II. Hambriento de ti

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Taehyung se mantuvo impasible mientras miraba receloso al alien frente a él. A simple vista, su postura despreocupada, incluso un poco relajada, daba a entender que no había ni pizca de miedo en él.

Aunque, inevitablemente, aquel miedo calante y sagaz, comenzaba a manifestarse en lo profundo de sus entrañas.

No existía remordimiento alguno después de su supuesta traición, para nada. Las dos muertes que provocó eran insignificantes para él; desde el inicio esa fue su idea, luego pasando a ser un plan, el que había cumplido exitosamente: conocer a dos chicos, engañarlos y lo demás... bueno, eran restos de carne y sangre regados por todo el piso.

No obstante, allí estaba aquel ser no humano, diciendo que sería su próximo bocado, otro plato de su macabro festín, tomando la retorcida apariencia de un hombre condenadamente guapo, aterrorizándolo a base de miradas, intimidándolo.

Su pecho empezó a subir y a bajar, agitado con cada respiración inquieta. La atmósfera brumosa había generado en él un impacto demoledor, de pronto sus sentidos se agudizaron a niveles alarmantes y anormales. Fue consciente del aire que entraba a sus pulmones, el recorrido presuroso de la sangre por sus venas, el martilleo acelerado del corazón en su pecho, el rechinar de los dientes del extraterrestre a escasos pasos, el pútrido hedor de la muerte. Todo fue nuevo y alarmante.

¿Qué rayos le sucedía?

No era normal sino sobrenatural.

-¿Pasa algo, humano? -preguntó el alien, como suponiendo lo que Taehyung empezaba a profesar. El desprecio a su raza fue notable en el tono áspero.

Y no demoró en avanzar a través del laboratorio, moviéndose hacia él. Su cuerpo desnudo era atlético, tosco, de hermosas y perfectas proporciones masculinas, y sus iris completamente negros no rompieron el contacto visual que, con fervor, habían mantenido con los pardos de Taehyung. En otras circunstancias, es decir, si fuese un humano y Taehyung no se hubiera declarado asexual unos meses atrás, el castaño quizás se hubiese aventurado a coquetearle y llevarlo a su cama, ya que era justamente su tipo.

Faltó poco para que las puntas de sus narices hicieran contacto, las alturas de ambos eran similares, por lo que el espacio fue reducido y sofocante. Y una mirada a esos ojos diabólicos, rodeados de espesas pestañas, bastó para que una punzada horrible atacara su corazón, Taehyung inmediatamente llevó una mano allí, empuñando la tela de su camiseta mientras un sonido mudo abandonaba su garganta.

-¿Q-qué me...? -era tan doloroso que un jadeo salió de sus labios. Se apoyó de la camilla a su lado, casi que perdiendo el equilibrio cuando el dolor que manifestó fue imposible de soportar.

<<¿Un infarto... es esto uno?>>

Se sentía tan mal, como si su corazón fuese apresado en un puño apretado y dañino, como si algo lo manejara precisamente para tenerlo de aquella manera; la presión arterial de Taehyung aumentó y de igual manera lo hicieron sus pulsaciones, tornándose vehementes. Fue espantoso, al punto que lágrimas salían sin control de sus orbes.

Las cuales solo lograron sacar otra extraña sonrisa de parte del alien.

Lamiendo la punta de un filoso colmillo, el pelinegro se arrimó muy cerca del curvilíneo cuerpo del castaño, sintiendo el calor traspasar sus ropas y pegarse a la frialdad de su desnudez. La anatomía de los alienígenas percibía cualquier onda calorífica a millas de distancia y la de aquel chico que temblaba como una gelatina no fue la exclusión para él.

-¿Debería detenerme? -murmuró entretenido y la tonada ronca horrorizó al castaño-, ¿o podría continuar?

Taehyung lo confirmó, era el alien quien le producía tan horrible y profundo dolor. ¿Pero cómo? ¿Cómo es que lo desconocía? Si él sabía todo lo relacionado con los extraterrestres, por gusto no llevaba diecisiete años estudiándolos, imposible no conocer acerca de su manejo de las habilidades psíquicas. El joven nunca tuvo esa información a su alcance, ni incluso llegó a imaginarlo capaz, ¿era eso otro tema que el gobierno surcoreano le ocultaba a su gente?

