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Randy Cunningham el legendario Ninja de Norrisville que protegió a  la ciudad de malos arcanos y abominaciones tecnológicas, se estaba preparando para lo que sería la mayor prueba que ha tenido que hacer y no iba a mentir...tenía miedo.

—¡Vamos, Cunningham tú puedes!.—Exclamo su mejor amigo de toda la vida.

—¡No puedo Howard, tengo miedo!.

—¡Has vencido al Hechicero, a Mc Fist y a Julian, tú puedes con esto!.

—Bien, lo haré.

Randy Cunningham se estaba preparando para pedirle una cita a la chica de la que estaba enamorado....

El peli-morado estaba agradecido que no estaban sus padres en su casa, hubiera sido un poquito... humillante para él.

—No entiendo por qué tanto drama Cunningham, ¿no me dijiste que se acercaron más en las vacaciones?.

—Bueno, sí... ¡Pero como amigos!, y si ella piensa que soy un ¿raro?.

—Eres un raro.

—Si, pero...Agh olvídalo, de todas formas no debería invitarla a salir.

Howard supo perfectamente la principal causa del desánimo de su amigo y supo inmediatamente a quien era el culpable, su némesis, el...

—Nomicon.—Pronuncio el colorado con estrés mientras entrecerraba los ojos.—¿Qué te dijo?.

—"El amor puede ser tu mayor fortaleza o perdición".

—¿Y?, eso que importa, lo mismo decía ese estúpido libro acerca de la amistad y míranos, además que puede pasar?, ¿el Hechicero?, un monje ancestral o yo que se, ¿Mc Fist?, te dejo en paz ni bien el Hechicero desapareció, deja de pensar como un Shoob Cunningham.

El Ninja reflexionó sobre la respuesta de su amigo, no habían llegado problemas en las vacaciones, sinceramente se la paso jugando videojuegos y aprendiendo nuevos movimientos Ninjas para en caso de un nuevo ataque no estar oxidado. Ahora en décimo grado, ¿qué tenía que perder?

—Bien lo haré, total, ¿qué puede pasar?.

Encendió su celular y busco entre sus contactos, por un momento vio al Nomicon que resplandecía con un brillo rojizo, dándole la espalda al milenario libro, decidió llamar de una vez mientras veía la ventana.

—Hola ¿quién es?.

—Hola There.—Se maldijo un momento, ¿por que se le ocurrio ese apodo?.—Queria preguntarte si querías salir...ya sabes como amigos, digo si fuera de otra forma sería rara, no digo raro malo, solo raro...ya sabes raro.—Comento nervioso y pudo jurar escuchar a su amigo estrellar su palma con su cara.

—¡En serio!... digo si... ¿Qué día sería?.

—Bueno, yo estaba pensando que podría ser...—Antes de terminar la oración se quedó congelado con la vista de la ventana.

A través de la ventana se podía observar resplandor rosado con cian ilumino el cielo, con un pilar de energía que parecía no tener fin, tras ver esto el Ninja de Norrisville solo pudo decir antes de colgar.

—Te llamo luego.

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El pilar de energía iluminaba el cielo con intensidad, esta vez desde su encierro, la Hechicera decidió recuperar su poder al completo, atrás de ella se encontraba el portal por el que había salido .

Finalmente, tendría su venganza y podría deshacerse de aquel cuerpo que tanto la asqueaba, todo acabaría aquí, en el patio de la escuela de Norrisville.

Una explosión de humo apareció en frente de ella a unos metros de distancia, era aquel que le había encarcelado y arruinado su vida.

—Ninja...—Escupió su nombre como si fuera la mayor peste del mundo.

—Amanda, ¿cómo estás?, ha pasado un tiempo, ¿te cortaste el pelo?.

—¡Te mataré!.

La bruja no esperó más y ataco con sus poderes caóticos fallando cada ráfaga de poder, los monstruos eran alejados a través de los golpes y explosiones del Ninja (cortesía de las bolas explosivas Ninja).

El Ninja se sentía frustrado justo cuando se armaba de valor para hablarle a la chica que le gustaba, le aparece una bruja loca, pero al menos podría desquitarse con la Hechicera.

Esquivo una ráfaga de poder, todo su cuerpo se tiño de un azul i

—¿Que?...¿como?.

—¿Cuándo qué?.—Finalizo con una sonrisa.

Una ráfaga como una ventisca impacto en la hechicera antes que pudiera esquivar o contraatacar, el Ninja con toda la calma del mundo se recostó en el gran trozo de hielo en el que se encontraba su oponente.

—No te lo esperabas, ¿verdad?, estuve mejorando y aprendiendo nuevos movimientos Ninja y no es por presumir, pero ya no eres competencia.—Comento mientras cruzaba los brazos confiados sin notar como poco a poco el hielo se agrietaba cada vez más.—Además  sabes sé que eres malvada y todo, pero ¿no te podías esperar hasta mañana?, o...no sé ¿nunca?, dig—.

El gran cúmulo de hielo exploto con el grito enfurecido de la villana que soltaba maldiciones que no eran apropiadas para un público infantil, la explosión mando lejos al Ninja estrellándolo contra el auto de Delgadillo.

—¡Te arrancaré los ojos y te los haré comértelos!.—

—Esto dolerá mañana...—Comento adolorido mientras se reincorporaba.

—¡Para ti no hay mañana!.—Grito para luego lanzar su magia fallando y terminando por explotar el auto de Delgadillo.

—¡Esquivo Ninja!,¡Esquivo Ninja!,¡Esquivo Ninja!.

—¡Deja de decir tus ataques, es ridículo!.

—¡No te escucho Ninja!.

Con el último salto lanzo una bomba de humo directamente al rostro de la Hechicera logrando aturdirla y justo cuando salto para atacar, el Ninja de Norrisville fue atravesado por una de las  de la Hechicera.

—¡Finalmente!, ¡he esperado siglos por esto!.

Sin embargo, su felicidad no duraría mucho al su oponente desaparecer en un humo rojo, confundida, vio a varios lados, hasta que sintió como alguien le tocaba su espalda, era el Ninja sonriendo de la manera más burlona posible.

—¡QUE!, ¿¡CÓMO!.

—Te lo dije, nuevas habilidades.—Comento para luego dar un puñetazo que mandaría a la villana cerca del portal.

La hechicera se recompuso, pero ya muy tarde, una ráfaga de fuego venía a toda potencia contra ella, lanzándola contra el portal, con una mano se agarró del extremo del portal, negándose a irse, mientras que con la otra mano acumulaba todo su poder.

—¡Te maldigo Ninjaaa!.—Exclamo para luego enviar todo su poder contra el Ninja.

—¡Esquivo Ninja!—Esquivo con rapidez.—Fallaste.

—No, no lo hice.—Con una sonrisa comento.—Diviértete en tu nuevo hogar.—Fueron sus últimas palabras antes de ser engullida por el portal

—¿Nuevo hogar?, a que te refi.—

Para cuando se dio cuenta ya era muy tarde, un portal a su lado se abrió, la fuerza fue tal que se obligó a clavar su espada en el suelo para evitar ser absorbido, lamentablemente no fue suficiente y lo último que observo el Ninja de Norrisville fue aquel conjuro mágico.





























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