Capítulo 11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Al llegar a la cafetería, tomamos asiento a una mesa para dos que se encuentra al aire libre, ya que el interior del local suele estar bastante concurrido en días laborables.

Thomas y yo visitamos este lugar muy a menudo por tres razones: los precios son asequibles, el servicio es excelente, y la camarera que anota los pedidos, Ellie, es una mujer muy atenta y simpática con los clientes.

Cuando se percata de nuestra presencia, su rostro se ilumina. Nos saluda con la mano y se dirige hacia nosotros.

—Hey, chicos —nos recibe con entusiasmo, escaneándonos con sus resaltantes ojos verdes.

Ellie destaca por su cabello rubio cobrizo, el cual lleva recogido en un moño alto. Algunos mechones rebeldes se escapan del mismo, como recordatorio de la exhaustiva labor que desempeña día tras día.

—Hola, querida Ellie. Tan hermosa como siempre —la halaga Thomas.

¡Es cierto! Se ve muy guapa con ese uniforme de camarera, que resalta por ser de color rojo vivo.

—¡Por supuesto, muchacho! —concuerda Ellie con una amplia sonrisa—. Tengo treinta y siete años, pero aún conservo mi buena figura.

—Sin lugar a dudas la conservas, Ellie —le digo. Adoro su buena autoestima.

Ellie asiente con la cabeza y nos entrega la carta con el menú.

—Cuando os hayáis decidido, me llamáis ya sabéis cómo —nos dice antes de marcharse.

Analizo la carta, algo apenada. Se me antoja una Pizza Cuatro Quesos, pero es un poco cara, así que opto por lo más barato.

—¿Qué vas a ordenar, Aylin? —me pregunta Thomas.

Alzo la vista y sus ojos encuentran los míos.

—Un chocolate caliente —le digo—. Ya sabes, para combatir el frío. —Finjo una sonrisa.

Thomas arquea una ceja, incrédulo.

—¿Solo eso? —Hace un gesto con la mano para que le pase la carta. Me remuevo en mi asiento, incómoda—. Oye, puedes pedir algo más. No te preocupes por el dinero.

Oh, pero ¡claro que me preocupo por el dinero! No quiero que mi adorado amigo termine como yo: en bancarrota.

—Tranquilo. Estoy bien así, de verdad. No tengo hambre —le miento.

Las tripas gritan en mi estómago para hacerse notar, pero decido ignorarlas por completo.

Thomas asiente con la cabeza, poco convencido.

☏ ━━━━━━━❆━━━━━━━ ☏

Luego de echarle un vistazo a la carta, mi amigo logra captar la atención de Ellie con un sonoro chiflido.

Sip, así nos comunicamos.

Thomas, tras un profundo análisis, termina decidiéndose por un sándwich. Sé que quería pedir algo más, pero no lo hizo solo por consideración.

«Qué buen amigo».

Sin embargo, no puedo evitar sentirme un poco culpable...

☏ ━━━━━━━❆━━━━━━━ ☏

Luego de unos minutos, un robot camarero nos sirve el pedido.

—Gracias —le digo.

Y se retira, efectuando graciosos movimientos con sus brazos metálicos.

Sonrío.

«¿Le acabo de agradecer a un robot?».

Bueno, mi madre no parió a una maleducada.

—Y dime, pequeña mariposa, ¿cuál es tu problema?

Thomas me asignó el apodo de «pequeña mariposa» porque (según él) vuelo libre y soy independiente.

«Pobre iluso».

—No he podido pagar la renta de mi apartamento. Estoy corta de dinero —le cuento, mortificada—. Y si no pago en menos de seis días, me desalojarán...

¡Vaya! Recibiré el año nuevo en la calle. No había analizado la situación desde ese ángulo.

¡Qué grata experiencia!

«Basta, Aylin, no seas tan pesimista», me pediría mi abuela.

—¡Diantres! ¿Necesitas ayuda? Si quieres puedo prestarte algo de... —comienza a decir Thomas, pero lo interrumpo.

—¿Cómo crees? No puedo aceptar. —Le doy un pequeño sorbo a mi bebida.

Estoy segura de que Thomas también tiene sus necesidades. Aunque lo necesite, no permitiré que me preste dinero.

«Yo sola me metí en este embrollo y yo sola saldré».

Inhalo y exhalo en un intento de calmar mis nervios.

Los deliciosos olores que inundan el ambiente incrementan el sonido de mis tripas.

«Calmaos, tripas mías. Sé que podréis sobrevivir a la tentación».

Un agradable olor a pastel recién horneado se cuela en mis fosas nasales.

Cierro los ojos y suspiro.

Recuerdo a mi madre y los deliciosos pasteles que preparaba. Todos los días elaboraba una tarta distinta. La de limón era mi favorita, correspondía al domingo.