Los hombros del castaño se sacudieron sin parar y de su boca solamente salía quejido tras quejido. El alienígena, curioso y a la vez abstraído, se inclinó encima de él, sin llegar a tocarlo directamente. Con la punta de la nariz empezó a recorrer un extenso y paulatino trayecto desde la espalda, subiendo por los omóplatos hasta detenerse en la parte posterior de la concha de su oído, sus pectorales marcados se hincharon con la inhalación de aquel aroma.

El olor de Taehyung era... ¿Cómo describirlo? Gratamente agradable y muy diferente, no como el de aquellos humanos que experimentaron con él en la base.

Sin embargo, también notó el deje agrio del sudor y del miedo entremezclados. Era la composición exquisita para hacer enloquecer a un alien.

Por lo menos a aquel.

Y volvió a sonreír... Aquel humano resultó ser muy distinto a los otros.

-Haz... que s-se detenga... ¡el dolor, detenlo! -gritó demandante y mordió su lengua ante la descarga eléctrica que convulsionó sus extremidades, casi que calcinando sus huesos.

Desfallecido, cayó de estómago contra el metal de la camilla, el hierro desagradable de la sangre penetró sus papilas gustativas, extendiéndose por todo el interior de su dañada boca en segundos y otra tanda de lágrimas ensució sus mejillas. El alien lo agarró del brazo, volteándolo, Taehyung se halló frente a un aura pavorosa que lo sofocó.

-¿Te crees muy valiente para darme órdenes? -le preguntó desde arriba, su mandíbula endureció, marcándole todavía más los bordes angulosos que poseía- No eres más que otro humano cualquiera, sin gracia, sin nada de particular.

Taehyung intentó recuperar la respiración, fallando estrepitosamente, dado que el horror de verlo a escasa distancia frenó el intento desesperado de llevar oxígeno a su sistema. Era hermoso, sí, pero aquellos ojos, aquellas palabras... De sus labios entreabiertos y dañados por las mordidas descendió la saliva y también la sangre cuando quiso romper en sollozos, liberar su miedo.

-Fácilmente puedo aplastar tu estúpido corazón en un abrir y cerrar de ojos y ni siquiera podrías impedirlo -escupió-. No me des órdenes, Kim Taehyung.

-¿Cómo es que s-sabes mi nombre? -tosió y tomó aire, mirando el pecho contrario, huyendo de esos orbes. <<La causa de mi miedo son sus ojos inhumanos>>.

Parece que la apariencia humana que el alien usaba no podía ocultar del todo su verdadera forma y por ello le afectaba a tal grado. Aunque, quizás se debía a todo lo que el alien representaba en sí: oscuridad y maldad.

-Yo lo sé todo -se jactó y su gran mano tomó el mentón del castaño, obligándolo mediante el agarre brusco a levantar la cabeza, de modo que sus miradas volvieron a chocar-. También sé de tu obsesión con los Propkstans.

Las cejas de Taehyung se hundieron ante la confusión. ¿Qué le decía el alien? Jamás había oído esa palabra.

-¿Propkstans?

Jungkook le mostró los colmillos, una clara amenaza dispuesta a aterrorizarlo y, demonios, lo estaba logrando. Si de lejos infundían miedo, de cerca eran el doble de intimidantes.

-No pongas ese nombre en tu sucia y asquerosa boca -gruñó cada palabra rabiosa contra sus labios y le apretó el cuello. El duro contacto, aquel diminuto choque húmedo entre sus bocas, lleno de vaho caliente y delicioso, provocó en Taehyung una reacción extremadamente inesperada. Incluso para él fue así.

Y se trataba del gemido bajo, de plena debilidad, que lo dejó jadeando y con los ojos vidriosos, el que soltó e hizo contacto directo con la boca contraria, la de labios finos y rojizos del extraterrestre.

Luego todo fue silencio.

El alien levantó las cejas, visiblemente sorprendido por el sonido y el semblante sonrojado que iba tomando fuerza en la cara del humano. ¿Qué era? ¿Qué significaba? En los dos años que llevaba en la Tierra había escuchado gritos, súplicas, llantos, pero jamás ese tipo de tonalidad envolver la voz de uno de su raza.

¿Fue por él? ¿Él lo provocó?

Sus dedos se tensaron en el agarre, con inocente curiosidad los hundió en la suavidad de aquella piel y, como intuyó, el chico volvió a soltar otro de esos ruiditos, aunque ese resultó ser más agudo al final y fue liberado con presteza, como si contenerse fuera imposible. Rápidamente lo liberó y retrocedió unos pasos, un gutural gruñido manifestándose en su pecho a medida que lo confrontaba.

¿Le gustaba? Es decir... ¿El dolor provocaba aquellos sonidos?

El humano yacía en la camilla, con las manos apretadas sobre el pecho y sus piernas juntas y cerradas. Había algo mal con el cuerpo del castaño, ya que comenzó a experimentar un calor sofocante e indescriptible, sumado a esto, también tenía cierta necesidad queriendo brotar. La respiración sin aliento ascendía y descendía su cuerpo y, como pudo, dirigió la vista temerosa al alien.

Y se quedó paralizado ante lo que presenció, una corriente helada recorrió su espalda.

El miembro erguido y engrosado del alien se mostraba tan excitado y duro que casi rozaba la hendidura de su ombligo sin problema.

Pero

Qué

Demonios

Taehyung quiso levantarse, sus verdaderas intenciones ahora eran correr, alejarse lo más que pudiera, establecer tanta distancia como fuera posible. La reciente apariencia que aquel "chico" pelinegro estaba tomando le generó cierto terror que fatigó su piel, pero el extraterrestre lo detuvo cuando, velozmente, llevó un brazo a agarrar su cuello y lo empujó de nuevo hacia la camilla, reteniéndolo.

La brusquedad del choque y la intensidad de los orbes negros sobre él lo mareó, pero más lo hizo cuando se acercó tanto a su cuerpo que sintió algo alargado y más o menos rígido frotarse contra su estómago.

Adelante y atrás, el alien movía su polla pesada a un ritmo constante y desigual. El calor que soltaba el miembro traspasó su ropa, acentuándose en su piel. Taehyung apretó los muslos ante la punzada que arremetió su pene.

-¿Qué...? -la voz del pelinegro sonó baja, como un murmullo, ronca y extremadamente severa. Las cejas se le hundieron, como si aquello resultara completamente nuevo y delicioso para él-. ¿Qué me estás haciendo, humano?

Y llámenle loco, pero ese nombre bajo la envolvencia de aquel tono áspero, delicioso, la diminuta luz reflejada en la oscuridad de sus ojos, como los de un humano, el agarre fuerte, pero placentero y dominante en su cuello, las venas azuladas saltando debajo de la palidez de aquella piel, los mechones azabaches rozando sus mejillas... le gustó. Mierda, lo admitía, le encantó, lo volvió un jodido desesperado por más y enseguida gimió, bien alto, roto, ido.

Porque si el alien se sentía excitado, Taehyung se encontraba mucho peor, con los sentidos al cien y una rigidez creciendo y molestando en sus pantalones.

-Es u-una... erección -le aclaró la duda y los cachetes se le prendieron-. Una reacción fisiológica... pasa cuando deseas a alguien.

-Pero yo no te deseo -determinó de inmediato-, yo te aborrezco a ti y a toda tu maldita raza de asesinos.

Y siguió frotándose a una lenta y tortuosa velocidad, el hilo transparente de pre semen que brotó de la bulbosa cabeza de su pene fue el esclarecedor que sí le gustaba aquello.

<<Ya lo creo>> diría Taehyung, aunque él estaba admirando a aquel ser sobre él, profundizando en cómo era posible que le prendiera ver a un extraterrestre usarlo para masturbarse, dado que la atracción sexual que experimentaba prácticamente era nula a sus 23 años.

¿Por qué de pronto? ¿No que era asexual o es que con los alienígenas eso dejaba de importar?

Los sonidos que hizo volaron la cabeza del castaño y sus dudas sexuales se fueron lejos, estos ruidos eran de pura necesidad primitiva y carnal, jadeos contenidos y masculinos. Sí, eran ruidos capaces de elevarlo a la mismísima gloria.

Y el alien, de imprevisto, se echó hacia atrás, soltando a Taehyung; este, aturdido y sumido en ganas, casi le preguntó por qué lo hizo si tanto les estaba gustando a ambos el contacto, pero el ruido de su traje al ser rasgado lo dejó sin habla.

-¿Q-qué haces?

-¿No es obvio? Quitar lo que me molesta.

-Pero... en la puerta, la advertencia decía que el traje era...

-No es nada -lo interrumpió-, los científicos crearon esos trajes con el fin de protegerse de la radiación que desprende mi organismo, para ustedes es algo así como tóxicos y dañinos rayos ultravioletas UV-C que van degenerando y desgastando el cuerpo humano -el muchacho jadeó, aterrado con la información-. Fueron confeccionados con radicton, un tipo de piedra que pertenece a mi planeta y ellos la tomaron porque quisieron. Las paredes del laboratorio también contienen partículas de radicton -él rio-, esos estúpidos humanos creyeron que la piedra los protegería de mí, aunque fueron fáciles de engañar, porque al fin de cuentas, dicha piedra solo logra hacerme más fuerte e insensible, por eso todos los experimentos fallaron. Así que no veo la eficacia de usar este traje, además, me oculta tu espléndida figura.

Las manos grandes del pelinegro tiraron los pedazos del traje roto y después continuó con lo demás que traía debajo. Taehyung aparentemente mostró resistencia, pero la realidad era muy distinta a cómo pintaba, el castaño se encontraba en un trance del que no parecía haber salida.

¿Eso... quitarle la ropa, bueno, romperla... quería decir que tendrían...?

<<¡Diablos, no!>>

-Tú y yo no tendremos sexo -avisó, tragando fuerte.

Perplejo, vio al pelinegro sonreír muy ampliamente. ¿No lo tomaba en serio? El último rasgado a su ropa interior y la tela destrozada cayó a los lados de su cuerpo. Bien, eso evidenciaba que no lo tomaba en serio. Estuvo desnudo en un santiamén y no se pudo cubrir porque el alien ya lo había impulsado a caer nuevamente en la camilla metálica mediante el movimiento de un brusco empujón.

-No -negó este, pasando un dedo sobre la apenas perceptible división en sus pectorales-, solamente follaremos y ya.

Y mierda, el miembro de Taehyung se estremeció encima de su abdomen.

Y tembló, su miedo creciendo el doble, eso no podía excitarle.

Entonces, con los ojos bien abiertos y alertas, observó aquellos tentáculos emerger de su parte trasera, específicamente de su atlética espalda. Y no, no eran iguales a los otros, a esos que asesinaron a sus "amigos"; en estos, por el contrario, no había dientes, tampoco la consistencia era carnosa y viscosa... no eran desagradables ni intimidantes.

Su respiración titubeó cuando, de imprevisto, uno de los tentáculos se enroscó en su muslo izquierdo y, sin esfuerzo alguno, elevó su cadera. Luego, seguidamente, otro más se dirigió hacia él, envolviendo la estrechez de su cintura como si de un cinturón se tratara, apretándola e impulsando su cuerpo más arriba, hasta que sus nalgas se despegaron del borde de la camilla y la frialdad chocó en sus testículos y pene expuestos ante la mirada deseosa del alien.

La pose de por sí ya era demasiado reveladora y vergonzosa, pero aquella expresión hambreada estaba desestabilizando la escasa cordura de Taehyung en pequeñas piezas.

<<Me estoy volviendo loco, no puede gustarme, no...>>

De pronto se removió y chilló sorprendido al sentir un tentáculo rodear la base de su erección dura y palpitante, el alien se enfocó con evidente interés y especificidad en esa parte de su cuerpo. La humedad del líquido pre seminal fue esparcida por todo el tronco cuando empezó con una lenta masturbación, el gemido brotó de lo profundo de su pecho e interpuso sus manos para que dejara de tocarlo, pero dos tentáculos más surgieron e inmovilizaron sus brazos. Forcejeó, intentando zafarse, aunque fue imposible.

-¿Qué? -el alien sonrió, sus tentáculos no pararon de masturbarlo- No me digas que no te gusta.

-¡Claro que no! Es... mmh... -estuvo a punto de gemir, pero se contuvo apretando los labios, solamente fue audible su respiración agitada-. A-asqueroso.

El alien alzó una ceja, su expresión dando a entender que no se tragaba absolutamente nada de lo que dijo. Y la estimulación en su falo aumentó con rápidas y duras sacudidas, todo para probarle que se moría por ser follado por él, por uno de su especie. Sí, por un jodido alienígena.

-¿Y por qué te estás chorreando de esta manera, Taehyung?

De hecho no mentía, el líquido transparente bajaba con abundancia desde la punta del pene, recorriendo de esta forma toda la carne enrojecida, llegando hasta los testículos, mojándolos. El pelinegro extendió otra de aquellas largas extremidades, dando un lento manoseo a las apretadas y fruncidas bolas del castaño, quien se retorció excitado, siendo inundado por la cálida sensación que apareció en su perineo.

-Dime, ¿por qué razón tu pene se endurece a cada palabra que suelto?

La barbilla de Taehyung tembló y sus dientes apresaron sus labios con rudeza.

-A cada roce. -Siguió hablando y tocó ese punto que latía envalentonado en su cuello- A cada toque.

No quería gemir, no quería mostrarse débil... ¿Pero cómo, cómo no deshacerse si se sentía tan bien, tan delicioso?

-"Me gusta", vamos, dilo -presionó su cuello, rudo y demandante, conocedor de lo que eso provocaba en Taehyung.

El susodicho negó y las lágrimas descendieron con mayor fuerza. El placer que sentía era indescriptible, una llamarada que se iba avivando con el pasar de los segundos.

-Si te resistes será peor -le susurró el pelinegro y con la mano libre le acarició un pezón, rodeando toda la aureola con la punta del índice. Este, con rapidez, fue cobrando vida y el tono marrón claro pasó a ser oscuro-. Déjate llevar, Taehyung.

-N-no... suélta... -calló jadeante y ocultó su rostro ruborizado detrás de su brazo cuando el ramalazo de placer le volteó los ojos en blanco.

El alien no paró de friccionar el brote y luego con dos dedos le propinó un pellizco que estremeció gratamente a Taehyung. El agarre en su cuello se apretó, asfixiándolo y los choques en su polla iban en aumento, el chapoteo de sus jugos era obsceno y avergonzante, audible en toda la habitación.

-Me fascinan tus ruidos, humano.

Y sintió aquello, la lenta lamida que el extraterrestre le dio a su sensible pezón, cómo después lo chupó entre sus labios gentiles y rozó el filo de un colmillo mortal en él, la combinación de suavidad y rudeza colmándolo. No entendía por qué era tan satisfactoria la estimulación en esa zona si él no era una chica.

Y es que en el ámbito sexual, Taehyung no tenía conocimiento alguno, solamente una corta curiosidad que lo impulsó a tener su primera y única vez, la que había sucedido tres meses atrás. El chico que lo folló se llamaba Bogum, ambos iban en el segundo semestre de Astronomía y pues se dio dado a las insinuaciones del otro y el soju que bebieron. Bogum ni siquiera se tomó la molestia de llevarlo a un hotel ni de prepararlo, solo algunos besos torpes y toqueteos rápidos para después penetrarlo sin más. Luego de que este acabara en el condón a los cinco minutos, jadeando sobre él y prometiéndole que la próxima sería mejor, Taehyung se juró en aquel viejo y apestoso callejón que desistiría de las actividades sexuales y de las relaciones que involucraran amor.

Pero, sin duda, quería más de lo que le brindaba el pelinegro.

El extraterrestre lo miró por largos segundos y, sin que Taehyung lo viese venir, chocó sus labios con los suyos, demandando mediante su ávida lengua el paso a la cálida boca del castaño. Cuando este así lo hizo, sus lenguas colisionaron, batallando entre los chasquidos de la saliva y las ganas acumuladas. El alien de una mordida partió el labio inferior de Taehyung y, con evidente desespero, lamió la sangre que salió del tierno corte.

El abdomen de Taehyung se contrajo encantadoramente y lo aguantó, reteniendo la presión que advertía reventar sus testículos; sin embargo, falló estrepitosamente cuando al último tirón del tentáculo en su eje, su pene pareció vibrar y los hilos blanquecinos de semen salieron disparados, yendo a parar en su abdomen bajo, pecho y mejilla. Quiso aferrarse a algo cuando los espasmos lo atacaron, pero la mano en su cuello así no lo concedió. Gimió de puro gusto sobre la boca del alien, con los pies temblando y los ojos medio cerrados y chispeantes.

Al alien le fascinó lo que vio y oyó: la forma desenfrenada en que se sacudieron las caderas de Taehyung y los dulces sonidos que salieron de su boca; por eso no lo dejó recuperar la respiración y, disminuyendo el espacio entre sus rostros, lo volvió a besar con vehemencia y rudeza, adentrando su lengua para saborear los rastros de sus gemidos, chupando sus labios jugosos como un poseso. Después se desvió, sacando la alargada lengua y limpiando el semen en su cara mientras lo degustaba.

-Sabes exquisito, humano -declaró jadeante y bombeó su erección, la que a cada segundo se iba tornando de una rigidez dolorosa-. Fácilmente podría comerte a toda hora y de una manera distinta.

-¿Manera distinta? -le preguntó Taehyung con la voz sofocada y un poco resquebrajada, pero ni siquiera le contestó.

El alien, en cambio, continuó su labor, y unos movimientos más y jaloneos violentos por parte de su muñeca bastaron para que la corrida abundante fuera a parar en el trasero de Taehyung. El líquido tibio chorreó por toda su piel sensible, metiéndose en la zanja entre sus nalgas, llegando a humedecer aquel nudo rosáceo hasta caer en pequeñas gotas en el piso de baldosas.

-¿Por qué mantienes aún la erección? E-eso es imposible -Taehyung miró aquel falo endurecido sin poderlo asimilar, el suyo estaba blando después de venirse.

El extraterrestre sonrió.

-Soy un alien -dijo irónico-, mi organismo no es débil como el tuyo.

Dos tentáculos separaron sus nalgas y el alien llevó su pene a encajarse en aquella calidez envuelta en la más deliciosa humedad, Taehyung gimió ante el contacto y el alien tuvo una mejor vista de las reacciones de su cuerpo, ya que Taehyung se estaba sonrojando hasta las orejas.

-¿Por qué mejor no gritas para mí, mmh?

Taehyung no entendió el motivo de tal pedido, pero no demoró en acatar la orden cuando sintió la intromisión del glande del alien en su entrada.

-No... -respingó al sentir cómo empujaba lentamente, manifestando el ardor de aquella bestialidad entrando en él.

-¿No? -sonrió el pelinegro de nuevo- Pero si me estás abriendo las piernas de par en par, ¿por qué contradices todo lo que dices?

Y de una estocada la metió toda, ambos gruñeron. El interior aterciopelado del castaño recibió todo su tamaño sin dificultad, allí dentro era envolvente, caliente y muy abrasador. Taehyung no se contuvo a la hora de gemir altamente, sin tapujos, por fin dejando de contenerse. El semen goteando desde la entrada estirada y rodeando la polla del extraterrestre sirvió como lubricante natural, por ello las penetraciones posteriores fueron constantes y rápidas, tan malditamente candentes que Taehyung rodeó con sus piernas los glúteos firmes del alien para impulsarlo a que fuera más profundo.

-Más... agh, dame más... -su boca se abrió en una perfecta O y ningún sonido salió de allí. Era inhumana la mezcla de sensaciones que sentía y tan malditamente arrolladoras.

Pero recibió todo lo contrario, el movimiento taladrante de la polla en su punto dulce se ralentizó hasta convertirse en un lento y rezagado vaivén de cadera. Lágrimas de frustración rodaron de sus orbes almendrados y mordió sus labios, mirándolo suplicante bajo la sombra de sus pestañas húmedas.

-No me ordenes -le aclaró el alien con voz baja y autoritaria-, lo detesto.

-Perdóname, perdóname, pero necesito que me tomes y... -suplicó bajito y calló, suspirando aliviado cuando el alien retrocedió y retomó el camino con una primorosa y certera estocada.

-Vaya, eso fue interesante, humano -la manera que rogó prendió un instinto sobrenatural y ardiente en él. Se impulsó, sus bolas golpeando violentamente en su trasero, quería clavarse más duro en aquella entrada apretada y deliciosa, quería comérselo.

No obstante, Taehyung se encontraba ido y muy ocupado, su tarea consistía en alinear su trasero con la próxima arremetida para que así chocara de lleno con su próstata, descubriendo que era especialmente sensible en esa parte y la largura del falo del alien era la justa para sentir cómo la golpeaba a cada embate. Su pene, ahora duro, impactaba con sonidos húmedos contra su estómago, que el alien estuviera sobre él y apretara sus abdominales en su glande, le generó un túmulo de placer que lo mareó.

Como a un muñeco manejable, el pelinegro lo levantó e impactó contra una de las paredes, el cambio de posición fue nuevo y más íntimo y la polla del extraterrestre lo jodió más a fondo, tomando todo de él. Taehyung no era consciente de lo hacía o quizás sí, solo atinó a brincar sobre él para empalarse con rudeza. Rodeó su cuello, el alien rodeó sus nalgas, lo miró, el alien también lo hizo. Sus ojos no parecieron tan aterradores, tal vez se debía a la influencia de su boca, la que estaba roja por los besos que compartieron o al sonido de sus gemidos, los guturales y lujuriosos que sonaban, quizás era la intensidad con que lo miraba.

<<Es... muy guapo>> El pensamiento fuera de lugar lo sonrojó.

El alien se dio cuenta y, fascinado con sus reacciones, levantó ambas piernas hasta que chocaron en sus hombros. Taehyung chilló sorprendido y el sonido endureció aún más al contrario si eso era posible, se impactó rápido, taladrando con codicia y desespero.

Las llamas lamiendo sus cuerpos, el pene del alien llenándolo a la perfección, su espalda arqueada mientras lo cogía furiosamente, era todo lo que percibía Taehyung. Él no iba a durar mucho más, el calor corrió a través de sus venas y regresó la vista a esos ojos bestiales.

El alien lo observaba hambriento, malditamente lo deseaba.

Taehyung se vino con un sonido doloroso y estrangulado, sus uñas sacaron sangre de la espalda del alien mientras su cuerpo se ponía rígido como una cuerda y montaba la ola furiosa de placer que se abalanzó sobre él. Gimió, lo que sentía no tenía comparación con nada que hubiera sentido antes.

El pelinegro no paró de moverse, sus embestidas volviéndose más duras y ásperas, agarró la piel de los muslos de Taehyung duro, muy duro, procuró que sus marcas quedaran ahí.

-Humano...

Ante la mención, el rostro de Taehyung enrojeció furiosamente, el extraterrestre bombeó en él hasta que la corrida llenó su agujero, luego se deslizó lentamente adelante y atrás, procurando que ninguna gota de su semen saliera. Taehyung lo sintió en su interior, era caliente y cremoso y colmaba en sus lugares más profundos. Perfecto.

Taehyung no confiaba en su voz ni en su estado mental justo ahora, en cualquier instante podría romperse como una frágil porción de cristal. ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Follarse a un extraterrestre? Dios, ¿qué tan retorcido sonaba eso?

Aunque no tuvo que agregar nada, solo advirtió en el vacío que quedó en su trasero luego de que el alien se alejara, lágrimas descendieron y sus piernas no soportaron su propio peso. Taehyung cayó al suelo, a su lado descansaba el cuerpo frío de "su amigo", con la cabeza ladeada en un ángulo quebrado y espantoso, los ojos bien abiertos y sin brillos, su boca cubierta de sangre ennegrecida y ramificaciones púrpuras avanzando en el lateral de su cuello.

El pelinegro impulsó sus bocas juntas, fue un movimiento brusco de labios, con lenguas y mucha humedad de por medio. Taehyung gimió y el alien rastrilló los colmillos en su belfo, probando otro bocado de su sangre. Se despegó para observarlo y con un dedo acarició y esparció el líquido carmesí por su prominente e hinchada boca.

-Llévame contigo -susurró Taehyung, sus labios tiritaron.

Podía sentir la mirada del alien sobre él.

-Aunque me encanten tus ruidos, el sabor de tu sangre, la forma de tu cuerpo, aunque me satisfaga el miedo en tu mirada, no puedo mantenerte para mí -oírlo fue devastador.

-Yo... yo...

-No me dejas más opción, Taehyung -la expresión muerta le dio escalofríos-. Tú eres como todos los demás, un despreciable y asqueroso humano.

-Por favor, por favor... -ni siquiera sabía por qué suplicaba, pero no deseaba alejarse de él. Se impulsó llorando y atrapó su brazo- Llévame contigo, no quiero... no... detesto vivir aquí, en este mundo ellos me juzgan, miran mal... y yo...

Silencio. Tan mal, tan decadente.

El alien se desprendió del toque, Taehyung sintió que era el fin.

-Adiós, humano.

Con los ojos húmedos de dolor, habló:

-Adiós, alien.

Y lo último que vio fueron sus ojos oscuros, aquellos bestiales ojos que le infundieron el más denso de los miedos y le transmitieron la más perfecta calma.

El corazón de Taehyung había sido arrancado.

[ F I N ]

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