Simba: Kion, necesito contarte algo importante.

Kion: ¿Qué pasa, papá?

Simba: Hay un secreto que he llevado conmigo por mucho tiempo. No es fácil hablar de esto, pero es hora de que lo sepas. Mufasa, tu abuelo, me enseñó que ser rey implica tomar decisiones difíciles.

Kion: ¿De qué se trata, papá?

Simba: Antes de que tú y Kiara nacieran, hubo momentos difíciles en la Sabana. Decisiones difíciles que tuve que tomar para proteger a la Manada. Una de esas decisiones involucró a alguien cercano.

Kion: ¿De quién estás hablando?

Simba: Kion, tienes un tío mayor. Su nombre es Kovu. Antes de que fueras rey de la Guardia del León, tu tío fue parte de mi pasado, y su historia está conectada con la nuestra de una manera que nunca te he contado.

Kion: ¡No puedo creer que ocultaras algo tan importante, papá! Desterraste a mi tío y a su madre sin siquiera decírmelo. ¿Cómo puedo confiar en ti después de esto?

Simba: Kion, entiendo que estés enojado, pero necesitas comprender que mi deber como rey a veces implica tomar decisiones difíciles.

Kion: ¡Decisiones difíciles no justifican mantenerme en la oscuridad! Somos una familia, y deberías confiar en mí para entender y enfrentar lo que sea necesario.

Simba: Lo siento, Kion. Fue un error no contártelo antes. Pero debes entender que lo hice para proteger a la Manada y a nuestra Tierra de Leones.

Kion: No sé si puedo seguir confiando en ti, papá. Necesito tiempo para procesar esto

Simba se acerca lentamente a Kion, con gestos de comprensión en su rostro.

Simba: Kion, lo siento mucho. Sé que esto es difícil de entender y aceptar, pero estoy aquí para ti. No importa lo que pase, siempre seremos familia. Quiero ayudarte a superar esto juntos.

Kion mira a su padre, luchando con sus emociones encontradas. Finalmente, asiente con la cabeza, aceptando la ayuda de Simba en ese momento difícil. Juntos, padre e hijo se alejan, comenzando un proceso de sanación y reconciliación.

Kion, sintiendo una oleada de ira, ataca a Simba en un impulso de enojo. Sin embargo, a mitad del acto, se detiene, respira profundamente y retrocede.

Kion: ¡No puedo creer que hayas hecho esto, papá! -sus ojos reflejan una mezcla de rabia y decepción.

Simba: Kion, lo siento profundamente. No era mi intención lastimarte.

Kion: (frustrado) Necesito tiempo solo para procesar esto. No puedo hablar contigo ahora.

Simba: Kion, estoy realmente triste por lo que ha pasado. No era mi intención distanciarme de ti.

Kion, con una mirada oscura: No importa, papá. Ya he visto la verdad. No puedo confiar en ti.

Simba: Kion, la confianza se puede reconstruir. Necesitamos superar esto juntos.

Kion, fríamente: No hay vuelta atrás. Mi corazón ha cambiado, y no puedo seguir siendo el hijo que solía ser.

Simba, preocupado: Kion, por favor, no dejes que esta oscuridad te consuma. Somos familia, y siempre hay una manera de encontrar la luz incluso en los momentos más oscuros.

Kion, con una risa amarga: La luz, papá, parece que la luz se desvaneció hace mucho tiempo.

Kion, mirando a Simba con determinación: Papá, no puedo quedarme aquí. Mi presencia solo trae discordia. Me voy y no sé cuándo volveré.

Simba, preocupado: Kion, entiendo que estés herido, pero huir no resolverá nada. Si te vas, perderemos la oportunidad de reconciliarnos.

Kion, sin mirar atrás: Tal vez, pero ahora necesito encontrar mi propio camino, lejos de esta sombra que se cierne sobre nosotros. Adiós, papá.

Con esas palabras, Kion parte, dejando a Simba con el corazón pesado y la incertidumbre sobre el futuro de la Tierra de Leones.