Mami, ¡qué bien huele! ¿Dónde aprendiste a cocinar así?le pregunté, encantada.

Tu Abu me enseñó, mi vida.

¡Yo también quiero aprender! ¡Por favor, mamita!

Claro, pequeña. Cuando crezcas un poco más, te enseñaré.

¡Cuánto daría por volver a probar sus pasteles!

Me escuecen los ojos.

Thomas no percibe mi repentino cambio de ánimo, lo cual agradezco.

—Venga, Aylin, ¿los amigos no están para ayudarse? —Me guiña un ojo.

—Exacto. Para ayudarse, no para hundirse. Si acepto que me prestes dinero, te hundiré —le afirmo.

Thomas se encoge de hombros y le da una mordida a su sándwich.

—Puede que tengas razón —admite con la boca llena.

«Thomas y su mala manía de hablar con la boca llena...».

Suspiro.

¡Estoy perdida!

Confirmado: tendré que conseguir un trabajo extra, aunque sigo sin saber cómo.

«En esta ciudad encontrar empleo es más difícil que cruzarse con un alienígena...».

—Tal vez podríamos... —Thomas chifla de pronto.

Me sobresalto.

Luego de un rato, Ellie hace su aparición.

—¿Para qué soy buena?

Thomas asiente con la cabeza, pensativo, y después le pregunta:

—¿Hay alguna vacante en esta cafetería?

¡Lasañas! ¿Cómo no se me ocurrió antes?

—¿Buscas empleo? —le pregunta Ellie a Thomas, curiosa.

—Yo no —Me señala con un dedo—, ella sí.

Ellie clava sus ojos en los míos.

Por un instante parece considerarlo, pero luego niega con la cabeza.

La esperanza que comenzaba a crecer en mi interior se esfuma por completo.

—Si solo dependiera de mí, querida, te contrataría ahora mismo; pero ya sabes cómo es mi tía Rish... —Suspira—. Ya no contratamos personas, solo robots. Contratar seres humanos supone grandes pérdidas para la cafetería, pues necesitan vacaciones, se enferman, hay que pagarles, se embarazan, tienen problemas... —se interrumpe, después continúa hablando—: Todavía recuerdo cuando uno de nuestros mejores cocineros, el robot Andren, se descompuso.
«Mi tía pegó el grito en el cielo. ¡Imagina! Tuvo que llevar a cabo un selectivo casting para contratar a alguna cocinera que pudiese desempeñar esa función... —Se encoge de hombros—. Terminó contratando a tres. Era muy difícil sustituir a Andren. Los clientes amaban sus platillos —termina de contar.

«Ya no contratamos personas, solo robots».

¿Tan jodido está el mundo? Los robots pueden llegar a ser muy útiles, pero la automatización está provocando que cada día más personas pierdan su empleo o no logren conseguir uno estable.

¡Temo que los autómatas se apoderen del planeta!

—Está bien, Ellie. No te preocupes. Lo entiendo. Gracias de todas formas —le digo con tristeza.

—Te deseo mucha suerte, Aylin. Ojalá resuelvas pronto. —Y regalándome una leve caricia en el hombro para intentar animarme, se marcha otra vez.

Ellie debe odiarnos por molestarla tanto.

Me cubro la cara con las manos.

—¿Y ahora, Thomas?

Thomas no responde de inmediato, pero luego de meditarlo, dice:

—Espera, espera...

 Lo miro.

—¿Qué? —le pregunto, impaciente.

—Conozco a una señora. Se apellida Yellow. Está buscando a alguien que acepte sacar a pasear a sus perros diariamente. Ya cursa sus setenta años y necesita descansar, ¿sabes? —me cuenta.

«No puede ser...».

—Podría hablarle de ti...

Me imagino corriendo y luchando por mi vida, mientras varios perros de diferentes razas me persiguen...

«¡César Millán, ayúdame!», gritaría, despavorida y al borde de la locura.

—Thomas, ¿acaso tengo cara de niñera canina?

Thomas se encoge de hombros.

—Es lo que hay, amiga.

Resoplo.

No me desagradan los perros, pero no sé si tendré la paciencia suficiente para...

El viento invernal acaricia mi oreja y despeina mi cabello rubio.

«¿Y esta rosa?». ¹

☏ ━━━━━━━❆━━━━━━━ ☏

📖 Vocabulario:

¹referencia al programa televisivo La Rosa de Guadalupe.

N/A:

¡Hola! ¿Qué te pareció este capítulo?

📢 Preguntas:

1- ¿Tienes algún apodo?

2- ¿Cuál es tu comida favorita?

¡Gracias por leer! No olvides votar y comentar si te gustó. Me ayudarías muchísimo.

Nos vemos en la próxima actualización. <3

Abrazos virtuales,

L. P. L. 🖤✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro