencio tenso y agobiante, claramente ninguno de los dos quería romperlo e iniciar una conversación que sólo pondría un punto final a algo que ya no existía...

Terminé el café y puse la taza sobre la bandeja, ella la tomó y la colocó sobre la mesita de noche. Mordió su labio inferior y estrujaba sus manos, estaba nerviosa.

Así que sin pensarlo dos veces, la tomé de las manos y le di un apretón suave para que se tranquilizara.

- No me debes nada, Hermione - inicié - no quiero una explicación, porque es probable que sepa cuales fueron tus razones - ella siguió sin verme y su pecho se agito por el llanto retenido.

》No quiero que llores o te sientas culpable, o peor aún, que sientas lástima por mí, yo ya no puedo ofrecerte nada, mi vida se está apagando poco a poco y no quiero ser una carga para ti. 

Hice una pausa, pues mi pecho se agitó al sentir los latidos de mi corazón de forma errática, inhale y exhale tratando de calmar mi adolorido corazón.

- Sólo me quedan tres meses - dije en voz baja. Sus ojos se volvieron hacia mí y me vieron incrédulos - hace dos semanas me lo anuncio el medimago, no te niego que tengo un poco de miedo, pero estoy bien con lo que he vivido, fui feliz el tiempo que tuve tu amor y ahora quiero tú seas feliz, no te detengas por mí, vete con él...

Nuestras miradas se quedaron fijas en la del otro por lo que sentí fue una eternidad, yo me deleite observando sus ojos, sus labios, su rostro, ese lunar que tenía en la comisura derecha de su boca o el que tenía en el mentón, era pequeño y a simple vista no se vería, pero, yo lo conocía, como conocía cada parte de su cuerpo...

Ella apartó su mirada y se lanzó a abrazarme, su aroma a flores me trajo paz y su calidez envolvió cada parte de mi cuerpo...

- Lo siento tanto, Ron... - dijo cerca de mi oído - no fue algo premeditado, ni siquiera yo supe exactamente cuándo y cómo sucedió, siento tanto causarte este dolor, yo te quiero mucho... - continúo un poco afectada por el llanto.

》Contigo fui muy feliz, y quiero que estés completamente seguro que te amé con todo mi ser, pero las circunstancias me llevaron hacia otro camino, sin embargo, quiero quedarme contigo hasta el último suspiro...

La aparté de mí y acune sus rostro entre mis manos.

- No quiero retenerte a mi lado, no lo hagas, vete y comienza una nueva vida con el hombre al que amas - acoté tratando de que la voz no me fallara.

- No me importa lo que digas, me quedaré porque te quiero y no habrá nada que me haga cambiar de opinión - contestó, se deshizo de mi agarre, se puso de pie y salió de la habitación.

Suspiré, tomé el portaretrato. Acaricié la superficie del lado en que estaba plasmada la imagen de Hermione. Una pequeña sonrisa se formó en mis labios, ella es tan noble pero tan desinterasa por su propio bienestar, tan terca que sé perfectamente que no se irá, cumplirá con la promesa que hizo hace seis años...

Hasta que la muerte nos separe...

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